Disclaimer: Todos sabemos que si Fairy Tail me perteneciera, muchas cosas serían diferentes empezando por los shipps, pero bueno, es de propiedad de Hiro Mashima.
...
Otro día más comenzaba en el reino de Fiore.
En Magnolia, cierta maga de agua despertaba esperando para pasar otro día más con su amado.
Se preparó y cuando ya estuvo lista, salió directo hacia el gremio más alborotador de Magnolia, Fairy Tail.
Abrió la puerta despacio. Era temprano, lo cual significaba que los magos más activos del gremio todavía no habían llegado para causar estragos en algún lugar del país.
—Buenos días, Juvia —La saludó Mirajane que atendía la barra.
—Buenos días, Mira-san —saludó devuelta la peliazul.
—Si buscas a Gray, todavía no ha llegado —avisó Mira y Juvia solo bajó la mirada un poco deprimida.
Fue sentarse en una de las mesas junto a Levy, quién leía un libro.
—Buenos días, Levy-san —saludó Juvia a la peliazul sentada en frente de ella.
—Oh, buenos días Juvia, ¿que tal todo? —preguntó Levy levantando la vista de su libro y fijándose en la de ojos azules.
Juvia iba a contestar, sino hubiera sido interrumpida por Natsu, quién abrió la puerta del gremio de una patada y entrando un poco enfadado seguido de Happy, quien trataba inútilmente de calmarlo.
—Maldito hielitos —murmuraba el pelirrosa mientras se sentaba en una mesa cerca de donde se encontraban ambas chicas sentadas.
—¿Sucede algo, Natsu? —preguntó Levy al ver de ese modo a Natsu.
Él se acercó a ellas y se sentó al lado de Juvia.
—El estúpido nudista, eso pasó. Iba caminando con Luce para venir aquí pero de la nada apareció el idiota de Gray y le dijo a Luce algo. Luego ella me dijo que me viniera solo y que luego ella vendría y ¡Se fue! ¡Con el idiota de Gray! ¡Y no con su novio! —relató Natsu y bufaba mientras tomaba uno de los bollos de pan que Levy había pedido antes.
—Me pregunto que es lo que tienen que hacer esos dos juntos —pensó Levy en voz alta.
Mientras Levy y Natsu hablaban, por la cabeza de Juvia solo pasaba el que su Gray-sama estuviera junto con su rival de amor, y ni siquiera sabía el porqué.
Luego de un rato, se escuchó un gran golpe. Todos voltearon hacia la puerta y vieron a Gajeel abrirla de una patada, debido a que tenía agarrado a Gray y lo arrastraba, mientras que Lucy le seguía por detrás pidiéndole que lo soltara.
Levy, Juvia y Natsu se levantaron y se fueron hacia ellos.
Gajeel arrojó a Gray al piso con brusquedad mientras lo miraba furioso. Lucy se acercó a Gray preocupada y le acarició el cabello, acción que no pasó desapercibida por los demás, y menos para dos personas.
—C-cálmate Gajeel, ¿que sucedió? —interrumpió Levy el duelo de miradas entre el dragon slayer de acero y el alquimista.
—¿Que sucedió? Pregunten a estos dos idiotas —dijo Gajeel con desprecio. En ese momento, llegó Wendy, Erza y Lily, que había perdido de vista a Gajeel en el camino y se encontró a las chicas mientras le buscaba.
—No tenemos nada que decir, idiota —gruñó Gray entre dientes mientras miraba a Gajeel molesto.
—Explícanos, Gajeel —pidió Levy. Todo el gremio se puso atento cuando Gajeel empezó a explicar lo pasado.
Cuando Gajeel pasaba por las calles de Magnolia seguido de su compañero exceed, sintió dos aromas realmente conocidos para él. Lo raro, es que no sentía los aromas que deberían estar con ellos.
Con ayuda de su gran olfato se guió hacia la fuente de esos aromas, dejando al exceed un poco atrás, hasta que lo perdió de vista.
Llegó a un callejón sin salida, donde se veían unas sombras moviéndose lentamente. Se acercó a aquellas siluetas temiendo encontrarse con lo que menos quería, aunque cierta parte de él ya sabía que era lo que iba a encontrar, y acertó.
Allí estaban Gray y Lucy, besándose salvajemente. Lucy estaba pegada a la pared mientras rodeaba con sus piernas la cadera de Gray. Él, por su parte, tocaba la cintura de la chica.
—¡¿Qué demonios creen que están haciendo, malditos?! —gritó Gajeel sobresaltando a la pareja, quienes se separaron inmediatamente.
Ambos lo miraban asustados. Sabían que su mentira iba a ser descubierta algún día, pero no creían que ese día sería hoy.
—G-Gajeel —tartamudeó la rubia.
—¡¿Acaso tú no estabas saliendo con salamander?! —gritó Gajeel enfadado. Lucy solo bajó la cabeza, apenada.
¡Y a ti que te importa, cabeza de metal! —gritó Gray, defendiendo a Lucy quién y sentía que las lagrimas iban a a salir en cualquier momento.
—Hielos, tú también cállate. Juvia está hace más de tres años esperando una maldita respuesta de tu parte y tú lo único que haces es huir como el cobarde que eres —Le sacó en cara Gajeel.
—Pues realmente nunca he pensado en corresponderle a Juvia, para que te quede claro, idiota —dijo Gray sintiendo como la rabia le consumía y no le dejaba medir sus palabras. —Enserio, por mi se puede quedar esperando todo el tiempo que necesite, nadie sería tan estúpido como para querer a alguien así de acosador como ella lo es. Diría que hasta da miedo.
Gajeel no soportó lo que el alquimista decía sobre quien consideraba su hermana menor, así que lo primero que hizo fue pegarle con el puño cerrado en la quijada. Lo tomó por la ropa y lo empezó a llevar hacia el gremio. A ver si tenía los huevos de decir todo lo que dijo al frente de la peliazul, a ver si era capaz de romper el corazón de la chica que ha estado tanto tiempo con él, romperle el corazón a alguien que dio la vida por él y que por esa razón ahora carga con esa maldita cicatriz en su bello cuerpo, que día a día se esfuerza para que él, solo él, note algo de las cosas que hace para ganar su atención y, aunque sea, una parte de su corazón.
Lo llevó a rastras por la ciudad hasta llegar al gremio.—Y eso fue lo que hicieron estos gamberros —dijo Gajeel. Todos miraban atónitos su relato, las recién llegadas no entendían absolutamente nada de lo que estaba pasando allí.
Natsu miraba a los dos magos tirados en el suelo. ¿Realmente lo que dijo Gajeel es verdad?
Gray dejó de mirar a Gajeel, con la esperanza de que Juvia no haya llegado al gremio todavía, sentimiento que se esfumó al verla inexpresiva mirándole.
Se levanto la siguió mirando.
Aunque no tenía expresión alguna en su rostro, sus ojos decían otra cosa. Le preguntaban ¿Porqué? de la forma más dolorosa. Abrió la boca para decir algo, pero de ella no salió nada.
Juvia se acercó hacia ellos, ya expresando un poco lo que estaba sintiendo. Su interior se estaba desmoronando y su cara iba cambiando poco a poco hasta que una mueca dolida apareciera.
Cuando ya estuvo cerca, Juvia levantó la mano como si le fuera a pegar. Él cerró los ojos esperando el golpe que no llegó.
Juvia cerró la mano que tenía alzada en un puño y lentamente la bajó. Gray abrió los ojos al no sentir el contacto de la palma de Juvia con su mejilla y la miró con los ojos como platos.
Nunca creyó que solo una cara podría mostrar tanta tristeza, tanto dolor, angustia. No hasta que vio la cara de Juvia.
Su labio inferior temblaba igual que sus manos, muchos creían que se desmayaría allí mismo, sus ojos se iban tornando rojos y fuera se escuchaban truenos.
Gray quizo tocarla, pero ella se alejó y salió del gremio bajo la mirada de todos.
La había roto por completo.
Gajeel miraba furioso la escena mientras Levy y Lily trataban de calmarlo para que no se lance hacia el pelinegro y lo muela a golpes.
Natsu se acercó a Lucy, que ya estaba llorando como Magdalena. Ella lo miró.
—N-Natsu, y-yo —gimoteó ella pero fue interrumpida por Natsu.
—¿Porque? —preguntó él. Con una sola pregunta, tanto Lucy como Gray quedaron inmóviles. —¿Porque lo hicieron? —siguió Natsu.
—Natsu —dijo Happy al ver como su mejor amigo trataba de contener las lágrimas que querian escapar de sus ojos.
—¿Acaso no fui lo suficiente para tí? —preguntó Natsu, haciendo que Lucy soltara más lágrimas.
—Lo siento —susurró Lucy y bajó la mirada. No podía ver a nadie a los ojos.
—Yo también —le respondió Natsu y salió del gremio sin importale que afuera hubiera empezado a chispear.
