Bien, esto es algo que no estaba en mis planes. Sé que no es un algo nuevo, pero había olvidado que es un tema que me apasiona desde hace muchísimo tiempo.

Gracias a quien este por aquí. Más datos al final y que lo disfruten.


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...

- Steven. –

...

- Steven, levántate. –

...

- Steeeveeen... -

...

-¡Steven! –

-¡Ush! ¡Pero que perezoso niño! –

...

Mientras la mañana se presta para un día perfecto en un pequeño pueblo montañés, en la habitación de un joven de 16 años se encendía de pronto y de manera autónoma, el sistema estéreo de doble bocina que se apostaba en una repisa encima de una impresionante pantalla de PC.

En aquel cuarto tan esbozado de carteles de series, posters de grupos de metal, un banderín de "Las Geodas" (equipo de béisbol local) y ropa tirada, nadie notaba que el numeral del volumen del reproductor se escaló de pronto del 05 al 50 mientras sonaba en algún lado una risa traviesa.

El track igual cambió hasta llegar, al parecer, a un número deseado.

Track 03. Mudvayne: Not Falling.

-Stevencitoooo... despierta cariño... -

Afuera, el canto de las aves y el viento fresco de las montañas invitaba a no levantarse, invitación que el joven Steven tomaba con ambas manos; abrazando una almohada.

Y mientras la conciencia del joven se iba sumergiendo en la oscuridad del sueño profundo que da el descanso desaforado, la canción en el estéreo dio inicio cimbrando todo con el potente sonido de tambores que, acompañados de estridentes guitarras eléctricas, explotaron en una estrambótica bomba sónica.

El cuarto retumbó, afuera aves volaron espantadas, los cristales se estremecieron.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!- Fue el grito del pelinegro que pegó más de un brinco rebotando graciosamente hasta que se despeñó de la cama.

- ¡Bájale! ¡Bájale! ¡Apaga eso! ¡APAGALO! - Y de súbito la música bajó dejando un silencio sórdido acompañado de carcajadas sonoras.

Steven sabía bien a quién pertenecía esa risa. Estaba furico y con los tímpanos con un agudo zumbido.

- ¡Qué diablos te pasa, loca! - Dijo poniéndose de pie con dificultad mientras sacudía la cabeza entre atolondrado y amodorrado, caminó directamente hacía su PC.

Su PC en realidad no era más que una pantalla de 60", con cables que salían detrás en tubos gruesos cubiertos de una especie de hule-espuma negra que se metían en dos agujeros en la pared, un teclado iluminado y un mouse.

-Ja, ja, ja, ja, ja, Casi llegas al techo. -

- ¡Eres una imbécil! ¡Pudiste haberme matado de un infarto! -

-Tu ritmo cardiaco se recuperará, no exageres; estas algo obeso, pero no es para tanto. A ver dime- Y dijo haciendo la voz más gruesa y suave. - En una escala del 1 al 10, ¿Cómo calificarías tu dolor? -

-Mira Peridot, si vuelves a hacer esto, ¡te juro que te cambio por un despertador de baterías! -

Entonces en la pantalla se manifestó una jovencita de lentes redondos, cabello rubio en un extraño peinado, una camiseta verde con negro y de una piel curiosamente color aceituna claro.

- ¿Hacer que ingrato? ¿Despertarte para que no te expulsen de la escuela? - Luego agregó con una voz con acento ruso.

"No hay un hola parra una vieja amiga que viene a desperrtarrte todas las mañanas"

-A ti no te sale. - Replico el chico tallándose la cabeza.

-Y tú vas a ir a la escuela militarizada si no te apuras. - Agrego la chica de la pantalla para señalar un reloj digital que apareció al momento.

- ¡20 para las ocho! ¡Madre mía! ¡¿Por qué no me despertaste antes?!-

La chica lo miró con fastidio, pero Steven no le prestó atención; se puso un pantalón, unos tenis de esos que no necesitan abrocharse y salió disparado del cuarto tomando una mochila al paso.

-Sin bañarse y sin desayunar otra vez. – La chica en la pantalla sacudió la cabeza. - Mañana le pongo a Slipknot.- Y desapareció en un fade out.

Steven corría por la acera, su mochila brincaba junto con él mientras daba la vuelta en una esquina. A lo lejos, las montañas inamovibles se erguían enmarcando el horizonte con sus picos nevados, Steven sintió frío; había olvidado su suéter.

-En tu mochila hay una bufanda. - Dijo una voz en su oído. Steven se llevó la mano inconscientemente a su único arete; una pequeña esfera azul en su oreja derecha.

-Wow, gracias Peri, piensas en todo. -

-No sé si tomar eso como un halago. -

-Ya, disculpa por decir que te cambiaría por un reloj de cuerda. -

-Ahora de cuerda. El día que yo no esté, no vas a poder ni conseguir calzones limpios. -

-Peridot, lo que ocurrió ese día...-

-¡Calla espécimen adolescente! Ni a un ser como yo le gusta escuchar esas asquerosidades. -

- Ja, ja, ja. Ya pues. Y te he dicho que para mí eres más que una IA, Peri.-

-No, no soy tu hermana. - dijo replicante. - Tu madre me hizo en un laboratorio.

- Y a mí también ja, ja, ja.-

-¡Ugh! Y con mi base de datos tan explícita, puedo imaginarme todo lo que paso...-

-Okaaay, eso no me interesa. -

- ¿Sabes?, con la estructura física de tu madre lo más probable es que haya sido en estas posiciones: Doggy Sty...-

-¡Cállate Carajo! ¡No quiero saber eso! -

-Ja, ja, ja ¿quién ríe ahora cretino? -

-Chistosa... Ya verás cuan¡Noo! ¡El camión! – Gritó el chico mientras, a lo lejos, el camión escolar se alejaba irremediablemente.

-Te lo dije...-

Steven detuvo su carrera y cambio su semblante.

-Peridot, ¿Cuál es la forma más rápida de llegar a la escuela? -

-Con la mochila cohete de tu padre. -

-Peridot que es serio. -

-Y es en serio, si no la hubieras usado para querer atrapar a un gato, destruyendo en el proceso la fuente del vecino la pudiéramos usar para llegar a la escuela.-

Steven sacó con prisa su celular del pantalón, lo desbloqueó con un veloz 3234, y habló a la pantalla.

-Peri, si no llego hoy a la escuela me pueden mandar a la militarizada especial. Allí no dejan tener absolutamente nada de tecnología. -

En un mundo virtual, dentro de una especie de esfera negra con líneas verdes y azules que entramaban cuadrados y rectángulos, una pequeña joven de gafas, camiseta verde con negro, pantalón mezclilla y zapatos tenis, hizo una mueca.

-ESO NO- Se dijo, mientras una serie de pantallas se manifestaron flotando frente a ella.

-¿Peridot?-

La pantalla del móvil se fue a negro y apareció la joven, Steven la vio increíblemente seria.

-Bien pequeño demonio, esto es lo que hay que hacer, sigue mis instrucciones y llegaremos a esa tonta escuela antes de que el pesado del conserje cierre la puerta, ¿estamos?

-Dale.-

"Corre derecho y cruza la calle."

Bien; Steven se metió el celular al bolsillo y se lanzó a todo lo que daban sus piernas sobre la acera, su mochila comenzó a brincar en su espalda.

"Llegando allí inmediatamente toma a la izquierda"

Steven asintió y apenas cruzó la calle, giró.

"Llegando al final de la acera detente y cruza cuando el verde se ponga sin correr."

Pero...

-¡Sin correr dije!-

-Está bien, gruñona. Solo porque esto se pone emocionante. -

Steven llegó a la esquina, notó que había algo de tránsito en las calles; esperó el verde y cruzó caminando.

-Bien ya estoy aquí, Peri. ¿Qué hago? ¿Me subo de contrabando al camión de entregas? - Dijo viendo un Fedex estacionado.

-Err...no-

-Vaya...entonces...-El chico volteó a ver a todos lados. - ¡Ya se! Allí viene el camión de la basura, me subo con ellos y les pido que...-

-Nou-

Steven volvió a sacar su teléfono del bolsillo.

-¡¿Entonces que raios hago?! El tiempo se acaba y yo no quiero...-

-3... 2... 1, levanta la mano.-

- ¿Qué? -

-Que levantes la mano ¡ahora! -

Steven obedeció como haciendo el saludo nazi y de pronto un taxi se detuvo.

El chico vio el vehículo por dos segundos.

- ¿Esta es tu gran idea? No tengo para pagar un taxi de aquí a la escuela, es un dineral. -

- ¿Y qué esperabas? ¿Una aventura por la ciudad donde uso mis habilidades para ver a través de las cámaras del pueblo, cuando puedes simplemente tomar un taxi? -

-No...tengo...el dinero...-

- Solo sube. - Insistió la IA.

-Amigo, ¿vas a querer el servicio o no?- Fue entonces que Steven vio al taxista. Un tipo con una ligera barba y gorra roja que le veía confundido.

-Yo..no tengo el dinero.-

-Mi amigo. - Dijo el taxista con un acento raro. –El servicio me aparece pagado. De hecho, me dieron tu ubicación para encontrarte aquí; pero si no te quieres subir, mejor para mí. – Y procedió a retirarse.

- ¿Que? ¡No, no! ¡Espere!, ja, ja, ya me acordé, si lo pedí, je, je, si me subo. –

El chico abrió la puerta y se acomodó en la parte trasera de aquel viejo taxi. Iba a guardar su celular en la mochila, cuando se detuvo, lo miró.

-¿Peri?-

Pero no pasó nada.

-Peridot no te sordees.-

Al no obtener respuesta lo desbloqueó manualmente y apareció en fade in aquella chica color aceituna y de cabello rubio; escondida detrás de unas innecesarias gafas. Sonreía.

-Steven-dijo la voz en su arete mientras la imagen se manifestaba en el celular. - ¿Algo que decir? -

- ¿Cómo pagaste el taxi? - Preguntó el chico.

- Se dice "Gracias" cerdo malagradecido. Y je, je, no querrás saber el método de pago. -

-Si usaste la tarjeta de crédito de casa, tendrás problemas. —

-Detalles, detalles. Lo importante es que llegarás a tiempo. –

El chico suspiro. Su madre le reprendería duramente, "La tarjeta es para emergencias" y de sobra sabía que su flojera no era una emergencia.

-Bueno, por lo menos no perderé el día peri, gracias. - Le dijo al cel.

-Ejem- interrumpió el taxista. –No quiero contradecirte ni a ti ni a tu novia, pero, no es seguro que lleguemos a la escuela antes de las 8. Hay bastante tránsito a esta hora. -

Steven sonrió. –No es mi novia. -

-Si lo soy, nos vamos a casar cumpliendo 18 señor taxista. - Sonó en el altavoz del celular.

El chofer lanzó una carcajada. -Un futuro planeado, excelente. -

-En realidad no, mire ella es...-

-El amor de su vida. - fue interrumpido. - Viera usted como me toca, sus dedos son mágicos cuando los posa en mí, me toca como si fuera un teclado. -

-Te quieres callar. -

-Joven, no es por nada, pero no le grite a la señorita. -

-Pero si... ¡ush!..- Steven guardo el celular y se cruzó de brazos haciendo un mohín.

-Es raro- comentó el taxista de pronto. - Llevo tres semáforos en verde y vamos por el cuarto. Tienes muy buena suerte muchachito, de seguir así, sin duda estarás salvando el día. -

Ante esto Steven sacó de nuevo el celular lo pegó a sus labios y dijo en susurro.

-Peri, ¿Estas alterando los semáforos? - Y volteó a ver la pantalla. Allí se encontró con la chica mirándose las uñas de la mano derecha y tallándolas en su ropa solo para volverlas a ver.

-No sé de qué me estás hablando. -

Steven volvió a susurrar al cel.

-Peridot, sabes que es peligroso, te pueden detectar. -

-Al volver a ver a la pantalla ya no encontró a una joven engreída, si no a una chica que le miraba con cierto temor.

-Pero si no lo hago, no llegas...y entonces te vas.

Y si te vas, yo me muero, es decir, tu sabes, me apagan. -

Steven nunca comprendió, nunca alcanzó a comprender, como es que su madre la había diseñado, como había logrado que su comportamiento fuera tan...real. Tan humano, aun siendo simplemente, inteligencia artificial.

Suspiró.

-Está bien, pero te sales de la red apenas lleguemos, ¿ok? -

Ella le sonrió y asintió a ojos cerrados. El acarició el rostro de la pantalla y ella levantó la mejilla.

Steven estuvo a punto de preguntar si sentía la caricia.

-La siento. - Dijo una voz suave, ella le sonreía con ternura. –Si la siento, Steven. Esto es touch de alta gama, hipersensible.-Y señalo todo el recuadro que la contenía.

-Por eso se llama "touch"- y sonrió traviesamente.

El chico también sonrió e hizo a acariciar con más fuerza la mejilla de su ciber-compañera.

-Ja, ja, no tan fuerte, loco.-

-Ya llegamos tórtolos. - Dijo el taxista mientras frenaba de golpe. Había visto al chico mirar estúpidamente su celular, y no pudo evitar hacerle la maldad.

En el frenado súbito Steven paso su dedo por toda la pantalla cruzando todo el cuerpo de la chica virtual; entonces de súbito en el altavoz, sonó un potente y agudo gemido.

Steven se pasmó, volteó a ver al taxista quien lo miraba con desagrado. Las orejas se le calentaron de la vergüenza y el color se le subió.

No le quedo de otra más que bajar la mirada y salir a toda prisa sin verle más.

-G-gracias por el servicio. -

-De...nada. -

-¡Va a estar invitado a nuestra boda!- Sonó en el altavoz.

El tipo inmediatamente recobro la sonrisa. –Gracias señorita. - Dijo para luego voltear a ver a Steven de manera sombría y proceder a retirarse.

Steven volteó a ver el celular enfurecido.

-Es tu culpa por tocar de más. - Le dijo mirando a un lado disimuladamente.

-Si vuelves a hacer algo así, te juro que le arranco la bocina al celular. -

-Ya hombre, ya paso. Por cierto, están cerrando la reja. - Dijo mientras señalaba detrás de él.

-No, demonios. - Guardó el cel en su bolsillo y corrió hasta cruzar a penas a tiempo, la pesada reja del Instituto.

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Hola a los que hayan llegado hasta aquí. Antes que nada quiero disculparme por no actualizar nada. Mis cercanos saben que no es falta de trama, si no de mi falta de poder para plasmarlas como deseo.

Ante tal circunstancia pensé incluso retirarme por un tiempo, hasta que ayer escribí unas 250 palabras de esto que leyeron, y decidí hacerlo un capitulo. A mi, me encanta. El viernes a medio día se deberá subir el capítulo dos.

Sin más me despido diciéndoles que espero se hayan reído con esto.

Saludos.

Lobo Hibiky