Hum…no sé qué decir… XDU Que se me ocurrió hace algún tiempo este modesto crossover y tenía ganas de escribirlo, así que aquí lo tenéis. 8DU

Ninguno de los personajes me pertenece, dado que pertenecen a SEGA y a Nintendo. |3 Bueno, menos Sonic, todo el mundo sabe que es mí-Ok, no, era broma… x'DDDDD

¡Espero que lo disfrutéis! ^^

El ser de las pesadillas

Prólogo: Lo que pasó a medianoche

Era una noche tranquila. Las estrellas refulgían muy claras en el cielo, un cielo sin Luna, debido a que en aquella zona no llegaban las luces de la ciudad. Sólo se oía el canto de los grillos, el susurrar del viento y de las ramas de los árboles que movía, y los pasos de una pequeña conejita que pasaba en aquel momento por un pequeño caminito de tierra

Cream the Rabbit regresaba a su casa tras haber pasado el día con sus amigos. Había ido a casa de Amy, había estado un rato allí y luego se había tenido que ir tras ella mientras la eriza emprendía su particular cruzada para cazar al erizo azul de sus sueños. Finalmente, había estado merendando con Sonic, Tails, Knuckles, Amy, y cómo no, su inseparable Cheese. Mientras caminaba, iba rememorando los acontecimientos de aquella tarde.

-Nos lo hemos pasado muy bien, ¿verdad, Cheese?-le dijo a su chao, que contestó con su habitual "¡Chao, chao!".

Miró una especie pelota gris que tenía en las manos. Aquello no era una pelota, era una bola metálica que contenía dentro un gas comprimido, y era un regalo de Tails. "Cuando vas a tu casa, tienes que irte al campo, y por allí está todo muy oscuro", le dijo el zorrito. "Así que, si te ves en problemas, usa esto y sal corriendo, ¿vale?" "Está bien, Tails", le contestó ella. "Lo llevaré conmigo por si acaso necesito salir corriendo y escaparme". Podía perfectamente salir volando, pero ¿quién sabe? Tal vez necesitara aquella cosa algún día para huir si eso no era suficiente.

Dobló una esquina del camino. Al fondo, podía ver la luz que irradiaban las ventanas de su casa. Suspiró y siguió caminando. Su madre la iba a regañar, estaba segura. Nunca había vuelto tan tarde a su casa, debían de ser casi las doce de la noche. Pero ella no tenía la culpa en realidad, pues resultó que la invitaron a cenar en casa de Sonic y Tails, y el repartidor de pizzas se perdió, por lo que cenaron tarde; y como mientras esperaban pusieron la tele, acabaron viendo una película tan divertida que se les olvidó qué hora era. Sus amigos insistieron en acompañarla, pero ella les contestó que lo mejor era que cada uno se fuera a su casa, ella estaría bien.

La conejita miró al cielo. Nunca le había gustado la violencia, pero desde cierto acontecimiento decidió que estaría bien hacerse fuerte para poder proteger a sus seres queridos. Y deseaba demostrarles a todos que podía hacer cosas por sí misma, deseaba que supieran que podía hacerse mayor y más fuerte. Además, el campo no le daba miedo, le parecía muy tranquilo y relajante. Vale, nunca lo había recorrido tan tarde y estaba algo oscuro, pero allí sólo había animales, ¿qué podía pasar?

Desde luego, no lo que ella imaginaba.

Ya estaba cerca de su casa, podía verla delante de ella. Por su mente pasó la idea de recorrer ese último tramo corriendo o volando, antes de que su madre se preocupara más. Sin embargo, ¿qué más darían un par de minutos más de espera? Siguió andando, pero…

Entonces, oyó un ruido detrás de ella, de algo que rozaba con unos arbustos. Y no parecía el sonido del viento, que por lo demás, estaba parado en ese momento.

La conejita se dio la vuelta, y le pareció ver una sombra entre los árboles. Ladeó la cabeza, con curiosidad, y se salió del camino. Cheese la siguió, pero parecía nervioso por lo que pudiera haber delante. Conforme se acercaban a la sombra, la veían más grande, y el pequeño chao tiraba de la falda de Cream, insistiéndole en idioma chao que sería mejor que volvieran al camino. Pero su amiga no le hizo caso, y se llevó el dedo a los labios para mandarlo callar, a lo que el chao tuvo que resignarse.

Avanzó un poco más, y entonces lo vio.

Era un ser muy extraño. No podía verlo bien debido a la oscuridad que los rodeaba, pero parecía que flotaba, y tenía pelo que se movía como si soplara un vendaval, aunque fuera sólo una suave brisa que apenas se notaba.

Aquella cosa volvió la cabeza hacia ella, y pudo ver uno de sus ojos. Era un ojo azul que brillaba incluso entre aquella oscuridad, como si hubiera robado la luz de la Luna ausente. Un ojo que la estaba mirando fijamente a ella.

Y de repente, antes de que pudiera moverse o incluso hablar, le entraron unas irresistibles ganas de echarse a dormir. Antes de que pudiera siquiera preguntarse qué era ese ser, o qué estaba pasando, la venció el sueño, y la conejita cayó en la hierba húmeda.

El pequeño chao gritó y empezó a zarandear a su amiga para que recobrara el conocimiento, pero entonces la siniestra criatura se le acercó, y pudo distinguir los enormes dientes que portaba. Cheese miró durante unos segundos, petrificado de miedo, a aquel ojo azul que lo miraba penetrantemente; antes de que se desmayara del miedo y cayera al suelo.

Pues nada, aquí tenéis el prólogo. Corto, pero intenso. (?) Fuera coñas, ya sé que no ha sido intenso ni leches, pero quería que quedase en plan misterioso… |DU

Bueno, sé que esto no han sido ni dos páginas de Word, pero a mí me gusta hacer capítulos larguitos, lo cual significa que esto ha sido sólo el calentamiento. XD Si os ha gustado y tenéis curiosidad por saber cómo continúa esto, nos vemos en el capítulo uno. ^w^