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Disclaimer: Ningún personaje me pertenece. Los nombres que reconozcan pertenecen a la maravillosa Naoko Takeuchi.

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Dedicado: ¡A ti!... a cada uno de esos lectores que me incentivan a seguir escribiendo. ¡Muchas gracias!... por su incondicional apoyo.

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§ • § • MUY FELIZ "SAN CALENTIN" ¡¡MI AMOR!! • § • §

S&D

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§ § Ay mi piel... que no haría yo por ti,
por tenerte un segundo,
alejados del mundo... cerquita de mi.

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Bajo el cielo cargado de estrellas que resaltaban la belleza de una luna creciente, se encontraban dos enamorados, discutiendo en un jardín con numerosos rosales blancos. Ella, la hermosa y curvilínea Serena Winston vestía un corto vestido blanco de tiritas con escote V ajustado hasta la cintura, bajo el busto el vestido tenía una serie de bordados en color rojo que le daban un aire coqueto... que hacía perfecta combinación con sus tentadores labios color carmín. Darien Shields, seductor por naturaleza, vestía un impecable traje sastre negro de cuello mao, que resaltaba su sedoso pelo azabache y sus cautivadores ojos azules.

-¡Tu papá me tiene bronca! ¡no le gusto como tu novia, eso es! Si me tuviera un poquito de consideración no te habría mandado a resolver sus negocios a Nueva York -acusó indignada la hermosa rubia, mientras cruzaba los brazos delante de sus pechos, resaltando de manera inconsciente ciertos atributos que atormentaban a su novio.

-Que no amor, ¿quién en su sano juicio podría tener algo en tu contra? Si eres DIVINA. ¿Qué tengo que hacer para que se te quite el enfado? -preguntó Darien esperanzado por vigésima vez durante la noche.

-No estoy enfada -respondió Serena con una mirada de "si lo estoy" mientras se alejaba de Darien y le daba la espalda.

-Estoy sentida Darien que no es lo mismo, no fue 1 o 2 días… sino que fue más de un mes el que estuvimos separados, que por lo visto a ti no te afectó en lo más mínimo -recriminó Serena herida y con la voz quebrada por la angustia, no terminó de hablar cuando Darien la tomó del brazo para ponerla frente a él y mirarla a los ojos. Al verla contempló acongojado lo que temía, su princesa estaba silenciosamente llorando... ¡por dios! cuánto odiaba verla llorando, nada en el mundo le desgarraba más el alma que ver esos ojos cristalizados por las lágrimas. Sin embargo, tomó una postura seria frente a ella y la miró fijamente...

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Ay mi piel... como el río magdalena
que se funde en la arena del mar,
quiero fundirme yo en ti...

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-¡Cómo se te ocurre decir eso! -acusó herido- si estando lejos de ti me sentí loco, perdido… AMOR, no hubo un día que no alucinara contigo, con tus exquisitos labios, tu dulce voz…tu sonrisa contagiosa. Serena, no sabes cuánto necesite tus ardientes caricias -suspiró embelesado mirándola-. ¡Por favor Sere! -suplicó con sus manos juntas en señal de plegaria- Pido clemencia, sabes que no soporto cuando te enojas conmigo, anda que te cuesta… prometo compensarte. Ya amor, no seas rencorosa ¿por qué te cuesta tanto perdonarme? -preguntó mientras le acariciaba la mejilla.

Serena nuevamente lo miró, mientras nuevamente sus ojos se cristalizaron, trató de responderle, pero no pudo... el nudo en la garganta se lo impidió. Al rato después logró articular palabra.

-Te extrañe tanto amor -respondió en un susurro, con la voz apenada. Volvió a abrir sus labios para hablar nuevamente, pero cuando hizo "tan irresistible acto" según Darien, este la capturó fuertemente entre sus brazos, mientras devoró su boca en una delirante beso... que Serena respondió sedienta.

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Hay amores... que se vuelven resistentes a los daños,
como el vino que mejora con los años,
así crece lo que siento yo por ti...

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A los minutos después, Serena logró reponer su respiración, y con una sonrisa traviesa lo miró a los ojos.

-Eres malo, ¿por qué me dijiste que volverías hasta la próxima semana… te gusta hacerme sufrir?

-¡Cómo se te ocurre mensa! -contestó Darien indignado, abrazándola con fuerza.

-¡¡JA!! Ahora me ofendes, ¡menudo novio el que me gasto! Primero me abandona y luego me insulta. ¡¡No hay derecho!! -recriminó la rubia con fingido enojo.

Darien tomó un poco de aire y volvió a mirarla a los ojos.

-¡Qué terca eres por dios!, hoy andas totalmente sensible. Amor si te dije que volvería en dos semanas más, fue porque así estaba planificado, pero como YO no soportaba estar lejos de TI, Aceleré todo y por las noches adelanté el trabajo, de ese modo maté dos pájaros de un tiro.

Serena arqueo una ceja curiosa.

-¿Cómo así? -se aventuró a preguntar la rubia buscando la mirada de su novio que aún la mantenía fuertemente abrazada.

-1º terminé los estados de costos y la revisión general de los balances, entre otras cosas, antes de lo planeado y, 2º y más importante, al trabajar todo el día mantuve mi cabeza ocupada en otra cosa que no fueras tú. Me estaba volviendo loco de pensar en ti y no tenerte cerca, yo no sé cómo no morí de hipotermia de tanta ducha fría que me di de sólo pensar en ti…

-¡¡Darien!! -fue cortado por la voz, de su ahora, apenada novia-. Habla bajo, alguien puede escucharte y lo último que quiero es que tus papás o lo míos se enteren de nuestras intimidades -le señaló Serena en un susurro mirando el jardín de su casa donde se encontraba ella y Darien.

Ahí estaban solos, pero a sólo unos metros se encontraban los padres de ambos en una cena de bienvenida que celebraban por la llegada de Darien, luego de ausentarse por más de 1 mes a causa de los negocios de su familia.

- ¡¡ups!! Ves tú, pierdo la cabeza estando contigo -la miró a los ojos divertido, le encantaba provocar ese leve sonrojo en sus mejillas-. Serena estando contigo me olvido del mundo entero, no me importa el lugar o el momento, sólo me importas tú. Poder disfrutar cada segundo que la vida me regala a tu lado.

-Mi amor… -fue lo único que Serena alcanzó a decir antes de ser nuevamente besada por Darien en un beso dulce, pero cargado de necesidad... de un ansía tan grande y que a cada segundo se tornaba más intensa, más tremenda, pero por sobre todo, un ansía y una necesidad que ambos compartían, un sentimiento posesivamente recíproco. Dulce.

- umm… uhh.

Sintieron ambos a alguien aclararse la garganta, rompieron el beso agitados por la falta de aire y molestos por la interrupción.

-Chicos la cena esta servida, les grité anteriormente, pero no me escucharon. Ahora entiendo el por qué… no se demoren -señaló Ikuko, con una mirada cómplice.

-Ya vamos mamá… de verdad que no te escuchamos -se defendió Serena mientras su madre le guiñaba un ojo y luego daba media vuelta para volver al interior de la casa. Ella y Darien en cambio intercambiaron miradas y a pesar de que trataron de contenerse no pudieron evitar reírse, no era la primera vez que les pasaba.

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Hay amores, que se esperan al invierno y florecen,
y en las noches del otoño reverdecen,
tal como el amor que siento yo por ti.

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-Ya entremos, no quiero que tu padre se moleste porque le rapte a su nenita consentida. Y no me mires así, prometo compensarte por no haber estado contigo durante San Valentín hace un mes, no sabes la sorpresa que te tengo. Te compré un regalo hermoso, ya verás… lo mejor para mi princesa.

Serena le sonrió maliciosa, lentamente se acercó a su oreja provocando sus más bajos instintos. Su oreja era su punto sensible, ella lo sabía... y se aprovechaba de ello.

-Y yo mi amor apenas tenga oportunidad, te haré el amor lenta y salvajemente como a ti te gusta. Prometo retorcerte de placer bajo mis caricias hasta que supliques misericordia… palabra de novia reprimida por más de un mes -confesó Serena con la voz cargada de pasión, mientras se separaba lentamente de Darien que permanecía inmóvil hasta que ella lo tomó del brazo para encaminarse a cenar "en familia".

Antes de entrar a la casa, él volvió a rodear su cintura con sus brazos y la miró dichoso a los ojos.

-Sabes amor, ¿que es lo que más me gusta de tus promesas? –la cuestionó Darien

-El tono lascivo en el que te las hago -respondió en un susurro su novia con tono victorioso.

-Bueno aparte de eso -admitió Darien, mientras le sonreía- ¡¡Es que siempre las cumples!! -respondió aún más contento, junto a Serena que correspondía a sus risas.

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Ay mi piel, no te olvides del mar,
que en las noches me ha visto llorar,
tantos recuerdos de ti.

-

La cena transcurrió tranquilamente entre risas y bromas por parte de los Winston y los Shields. Ambas familias se conocían desde años, pero sólo desde el momento en que la relación de sus hijos se tornó duradera y estable, optaron por conocerse entre ellos más íntimamente, congeniando de inmediato, para fortuna de Darien y Serena. Durante la cena Darien contó a grandes rasgos su desempeño en los negocios de su familia en Nueva York, además de los problemas que surgieron de improvisto en su estadía en aquella ciudad.

Samy el hermano menor de Serena, fue quien se encargó de romper la armonía del momento al preguntar al novio de su hermana, si se comportó "debidamente" estando lejos y no sucumbió ante ninguna "distracción" estando lejos, tal comentario como era de esperarse captó toda la atención de los presentes... en especial la de Kenji y Serena que lo miraron pacientemente esperando su respuesta.

-Claro que no SAMY, jamás miraría a otra teniendo a mi lado al ángel más hermoso -se defendió Darien haciendo hincapié en las últimas palabras, ante la sólo un poco, "celosa" mirada de su novia.

- Aahh, más te vale, porque a Sere le sobran pretendientes ¡de lo más atentos! Supieras cómo se desvivieron por ella para San Valentín e...-Samy que estaba sentado al lado de Darien no alcanzó a decir más cuando Sere, sentada frente a ellos, le envió un puntapié por debajo de la mesa en advertencia.

Si había alguien más celoso que ella... ese era Darien. Y en vista del rumbo que iba tomando la conversación lo mejor era callar cuanto antes a su "ubicado hermanito".

-¿Cómo así Serena? -preguntó Mamoru Shields "el considerado suegro" echándole más leña al fuego.

Serena pretendía volver a darle un puntapié a su hermano para que no hablara de más, pero en el camino su pie fue casualmente interceptado por Darien, él que instintivamente adivinó las intenciones de su novia.

-Lo que pasa es que para San Valentín a Serena le llegaron numerosos arreglos florales, chocolates hasta un tremendo oso panda recibió -contestó Ikuko y luego continuó-: de todos modos Serena no le hizo mucha gracia lo de las flores –añadió, tratando de calmar el ambiente un tanto tenso que se había formado.

-Por qué no te gustaron las flores cariño -preguntó la señora Shields- Darien me ha dicho que te encantan.

-Si me encantan las flores, pero no en grandes cantidades, mi casa parecía funeraria… de verdad espero no volver a pasar por semejante experiencia -trató de safarse del agarre de su novio, pero este aún mantenía uno de sus pies sujeto.

-Y quienes fueron los atentos que tuvieron tremendo detalles contigo mi amor -habló por fin Darien, haciendo énfasis en el "mi amor" sosteniendo con más fuerza el tobillo de su novia, mientras esta lo miraba altiva.

-Diamante Black y ese otro chico simpático… Seiya Kuo parece que es su nombre –informó oportunamente Kenji antes de que Serena pudiese contestar.

La cena siguió como al principio entre risas y comentarios algo subidos de tono por parte de la señora Shields e Ikuko. Darien se mantuvo serio, sólo "un poco" molesto, pero más tarde arreglaría cuentas con su novia… SU NOVIA, que el mundo entero se muera de envidia, pero ella ya tenía dueño y ese era él.

Ya se encargaría él de dejarlo en claro más adelante con ciertos babosos.

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Ay mi piel, no te olvides del día.
Que separó a tu vida…
de la pobre vida, que me toco vivir.

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Los padres de Darien se despidieron de la familia Winston, no sin antes comprometerlos a cenar en su casa. Darien por su parte se despidió de sus padres, ya que él se quedaría un momento más con Serena y luego se iría a su departamento.

-Así que el tarado de Black y el descarado de Kuo te siguen molestando, ¿no?

-Ya Darien no te sulfures, y no me mires así… ya sabes que si no me das motivos, como VOLVER A IRTE POR MAS DE UN MES, no pienso hacerles caso a ninguno de ellos.

-Así no me convences mucho -advirtió Darien celoso-. Además ya habíamos aclarado mi viaje de NEGOCIOS ¿no? Ya me encargare de aclararles a esos dos rastreros que tú eres ¡¡MÍA!! –sentenció seguro mientras la besaba.

-¿Y si yo quiero acercarme a ellos?, debes reconocer que Ante es de lo más amoroso y Seiya es supersimpático -Serena volvió a picar a su novio.

-Nica -contestó molesto, dejándola confundida.

-Cómo que nica Darien, ¿qué es eso?

-NI CAGANDO… sobre mi cadáver te acercas a esos dos tarados.

-Que celoso Darien -rió la rubia.

-Curioso que lo diga una posesiva sin remedio –aclaró él divertido, contagiado por el humor de su novia

-Ok me rindo -concluyó Serena.

Al rato después Ikuko y Samy se despidieron de Kenji, Serena y Darien.

Al día siguiente Samy tendría una importante competencia de tenis en otra ciudad, Ikuko decidió acompañarlo y mañana a medio día Kenji la alcanzaría luego de solucionar unos pendientes en el trabajo. Darien finalmente se despidió de Kenji, y le prometió a Serena volver al rato, ya que había olvidado traerle su regalo. Al principio estaba reticente a volver, no le hacia mucha gracia venir a verla a medianoche con su papá en casa... mucho menos a escondidas, pero Serena fue tan insistente que no le quedo de otra.

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Hay amores, que se vuelven resistentes a los daños,
como el vino que mejora con los años,
así crece lo que siento yo por ti…

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A eso de las tres de la mañana Serena recibió un particular mensaje de texto.

"Ya llegue amor, desactiva la alarma, estoy afuera ¿estas segura de que tu papá esta durmiendo?"

- Jajaja, pobre Darien –suspiró risueña.

Al rato, Serena bajó las escaleras, desactivó la alarma y le indicó a Darien que podía entrar. Este a pesar de los nervios le hizo caso y entró.

-Serena si tu papá me encuentra contigo a estas horas y a escondidas ME MATA -le advirtió en un susurro.

-Ya no seas exagerado, que mi papá esta durmiendo profundamente… ven quiero enseñarte tu regalo, lo tengo en mi cuarto -dijo inocente.

-¿Y no pudiste bajarlo? –Ironizó Darien, mientras Serena lo subía por las escaleras-. Serena de verdad, si tu papá me encuentra en tu dormitorio ¡no me a creer lo del regalito! –insistió Darien temeroso.

-Ya Darien no te preocupes que mi papá esta durmiendo en la habitación que esta al otro extremo de la mía, recuerda además que todas las habitaciones poseen gran aislamiento acústico, para evitar los ruidos molestos de unas a otras. Además, ahí podremos hablar con mayor tranquilidad sin ser descubiertos y apenas intercambiemos los regalos te vas, ¡¡es lo mínimo que me debes!!

Darien finalmente asintió resignado. Serena era imposible y tormentosamente arriesgada... para su desgracia. Al llegar al cuarto Darien se sentó en la cama de Serena y sacó de inmediato el regalo de su novia kamikaze.

-Toma amor este es tu regalo -extendió una pequeña cajita de terciopelo que Serena abrió al instante.

- Un anillo… es precioso Darien, me encanta -saltó a besarlo, y se sentó sobre sus piernas- gracias amor, ¡¡esta líndisimo!!

-Ahh, pero no es cualquier anillo -informó Darien, provocando que Serena dejara de besarlo y lo encarara divertida.

-¿No? no me digas que este anillo concede deseos, es mágico o no mejor, tal vez sirva para ir al futuro o al pasado -comentó Serena divertida.

- ¡Ja! tan sarcástica siempre, ¿no amor? –imitó él su tonito sarcástico- pero no, este anillo hace algo mejor… es tu anillo de compromiso ¿Quieres casarte conmigo?

Ahora ella quedó inmóvil, siempre había soñado con casarse con él, pero jamás ni en sus más remotos sueños imaginó que él fuese a pedírselo ahora. Darien la miró preocupado, moría de nervios de que ella se negara a formalizar con él. Durante el tiempo que estuvo sin Serena pudo darse cuenta de que no quería volver a separarse jamás de ella, la distancia había sido una cruel y lenta agonía... que él no estaba dispuesto a volver a sufrir. La movió para que reaccionara, ya estaba impaciente por su respuesta.

-Si acepto, acepto, acepto -repitió Serena y por cada "acepto" volvía a besar, a su ahora futuro esposo, con lágrimas en los ojos. Luego del último beso se miraron dichosos el uno al otro.

-Ya me estaba asustando, llegue a pensar que estabas maquinando la manera de decirme que no -confesó Darien.

-Cómo crees… lo único que deseo es ser tu esposa.

-Menos mal –suspiró Darien embelesado mirando su hermoso rostro, perdiéndose en esa enormes orbes celeste que tanto amaba, luego bajo a sus labios y verlos hinchados de tantos besos, rojos y tentadores.

Lo hicieron refrenarse y con la poca voluntad que le estaba quedando, le dio un beso fugaz a Serena y la aparto de su lado.

-Ya amor, dame mi regalo que ya tengo que irme. Si seguimos así, dudo que pueda contenerme…

-Buu -bufó Serena mientras se alejaba de él y tomaba un pequeño sobre de papel y se lo entregaba a Darien.

-Toma amor, este es mi regalo con todo el amor del mundo para ti -Darien lo tomó desconcertado.

Ya estaba temiendo que se confirmaran sus sospechas apenas vio el sobre, muchas veces él y Serena habían tenido relaciones... él no se cuidaba, pero Serena le había perjurado que si.

Siempre soñó con el día en el que Serena tuviera un hijo suyo, pero ella aún era muy joven para ser madre. No quería que por su descuido ella dejara sus estudios profesionales de lado. No era justo.

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Hay amores, que parece que se acaban y florecen
y en las noches del otoño reverdecen...

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Sostenía el sobre con manos temblorosas y se volvió a sentar en la cama, hasta que Serena impaciente y risueña lo instó a abrir finalmente el sobre. Lo hizo. Y quedo aún más desconcertado, al tiempo que ella maliciosamente se alejo de él.

- Una boleta Serena… ¿Ese es mi regalo?

-No... No... No -negó ella con su dedo índice- mira bien la boleta amor ese es tu regalo y vaya que me salió caro.

-Serena no te han dicho que decir el precio es de mal gusto -miró detalladamente la boleta y se dio cuenta de que verdaderamente el regalito no salió nada barato-. Y dime amor para que quiero yo un baby doll rojo ese es más bien un regalo para ti… ¿Es que se te olvido comprarme regalo? -acusó Darien.

Y al levantar la vista vio como la puritana bata rosa de su novia caía hasta al suelo, dejándola a ella en un sugestivo baby doll rojo que tiró por la borda la poca cordura que le quedaba. El sólo verla hizo endurecerlo de inmediato. El mes completo que estuvo sin ella se le vino a la mente haciendo estragos en su cuerpo que ahora dolía de necesidad... por ella.

- Dime Darien si esto no califica como un regalo sólo para ti -sonrió Serena victoriosa, al tiempo que recorría con la mirada el cuerpo de su novio.

- Serena, ¿estas segura de que el aislamiento acústico es bueno? - habló Darien jadeante con la voz ronca, notoriamente cargada de deseo.

- Si amor, la acústica es magnifica lo he comprobado es más de una vez y te aseguro que del cuarto de mis padres no se escucha absolutamente nada -se acercó a la puerta y miro nuevamente a su novio-. Amor finalmente te vas... o vas a disfrutar de tu humilde regalo -preguntó guiñándole el ojo y haciéndole un puchero...

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Tal como el amor que siento yo por ti
yo por ti, por ti.
Como el amor que siento yo por ti. § §

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Continuará...


Canción "Hay amores" de Shakira.


§ PAMELA §

"Kaoly"