Disclaimer: Naruto es de Masashi Kishimoto, yo solo uso sus personajes para divertirme y quitarme la frustración del final, además de contribuir al yaoi de este fandom. Sin ánimo de lucro.
Resumen: No supo cómo pasó. O tal vez, sí lo sabía. El caso es que estaba enamorado de Naruto. ¡Un chico! ¡Ocho años mayor que él! ¡Y para rematar, su niñero! Como a todos nos ocurre, Sasuke se enamoró sin ser consciente del todo. Al principio era algo leve, suave; casi una débil caricia. Y luego… ya no había momento en que no pensara en él, en que su corazón latiera alocado, o sintiera mariposas en el estómago. Su amor era como la lluvia. Suave, leve, grácil, al principio. Y a medida que pasaba el tiempo, ganaba fuerza. NaruSasu.
Como la Lluvia
Capítulo I: El Prodigio y el Rubio.
El agudo sonido del despertador, le hizo dar un brinco en la cama. Abrió los ojos, dejando ver el azul de sus irises.
Se levantó de la cama con movimientos sumamente lentos y patosos, -que demostraban su somnolencia- y caminó con un solo ojo abierto, hacia el baño, bostezando muchas veces.
Luego de quince minutos, ya se había duchado y vestido. Se miró en el espejo.
Las ojeras eran demasiado notorias, a pesar de que poseía una piel trigueña. El cabello rubio estaba húmedo; incluso algunas gotas le mojaban los hombros y la espalda. El flequillo le cubría los ojos, levemente.
Frunció los labios con fuerza, y puso las manos en puños.
Gaara no había llegado a dormir. Otra vez.
Se sentó en la cama, aún deshecha, con el celular en la mano. Marcó el número de Temari, la hermana mayor de su novio.
Ya ni quiera estaba seguro de si lo que tenía con Gaara podía llamarse relación.
-¿Naruto? –Oyó la voz adormilada de la rubia. -¿Pasa algo? ¿Gaara…?
-Temari. Asumo que por lo que me dices, Gaara no está contigo. –Del otro lado de la línea, Temari se revolvió en su cama.
-No, no está aquí. –Confirmó. –No le he visto desde la semana pasada. ¿Ha pasado algo? ¿Pelearon?
-No llegó a dormir. Y no es la primera vez. Si no hemos peleado, es porque a pesar de que vivimos "juntos" –No pudo evitar hacer comillas con los dedos de la mano libre, a pesar de que la muchacha no podía verlo. –Y somos pareja, no le veo desde hace tres días.
-Naruto… -Susurró Temari. –Puedes llamar a Kankuro… puede que él sepa algo…
-No. –Fue tajante. –Ya llegué al límite de mi paciencia, Temari.
-Naruto…
-Ya me cansé de esto. –Se levantó de la cama.
Vio la guitarra eléctrica de Gaara junto al armario. Sus ojos azules brillaron de determinación. Cuando tomó bruscamente la guitarra, las cuerdas de ésta emitieron un sonido desafinado, lo que puso en alerta a Temari.
-¡Naruto! ¿Qué estás haciendo? –Su voz estaba teñida de preocupación. -¡Naruto! –Gritó cuando oyó un estruendo al otro lado de la línea. -¡Naruto! ¡¿Naruto, estás ahí?!
-Sí.
-¡¿Qué pasó?! ¡¿Estás bien?!
-Tiré su guitarra por la ventana.
**Como la Lluvia. NaruSasu**
-Como siempre, tuvo un sobresaliente, Uchiha-san. –La profesora de literatura felicitó a su mejor alumno, regalándole una amable sonrisa.
-Gracias. –Contestó el aludido, sin mutar su expresión tranquila. Giró la cabeza, mirando el patio de la escuela, como hacía siempre que no estaban explicando algo o haciendo su tarea. Estaban a dos semanas de comenzar las vacaciones de verano. No es que aquello fuera algo de suma importancia en su vida. Seguiría estudiando, leyendo, tocando el piano y dibujando. Fuera a la escuela o no.
-Eh, Sasuke. –El pelinegro dejó de mirar el patio, y volteó para dirigirle su atención al muchacho que le había hablado. Juugo. Podía considerar al de cabello anaranjado como un amigo.
-¿Qué?
-Estaba pensando que hoy por la tarde podríamos ir al lago en bici. ¿Qué te parece? Podrías dibujar, y yo podré estar lejos de mi casa un rato. –Propuso el corpulento muchacho. Tenían doce años, pero Juugo superaba a muchos en masa muscular y altura. A pesar de su apariencia que podía mal interpretarse como la de un bravucón, Juugo era bastante tranquilo.
-Mi madre no dejará que vaya solo. ¿Estás dispuesto a estar con la molesta de Karin acechando?
-Bueno… estamos de acuerdo en que Karin es molesta, pero, ¿de verdad no te dejan ir al parque solo?
-¿Y qué esperas? –Dijo a la defensiva, aunque su tono y su rostro seguían tan serios y apáticos como siempre. –Ella está obsesionada con que algo podría ocurrirme.
-Sí, bueno… Supongo que podemos decirle a Karin que no esté tan cerca, ¿verdad? –Juugo sonrió amablemente.
**Como la Lluvia. NaruSasu**
-¿Puedo quedarme en tu casa, Sai? ¡Solo será esta noche! ¡Lo juro! El bus hacia Konoha parte mañana. –Pidió Naruto, desesperado a su pelinegro amigo.
-¿Por qué me avisas hasta ahora? Es muy tarde, podría haber preparado la cena o algo así. –Respondió Sai, relajado.
-¡¿Eso es un sí?! –Casi gritó el rubio, el alivio y la euforia lo embargaban.
-Claro, pero quiero saber porque repentinamente vas a viajar donde tus padrinos. ¿Pasó algo con tu trabajo?
-Todo se fue al demonio, Sai. –Dijo Naruto, en voz baja. –Terminé con Gaara, y me fue a hacer una escenita al Shukaku y Baki terminó despidiéndome. Esta misma mañana me fui de su departamento con mi maleta y un poco de dinero… Y ahora estoy a la deriva.
-¿Por qué terminaron tan de repente?
Naruto se bajó del bus que lo dejaba en El Valle del Fin, la ciudad donde Sai y su novia Ino vivían. Arrastró su maleta con una mano, mientras que con la otra sostenía su celular.
-Ya llegué. –Avisó. –Te lo contaré en tu casa. Hay mucha gente aquí, ya casi me han tirado al suelo dos veces,.. ¡Oiga! –Naruto fulminó con la mirada a un hombre gordo que lo había empujado y pisado. -¡Tenga más cuidado! –Dijo, evidentemente cabreado.
-Bien, nos vemos en un rato, Naruto. –Se despidió Sai, suspirando.
-Gracias, Sai. Nos vemos.
El rubio caminó a través de la masa de gente que había en el terminal de buses, empujando y pisando sin pedir disculpas, como todos hacían.
Aún se sentía enojado y triste por todo. Había sido novio de Gaara durante tres años, lo conocía hace cuatro, no había día en que no estuvieran juntos. Hasta hace cinco meses. El pelirrojo comenzó a salir demasiado seguido en opinión de Uzumaki; pasaba días sin saber de él, hasta que alguien lo llamaba para avisarle que Gaara estaba tirado borracho en casa de un amigo, o incluso en la calle. O muy pocas veces, el mismo Gaara conseguía llegar a casa, aunque casi cayéndose de borracho. Al principio Naruto creyó que era una etapa, que Gaara estaba tratando de desahogarse de algún problema, pero luego el problema no hacía más que crecer.
Por fin, salió a las calles de El Valle –así lo llamaba la mayoría-. Era precioso. Habían muchos árboles, incluso vio una extensión de agua que bien podría ser una laguna, o parte de un lago.
La casa de Ino y Sai estaba situada en el centro de la pequeña ciudad, allí habían muchas tiendas pequeñas, y mucha gente transitaba por ahí, a pesar de ser más de las nueve de la noche. Al parecer, había un festival o algo así, porque muchos vestían ropa tradicional y máscaras.
Vio un puesto de ramen, cuyo letrero ponía Ichiraku Ramen. Un delicioso aroma le llegó a la nariz.
Sonriendo por primera vez en el día, Naruto caminó hacia el pequeño puesto. Estaba seguro que le entraban uno o dos tazones, y no tendría problemas con las comidas dietéticas de Ino, que eran para morirse de hambre.
**Como la Lluvia. NaruSasu**
-Sasuke-san, que lo disfrute. –El pelinegro asintió mínimamente hacia la pelirroja con anteojos que ponía un plato frente a él. –Que lo disfrute, Mikoto-sama. –Repitió la acción con la bella mujer de cabello negro, cuyos movimientos desprendían elegancia por todas partes.
-Gracias, Karin. –Dijo, tomando su copa. –Sasuke, ¿cómo te fue hoy en la escuela?
-Igual que siempre, madre. –Respondió en voz baja, comenzando a comer. Mikoto asintió y empezó a comer también. Luego de varios minutos en que ambos comieron en silencio, Sasuke recordó la propuesta de Juugo. –Madre.
-¿Qué pasa, Sasuke? –Los ojos negros se posaron el los suyos.
-Me preguntaba si mañana puedo ir al parque con Juugo. –Dijo tranquilamente.
-Puedes, querido. –Mikoto sonrió. –Pero Karin debe acompañarte.
-Ese es el problema, madre. Ya no soy un niño pequeño, puedo ir al parque solo. –Dijo en un arranque de enojo. Aunque habló con sequedad, lo que demostró su malhumor.
-No vas a ir solo a ninguna parte, Sasuke. Es peligroso. –Mikoto frunció sus delgadas cejas, y también los labios al hablar. Estaba siendo tajante.
-¿Cómo ir a un parque va a ser peligroso, madre? ¡Esta ciudad es muy pacífica! –Casi gruñó, ambos mostraban idénticas expresiones de dura determinación. Labios y cejas fruncidos.
-Recuerda con quien estás hablando, Sasuke. –Dijo Mikoto, sin despegar la vista de los ojos de su hijo menor. –Soy tu madre.
-También harías bien de recordar quién soy yo, madre. Está claro que no soy Itachi. –Mikoto abrió los ojos de par en par, soltando un jadeo ahogado. –No me va a arroll…
-¡Sasuke-san!
**Como la Lluvia. NaruSasu**
-Tiré su guitarra eléctrica por la ventana. Y guardé todas mis cosas en la maleta. Luego me fui al trabajo, y llegué tarde… Baki dijo "Esta es la última, mocoso" y realmente… fue la última que me aguantó. Cerca de las tres de la tarde, Gaara llegó borracho al Shukaku. Yo estaba sirviéndole a un cliente, y se me tiró encima. Comenzó a gritar. En resumen, fue un desastre. Terminamos con la policía dentro del local, clientes asustados, otros molestos… y conmigo despedido.
-Por Dios. –Suspiró Ino. -¿Y ahora qué harás?
-Volveré a casa de la vieja Tsunade y Ero-sennin.
-Konoha, ¿eh? –Ino sonrió. –Me trae muchos recuerdos.
-¿Y qué vas a hacer en Konoha, Naruto? Sabes perfectamente el porqué de tu huida de ese lugar. –Dijo Sai, seriamente.
-¡No hui!
-Sabes que sí. –Sai lo miró fijamente. –Naruto, creo que lo mejor es que te quedes aquí en El Valle.
-Pero… solo los conozco a ustedes, y… ¿En qué demonios trabajaría?
-¿Acaso en Konoha no serían iguales o peores tus problemas? –Dijo Sai.
-Pero… -Naruto suspiró, abatido. –Tienes razón. Allí sería mucho peor.
-¡Naruto! –Dijo Ino, luego de unos minutos en que los tres estuvieron en silencio. La rubia sonrió enseñando los dientes. -¡Lo tengo! ¡Sé de un excelente trabajo!
-¡¿En serio?! –Naruto sonrió igual de emocionado. -¡¿Qué es?!
-¡De niñero! –Gritó Ino, con los ojos brillando.
-¿Ni… ñero…? –La sonrisa se esfumó totalmente de los labios de Uzumaki. Un tic se apoderó de su ojo y ceja derecha.
CONTINUARÁ
Hola! Me llamo Catty
Esta es la primera historia que publico, y planeo que sea un long-fic
Me encantaría saber qué opinan!
See you!
