Bueno, me presento, soy Botan , y hace tan sólo unos meses que me convertí en fan de Yu Yu Hakusho, éso no quiere decir que nunca lo haya visto, sólo que no me había hecho fan, en especial de Kurama. Este es mi primer fic de la serie, y espero que sea de su agrado. Trataré de que sea una comedia, mezclada con demás géneros. Les pido mil disculpas si cometo algún error en el fic, ya que, como dije con anterioridad, no hace mucho empecé a ser de la serie. Quiero agradecer a mi amiga Mukuro-chan por haberme hecho fan de la serie y por haberme aportado ideas para crear el fic Arigatou! Bueno, basta de cháchara y comencemos... Si piensan que en un Koenma/Botan... están equivocados nn je je

Nota: los persoanjes no me pertenecen, es propiedad de Yoshihiro Togashi.

Botan, la niñera

Capítulo 1

Aquél día no había pasado nada extraordinario, el trabajo había sido el mismo y, como de costumbre, siempre sonriendo, a pesar de las dificultades que su trabajo le daba.

La noche ya había llegado y se encontraba paseando por el cielo, en el ningekai, mirando las estrellas y suspirando con una sonrisa, cracterística de ella.

-¡¡¡BOTAAAN!

El grito hizo vasi caer a la chica de cabello azul claro. Se acomodó en remo y miró quién había gritado. Para su sorpresa era Ogri. Botan abrió la boca para preguntarle qué pasaba, pero el ogro azul la tomó por lo hombros y comenzó a zarandearla violentamente.

-¡¡¡ES HORRIBLEE! -decía sin dejar de zarandearla.

Botan, enojada, le dio un empujón a Ogri, mandándolo a volar cinco metros. Se fue de allí, resignada y ofendida.

-¡Oye, es importante! -gritaba Ogri-. ¡El rey Enma te encarga una misión muy importnate, tienes que ir a verlo! -logró escuchar.

Así que la chica de kimono rosa fue a toda velocidad hasta el Reikai a encontrarse con el rey Enma. Debía ser muy importante para llamarla en persona.

Entró al palacio, donde un montón de demonios trabajaban como locos, llendo de aquí para allá. Botan pasó entre todos y fue hasta la oficina del príncipe Koenma, donde suposo que el rey Enma estaría allí.

-Permiso... -dijo Botan abriendo la puerta. Apenas lo hizo, se tapó los oídos: un lloriqueo mezclado con gritos retumbaban por toda la habitación. Botan quedó boquiabierta por lo que vio: estaba el rey Enma con Koenma (versión niño) en sus brazos tratando de... ¿consolarlo? Ô.o

-o.o' Perdone... Yo... -empezó Botan con una gran gota en su cabeza-. Ogri me dijo que...

-¡¡Gracias a Dios! -dijo el rey Enma, tratando de hacerse oír con los gritos del pequño Koenma. La chica de cabellera azul lo miraba muy confundida. En aquél momento apareció Ogri-. Ten -le entregó a su hijo-. Ven afuera, Botan -y así, él y la muchacha de kimono rosa salieron fuera de allí.

-¿Qué fue lo que ocurrió, señor Enma? -preguntó ella, tratando de no ser "fastidiosa". El rey suspiró.

-Pues mira... -empezó-. Luego de que ésta misma mañana Koenma te diera la lista de las personas que tenías que buscar, empezó a actuar de una manera muy poco inusual en él, como un niño de verdad, casi un bebé diría yo. Al principio pensé que era una broma, cosa que también me extrañó de él, pero me di cuenta de que... Creo que, bajo mis propias narices le han quitado la memoria... -dijo en tono de tristeza y enfado a la vez. Botan quedó sin habla, no sabía qué decir-. Por eso... Hoy hemos tenido muchos problemas. Como sé que tú tienes cierta confianza con mi hijo, más que las demás guías, creo que podrías encargarte de cuidarlo por un tiempo...

-Sí... ¡¿Qué cosa! -dijo ella no dando crédito a lo que decía-. ¡Pero...! ¿No cree que una desición muy apresurada, señor Enma? ¿No debería... depositar su confianza a alguien más responsable? -hasta ella misma se autocriticaba. (Me recuerda a mi, tengo un autoestima tan bajo que es profundo xD)

-No. Tú eres la indicada para ésta misión -dijo el rey Enma-. Lo cuidarás en el Ningekai, sin levantar sospechas, hasta que podamos encontrar a la persona que le haya quitado la memoria -Botan abrió la boca para decir algo-. No admito oposición, Botan -así que la chica tuvo que callarse la boca. El rey le entregó un papel con algo escrito-. Allí es en donde lo cuidarás. Vamos -Botan seguió al rey Enma hasta la oficina de su hijo.

Entraron y vieron que Ogri trataba de calmar al niño por todos los medios posibles, sin éxito. Enma tomó a su hijo, le acarició la cabeza (0,0 ¿desde cuándo Enma es cariñoso con su hijo?) y se lo dio a Botan. Antes de que ella pudiera decir nada, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba en el ningekai, vestida con una camisa celeste y un pantalón blanco. Tenía al bebé Koenma en su brazo izquierdo y el papel con la dirección donde tenía que cuidarlo en la otra. Sobre sus hombros colgaba una bolsa grande con todas cosas para bebé.

Botan se sentía perdida y sola. ¿Tan rápido había pasado todo? En un momento estaba en el mismo ningekai mirando el cielo de la noche y al momento siguiente en el ningekai de pleno día y con su jefe en brazos.

Miró el papel que decía: calle Tokugawa 3600. (Qué original lo mio uu'). Calle Tokugawa... ¿Dónde estaba ésa calle? La muchacha de ojos rosados miró la calle en la que estaba, no era Tokugawa. No le quedaba más opción que preguntarle a alguien. En ése instante se acercaba un hombre de, lo que parecía, negocios con un portafolios en una mano.

-Disculpe... -comenzó Botan, pero el hombre ni la miró-. ¡Qué maleducado! -miró a Koenma que dormía en su brazo izquierdo... parecía tan inocente... Nada que ver que el Koenma que ella conocía.

Volvió a mirar al frente para ver si se acercaba más gente, por fortuna sí. Así que trató de preguntarle a alguien sobre la calle que deseaba encontrar. Algunos no sabían, otros no le dijeron nada y otros ni siquiera se inmutaron por la presencia de la chica.

Botan resopló con fastidio al ver que no podía encontrar la calle. Caminó derecho y en cada esquina deseaba leer "Tokugawa", mas sin embargo, después de una hora y media de ir y venir sin resultado, no encontró la calle. Rendida, se dejó caer en el suelo por el cansancio. ¿Por qué ésas cosas sólo le pasaban a ella, se decía una y otra vez a sí misma.

Abrió los ojos y no distinguió más que casas corrientes. Parecía que había llegado a un barrio tranquilo, pues no había circulado ningún coche ni había visto a gente por ninguna parte. Miró de nuevo a Koenma, quien seguía durmiendo plácidamente acurrucado sobre ella.

-Ojalá puedan encontrar la memoria del señor Koenma... -dijo para sí mirando el cielo. Se sentía cansada, hambrienta y con dolor de cabeza. ¿Acaso podría pasar algo peor?

Se incorporó con dificultad y miró en ambas direcciones por donde estaba. Avanzó derecho para encontrar la calle y la casa o el departamento que le habían proporcionado. Para cuado volvió a caer rendida el suelo, oyó una voz conocida que le decía:

-¿Botan? ¿Qué estás haciendo aquí?

La chica abrió sus ojos pesados y se encontró con la cara de su amigo Kurama, versión Shuichi Minamino, claro está. Al verlo se sintió feliz, él podría ayudarla.

-¡¡Kurama! -dijo saltando en sus brazos con cierta dificultad, pues tenía a Koenma en su brazo izquierdo. Kurama se sentía algo abochornado por la súbita reacción de su amiga y por encontrarla en plena calle ningen con Koenma en brazos-. ¡Qué bueno que te encontré!

-Yo también estoy feliz de volver a verte Botan -dijo con una sonrisa. La chica peliazul se soltó de Kurama-. ¿Podría saber qué haces aquí y con Koenma en brazos?

-Si me ayudas a encontrar la calle Tokugawa, te lo contaré en el camino -contestó ella, mas pidiéndoselo que diciéndole una condición.

-De acuerdo. No estamos tan lejos de ésa calle... -y así se pusieron a caminar mientras Botan le comentaba a Kurama sobre lo ocurrido en el Reikai que todo el mundo debe ser.

No tardaron mucho en llegar a la calle indicada pues, para sorpresa de Botan, se encontraba a unas tres calles más de donde estaba. Si hubiera sido más paciente, seguramente la hubiera encontrado por sí misma, pero bueno, las cosas no resultaron tan así.

-¿A qué altura? -preguntó Kurama. La chica de cabellera celeste tomó de vuelta la hoja con la dirección escrita y le contestó:

-3600 -Daba la casualidad de que estaban al 3500, por lo que caminaron un poco más y se encontraron frente a una pequeña casa.

Era una de ésas casas pequeñas, pero acogedoras. Estaba por fuera pintada de color dorado claro y tenía una bonita puerta de roble color marrón oscuro. Junto a la puerta podía verse una ventana, cerrada, con los marcos en color beige. También se podía distinguir un par de cortinas blancas.

-Supungo que será ésta casa... -dijo Botan y se acercó al picaporte de la puerta, la cual se abrió rápidamente. Ingresó en la casa y voltió para mirar al chico de largos cabellos rojizos-. ¿Quieres pasar? -preguntó con cortesía.

-En éste momento no, pero volveré en unos minutos. Mi casa está a unas pocas calles de aquí. Además, debo darle a mi madre los víveres que me encargó -dijo sonriendo. Botan no se había dado cuenta de que él tenía en su mano derecha una bolsa.

-Entonces te veo luego -dijo Botan, también sonriendo e ingresando en la casa. Kurama se alejó de allí con la bolsa en su mano y se dirigió a su casa, la cual no tardó mucho en llegar.

-Ya volví -le anunció Kurama a su madre. Dejó sus zapatos en la entrada y fue hasta la cocina, donde se encontraba Shiori para saludarlo.

-Qué bueno que llegas -le dijo sonriendo-. ¿Pudiste conseguir todo?

-Sí, aquí está vuelto -dijo Kurama dándole unas cuantas monedas a su mamá (como no sé nada de Yenes, no digo la cantidad). Ella las recogió y las guardó. Se volvió hacia la bolsa que había traído su hijo y comenzó a quitar las cosas para acomodarlas-. ¿Quieres que te ayude?

-No, muchas gracias, Shuichi -dijo Shiori guardando unas cosas en la heladera-. ¿Tienes que hacer algo?

-Sí... Me encontré con una vieja amiga que está cuidando de un niño pequeño y me pidió ayuda -contestó.

-Bueno, pues ve -dijo Shiori. Kurama le sonrió y le prometió no volver tarde. Se calzó y fue hasta la casa en donde estaba Botan.

No tardó mucho en contrarla, puesto que hacía tan sólo unos minutos había estado y porque estaba cerca de su casa. Se acercó hasta la puerta y la golpeó con los nudillos. Abrió bien grandes los ojos al ver a Botan...

-¿Qué te pasó? -preguntó al verla manchada de una sustancia amarillo oscuro (no, no es vómito uu, no soy tan asquerosa). Botan tenía cara como de fastidio y sin decirle nada, lo jaló por un brazo y cerró la puerta tras ella. El muchacho de ojos verdes vio que en varias partes de lo que parecía la sala de la casa estaba manchada de la misma sustancia con la que Botan se había manchado. Koenma estaba sentado en uan de esas sillas altas que usan los niños pequeños, sonriendo con alegría y con una cuchara en la mano derecha-. ¿Intentabas darle de comer? -Botan asintió con la cabeza-. Mejor ve a darte un baño, me encargaré de darle la comida a Koenma.

La muchacha de cabellera celesta tomó algo de ropa de un armario, en una de las habitaciones de la casa (¿?) y entró al baño para tomar una pequeña ducha.

Kurama se acercó hasta la mesa y en ella encontró un pequeño frasco de color amarillo oscuro. Lo tomó y leyó el rótulo de éste:

-"Puré de banana" ¿Puré de banana? o.o' ¿Desde cuándo se le da puré de banana a los bebés? -como estaba abierto agarró la tapa del frascó y lo cerró. Se acercó a Koenma y con la mayor paciencia y gentileza que pudo intentó sacarle la cuchara que tenía el pequeño príncipe en su mano-. Dame éso, Koenma... Puedes lastimarte...

-¡¡Mío! -gritaba el pequeño jalando para sí la pequeña cuchara de plata. Kurama suspiró.

-Si me la das, te prometo darte algo rico -dijo el pelirrojo sonriendo para que Koenma le entregara la cuchara. El chiquitín lo miró con los ojos bien abiertos y con cara de inocente. Obediente, le entregó la cuchara-. Eres un buen niño n.n -dijo acariciándole la cabeza con ternura.

Dejó la cuchara en un lugar seguro y se acercó hasta a la bolsa con la que Botan traía. Era una bonita bolsa de color celeste pastel y con dibujos de nubes. La abrió y, para fortuna de Kurama, encotró un biberón con leche. La tomó y Koenma de inmediato comenzó a alargar sus pequeños bracitos, como pidiendo el biberón.

-Aquí tienes -dijo el chico de ojos verdes dándoselo al pequeño, que comenzó a beber la leche con gran entusiasmo. Por otro lado, Kurama se acercó a la cocina y abrió la heladera para ver si había alguna manzana. Encontró un poco de ellas en un rincón y tomó una-. Está demasiado fría... -la dejó sobre la mesa y comenzó a buscar un rallador. En aquél momentó salía Botan del baño.

-Ya estoy -dijo la chica de pelo celeste. Como no vio a Kurama se preguntó dónde se habría metido. Justo lo vio en la cocina rallando una manzana. También se percató que el pequeño bebía con entusiasmo un biberón-. ¿Qué haces? -le preguntó al chico, el cual no se había percatado de la presencia de Botan.

-¡Oh! No sabía que ya habías termiando de bañarte... -dijo-. Por cierto.. ¿De dónde sacaste ése puré de banana? -a Botan se le cayó una gota por la nuca, ¿de dónde lo había sacado?

-Ehh... yo... o.o' Lo encontré dentro de la bolsa y creí que a Koenma le gustaría... -empezó Botan. Kurama sonrió, Botan no había cambiado absolutamente en nada xD-. Pero veo que no... Eh... ¿qué haces?

-Un puré de manzana. A los bebés les encanta -explicó Kurama. Botan sonrió con una gota en la cabeza.

-Creo que tengo que aprender más de ti ' Yo soy un desastre -sentenció sonriendo con uan gota en la cabeza. Kurama sólo sonrió.

-No te digas éso -le dijo-. No creas que yo sé ciudar niños -dijo. Ya había terminado de rallar la manzana-. Creo que está. ¿Puedes dárselo a Koenma mientras yo limpio un poco las paredes? -Botan asintió, tomó el puré y una cucharara, y fue hasta donde estaba Koenma

-Bueno, Koenma es hora de... O.O ¡¡¿Pero qué rayos...!

El pequeñín apretaba cuánto podía el biberón y manchaba el living de leche. Botan dejó el puré de manzana en el suelo y fue hasta donde estaba el pequeño.

-¡Koenma, no hagas eso! -y le quitó el biberón. Los ojos del pequeño comenzaron a humederserce-. Ay, no... uu' -sí: el chiquitín empezó a llorar-. ¡No, no llores! -lo tomó en brazos y comenzó a acunarlo en sus brazos-. Tranquilo... no llores... -Kurama había salido de la cocina con un trapo.

-¿Qué ocurre? -preguntó. Botan, ya con Koenma más calmado, le explicó lo que pasaba-. Ya veo... Bueno, ya parece estar mejor. Intenta darle de comer, ¿sí? -Botan asintió y sentó al bebé en su silla, ya más tranquilo. Tomó el plato con el puré de manzana.

-Bien, aquí viene el avioncito... ' -dijo acercando la cuchara con el puré a la boca de Koenma, mas éste no la abrió-. Vamos, abre la boca. El puré está bueno -y se introdujo un poco en su propia boca-. ¿Lo ves? No es malo Ahora abre la boquita así puede entrar el avioncito -Koenma abrió la boca y comenzó a comer con gusto. Kurama, mientras limpiaba, sonreía para sus adentros.

Después de veinte minutos, ambos terminaron de hacer lo que estaban haciendo. Las paredes estaban limpias y Koenma ya había comido. Botan lo tomó en sus brazos y comenzó a acunarlo. Poco a poco el bebé iba durmiéndose... Hasta que se durmió en brazos de ella.

-Se ve tan lindo... -dijo Botan con los ojos tiernos. Kurama se le acercó para verlo también-. ¿No?

-Sí -aprobó Kurama-. ¿Quieres llevarlo tú a dormir o prefieres que lo haga yo? -Botan le dijo que preferiría llevarlo ella a la cuna. Y así lo hizo.

La habitación de Koenma era bastante linda: había una vantana grande donde estraba el sol y las paredes estaban pintadas de un verde claro. Había algunos juguetes y una lápara. En el centro de la habitación una cuna de madera, con las sábanas, la almohada y las cobijas celestes. Recostó al pequeño con cuidado y lo dejó dormir. Le acarició la mejilla y se fue (qué bonito! o)

-Koenma descansa -le dijo Botan a Kurama que terminaba de limpiar el plato donde estaba, con anterioridad el puré de manzana.

-Me parece muy bien -dijo Kurama tomando el plato y lavándolo-. Creo que vas a terminar el día muy tranquila... Por mi parte, volveré a casa, mi madre debe estar esprándome. Te veo mañana -dijo Kurama y, con una sonrisa, salió de la casa y despidió a Botan.

-Sí Mata ne, Kurama-kun! -se despidió Botan agitando la mano. Kurama tampién agitó la suya y se perdió de vista...

Ok, he aquí el capi nro. 1. Esto es sólo es principio, ¿qué les espera a nuestro dúo? Bueno.. lo sabrán leyendo xD ¡Tendrás muchas aventuras! Ahora no, pero ése pequeño Koenma será un gran dolor de cabeza... xD. En fin, Seti-chan se despide, sayonara!

la guida spirituale, Botan