The Howling by BloodyP

Notas del autor:

¡Hola chicas! Aquí les traigo una nueva propuesta. La idea surgió como una broma en el

grupo 'Elixir Plateado' pero cuando la Inspiración decide atacar es atroz xD. Así que aquí lo tienen, la primera parte de Howling o Aullido. Sean comprensivas con la trama, es un poco confusa al principio pero todo se va a ir aclarando.

ADVERTENCIA

CONTENIDO PARA MAYORES DE EDAD. LA HISTORIA GIRA ENTORNO A SITUACIONES QUE PUEDEN HERIR CRITERIOS SENSIBLES.

SI USTED NO LE GUSTA LECTURAS CON INSINUACIONES DE FILIAS SEXUALES FAVOR DE EVITAR LA

LECTURA. NO ME HAGO RESPONSABLE DE LAS PENAS CAPITALES DERIVADAS

DE LA LECTURA DE ESTE CAPÍTULO

Como parte de la campaña de las chicas "Elixir Plateado" no se les olvide comentar. Ya

saben a lo que me refiero xD.

Unas pequeñas aclaraciones para evitar la confusión:

Los guiones marcan diálogos : -diálogo-

Las comillas marcan los diálogos de Sesshomaru: "pensamiento de Sexymaru"

Y las cursivas son flashbacks

P.D: NINGUNO DE LOS PERSONAJES DE INUYASHA ME PERTENECEN. SUS DERECHOS SON DE R.T. YO SOLO LOS UTILIZO PARA ENTRETENIMIENTO.

LA HISTORIA ES MÍA.

…..

The Howling by BloodyP

PRÓLOGO: NOCHE DE PLENILUNIO

República Francesa, Occitania, Lozere, Bosque de Gévaudan, 1:30 am

La noche sin estrellas, negra e intensa era el escenario perfecto para la luna llena que se alzaba majestuosa con su halo dorado. Las osadas nubes que se atrevían a cruzar frente a ella no eran rivales para su brillo, tan solo le conferían un aspecto tétrico a la fría noche. La neblina cubría la vegetación del bosque de Gévaudan era tan densa que un hombre normalsería incapaz de ver los obstáculos en el camino hasta que no se estrellara contra ellos. Pero él no era un hombre normal y por culpa de Inu no Taisho no lo sería en bastante tiempo.

El enorme lobo blanco miró hacia la luna con sus ojos dorados, en ellos fluía una inmensa rabia en contra de su progenitor y contra sí mismo. El viento sopló meciendo su pelaje blanco impoluto, advirtiéndole con su sinfín de aromas que estaba en peligro. La jauría no había tardado en darle caza. Gruñó sonoramente y corrió hacia el lado opuesto del rastro que venía con el viento. Esos ineptos no lo alcanzarían tan fácilmente.

¡Maldito seas Padre! Pensó Sesshomaru mientras corría a través de la espesura del bosque. Solo había pasado una hora y todos los hipócritas aduladores lo perseguían para matarlo. Un sonido demasiado cercano lo alertó de inmediato, había caído estúpidamente en una trampa por estar pensando en sandeces. No supo en qué momento atravesó la frontera del territorio enemigo, aunque tal vez su desliz fuera útil. Se detuvo en seco y espero, los centinelas partieron de inmediato a notificarle a su líder mientras que sus perseguidores se acercaban rápidamente. Si estuviera en su forma humana hubiera sonreído, los cazadores pronto serían las presas.

Les demostraría por qué le llamaban el Demonio Blanco.

Las pisadas y jadeos no tardaron en rodearlo. A pesar de la densa niebla Sesshomaru distinguió claramente la silueta de cinco hombres lobo. La luz de la luna acentuaba las filosas garras y los grandes colmillos bañados en sangre fresca. Dos a su espalda, dos al frente y un quinto, el retador se acercaba hasta quedar frente a él. La diferencia de tamaño era contrastante, el licántropo rayaba los dos metros de estatura, con el cuerpo fuerte y duro cubierto por pelambre café negruzco con los ojos inyectados de sangre. En cambio el lobo de gran tamaño parecía un tierno cachorro a su lado, con el blanco pelaje suave y tupido, sus colmillos parecían diminutos en comparación del rival monstruoso, pero él no tenía miedo, altaneramente alzó el rostro con la media luna luciéndose en su frente como signo de su jerarquía.

Ambas bestias se medían con la mirada, uno con odio el otro con sorna. Sesshomaru no se sentía intimidado, eran simples licántropos mestizos de clase baja, escoria en otras palabras. Aunque estuviera en desventaja física los vencería. Con su sangre sucia saciaría por ahora su sed de venganza.

-Te ves patético. Quién iba a imaginar que un día el Gran Sesshomaru sería exiliado por su propio padre-

La voz gutural y rasposa del licántropo retumbó en el silencio del bosque. El aludido enseñó los dientes como respuesta, en este estado de transformación era imposible hablar. Los secuaces rieron por lo bajo apoyando a su líder.

-Pero no te preocupes. Seré benevolente contigo, te mataré y acabaré con tu vergüenza. Yo el gran Naraku, llevaré tu cabeza a Inu no Taisho y me volveré líder-

El lobo blanco bajó la cabeza y emitió un siseo bajo y escalofriante, negando de lado a lado. Cuando levantó la cabeza para enfrentar a su rival, su rostro antes imperturbable se había deformado de manera grotesca, un par de rayas púrpura surcaban sus pómulos y sus patas, sus ojos brillaban desorbitados con una locura carmesí. Su pelaje antes suave estaba electrificado por una furia que se podía ver claramente cómo emanaba de su cuerpo.

-Uhna skorria kommo tu jamass pdrra vncerme-

Más de uno tragó saliva al verlo y escucharlo. Eso era físicamente imposible para seres como ellos. No cabía duda del poder de la bestia blanca. Naraku siseó ante el insulto y sin pensarlo dos veces atacó. El sonido de los gruñidos, la piel rasgándose y la tierra estremeciéndose bajo las patas poderosas inundaban el silencio ensordecedor del bosque. Los espectadores sollozaba de excitación cuando el aroma metálico de la sangre llegó a sus narices, unos aullaban otros gruñian apoyando a su líder.

La pelea encarnizada subía de nivel e intensidad. A pesar de estar en desventaja, Sesshomaru usaba su agilidad para evadir los letales zarpazos y su flexibilidad para esquivar las mortales fauces. Escalando por la espalda del contrario hasta posicionarse en su nuca y una vez ahí morder con ferocidad desgarrando la piel a su paso. El licántropo aulló adolorido y se contorsionaba bajo la férrea mordedura, con sus brazos trataba de arrancarlo de su espalda sin éxito. El lobo presionaba con cada vez más fuerza el agarre sobre su enemigo, si continuaba podría triturar los huesos de las cervicales, pero no considero que su presa corriera a toda velocidad hasta estrellarse de espaldas en un árbol enorme. El fuelle lo abandonó momentáneamente, por instinto soltó el agarre para intentar respirar. El licántropo no dudo en girarse y enterrar las garras el costado izquierdo de lobo enviándolo lejos con un fuerte zarpazo. Ahora ambos están gravemente heridos.

Jadeantes por el esfuerzo, se miraban fijamente, ninguno de los dos se rendiría, el orgullo estaba de por medio. Ambos tomaron posición para lanzarse de nuevo al ataque cuando un aullido agudo y penetrante atravesó el viento silbante. Uno a uno fueron coreando el llamado hasta que fueron rodeados por una jauría conformada por lobos comunes, hombres lobo en forma básica e híbrida. El combate se detuvo de inmediato, los secuaces de Naraku delimitaban el perímetro de la pelea gruñendo e intimidado a los recién llegados. Gruñendo y ladrando de forma violenta, los grupos se amenazaban mutuamente.

Entre el mar de hostilidad un licántropo negro de gran tamaño se abrió paso entre la multitud, sus ojos azul zafiro brillaban con autoridad y hastío, era el líder de la manada. Con un potente rugido hizo callar el estruendo.

-Tienen cinco segundos para largarse de mi territorio o perderán la vida. No me interesan sus estúpidas disputas, no permitiré que unos sarnosos como ustedes invadan una tierra que no les pertenece.-

Los secuaces de Naraku embravecidos por los insultos intentaron intimidar con mordiscos al aire, pero su amenaza fue respondida de inmediato con hostilidad. Naraku fulminó al lobo blanco con la mirada y comprendió. El infeliz los había guiado hacia una trampa desde el principio, sabía que tal vez no ganaría el combate así que escogió un lugar estratégico para que la batalla fuera interrumpida. Tenía que reconocer que el despreciable sujeto era muy astuto. Ahora era él quien no estaba en condiciones para sostener un combate con el líder del clan, ya había perdido demasiada sangre, no duraría ni cinco minutos. Tragándose su coraje, con un ademán le indicó a sus seguidores tranquilizarse, se dirigió a su interlocutor reconociendolo de inmediato.

-Lamento esta situación. No buscamos problemas contigo Koga, solo aniquilaré a esta escoria y nos iremos-

-¿No me escuchaste sarnoso? Dije largo. No los quiero ni a ti ni a la basura que te acompaña en mi territorio.-

Naraku siseó entre dientes y con un ademán le ordenó a sus hombres seguirlo bajo la expectante mirada de la jauría. Pronto desaparecieron en la niebla y la negrura de la noche. Sesshomaru con dificultad se puso de pie, la sangre caliente brotaba de su herida empapando de líquido carmesí su pelaje impoluto. Su aspecto había regresado a la normalidad, no quedaban rastros de la grotesca forma, su semblante era sereno, pero tal vez ahora corría más peligro que antes. A diferencia de Naraku que nació siendo un mestizo, Koga era un licántropo puro, no tenía un linaje como el suyo pero no dejaba de ser poderoso.

-No esperaba verte aquí Sesshomaru. Tampoco me importa porque peleabas con esa débil apariencia, mi orden también se aplica a ti. Largo.-

"Necesito llegar al límite del bosque."

-Pues lárgate de una vez. No quiero ver aquí tu cadáver pudriéndose mañana por la noche.-

El licántropo se marchó con su jauría internándose en la espesura del bosque. Pronto Sesshomaru se halló solo en medio de la neblina, el canto de los búhos rompían el pesado silencio. Se puso de pie con dificultad y lentamente comenzó a caminar de vuelta al territorio de su manada marchando por ese sendero a los límites del bosque. Con un poco de suerte, no tendría más ataques esta noche. Caminaba cabizbajo y cada vez más cansado tanto física como mentalmente. No lograba entender ¿Por qué su padre lo castigaba de esta manera? Se suponía que hoy sería coronado como líder de la manada, el "Alpha". Cuando hablaron solos antes del combate nunca imaginó que terminaría reducido a su forma más débil. Él, el grandioso Lord Sesshomaru dueño y señor de las tierra del oeste se hallaba atrapado en su segunda transformación sin posibilidad de ser humano de nuevo hasta que encontrará la forma de romper su maldición. Ni siquiera tenía fuerza para gruñir de coraje, debía concentrarse en respirar lentamente sino quería desangrarse antes de llegar a la única pista que su padre le dio.

…..

-Sesshomaru. Antes que comience la batalla tengo que preguntarte algo-

El gran Inu no Taisho le daba la espalda a su hijo mayor. Su cabello largo y platinado como

los rayos de la luna brillaban ante la fogata que ardía en el centro del campamento.

Sesshomaru lo miraba serio, admiraba a su padre, pero su comportamiento lo había

decepcionado hace muchos años, por lo que un velo de resentimiento opacaba el oro

líquido de su mirada.

-¿Qué desea saber?-

-¿Por qué quieres convertirte en Alpha?-

-Porque soy el más fuerte. Haré de esta manada el ejército mejor organizado. Nadie se

atreverá a desafiarnos-

-Y ¿Qué harás cuando tengas el poder?-

-Dejarle en claro al mundo que somos una raza superior-

El patriarca guardó silencio. La sabiduría de la edad le otorgaba a sus ojos ambarinos un

tono más oscuro. Sus rasgos finos se endurecieron cuando apretó los dientes e inspiró profundo. Temía que esa fuera la respuesta de su hijo. No podía permitirle continuar en ese camino sin rumbo. Ya había perdido a su primera esposa por eso, no lo perdería a él también.

-Ya veo…-

El fuego crepitaba con violencia sobre los maderos secos. La luna reinaba en el cielo,

dotando de energía mística y poderosa a los seres que se resguardaban bajo su seno.

-Sesshomaru, ¿Tienes algo que proteger?-

-¿Algo que proteger?-

El viento aulló trayendo con sigo las hojas caídas de los árboles, meciendo las platinadas

Cabelleras de padre e hijo.

-Si. No puedes convertirte en líder si no has comprendido el peso de esa responsabilidad-

-Sandeces. Yo soy el Gran Sesshomaru. No necesito cosas insignificantes como esa.-

-¿Ah sí?-

El sabio licántropo miró hacia la luna mientras sus dedos jugueteaban con una gema que

colgaba de su pecho. Suspiró imperceptiblemente y con la garra de su dedo cordial rasgó la piel de su pulgar con un rápido movimiento. La sangre no tardó en salir y con ella cubrió la superficie de la gema que comenzó a brillar ante el líquido vital.

-Temí que dijeras eso.-

-¿Uh?-

El patriarca se volvió hacia su hijo con los ojos en blanco. En su palma extendida y la otra

aferrada al collar. Una extraña energía emergió de la palma de Inu no Taisho cegando momentáneamente a Sesshomaru.

-Hasta que no encuentres algo que quieras proteger no regresarás a tu forma humana.-

La brillante luz lo envolvió. Poco a poco su cuerpo fue cambiando hasta tomar la forma de

su segunda transformación. Un lobo blanco imponente y enorme con una media luna

grabada en la frente como símbolo de su linaje.

Cuando logró abrir los ojos, su padre lo miraba serio desde arriba. Sesshomaru bajó la

mirada a su propio cuerpo y gruñó enfurecido cuando se percató de su apariencia. Se

colocó en posición de ataque presto para saltar a la yugular de su propio padre.

-Si yo fuera tú, no perdería mi tiempo en tonterías y comenzaría a buscar una solución.-

"¿Qué diablos me hiciste?"

-Estarás confinado a esa forma hasta que aprendas la lección. Cuando lo hayas conseguido

ven a reclamar el título que te corresponde por derecho-

"Maldito"

-Vete ya. La respuesta la hallarás en los límites del bosque-

Inu no Taisho se transformó en un licántropo auténtico. Un lobo blanco de tamaño

descomunal se alzó seis metros sobre la tierra, aullando de forma profunda a la luna. De

inmediato fue coreado por sus vasallos que se aproximaban para presenciar el combate del

futuro líder. Sesshomaru supo que tenía que irse, si la manada lo encontraban con esa

apariencia no dudarían en matarlo. Le gruñó a su padre una última vez antes de

desaparecer en la neblina. Al menos tenía una pista: los límites del bosque.

…..

Sesshomaru se detuvo un momento gimiendo de dolor. Su costado herido sangraba profusamente, el dolor le oprimía las costillas cada vez que intentaba respirar y poco a poco sentía como sus patas iban perdiendo fuerza. En el cielo la luna lo miraba todo desde su trono, irónicamente Sesshomaru no era capaz de regenerarse a sí mismo ni siquiera porque el astro brillaba en su máximo esplendor. Era como si la traidora se hubiera aliado con su padre para reírse de su humillación. Se obligó a dar un paso tras otro hasta que el dolor fue insoportable, cayó extenuado al cobijo de un árbol y perdió la consciencia.

TBC

….

Bien aquí está el prólogo de la historia. Díganme qué les pareció. Tengo una canasta para recoger los tomatazos xD. Lamento si la historia decepciona prometo dar mi mayor

esfuerzo. Unas cuantas aclaraciones:

En esta historia se manejan tres tipos distintos de transformaciones con base a la información de internet y folklore variado de la licantropía. Para evitar confusiones aquí la

explicación:

Licántropos Híbridos: en esta historia se le considerará Híbrido a la forma humanoide del licántropo.

Segunda transformación: Como ya se dieron cuenta, es la forma de un lobo normal con las limitaciones que esto conlleva, menos fuerza, tamaño pequeño y sin

cualidades propias de un humano.

Licántropos Puros: son aquellos que tienen la capacidad de controlar sus transformaciones a voluntad y no necesariamente están atados a la las fases de la

luna.

Licántropos auténticos: son, en esta historia, Lobos de tamaño descomunal, a veces con consciencia a veces no. Son aquellos que viven ocultos en las montañas y no se

relacionan con los híbridos.

Lobos Mestizos: es el licántropo de menor tamaño sujeto a las fases lunares. Carecen del control y el tamaño de los puros. Usualmente nacidos entre un licántropo con un humano normal.

Los malditos: aquellos que se transforman por mordedura. Humanos comunes que enloquecen en luna llena.

El Alpha: así se le denomina al jefe de una manada de lobos. Por lo general es el elemento más fuerte que protege a todos los eslabones de la manada.

Bien hasta aquí las dudas, espero que haya quedado claro y nos haya revuelto demasiado.

Nos vemos pronto!