¡Hola! Nueva historia (?) Bueno, no realmente. Es una traducción de "The Baby Problem" hecha por BonneyQ, quien me dio —amablemente— su permiso para traducirla. ¡Muchas gracias!
Disclaimer: Fairy Tail y The Baby Problem no son propiedad mía. Créditos a Mashima y BonneyQ respectivamente.
Juvia Loxar estaba sumida en unos profundos pensamientos. No, eso no. Ella estaba con la mierda hasta el cuello, eso es. En una profunda, profunda mierda. Sólo había pasado una semana desde que descubrió que estaba embarazada con el niño de un hombre del que estuvo enamorada por casi 6 años. ¿Bien, verdad?
Mal.
Juvia no estaba saliendo con el chico mencionado. Ellos estaban teniendo encuentros nocturnos desde hacía algún tiempo, algo así como amigos con derecho, pero 6 semanas atrás, ambos se habían emborrachado en la boda de Natsu y Lucy. Ella fue una de las damas de honor y él fue el padrino, por lo que entraron en la iglesia juntos. Luego sacaron el alcohol y el hombre les hizo beber a los dos. Terminaron teniendo sexo sin protección, algo que no tomaron en cuenta. En ese momento, nadie pensó que sería un problema.
Sí, terminó siendo un gran problema.
Ahora ella estaba embarazada y no tenía ningún deseo de terminar ese embarazado. Inconscientemente, puso una mano sobre su vientre. Juvia no mataría a su bebé porque ella se hubiera descuidado. Esa pequeña persona, sin maldad dentro de él o ella, tenía el derecho a vivir y Juvia no le quitaría eso a su bebé. El problema era su padre, Gray Fullbuster.
Por el amor de Dios, ¡ni siquiera estaban saliendo! ¿Cómo podía decirle que estaba embarazada? Aunque ella lo amaba desde el primer día en el que se conocieron, literalmente. Pero tenía miedo de que la acusara de quedar embarazada a propósito, o que le dijera que no tenía nada que ver con eso: que ella se hubiera cuidado. O peor aún, tal vez le pediría que se casara con él. Eso sería una pesadilla.
Gajeel la miró con recelo. Ella, el Dragon Slayer y el Exceed Panther Lily, estaban completando una misión. Una difícil, pero no de clase S. Juvia estaba tan paranóica que pensó que Gajeel sabía lo que le estaba ocultando.
—Así que... —Dijo sin dejar de mirarla. — Juvia.
—¿Sí, Gajeel-kun? —Juvia trató de sonar lo más normal que pudo.
—Hoy estás algo extraña. —Respondió, apoyando la cabeza en su mano derecha y sonriéndole maliciosamente. — ¿Por qué?
Bien, por lo que sabía, ella estaba ocultando algo. Tal vez si ella lograba sonar convincente, podía cambiar de tema.
—Ni idea —Contestó, sosteniendo su mirada. — Puede que sea tu imaginación.
—¿De verdad? —Gajeel alzó una ceja. — Porque Lily también se dio cuenta.
Juvia miró al gato negro que estaba parado frente a ella.
—Es cierto, Juvia-san. Pareces... diferente. —Asintió el Exceed.
—Y tu olor... Hueles diferente. ¿Verdad, Lily? —Miró a su gato.
—Sí. —Lily volvió a asentir.
—Eso es porque Juvia cambió su champú. —Dijo, mirando el exterior a través de la ventana del tren.
—No es eso. Cada persona tiene un aroma que no se puede cambiar fácilmente. Y el tuyo es muy diferente. Algo está pasando y no me lo estás diciendo. —Concluyó Gajeel, con calma, aunque ella pudo sentir que estaba furioso. — Y lo que me molesta es que no puedo dar en el clavo.
Juvia y Gajeel eran mejores amigos. Ella lo veía como el hermano mayor que nunca tuvo. Aunque claro, todos en el gremio eran amigos entre sí, incluso cuando eran enemigos, pero Gajeel y Juvia tenían un vínculo más profundo que eso. Algunas cosas no se las podía decir a nadie que no fuera él. Ella pasaba por cosas que sólo Gajeel podía entender, y él habló con ella sobre cosas así, como en el tiempo en que necesitaba ser el espía del gremio de Iván. Cuando se enteró de que Gajeel era un espía, se enfadó y lo torturó. El gremio apenas llego a tiempo para encontrar al Dragon Slayer vivo. Las cosas, las terribles cosas, pasaron por eso, le había dicho. No podía hablar con Levy al respecto, ya que sólo conseguiría preocuparla: Natsu se enfadaría y trataría de meterlo en la prisión del Consejo para vencer a Iván; y el maestro se castigaría a si mismo por las crueles cosas que hizo uno de sus hijos.
Así que se lo dijo a ella.
Juvia estaba aterrorizada al escuchar las cosas que ese monstruo le hizo a su amiga, pero le escuchó. Se tragó las ganas de lorar y lo sostuvo firmemente mientras que él le decía. Gajeel era más fuerte de lo que nunca sería ella. Cuando por fin terminó, la miró, esperando ver a la maga de agua llorando pero se sorprendió al ver su cara normal.
—Así que... ¿qué vas a decir al respecto? —Le preguntó a Juvia.
—Bueno... —Se levantó de la silla que estaba junto a la cama del Dragon Slayer. — Gracias por contármelo
—¿Nada más? —Le preguntó. Ella tomó sus manos.
—Nada más. —Le sonrió, apretando sus manos con fuerza. Suspiró con alivio.
—No le dirás nada a esos estúpidos, ¿verdad?
—¿Y hacer que se preocupen por un idiota como tú? Nunca. —Pasó una mano por su cabello y lo besó en la frente. — Siempre que necesites a Juvia, va a estar allí para ti. Juvia no te dejará pasar por eso, aunque no ocurrirá de nuevo sin ella.
—Como si yo necesitara preocuparme de una estúpida como tú. —Él miró hacia otro lado, poniendo los ojos en blanco.
Ella salió de la habitación de hospital y suspiró. Sabía que no podía mostrar ninguna emoción en ese momento, ya que Gajeel nunca se perdonaría el haberla hecho llorar por su culpa. No, eso sólo le haría ganarse un par más de heridas aunque Juvia entiende lo que pensaba acerca de todas las cosas que le pasaron. Igual que ella: pensó que el sacrificio que hicieron por el gremio les haría merecedores de estar con ellos. Ni Juvia ni Gajeel eran realmente malos, pero sí hacían malas elecciones y decisiones. Y esas malas decisiones los hacía herirse, incluso si sus nuevos nakamas lo olvidaron todo, aparentemente, porque no podían. La maga de agua y el Dragon Slayer se tenían el uno al otro en su dolor. Es por eso que Gajeel podía decirle lo que pasó y Juvia podía decirle porqué ella fue incapaz de luchar cuando Laxus atacó al gremio y los hizo luchar entre sí. Tal vez, después de recibir demasiados castigos, podrían ser verdaderamente perdonados por sí mismos.
Desde entonces, todo Fairy Tail era muy fuerte y no podían permanecer alrededor de las habitaciones, así que todos los miembros de la hermandad estaban allí, en la sala de hospitalización. Esperando, porque sabían que Gajeel sufrió mientras estaba con Iván, pero el no quería hablar con nadie y pensaron que lo haría con Juvia. Levy fue la primera en preguntarle.
—Así que... ¿está bien? —Juvia pensó durante unos segundos antes de responder.
—Sí. —Le sonrió a la maga de sólida escritura. — Hablamos.
—¿Y...? —Preguntó Lucy, preocupada.
—Él está muy bien. —Todos parecían aliviados. — Simplemente no le pregunten lo que sucedió allí. —Todo el gremio puso los ojos sobre ella.
—¿Por qué? —Preguntó Droy. Después de todo, él y Jet estaban bien con Gajeel. No lo suficiente para verlo con Levy, pero sí como para preocuparse por su vida.
—¿Te gustaría que te preguntaran cada cinco minutos lo que pasó cuando eras prisionero del enemigo. Droy-san? —Inquirió Juvia, aunque todo el mundo entendió lo que quiso decir. Sólo empeoraría.
—Lo entiendo. —Asintió Droy. — Bueno, si él está bien, supongo que deberíamos ir a casa.
—Yo me quedo. —Dijo Levy y, cuando todo el mundo estaba yéndose, agarró a Juvia por el brazo y le habló en voz baja. — Juvia-chan. —Con tan sólo su voz y la mirada que tenía en los ojos, preguntó todo.
—Juvia le promete que estará bien, Levy-chan. —Ella sonrió.
—Gracias por estar allí para él, Juvia-chan. —Dijo, abrazándola. — Yo voy a... —Miró por encima de la puerta en la que Juvia regresó hace unos minutos.
—Por favor, ve. —Le sonrió.
Todos se habían ido para ese entonces. Esperó a que se marchaban antes de irse. No necesitaba a nadie con ella, ya estaban demasiado preocupados por Gajeel.
De vuelta a casa, Juvia luchó contra sus lágrimas. No podía arriesgarse a que Gajeel escuchara u oliera sus lágrimas, así que acabó por llorar en su habitación.
Justo en frente de Fairy Hills estaba Gray Fullbuster, sentado. Cuando se acercó a él, se limitó a mirarla.
—Estás lo suficientemente lejos. —Le dijo, y sólo con eso y todas las cosas que el Dragon Slayer le decía, inundaron su mente.
Así, Juvia lloró por su amigo. Juvia lloró por Gajeel a punto de morir, porque él fue golpeado, electrocutado, cortado y ahogado. Juvia lloró por todo lo que pasó su amigo. Y, finalmente, lloró porque estaba vivio. Gray la sostuvo hasta que terminó de llorar.
El lazo tras la amistad de Juvia y Gajeel era muy fuerte, por lo que tenía sentido que estuviera loco porque ella no le quisiera decir lo que la estaba molestando.
No era como si ella no quisiese hablar con él acerca de estar embarazada, fue porque si Juvia le decía a alguien, iba a ser real y, en ese momento, estaba demasiado confundida. Una vez que terminara la misión, compraría otra prueba de embarazo y confirmaría, por quinta vez, lo que ya sabía y entonces podría hablar con él.
Así que, para aliviar sus mentes, dijo—: Hay algo que Juvia no te está diciendo, Gajeel-kun. —Suspiró. — Pero en este momento, vamos a una misión. Si Juvia te lo dice, estarás preocupado y no necesitas eso, ¿verdad?
Gajeel y Lily la miraron con atención.
—Con esta charla estoy aún más intrigado. —El tren se detuvo en la ciudad donde se suponía que debían ir.
—Juvia le promete decírtelo cuando terminemos esto, ¿vale? —Le acarició la mano y se levantó. — Ahora vamos a destruir un gremio oscuro, ¿de acuerdo?
...
Juvia se despertó sin tener idea de donde estaba. ¿Qué diablos había pasado?
—Por lo tanto, ya estás despierta, ¿eh? —La voz de Lily provino de su lado izquierdo, y ella lo miró. Estaba sentado en una silla y Gajeel se encontraba mirando por fuera de una ventana.
—¿Qué pasó? —Preguntó.
—Te desmayaste durante la pelea. —Respondió Lily, ahora en sus diminutos pies y mirándola con seriedad.
—¿Qué? No lo hice. —Juvia frunció el ceño. No era una de las que se desmayaban durante una pelea.
—¿En serio? ¿Y, entonces, qué pasó? —Lily levantó una de sus cejas mientras que Gajeel seguía en la misma posición.
—Yo..." Pensó. ¿Qué había pasado? Recordó estrellarse contra el edificio oscuro del Gremio. Recordó usar algunas de sus magias y luego...
—Water Slice! —Pero no pasó nada. Los ojos de Juvia crecieron enormemente. ¿Qué pasaba? ¿Se había agotado su poder mágico? ¡Imposible! ¡Era una antigua miembro de Elemental Four y una maga de Clase S! ¡Su poder mágico era mayor que eso!
El problema no era que estaban momentáneamente imponentes: ¡el problema era que ella estaba momentáneamente impotente en medio de una pelea! Su oponente era el segundo más fuerte del Gremio Oscuro, por lo que ella era una don nadie. Podría haber muerto si Lily no hubiera saltado delante de ella.
—¿Qué ocurre, Juvia? —Gritó cuando Gajeel golpeó a su oponente en la cara.
—Yo... —El mundo de Juvia se movía a su alrededor. —Estoy b... —Iba a decir que estaba bien cuando la oscuridad llegó y tomó sus sentidos.
Desde la distancia, oyó a Lily llamando a Gajeel. Entonces, todo se quedó en blanco.
—Me desmayé. —Murmuró para sí misma.
—Sí, lo hiciste. —Asintió Lily.
—¿Terminaste el trabajo? —Preguntó con una voz fría.
—¿Eso es lo que quieres saber? ¿Realmente? —Gajeel habló sin darse la vuelta para mirarla.
No, no lo era. Quería preguntar si su bebé estaba bien. ¿Y si algo le sucedía a él o ella porque se desmayó?
Por el tono de su amigo, él sabía lo que la estaba molestando.
—¿Está todo bien? —Preguntó en voz baja.
—Los dos están bien. —Dijo Lily, cuando Gajeel no respondió.
Juvia dejó salir a un pequeño suspiro de alivio a través de sus labios. ¿Qué habría hecho ella si perdía a su bebé por ser descuidada? La sola idea de perder al bebé le dolía como un cuchillo en su corazón. ¿Era eso lo que sentían las madres hacia sus hijos? ¿Tanto amor que ahogaba? Y ella tenía sólo un par de semanas de embarazo. ¿Eso significaba que ese amor podría crecer aún más?
—Juvia... —Dijo Lily, ganándose su atención de nuevo. — Terminamos el trabajo. El médico dijo que estabas bien para viajar, siempre que no se utilice la magia. También dijo que deberías ver a tu propio médico de regreso a Magnolia.
—Gracias, Lily. —Contestó Juvia, y se dio cuenta de que tenía las manos sobre su vientre, probablemente desde el momento en que se despertó.
—Entonces vamos. —Gajeel estaba en la puerta cuando dijo la frase. —Quiero dormir en mi cama esta noche.
Lily miró a Juvia y cambió a su forma grande.
—Vamos, Juvia-san. —Le sonrió mientras la ayudaba a levantarse. —Si no vamos tras él, se comerá el tren
Juvia rió entre dientes porque era muy cierto.
...
El viaje de vuelta a Magnolia fue silencioso. Gajeel ni siquiera miró en dirección a Juvia durante todo el viaje de dos horas. Él se quedó mirando por la ventana. Juvia sabía que estaba enfadado con ella y esperó a que le gritase. Ella podría hacer algo, podría saber cómo reaccionar, pero... ¿qué podía decir o hacer cuando no tenía ni idea de lo que estaba pensando el Dragon Slayer?
Lily también se perdió en sus pensamientos. A Juvia le gustaba el Exceed, era muy inteligente y se hacía cargo de Gajeel cuando ella no podía. Juvia también lo consideraba un amigo cercano, ya que cada vez que estaba en una misión con los dos, se sentía feliz de hablar con el gato aunque ese día estaba muy silenciosa.
Ella debería haber dicho algo antes, ¿no? Debería haber dicho 'no' a las misiones, tan pronto como se enteró de que estaba esperando un hijo, pero se dio cuenta de que había una posibilidad de poder estar en una misión sin que esta le afectara. De hecho, ni en la primera ni en las otras dos misiones pasó nada. Así que, ¿por qué ahora sí?
El momento en el que el tren se detuvo en la estación de Magnolia, Gajeel se levantó y se fue antes de que Juvia pudiera decir algo.
