Diclaimer: Todos los personajes utilizados en esta historia pertenecen a J. K. Rowling.


CAPITULO UNO: JUNTO AL VIEJO AUTO DE PAPÁ

- Oye Ginny… No podemos seguir juntos. Debemos dejar de vernos.

Ella esbozo una sonrisa enigmática y replico:

- Es por alguna razón noble y absurda ¿cierto?

- Estas últimas semanas contigo han sido… como un sueño. Pero no puedo… no podemos… Ahora tengo cosas que hacer y debo hacerlas solo.

Ginny miro los profundos ojos de aquel chico de cabello despeinado color azabache. En ese momento lo entendía a la perfección, todo.

- Voldemort utiliza a los seres queridos de sus enemigos. A ti ya te utilizo una vez como cebo, y únicamente porque eras la hermana de mi mejor amigo. Imagínate el peligro que correrías si siguiéramos juntos. Él se enterará, lo averiguará. Intentará llegar a mí a través de ti.

- ¿Y si no me importara? – replico la pelirroja.

- A mí si me importa – repuso el chico - ¿Cómo crees que me sentiría si este fuera tu funeral… y si yo tuviera la culpa?

Ginny observo el lago. Aunque no lo pareciera, no podía seguir viendo a aquel chico a la cara. Sencillamente, no podía.

- En realidad, nunca renuncie a ti. Aunque no lo parezca. Siempre albergue esperanzas… Hermione me aconsejo que me olvidara de ti, que saliera con otros chicos, que me relajara un poco cuando tú estuvieras presente, porque antes me quedaba muda en cuanto tú aparecías¿te acuerdas? Y ella creía que quizás te fijarías más en mí si yo me distanciaba un poco.

Por un momento, el chico rió para sus adentros, recordando aquellos momentos en que, cuando mas pequeños, aquella chica se ruborizaba con solo su presencia y enmudecía por arte de magia, por culpa del amor.

- Es muy inteligente – repuso el chico y sonrió - ¡Ojala te hubiera pedido antes que salieras conmigo! Habríamos podido pasar mucho tiempo juntos… meses… años quizás...

Años. Repitió Ginny. Por un momento cerro los ojos y luego volvió a observar a aquel chico que tanto amaba.

- Pero estabas demasiado ocupado salvando el mundo mágico – sentencio Ginny con una risita – Bueno, la verdad es que no me sorprende. Ya sabía que al final ocurriría esto. Estaba convencida de que no estarías contento si no perseguías a Voldemort. Quizás por eso es que me gustas tanto.

Con aire compungido, el chico se puso de pie, le dio la espalda a Ginny y al sepulcro de Dumbledore, y empezó a alejarse silencioso por la orilla del lago. Ginny, por un momento quiso seguirlo, tomarlo por el brazo y decirle "Déjame ir contigo, no me importa que pueda sucederme, solo quiero luchar junto a ti, estar contigo", pero no. No lo hizo y siguió observando el sepulcro de Dumbledore…

Un par de solitarias lágrimas rodaron por el fino rostro de una chica.

- Años quizás… - susurro con su voz al viento.

Ginny, sentada en el capo de un viejo auto abandonado detrás de su casa, miraba como en el horizonte el sol se ocultaba cansado y majestuoso. El zar del cielo se iba a descansar para dar paso a su fiel amiga la luna. Ginny suspiro.

- ¿Piensas en él? – Escucho que alguien preguntaba tras suyo. Giro un poco su cabeza y miro asía atrás, encontrándose con unos ojos azules que la observaban desde la puerta de la cocina.

- Si – respondió Ginny sonriéndole a su amiga y volviendo a mirar el atardecer.

Luna se le acerco y se recostó sobre el capo de aquel auto, junto a Ginny. La pelirroja la imito y se recostó a su lado. Las dos observaron por silenciosos minutos como el cielo pasaba de un anaranjado amarillento a un burdeo y luego a un violeta azulino.

- ¿Aun lo extrañas? – pregunto Luna mientras en su mente unía con líneas imaginarias las pocas estrellas que habían aparecido y formaba imágenes solo descifrables para ella.

Ginny observo a su amiga y luego volvió a observar el cielo. Suspiro.

- ¿Por qué lo preguntas?

- Porque aun veo el reflejo de Harry en tus ojos – respondió Luna. Ginny se la quedo observando, y al sentir esto, Luna le sonrió. Luego agrego, como para cambiar el tema - ¿Este hermoso auto era de tu padre?

- Si – dijo Ginny agradecida porque Luna cambiara el tema, pero con la pregunta de su amiga aun rondándole por la mente – Es el mismo que, cuando tú y yo ingresamos a Hogwarts, Harry y Ron estrellaron contra el Sauce Boxeador.

- ¿Pero, creí que este auto se había quedado en el Bosque Prohibido – Luna hizo una pausa y pensó en un termino que describiera lo que quería decir, luego agrego –, que se había vuelto "salvaje"?

- Si, es verdad – rió Ginny, olvidándose por un momento de aquel chico de ojos verdes – pero hace poco Hagrid lo encontró, estaba así, no saben que es lo que sucedió pero, ahora es un auto común y corriente. Chatarra pura, amiga.

Luna soltó una risita y las dos observaron el cielo que ya estaba completamente oscuro y las estrellas brillaban con fulgor plateado y melancólico en el. La rubia se incorporo y comenzo a caminar asía la casa, el frió característico de la noche se hacia presente.

- Luna… - susurro Ginny aun mirando el cielo, llamando a su amiga – Me preguntaste si lo extrañaba…

Luna se detuvo en la puerta de la cocina y, sin girarse y por sobre su hombro, observo a Ginny.

- Pues la respuesta es si – dijo la pelirroja mirando a Luna fugazmente, para luego bajarse del capo del auto y entrar a la casa dejando a su amiga ahí, aun mirando a aquel lugar del auto donde hace poco una chica le había respondido una de sus siempre incomodas preguntas. Luna suspiro. "…Pues la respuesta es si…" le había contestado Ginny. Observo sus zapatos y luego entro cabizbaja, cerro la puerta tras de si y susurro…

- Aun no ha llegado el día en que pueda confesarte lo que siento por ti, Ginny – y luego de esto, La pálida chica siguió a su compañera escaleras arriba en la Madriguera.