Nota de autor: Naruto no me pertenece

La íntima esperanza.

Era muy temerario de su parte desear algo con alguna clase de pasión. Temerario y muy estúpido. Sasuke se preguntó qué vida tendría en un mundo paralelo. Tonterías.

Estos nuevos ojos todavía le picaban, y en esta jodida zona no ha parado de llover. ¿Por qué tiene que hacer tanto frío? Si es un castigo, entonces no podría ser más patético. Removió la tierra bajo sus sandalias, notando un gusano, gris, enrollándose en sí mismo; tras un minuto de contemplarlo, lo aplastó. No es como si alguien iba a extrañar a esa cosa, y aunque así lo fuera, no le importaba en lo más mínimo.

¡Qué demonios…!

¿Por qué se está justificando? Sólo es un gusano. Empezó a caminar, respirando agitadamente.

"Yo no soy un gusano, Itachi-nii" Murmuró con monotonía; estos ojos picaban. "Déjame en paz" dijo alzando la un poco la voz, direccionando su mirada hacia el horizonte: nebuloso, desconocido, un matiz allí de índigo; sus venas se verían igual cuando se convierta en un cadáver, como enredaderas sobre el fango, bajo la lluvia. Se preguntó quién lo vería morir.

Estrechó los irritados ojos. No. Apretó la empuñadura de la katana. No. Ya ha pasado mucho tiempo, años de correr, cada bocanada de aire que tomaba no eran por el extinto clan, tampoco por el recuerdo de Itachi. "Ni siquiera tú, Naruto." Decía el nombre rechinando sus dientes. Sentía los relámpagos agolparse a su alrededor, sentía las nauseas roer en sus vísceras, sentía nostalgia. Sentía demasiado. "Basta" gruñó entre espasmos, estaba arrodillándose, encogiéndose.

El líquido blanco fue expulsado con brusquedad. Pasó la mano por la esquina de su boca, gimiendo lánguidamente, ahora el frío se extendía hasta algún lugar entre sus huesos y un abismo en el que veía cayendo desde cierto día de su infancia. Brumoso, la palabra le quedaba bien.

Se levantó, jurando que sería la última vez; caminó hacia el horizonte, siempre cambiante. Deseaba algo. Alguien sofocará la culpa. Aún deseaba, incluso con mayor fervor, una codicia que lamía las entrañas invocando pesadillas, pidiendo ser personificadas, golpeando una añoranza que se negaba a admitir. Sasuke torció sus labios hacia abajo, en señal de repugnancia.

Desde hace mucho tiempo sentía frío. Si venían nuevamente por él, pelearía, no se detendrá, pero tampoco los detendrá a ellos…

Aquí estaba, Sasuke Uchiha, esperando ser encontrado.

Gracias por leer.