¡Hola! Bueno este no es el primer Fanfic que escribo, pero si mi primer Fanfic de Hora de aventura, amo la caricatura *Q*.

Este Fanfic todos son humanos y es de época antigua, al paso de la historia se describirá cada personaje. Antes de leer, quiero decir que esta historia está inspirada en el libro de "El circo de la noche", ame ese libro, así que si encuentran algún parecido es porque me inspire de ese libro, pero procuraré de cambiar algunas cosas.

-Hora de aventura le pertenece Pendleton Ward, es mi ídolo *w*
-El circo de la noche es de Erin Morgenstern, ame su libro…como ya había dicho :P
-La imagen le pertenece a Mizz-chama de DevianART, me encanta como dibuja -w-

Espero que les guste y que lo disfruten.


Mi destino eres tú

Capitulo 1.- Un pasado oscuro

Mi nombre es Fionna Meternes, soy una maga, que lleva más de 20 años de entrenamiento, me encuentro a la mitad del corazón que le da vida a este circo mirando a la persona que se encuentra enfrente de mí, a la persona que negué pero me conquisto y que es…mi rival, y que hoy se sabrá quién es el vencedor, pero ¿Cómo llegue a esto? Se los contare…

Todo comenzó cuando tenía recién cumplidos 5 años en el año 1857, vivía junto con mi padre y mi hermano mayor llamado Finn. Mi madre nos abandono justo cuando yo tenía 8 meses de nacida, abandono a mi padre para que pudiera lograr su sueño, ser una famosa maga. Mi padre se salía a trabajar y regresa muy noche emborrachado culpando a mi hermano y a mí porque mi madre lo abandono. Finn el era único que me cuidaba y me quería, en cambia aquel hombre que supuestamente me crío, me odiaba, él no soportaba mirarme, me decía, "eres igual a ella", pero no solo en el físico si no…que yo podía usar magia. Mi padre falleció en un intento de sobredosis de alcohol, solo quedábamos mi hermano de 7 años y yo, por una parte me sentí aliviada pero por otro lado, aunque me trato mal, lo quería. Un señor de edad avanzada decidió que Finn se fuera con un señor y a mí en cambio, con aquella mujer a quien nunca la vi. Desde ese momento me separaron de mi hermano.

Me encuentro parada frente un gran teatro observando un letrero que decía "Cake, la magnífica", después aquel detective me llevo dentro de aquél lugar, vi el escenario, las butacas, me enamore de aquél lugar en ese instante, hasta que pasamos por varios pasillos y vi una puerta que con un letrero de color blanco que decía "Cake". Aquél señor abrió la puerta.

-Pasa pequeña

Yo solo asentí y pase a ver un pequeño camerino con ropa tirada en el piso y algunas prendas colgadas, me senté en un sillón blanco, pero sin arrugar mi vestido azul celeste y mientras miraba aquel lugar con paredes blancas y con candelabros colgados de cristal, todo eso parecía mágico, a excepción del desorden, estuve esperando por unos minutos hasta que la vi entrar. Una mujer de piel blanca, de pelo castaño dando a rubio, con ojos azules.

-¡Oh!, buenas tardes detective-dijo aquella dama al abrir la puerta

-Buenas tardes

-Disculpe el desorden-dijo apenada

-Descuide

-Y… ¿Qué se le ofrece?- dijo mientras tomaba asiento en una silla que se encontraba oculta entre la ropa.

-Vine a entregarle esta carta- mientras sacaba un sobre que ocultaba en su saco- es de su difunto marido

-¿Falleció?-tomando la carta

-Sí, lamentablemente de sobredosis de alcohol

-Oh, pobre- de repente dirigió la mirada a aquella niña-¿Y… quién es la pequeña?

-Es su hija

-Valla-dijo sorprendida- Como ha crecido

-Sí, bueno señora-dijo el detective levantándose- Aquí le dejo junto con su hija

-Gracias señor- dijo imitando la acción

-Que pase un lindo día

-Eso hare-al decir eso, abrió la puerta

-Adiós pequeña

-Adiós-dijo sonriendo

Cake solo vio como se marchaba aquel señor hasta que cerró la puerta. Tras pasar unos minutos de silencio, vio como la pequeña solo se dedicaba a balancear sus zapatos negros, pero dejo de balancearse hasta que sintió un abrazo de aquella mujer.

-Te he extrañado mi amor-dijo mientras lloraba

La pequeña no supo que decir, solo se quedo pasmada al ver el acto de aquella mujer que era su mamá. Cake al separar el abrazo, solo observo la cara de la pequeña.

-Y… ¿Cómo te llamas mi vida?

-Fionna- dijo mirándola

-Fionna, que hermoso nombre-dijo mientras sonreía-Y… ¿Tú hermano?

La pequeña solo se limito bajar la mirada, ya que aquella pregunta le dolía.

-Se lo llevaron a hacia un señor

-¿Sabes a quién?

-No

-Está bien, pequeña-mientras le tomaba la mejilla para que pueda mirarla- El de seguro regresara a ti.

La niña dejo su cara de melancolía para sonreír.

-Bueno-mientras se levantaba Cake- Deja empiezo a limpiar esto.

Cake empezó a recoger algunas prendas, hasta que escucho como unas prendas se colocaban en el closet, volteo a ver a la pequeña Fionna y ella está ahí sentada pero al mirar al otro extremo, vio como aquella ropa tirada flotaba y era colocada en su lugar correspondiente.

-Interesante


Al pasar 5 meses, en una noche estrellada en el cielo de California, varia gente entro al teatro para ver el espectáculo de "Cake, la magnífica", un hombre, de traje negro, con sombrero de copa, solo se limito al ver aquel show, al finalizar se espero que la gente se fuera y se dirigió aquel camerino y decidió tocar.

-Adelante-se escucho una voz dentro de la puerta

Al abrirse la puerta, Cake por medio del espejo vio como aquel hombre entraba.

-Por un momento pensé que no ibas a venir-comento la dama

-Dijiste que me querías ver-comento aquel hombre rubio- De que quieres hablar- al decir eso tomo asiento en aquel sillón.

Cake se limito parecerse de su tocador para estar al lado de aquél hombre.

-Te propongo que hagamos una competencia

-¿Competencia?

-Si, como la última vez-dijo sonriente

-Pero recuerda que la última vez, perdiste

-Lo sé, pero creo que esta vez, ganare

-¿En serio?, no me hagas reír, ¿Quién es tu discípulo?

-Ahora veras…Fionna, querida pasa

La niña entro por la puerta donde el señor había entrado, al parecer nunca la vio a lado del camerino, Aquel señor, solo vio como la pequeña niña con un vestido rosa pastel con encaje negro y de dos coletas entraba.

-¿Quién es ella?

-Es mi hija

-¿Tienes una hija?-mirándola

-Si

-Y un hijo- dijo la pequeña

-Valla, Cake, te lo tenías bien escondido-se limito a sonreír- Segura que quieres ofrecer a tu hija para esto.

-Estoy segura, se que ella puede.

-¿En serio?

-Amor, demuéstrale al señor que puedes hacer

La niña algo asustada, obedeció las órdenes su mamá, tomando unas de las cartas de magia que tenía su mama en su tocador, al parecer era un 2 de diamantes, la levitó para que después de esta se quemara y apareciera un rey de tréboles, y volvió a colocar la carta en su lugar.

-¿Qué edad tienes pequeña?

- 5 años

-Sorprendente

-Tiene un talento natural- dijo Cake

-¿Cuánto tiempo llevas entrenando?-siguió preguntando aquél hombre

- 5 meses

-Valla, pues Cake-mientras observaba la dama que se encontraba a su lado- Acepto con todo gusto tu competencia

-Esplendido, ¿Quién será tu discípulo, mi querido amigo?

-Eso será una pequeña sorpresa mi querida amiga, como el último combate que tuvimos.

-Está bien, sorpréndeme- al decir eso lo dijo con un leve tono de burla

-Pequeña, acércate

Fionna como una buena niña, se acerco aquel hombre.

-Me llamo Jake pequeña

-Mucho gusto- dijo sonriendo

-Dame tu mano por favor

Ella teniendo ya confianza en Jake, le dio su mano derecha, Jake solo quería ver su diminuta palma, y empezó hacer un dibujo en su palma, Fionna comenzó a reírse por la comezón que este hombre le hacía sentir, pero su sonrisa se borro cuando sintió un dolor agudo y fuerte, ella se limito caer de rodillas, gritando y llorando, vio su palma aquel dibujo que le hizo le empezó a quemar la piel hasta quedar una cicatriz. Fionna solo callo en el frío piso, sus ojos húmedos tienen la necesidad de cerrarlos hasta que la pequeña se quedo dormida.


En las calles grises de Londres, aquél hombre, llamado Jake se encontraba caminando, dirigiéndose a unos cafés de por aquellos rumbos, sus pensamientos se encontraban en quién sería el discípulo perfecto, llego al mismo café pidiendo lo de siempre, una botella de whisky, al parecer aquel café también vendían licores. Al salir de ahí se topo con que estaba lloviendo, pero eso no le importo ya que hechizo su lujoso traje para que no se mojara. Al caminar por aquellas calles, se encontró con un niño más o menos de 8 años edad, sentado en la banqueta mientras llovía. Jake se acerco aquel pequeño y pudo ver sus ojos verdes llenos de tristeza y su cabello negro como la noche. Jake en ese instante vio que ese pequeño seria el indicado, así que solo le ofreció su mano, y aquél niño solo la acepto.


Ambos pequeños tuvieron educación distinta, el pequeño de ojos verdes su educación de magia fue por medio de libros y escritos que él tenía que estudiarlos y reescribirlos algunas ocasiones, y una que otra ocasión practicaba, en cambio con Fionna era más práctica, era para que se hiciera más hábil, y rara vez leía, más que su madre tenía manera de enseñarle la magia con un poco de crueldad.

-Mi vida perdóname-decía aquella dama, mientras le rompía los frágiles brazos de su pequeña, solo escuchaba los gritos de la niña- ahora, tienes que repararlos.

Fionna, solo se concentraba en sus huesos y al trascurrir 10 minutos sus brazos volvieron a ser movibles, en lo cuál canso a la pequeña.

-Bien hecho, sabía que podías- Cake dijo justo cuando la abrazo- dentro de una semana lo volveremos a hacer, pero esta vez debes durar menos.


Siendo ya 1869, por las calles de Irlanda, un joven de 20 años, un pelo arreglado y acomodado hacia atrás, con un traje negro y un chaleco gris oscuro, caminaba mientras en sus manos tenía un pequeño libro con un forro color negro, al pasar un tiempo caminando en un atardecer hermoso, varia gente caminaba por un puente hecho de piedra, aquel joven con dificultad caminaba por ahí hasta que pudo zafarse de aquella multitud, camino por unas calles hasta que se percato que su apreciado libro ya no estaba.

-Mierda- dijo mientras golpeaba un mural de ladrillos

Muy enojado camino de regreso por el rumbo que había tomado hace varios minutos, para su suerte ya no había tanta gente pero como empezaba anochecer se presentaba un aire muy frío, y su saco no era muy calentador. Las calles de Irlanda se empezaban a iluminar y pudo visualizar una joven que poseía en sus manos su amado libro, quien lo estaba leyendo y se acerco aquella joven que tenía un vestido morado y su cabello recogido en una coleta, estar cerca de ella vio sus ojos azules.

-Disculpe, creo que esto me pertenece

-Oh, lo siento- dijo aquella joven- Ten, estaba a punto de dárselo, vi el momento que se le cayó pero lo perdí de vista-extendiéndole su mano con el libro

-No se preocupe-dijo muy caballeroso y tomando el libro- Le gustaría tomar un poco de café o algún té

-No… no creo que sea necesario

-Pero con este aire, al parecer si es necesario- al decir eso, lo dijo con un tono de seducción

-Está bien, acepto

Al decir, el muchacho le ofreció su brazo y ella correspondió, llevándola a un café no muy lejos. Llegaron lo que sería al parecer una casa antigua pero era elegante aquel lugar, llegando a una meso con una vela en el centro y un mantel blanco y como buen caballero le retiro la silla para que la joven se sentará y después él.

Al estar platicando ambos jóvenes unos momentos, aquella mujer le comentó que puede leer el futuro de las personas por medio de las cartas, en lo que nuestro joven le llamo la atención, ella amablemente le ofreció leérselas pero él se negaba, no le interesaba mucho el futuro.

Al acabar con una plática, salieron del hermoso lugar, caminando por la calles animadamente, pero en un momento llegaron en una calle oscura.

-No me has dicho quien eres-dijo la joven entre risas.

-Segura que deseas saber

-Si… ¿Quién eres? Esos códigos de tu libro me parecen raros pero conocidos.

-¿Llegaste a entenderlos?

-Algunos, gracias a que se leer las cartas, aprendí a leer algunos signos.

-Eso es…algo…raro

-No para mí- dijo deteniéndose- ¿Quién eres?

El joven se acerca a ella, quitándose el saco y colocándoselo a la joven, mientras le susurra en el oído.

-Cierra los ojos

La joven al sentir el calor del saco, cerró los ojos, paso algunos segundos hasta que volvió escuchar su voz.

-Puedes abrirlos

Al abrirlos se encuentra en una pradera, con un verde muy hermoso y un cielo tan claro, aquella joven se quedo sorprendida y comenzó a caminar por aquel pasto tan verde.

-Eres…un mago- volteando a verlo

-Exacto-al decir eso saco una pequeña sonrisa picara

-Es sorpréndete- después se regreso junto al lado del joven mago.

-Mi nombre es Marceline- dijo sonriendo- No te había dicho mi nombre.

-Cierto- dijo en un leve tono de sorpresa, para después acercarse a ella depositando un beso cerca de sus labios, y cuando se separa- Yo me llamo Marshall- colocando una cara de seducción.


Espero que les haya gustado este inicio, al pasar los capítulos sabrán en que consiste esa "competencia". El próximo capítulo se llamara Desde hoy empieza todo.

Recibo con los brazos abiertos todos sus reviews, recibo sus críticas constructivas, sus opiniones, sus regaños, sus tomatazos, globos con agua, lanzarme comida, lo que quieran.

Gracias por leer mi nuevo Fanfic y procurare subir cada semana, gracias nuevamente.

Atte.:
Kuki Kiut