He imaginado tantísimas veces el encuentro que mi mente desvaría demasiado seguido y es menos que improbable que ocurra así como lo pienso.

He imaginado tantas veces el encuentro que no sé ya cuáles serán las palabras, que no sé su postura, el lugar, el tiempo, la clase de sonrisa.

Está tan pensado y repensado, que las líneas se han desdibujado y aparece todo lleno de una especie de neblina.

Es hoy.

Ha tardado tanto en ser, que me da miedo creerlo aunque sé que está llegando.

Ha tardado tanto en ser, que no tengo ni idea de cual será finalmente mi reacción.

Tanto, tanto, que mi cuerpo se cansó de esperar y mi mente de creer, pero me siento más vital que nunca en toda mi vida.

Viene de camino.

Estoy tan segura que soy capaz de ver el anillo en mi dedo.

Estoy tan segura, que creo que gritaré SÍ antes de que me diga que el momento ha llegado.

Tengo tan claro que el futuro es a su lado que se me hacen infinitos estos minutos que faltan hasta que aparezca.

Me caso.

Me caso con su voz, con su pelo oscuro, con su piel cetrina y su nariz aguileña.

Me caso con su ironía, con su falta de tacto, con su sabiduría, con su elegancia.

Con su seriedad y esa sonrisa mía, con su impaciencia y con su imparcialidad.

Con palabras en susurros, alumnos aterrorizados y pociones a la luz temblorosa de las velas.

Es hoy.

Viene de camino.

Me caso.

-Hermione...- Sin neutralidad, sin enfado, sin culpabilidad. Una sonrisa ¿tímida?

-¡SÍ!- Lo sabía...