Este fic participa en minireto de marzo para "La Copa de las Casas 2015-16" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.

Disclaimer: Todo lo que reconozcan, pertenece a JKR.

La profesión que me ha tocado ha sido magizoologista, y yo he elegido a Ginny como protagonista de la historia.

El fic tiene 400 palabras justas :)

¡Espero que les guste!

En busca de bichos raros.

Ginevra Weasley dejó a todos con la boca abierta cuando, después de terminar su educación mágica, anunció que quería ser magizoologista. Gran parte de culpa de esa decisión la tenía Luna Lovegood, que le había contagiado su amor por las criaturas mágicas.

Ahora, Ginny se encontraba caminando junto con su hijo James por aquel bosque perdido de la mano de Merlín. Hacía sólo unos días que había vuelto de Hogwarts por Navidad.

—El profesor Hagrid nos ha mandado hacer una redacción de una criatura rara y poco usual durante las vacaciones —comentó el chico mientras una cuchara removía sola su chocolate caliente—. Mamá, ¿podrías ayudarme con eso?

Ginny no pudo negarse, James era el niño de sus ojos. Así que, después de echar un vistazo a su libreta, la que contenía todas aquellas criaturas que había estado estudiando, decidió viajar a Londres para probar suerte.

—¿Has traído algo de pergamino? —preguntó a su hijo.

—Ajá.

—¿Y una pluma?

—También. ¿Qué se supone que buscamos? —quiso saber el joven.

Ginny apartó con un movimiento de varita un par de ramas que se interponían en el camino mientras miraba hacia las copas de los árboles.

—Buscamos clabberts —respondió, enfocando los ojos—. Son criaturas que viven en los árboles. Hemos venido hasta este lugar porque fue aquí donde vi a mi primer clabbert. Su aspecto es un tanto peculiar… Parecen ser un cruce entre un mono y una rana. Recuerdo que me llamó la atención su piel. Era verde, y no tenía pelos —comentó la pelirroja mientras caminaba por entre los árboles—. Tienen unos brazos muy largos, y entre los dedos de las manos y los pies tienen una especie de membrana. Tienen también algún que otro cuerno en la cabeza y sus bocas son bastante anchas. Lo más curioso de estas criaturas, James, es que tienen una gran pústula en la frente que se vuelve roja y luminosa cuando creen que están en peligro —Ginny se volvió para mirar a su hijo—. Son originarios de Sudamérica… Oye, ¿por qué no estás escribiendo?

James miraba a un punto por encima de su hombro con la boca abierta, totalmente asombrado.

—¡Qué pasada! —exclamó.

Ginny se dio la vuelta para ver qué había llamado la atención de su hijo.
Un clabbert rodeaba el tronco de un árbol con sus brazos mientras los miraba, mostrando una amplia sonrisa llena de dientes afilados.