Star Fox y todos su personajes pertenecen exclusivamente a Nintendo. Esto lo hago sin fines de lucro solo por diversion propia y del lector.
Los cazarrecompensas.
-Sé que hemos hecho algo más que matar, hemos roto una promesa, la promesa más grande que te hicimos, mamá. Pero no sabemos hacer algo más. Sé que ya muy probablemente no te veremos de nuevo, tú dedicaste tu vida al bien, nosotras al mal… Como siempre solo te pido disculpas… Descansa en paz… -
La felina, que estaba arrodillada en el suelo, se levantó y beso una fotografía de otra felina, algo mayor, muy parecida a ella. La habitación estaba casi totalmente oscura, solo la iluminaba una pequeña vela sobre el piso, la misma felina apago la vela con los dedos y se dirigió a una pared para encender la luz. Ya con la habitación iluminada su apariencia se pudo observar claramente, era muy alta, media casi dos metros, tenía un cuerpo de envidia, su pelaje era blanco casi por completo, su corta cabellera negra estaba peinada hacia a la derecha, sus ojos eran amarillos y muy claros, tenía unas marcas en el pelaje de color marrón claro, una debajo del ojo izquierdo en forma de triángulo, sus ante brazo y manos y la punta de su cola igual, estaba vestida con una especie de armadura en dos partes, una parte le cubría desde los hombros hasta por debajo de las costillas además tenía una especie de escote que le dejaba ver una buena parte de sus pechos revelando otra marca marrón en forma de huella de perro en su seno izquierdo, la parte de debajo de su armadura eran una botas sin tacón un pantalón metálico articulado y un cinturón con muchas fundas donde guardaba una enorme variedad de armas.
-Kate, ¿estas lista? –preguntó una voz femenina desde afuera de la habitación.
-Sabes que nací lista, Gina. – Respondió la llamada Kate a la vez que recogía la fotografía y la guardaba en una de sus fundas. Salió de la habitación, afuera la esperaba otra felina totalmente idéntica a ella y vestida con una armadura igual, la única diferencia que tenían era que a la llamada Gina le faltaba la marca en forma de huella en el pecho. – Apresurémonos, Kursed no se pondrá muy contenta si llegamos tarde.
-Aja.
Kursed, la zorra de pelaje azulado y cabellera purpura, estaba recargada en una pared prestando su total atención a su teléfono móvil. Muchos de los hombres que pasaban por donde estaba se le quedaban viendo y uno que otro atrevido le arrojaba algún piropo, todos siendo totalmente ignorados por la zorra. Que atrajera tanto la atención no era sorpresa pues la ropa que llevaba puesta dejaba poco a la imaginación de su escultural cuerpo. Una blusa metálica de escote cuadrado, un pantalón también metálico y articulado, y unas botas ligeras de aleación de tacón alto era lo que constituía su vestuario.
Guardo su teléfono en su bolsillo y dio un leve suspiro, miró el reloj que tenía en la muñeca, faltaban cinco minutos para las seis de la tarde, volteo la mirada a la calle por donde llegaban dos motocicletas con Kate y Gina como pilotos. Kursed se subió en la moto de Kate y después las tres se fueron.
-¿Todo listo? – preguntó la felina a la zorra a lo que ella asintió con un "aja".
A unos kilómetros de ahí se encontraba la costa, la ciudad era básicamente una isla por lo que estaba rodeada de muelles de todo tipo. Por lo general a esa hora de la tarde los muelles estaban vacíos, pero en esta ocasión había uno en específico bastante lleno de personas, todos y cada uno de ellos vestidos con el mismo color de ropa, se trataba de una pandilla, y tenían planeado un gran golpe. Al anochecer llegaría un barco cargado con lingotes de oro que deberían terminar en el banco más prestigioso del planeta, todo estaría muy bien protegido y por eso eran tantos, mientras más hubiera más posibilidades tenían de lograr hacer el robo.
La noche llegó al planeta, los pandilleros se habían colocado en lugares estratégicos equipados con rifles, algunas carabinas y pistolas de combate con silenciadores. A las siete y media el barco llegó acompañado de por lo menos doce lanchas policiales, los guardias subieron al puerto y rodearon el barco, dentro de unos minutos del barco apareció una rampa y bajaron dos tipos arrastrando dos contenedores en los que estaba el oro, eran enormes, deberían ser casi cuatro toneladas. Los contenedores fueron depositados en un vehículo blindado y en ese momento la masacre empezó, los pandilleros comenzaron a disparar a todos los oficiales que protegían el cargamento logrando derribar a más de la mitad durante la primera ronda. Algunos de los oficiales sobrevivientes escoltaron a dos pandas hasta el camión blindado para que sacaran el oro de ahí, no tuvieron éxito pues fueron alcanzados por una larga ráfaga de disparos de blaster y sin un reflector fue muy fácil que los asesinaran.
Un grupo de los pandilleros se abrió camino entre los disparos para subir al camión y llevárselo de ahí. Cuando se llevaron el camión blindado todos comenzaron escapar, y lograron perder a la policía muy fácilmente. El vehículo con el oro fue llevado a un callejón en el centro de la ciudad, ahí lo esperaban un grupo de lobos y un coyote que por su actitud y vestimenta diferente se notaba que era el líder, el camión entro al callejón muy lentamente y se detuvo frente a ellos, el coyote hizo una seña a uno de los lobos para que fuera a revisar el vehículo, el canino se acercó a la ventanilla del pasajero y de repente calló muerto con un enorme agujero en el cuello, todos los lobos y el coyote sacaron sus armas y se prepararon para disparar.
-¡Hey, chicos! – grito una voz femenina desde el interior del vehículo. - ¡solo queremos al coyote! ¡Hablo de ti Daniel! ¡Si nos lo entregan prometo que, tal vez, salgan con vida de aquí!
-¡Jodete! – gritó uno de los lobos y soltó un disparo con su blaster a la cabina del camión. Una risa psicópata comenzó a escucharse en todo el callejón, los lobos rodearon al coyote teniendo sus armas listas para atacar.
-Respuesta… equivocada – el susurro en el oído del lobo que disparó hizo que le bajara un escalofrío por todo el cuerpo y después fue empujado al interior de un edificio. Los demás comenzaron a ser acribillados por una rápida ráfaga de disparos de blaster cayendo muertos todos, excepto el coyote que solo quedo herido.
Kursed se acercó a Daniel y lo levantó jalándolo del cabello, estaba casi muerto, le susurró al oído: "escucha a tu amigo sufrir". Casi al instante de que dijera eso el lobo que fue empujado al interior del edificio comenzó a gritar de una forma tan espeluznante que a cualquiera se le erizaría la piel.
-¡Aguanta!... ¡Aguanta!... ¡No mueras ahora!... ¡Aguanta!... No… No mueras ahora. – Estos gritos se escuchaban al mismo tiempo que los del lobo, con la última parte de los gritos el lobo se calló y en poco tiempo Kate salió del lugar cubierta de sangre del pobre canino muerto.
El coyote comenzó a respirar muy fuerte y se alteró, el pánico se había apoderado de él. Fue arrojado al suelo y frente suyo se colocaron las tres cazarrecompensas, se levantó y se arrodillo y casi llorando comenzó a rogar para que lo dejaran vivir, les ofreció la mitad del oro que habían robado, un equivalente a cuarenta millones de dólares espaciales, se humilló a sí mismo para que lo dejaran escapar pero no consiguió su cometido.
-No queremos nada de lo que nos ofrezcas.- dijo Kursed – ahora dime… - sacó unas enormes tijeras de entre su pantalón y la sujetó frente a su rostro - ¿qué oreja quieres? ¿Izquierda o derecha?... ¿O ambas? – al decir esto Kate y Gina sujetaron al desafortunado Daniel y la zorra se encargó de amputar las dos orejas del coyote con las tijeras…
Kate ahora estaba tomando una ducha con agua fría, el agua que bajaba por su cuerpo adquiría el color carmín de la sangre que tenía encima. Estaba tarareando una canción, estaba tranquila, muy tranquila concentrada en quitarse toda la sangre de encima.
-Hermana – dijo Gina entrando al baño – apresúrate tenemos que recoger nuestro dinero – En respuesta Kate cerró el agua y salió a ver a su hermana completamente desnuda. – Por favor Kate, compórtate. – Gina salió de la habitación y señaló donde estaba la ropa de su hermana. La felina se vistió y salió del baño para reunirse con sus compañeras.
Gina y Kursed se encontraban sentadas en un sofá viejo, la zorra estaba teniendo una conversación algo salvaje en su teléfono celular, la felina no hacía nada más que escuchar como su compañera amenazaba a la persona con la que hablaba. La conversación terminó y la zorra arrojó su teléfono contra la pared haciéndolo trizas, se notaba que estaba furiosa, se cruzó de brazos y miró al suelo.
-¿Por qué no nos van a pagar esta vez? – preguntó Gina de lo más calmada
-Al estúpido de Flanders se le olvidó mencionar que no debía de haber muertos en esta ocasión, y se niega a pagarnos por su propia idiotez, ¿cuándo lo vamos a matar?
-Algún día…
Kate llegó a la habitación cargando una mochila muy grande y llena hasta el tope al parecer, se la arrojo a Gina y esta al recibirla se fue para atrás por el peso rompiendo el respaldo del sofá y terminando en el suelo, la felina regañó a su hermana por lo que provocó a lo que la otra simplemente la ignoró.
-Con eso nos mantendremos el tiempo que estemos en este mugre planeta.
Llena de curiosidad la chica abrió la mochila y descubrió que estaba llena de lingotes de oro. Era oro suficiente como para completar al menos siete millones de dólares espaciales, tanto Gina como Kursed miraron a su compañera con una clara sorpresa en el rostro, ¿en qué momento había sacado ese oro del camión? Todo el tiempo que estuvieron junto a ella estaba divirtiéndose cortándole la cola y los dedos a Daniel y cuando no la veían estaba descuartizando al lobo que las atacó. Esa chica en verdad era un misterio, incluso para su hermana gemela.
-Tendremos que esperar un tiempo para venderlo, si lo vendemos ahora podrían culparnos del ataque en el muelle, en unas semanas buscaré quien lo compre. Ya sabía que ese estúpido animal no nos iba a pagar, siempre busca como no hacerlo... ¿Quieren ver la televisión? – señaló a la antigua pantalla plana que tenían enfrente de ellas, Kate se sentó a lado de Kursed y Gina se sentó en el suelo junto al sofá. Ambas prefirieron no hacer preguntas, conociendo a la chica, sabían que podrían acabar muy mal si trataban de interferir en "sus asuntos".
Kate encendió el televisor en el único canal que recibía señal, un canal de tecnología, en ese momento estaban anunciando un nuevo teléfono celular. –Esto se va a poner bueno – el comentario de Kate llamó la atención de ambas chicas por lo que prestaron atención para saber a qué se refería. El anunció estaba en vivo, era el nuevo teléfono de la marca más reconocida de la galaxia, presentaba el nuevo modelo que iba a "hacer historia" por toda la nueva tecnología con la que contaba, el presentador era un coyote de un original color celeste y blanco, se paseaba por el escenario con el nuevo teléfono en la mano y daba a conocer todo con lo que contaba el teléfono. En un momento el coyote dijo lo siguiente:
"Este gran avance no lo hemos conseguido nosotros solos, los ingresos no eran suficientes para poder comenzar a trabajar en este proyecto. Pero hubo alguien que nos ayudó a poder volver este sueño realidad, alguien que se las ingenió para permitirme avanzar a lo grande y permitir que esté disponible para todos… ¡Démosle un gran aplauso a Flanders Phillips!"
Un conejo algo anciano, de pelaje café y vestido con un smoking, entró al escenario, las chicas lo identificaron de inmediato, ese era el mismo bastardo que se negó a pagarles. El conejo se acercó al coyote, el presentador le entregó el teléfono que tenía en la mano diciendo que era un regalo para él. Flanders comenzó a dar su discurso y sus comentarios sobre el teléfono.
-Hora de hacer una llamada – Kate sacó su teléfono y marcó un número. Kursed y Gina la miraron y se imaginaron que iba a pasar.
Por un momento Flanders dio su discurso normalmente, hasta que el teléfono que le fue entregado comenzó a sonar y a vibrar indicando que estaba recibiendo una llamada, el conejo contestó la llamada, agachó las orejas y se acercó el teléfono al costado de la cabeza, antes de que dijera algo el teléfono explotó con tal fuerza que la cabeza del conejo desapareció por completo, se escucharon gritos y después la programación de la televisión terminó en estática.
-Siete millones por el oro más tres por haber matado a Flanders. Tenemos suficiente para tomarnos unas vacaciones, claro sin salir del planeta. Por nada chicas.- Kate despreocupadamente hizo otra llamada mientras sus compañeras acababan de asimilar lo que pasó - ¿Lo viste?... Si, aja, lo que digas, ¿tienes mi dinero?... ¡Fantástico!... ¿En serio ya lo depositaste?... Muy bien, te veré después… Me voy a tomar unas vacaciones junto con las chicas… Si en cuanto terminemos volveré a trabajar contigo… genial, adiós.- La felina guardó su teléfono y después se levantó del sofá para irse a su habitación.
-Pobre amigo- dijo un zorro, bastante alto, alcanzando los dos metros, y muy musculoso, de pelaje color caramelo, ojos turquesa pálido y cabello largo peinado hacia atrás de color café, recogiendo las partes del lobo que Kate descuartizó – todos lo querían muerto, a él y a su jefe, pero ni siquiera ellos merecían morir así… ¡McCloud todo está listo, vámonos! – se llevó la bolsa donde guardó al lobo a un camión y la arrojó adentro.
Fox McCloud se acercó llevando consigo otra bolsa en la que iba el cadáver de Daniel, o lo que quedaba de él, la cual también coloco en el camión. El zorro estaba vestido con una chaqueta de cuero, pantalones, playera y botas metálicas (esta ropa metálica tomémosla como la favorita de los cazarrecompensas) y una gafas de sol negras. El otro zorro llevaba un conjunto similar solo que le faltaba la chaqueta y las gafas, en cambio este llevaba un collar con picos y varios aretes en ambas orejas.
-Karl, ¿Dónde está Leo? - Preguntó McCloud al otro zorro.
-Ni idea, probablemente fue por ahí a beber la sangre de algún pobre diablo.- Respondió Karl acomodándose el cabello.
Fox levantó la manga izquierda de su chaqueta para utilizar el brazalete que le había regalado Slippy, tocó una parte del brazalete y no muy lejos se escuchó un "bib, bib" ambos zorros voltearon a ver el lugar donde se escuchaba el sonido y justo por ahí venia otro zorro arrastrando el brazo que antes era de Daniel.
El zorro era igual de alto y musculoso que Karl, su pelaje era gris claro, cabello mediano y despeinado, ojos blancos, su nariz tenía un peculiar color azul oscuro, tenía una perforación en la oreja izquierda y estaba vestido con el mismo conjunto que Fox, solo que sin las gafas.
-Chicos, encontré un pedazo de nuestro amigo, ¿aún lo necesitan o me lo puedo quedar?- les dijo muy alegre cuando llegó con ellos.
-No te quedaras con nada, maldito loco. – Dijo McCloud mientras apagaba la alarma – tenemos que quemar todo, si Steve se entera que no eliminamos todo el desastre que dejaron sus nuevas amigas nos colgara por las bolas y nos cortara la garganta como hizo con Jhonny. – Al escuchar esto Leo entregó de mala gana el brazo que llevaba y se subió a la cabina del piloto del camión.
-¡Entonces vámonos ya de aquí! - Los otros dos zorros también subieron al camión y se fueron de ahí.
El trio llegó hasta el pie una montaña a las afueras de la ciudad, bajaron del camión y le colocaron algunas bombas adhesivas, hicieron detonar las bombas para destruir el camión junto con los cadáveres que llevaba adentro. Los tres caminaron hasta la calle y ahí subieron a unas motocicletas para irse del lugar.
-¡Hey! Par de gigantones – les dijo Fox por una radio ya cuando estaban en la carretera - ¿Qué les parece si echamos una carrera hasta mi departamento?
-Por mi bien. – dijo Karl.
-Pensé que nunca lo dirías – Leo comenzó a acelerar dejando atrás a los otros dos zorros que apenas y se preparaban para la carrera.
Los tres comenzaron a avanzar a la máxima velocidad que les permitían sus motos, unos 240 kilómetros por hora. Cada uno era muy bueno manejando su motocicleta, esquivaban con mucha facilidad cada vehículo que se les atravesaba incluso si estaban en sentido contrario. Para poder llegar a la ciudad se subieron a un puente por donde pasaban vehículos de carga por lo que eran lentos, lo difícil estaba en que todos los vehículos estaban muy juntos. En este lugar fue donde Karl demostró su capacidad como piloto logrando avanzar sin problema entre todos los vehículos mientras Fox y Leo se atrasaron tratando de no accidentarse.
El zorro de color caramelo salió rápidamente del puente y logró llegar mucho antes que sus compañeros al departamento de McCloud. Llegó con tanto tiempo de sobra que se fue a comprar un bocadillo en lo que llegaban sus compañeros. Cuando por fin llegaron al lugar el par de zorros él estaba recargado sentado en su motocicleta comiendo una hamburguesa.
-Sigan intentándolo… ¿Rompí mi record?
-No. Te falto un segundo exacto.
-Ay hermano, por razones como esta mamá siempre me busco a mí para las cosas importantes – Dijo un lobo gris, algo mayor, a otro lobo café que estaba acostado en una cama de hospital casi muerto. – No te preocupes, haré que paguen por lo que te hicieron, el ejército ya está listo, la conquista comienza hoy.
El lobo dejó un obsequio al lado de la cama de su hermano y se retiró de la habitación. Afuera del sitio se encontraba una enorme cantidad de oficiales de alto grado muertos y todo estaba destruido, como si un tornado hubiera pasado por ahí, a los únicos que no les pasó nada fue a los civiles, aunque todos tenían pánico. El lobo salió del hospital donde había varios vehículos accidentados, él se subió a un carro deportivo que estaba totalmente intacto y se fue de ahí.
-Esos seis cazarrecompensas no me dejaran hacer nada con su presencia. Tengo que acabar con ellos primero…
Kate estaba sentada en una banca de la calle, estaba vestida con la misma armadura que se ponía para trabajar, no tenía nada que hacer, pero igual le encantaba llevar eso puesto. Se encontraba en la parte más pobre de la ciudad, toda la gente que pasaba la observaba detenidamente pero ella los intimidaba solo con moverse un poco, en ese lugar al parecer era bien conocida y todos sabían de lo que era capaz de hacer.
Mientras estaba ahí sentada un pequeño gatito negro, sucio y con la ropa rota, se le acercó a pedirle dinero. Kate lo miró y le dio veinte dólares, el niño alegremente le dio las gracias y se fue. Ella lo siguió con la mirada, se sorprendió al ver que solo unos metros más lejos de donde estaba un grupo de adolescentes rodeo al gatito y quisieron quitarle el dinero, trató de ignorar lo que pasaba, pero que uno de los chicos golpeara al pequeño la hizo enojar. Se levantó de donde estaba y se acercó al lugar, atrajo la atención de los chicos silbando, todos la voltearon a ver al mismo tiempo. Algunos se hicieron para atrás y otros trataron de plantársele, pero fueron fácilmente intimidados por el tamaño y aparente fortaleza que tenía, ya que el más alto de ellos le llegaría al pecho.
Kate sin decir palabra alguna golpeó al chico que atacó al gatito, dejando al pobre inconsciente en el suelo. Los demás al ver lo que hizo sacaron navajas de sus bolsillos y quisieron atacarla con ellas, la felina no tuvo que esforzarse para desarmarlos y dejarlos en el suelo, los chicos eran terribles peleando. Al haber derribado a todos los revisó y les quitó todo su dinero y se lo dio al pequeño gato que miraba asombrado lo que ocurrió desde el suelo.
-Toma esto y cómprate algo de ropa –le dijo ayudándolo a levantarse –Te voy a dar un consejo, pequeño – le arregló un poco el cabello y le sacudió la playera – nunca dejes que nadie abuse de ti, no importa que sean más grandes y fuertes que tú, todos siempre tienen una debilidad que puedes aprovechar para pasar de ser la victima a ser el abusador. – Notó que tenía un pequeño agujero en la oreja izquierda, sin pensarlo se quitó un de los aretes que ella tenía en la misma oreja y se lo puso – Esto es especial, esta pieza es de oro puro, la tengo desde hace diez años, te la voy a obsequiar y a cambio quiero que me prometas que no vas a permitir que abusen de ti, ¿está bien?
-Sí, está bien, lo prometo. – dijo algo temeroso y alegre el pequeño
-Más te vale, si me entero que te volvieron a golpear voy a regresar y te quitare el arete con todo y oreja. – El pequeño le sonrió y ella le regresó el gesto - ¿Cómo te llamas?
-D-Dave.
-Pues Dave, ya vete y trata de ser feliz. – Dave le sonrió y se fue del lugar totalmente alegre. Kate sonrió al ver la actitud del pequeño y también se fue del lugar. – Creo que de repente me dio un ataque de bondad.
Gina y Kursed estaban en un pequeño restaurante desayunando. Ambas comían un sándwich de atún y carne. Habían estado esperando a Kate un buen rato para desayunar juntas pero nunca llegó, y conociéndola debería de estar por ahí haciendo cualquier estupidez. Terminando de comer pagaron su cuenta y se fueron, se dirigieron a un parque cercano, que de hecho era el único que había en la ciudad, era obvio que ese parque era el pulmón del lugar y de no ser por el la capital de Kew estuviera más muerta que Fichina por el frio.
No hicieron nada más que caminar por el parque, después de todo no era mucho lo que te podías encontrar por ahí. Lo más interesante que lograron ver fue a un grupo de chihuahueños haciendo yoga en medio de un grupo de árboles, ese lugar era en serio aburrido. Para variar un poco, y tener algo que hacer, se les ocurrió echar una carrera de extremo a extremo del parque, lo que serían unos dos kilómetros.
Ambas se fueron a donde era la entrada del parque, contaron hasta tres y empezaron a correr. Ambas iban muy parejas y en serio que las dos eran rápidas. Durante la carrera se les presentaron algunos obstáculos, personas caminando, limpiando, por alguna razón también se encontraron con cajas enormes y contenedores de basura en su camino, y para poderlos evitar tenían que saltar o moverse a un lado, hubo unas cuantas personas que no pudieron evitar por lo que para poder seguir en la carrera las empujaban a un lado y muchos terminaban en el suelo.
Les faltaba un kilómetro a recorrer cuando Gina comenzó a acelerar enormemente su carrera, dejando Kursed atrás por mucho. La vulpina trató de correr más pero de nada le sirvió pues su compañera en verdad que se había adelantado y llegó a la meta en un abrir y cerrar de ojos.
-¡Y la ganadora es Gina! ¡Aplausos señoras y señores! – Gritó Kate desde una banca sorprendiendo a su hermana que recién había dejado de correr.
-¿Desde cuando estás aquí? – le preguntó Gina a su hermana estando increíblemente relajada a pesar de la distancia que acababa de correr.
-Desde hace como diez minutos, hazte a un lado, ahí viene la zorra.
Kused llegó a donde estaban sus compañeras y de inmediato se detuvo, se recargo sobre sus rodillas y comenzó a hacer ejercicios de respiración, ella sí que se había cansado. Se enderezó cuando logró calmar un poco su respiración y saludó a Kate con la mano.
A la distancia lograron escuchar gritos y unos cuantos disparos, ambas felinas corrieron a tratar de averiguar que ocurría, la zorra se quedó parada un momento aun respirando fuerte y al no querer que la dejaran sola comenzó a trotar para seguir a sus compañeras.
Kate y Gina llegaron a las afueras del parque, y justo ahí un grupo de simios estaban teniendo un tiroteo en contra de tres zorros, y no era un tiroteo "común". Los simios estaban tan desesperados por acabar con los zorros que empezaron a arrojar granadas a donde ellos estaban, aunque de nada les servía pues los zorros de una u otra forma siempre se las regresaban. Los simios escaparon en motocicletas, antes de irse se las ingeniaron para explotar las motos de los zorros, los tres no hicieron más que observar la huida de los simios, no tenían en que seguirlos.
-¡Oigan ustedes! – Les llamó la atención Kate que se encontraba montada en su motocicleta – Uno de ustedes súbase conmigo, los demás tomen las otras dos.
Sin pensarlo aceptaron la oferta y se subieron a las motos. Fox se subió con la felina y Karl y Leo tomaron las otras dos motos. Kate aceleró a todo lo que daba su moto y se fue con Fox de ahí, el otro par de zorros observo como su amigo se iba con la felina y Karl los siguió igual de rápido.
-Ya me enamore – dijo para sí mismo Leo y después se fue siguiendo a los otros.
Gina estaba recargada en un poste disfrutando de un helado de fresa que se había comprado por ahí, Kursed llegó cansada y respirando muy fuerte, preguntó por su motocicleta. Gina le dijo que le compraría otra para compensar lo que iba a hacer su hermana, Kursed asintió y se dejó caer de sentón en el suelo.
Fox estaba fuertemente aferrado a Kate debido a la velocidad a la que iba, disparaba con su blaster hacia las motocicletas donde iban los simios, la tarea le resultaba increíblemente fácil, la felina en serio que sabía manejar la motocicleta, nunca vio a alguien con tanta habilidad, ni siquiera su amigo Karl evadía obstáculos y daba las curvas tan fácil.
Karl y Leo aceleraron con sus motos para quedar aun lado de los simios, trataron de derribarlos a golpes, pero no lo lograron, el zorro de pelaje grisáceo en un momento de su típica locura se levantó sobre su moto y saltó hacia la de los simios derribándolos al instante y cayendo al suelo junto con ellos.
-¡Wow! ¡Ese chico está loco, me agrada! – exclamó Kate mirando como el zorro rodaba por el suelo y se levantaba como si nada para darle una golpiza a los simios. – Estas cosas se elevan tres metros sobre el suelo. Vamos a doscientos kilómetros, y no le pasó nada, amo a ese zorro, ¿cómo se llama? – se dirigió a Fox sin dejar de avanzar.
-…Su nombre es Leo, Leo McGowan. – le respondió Fox algo confundido por la aparente tranquilidad de la felina.
-Tienes que decirle que me llame un día de estos.
Kate aceleró más y logró colocarse al costado de una de las motocicletas donde iban los simios, Fox golpeó a uno con su arma y saltó a la moto derribando al que quedaba y de inmediato regresó con Kate. Karl trataba de ocuparse de los simios de la última motocicleta pero no tenía éxito, trató de disparar a uno de los simios y este solo se hizo a un lado y su disparo fue a dar justo en el tanque de gasolina de la moto donde iban el zorro y la felina.
Fox y Kate lo insultaron a lo lejos y de inmediato trataron de detener la moto, pero al parecer el disparo había dañado algo más que el tanque de combustible. La felina tomó como pudo una de las orejas de su compañero y jaló de ella para tirarlo de la moto, el zorro cayó justo encima de un contenedor de basura, le dolió un poco pero estaba bien. Cuando se levantó alcanzó a ver como la felina se levantó en la moto y la arrojó hacia los simios.
-Esto sí que va a doler. – al impactar la motocicleta con los simios Kate saltó, la explosión provocada por el impacto le dio más fuerza a su salto haciendo que se impacte con una pared tan fuerte que incluso se había quedado pegada ahí. Karl se cayó y rodó por el suelo quedando inconsciente. Fox miró con algo de asco como la felina se escurría por la pared dejando un rastro de sangre en su camino.
-Pobre chica – El zorro se acercó a donde había caído la chica, movió su cuerpo un poco y notó que tenía prácticamente todos los huesos del cuerpo rotos. – Me tengo que asegurar de que se sepa lo que hizo.
-¿Q… Qué fue lo que hice? – Fox dio un leve grito y se echó para atrás al escuchar que la gata le habló. – Valla viajecito que me di, ¿cierto?- la chica levantó la cabeza y un brazo y comenzó a tronar todos sus huesos reparándolos al instante. – No digas nada, después te explicaré, estoy segura que nos volveremos a ver. – Se levantó del suelo y le extendió la mano al zorro – Mi nombre es Kate O'Day – Fox le correspondió el saludo y se presentó.
-…Y-yo soy Fox McCloud – la felina sonrió al escuchar su nombre - ¿por qué la sonrisa? – la soltó y empezó a caminar.
-Por nada, ya nos volveremos a ver Foxy.
Fox se detuvo en seco y volteo a ver a la felina, para su sorpresa ya había desaparecido, nadie lo había llamado así desde que ella… Se dio la vuelta y siguió caminando para ir a buscar a sus amigos, sonrió pues tenía el presentimiento de que estos días serían muy interesantes.
Continuara…
NOTAS DE AUTOR:
Pues… ¡Hola chicos y chicas!, ¿adivinan quién soy?... ¿no?... Pues no sorprende pues nadie me quiere… Total soy Dellikostar, antes FoxBellikoStar, y ahora solo soy Delliko. Y si de casualidad alguien por ahí me recuerda quiero que sepan que cambie de cuenta porque olvide mi contraseña, mi correo y todo lo que necesitaba para recuperar mi cuenta anterior. Y aquí estoy siendo un "nuevo" usuario en la comunidad.
Conforme a mi historia de la otra cuenta ya la voy a dar por perdida y ahí se va a quedar. Bueno y después de dos años de no publicar nada, como excusa tomaré que soy muy indeciso al escribir algo, eh traído esta nueva historia que voy a actualizar cada que pueda, no prometo nada pero podrían ser uno o dos capítulos por mes, todo dependiendo del amor que le tome yo a la historia.
Respecto a esta historia tengo planeado que sea la primera parte de una saga de cinco o seis partes (que de seguro terminare estando ya casi en el ataúd) y que planeo que esta parte tenga por lo menos catorce capítulos, siendo la entrega más corta de la saga. En esta primera parte probablemente solo aparezcan Fox y Krystal/Kursed como personajes originales del videojuego, siendo el resto de personajes OCs míos y por ahí va a haber uno de mi amigo Ray Wolf Aran que varios han de conocer, pero aparecerá después.
Bueno como ya no tengo más que decir yo me despido, ya saben que si desean pueden dejar un Review que siempre es bueno y ¡NOS LEEMOS!
