CAPITULO 1

Narra Camila

Es increíble regresar a Miami, sentir la brisa fresca de esta ciudad, inconscientemente creia que no volvería y ahora estoy aquí, solo siento que perdí demasiado tiempo en volver.

Hace dos años le pedí mejor, dicho le suplique a mis padres una temporada en México con mis tíos, quería olvidar todo lo ocurrido con ella. Con esa chica. Pero al final, esa temporada, se convirtió en dos años y al fin me atrevo a regresar.

Mientras caminaba por el aeropuerto, con mi mochila en la espalda y mis dos grandes maletas a los lados, logre divisar a mi mamá. Sin medirme corrí hasta ella, sólo pensando en el tiempo que no le visto aunque no ha sido mucho, tomando en cuenta que fue avisarme hace un par de mese

Cuando sus brazos me recibieron senti que no hay comparación con el abrazo de una madre y yo ya necesitaba uno.

Me dejo llevar por esta añoranza hasta que segundos después sentí como otros brazos nos envolvía a ambas.

-Camilla hija-. Por su voz me di cuenta que era mi padre.

-Me alegra verlos-. Es lo único que pude decir, sé que es una escena muy conmovedora pero siento que me estoy ahogando, de seguro es papá que nos esta apretando fuerte, con una dificultad tome un poco de aire para poder hablar -Mamá, dile a papá que yo tambien los extrañe pero necesito respirar-. Aunque mi tono fue bajito, logre que escuchará mi Padre porque el soltó el amarre.

-Lo siento kaki-. Dijo y me inspecciona, buscando algún daño de seguro.

-Estoy bien-. Exprese tranquilamente.

Ellos me sonrien -Estamos ansiosos por tu regreso-. Comentó mi padre.

-Yo también estaba ansiosa por regresar, los extrañaba mucho-. Exprese honesta, de seguro mis ojos están iluminados.

-Estas bien cariño?-. Por la pregunta de mi madre, afirmó que tengo la expresión de querer llorar.

-Si, sólo los extrañe-. Murmuró.

Apache un poco la cabeza y mamá volvió abrazarme -Cuanto has crecido y que diferente estas-. Dijo ella, acariciándome el cabello.

-Mamá solo han pasado tres meses desde la última vez que nos vimos-. Recuerdo su vista sorpresa a México.

-Para mí es demasiado tiempo-. Dramatizó -Como estuve el vuelo?-. Pregunto separándose un poco de mi.

-Muy agotador-. Exagero estar cansada, aunque si lo estoy pero aún creo que me queda pila como un niño, eso me recuerda -Donde esta Sofí?-. Exclame buscando a mi hermanita.

-Se quedó en la casa de una amiguita, si la traemos nos hubiese dejado sordos con sus gritos-. Respondió papá -Es mejor que te reciba en casa, vamonos-. Agrego.

-Ya quiero verla-. Dije con emocion y con esa mismas ganas me dispongo caminar pero una voz me detuvo.

-Camila ¿y tus maletas ?.. Se te ha olvidado recogerlas-. Instantáneamente di media vuelta.

Si ellas continúan en el suelo. Le sonrió a mi padre de oreja a oreja, hay una cosa que no ha cambia en mi y es que soy algo despistada.

-No has cambiado mucho hija-. Afirmó en risa mi padre.

No agrego nada mientras el se acerca a recoger mi equipaje, tampoco es que tenga nada que decir, tiene razón.

El regreso con las maletas y le dio una a mamá para así poder tomar mi mano y escoltarme hasta el auto como una niña pequeña, incluso me abrió la puerta.

Le susurra un gracias antes de que nos pongamos en marcha y obtuve de respuesta un sonrisa amplia. Me sentí querida y de nuevo interrogue mentalmente por que no volví antes.

Seguimos el camino a través de la ventana, el sol brilla en esta ciudad lo bueno es que no es tan caluroso, lo que hace el clima agradable, además de que Miami siempre ha sido una cuidada muy grande llamativa, pero no tengo muchos recuerdo de lugares, he vivido aquí no la conozco ni tres por ciento de ella.

-Llegamos-. Dijeron los dos, yo ni siquiera me había dado cuenta en momento llegamos al vecindario -Cariño las dejare en la entrada e iré por Sofí-. Aviso de nuevo mi padre.

El parque al frente de la nuestra casa y todos bajamos.

Yo me quedo a observar la casa mientras ellos bajan mis maletas. Estoy deslumbrada por la imagen de mi nuevo hogar.

-Remodelamos la casa hace poco-. Hablo mi Madre detrás de mí, despidiéndose de papá mientras él enciende el auto y grito un "Regreso en seguida".

-Que grande y hermosa esta-. Respondí apreciando el panorama, ya solas.

-La casa cambio por fuera pero por dentro sigue siendo las misma, como tu hija espero que nada en ti cambie nunca-. Dijo haciendo que voltee a verla a ella no le gustan las persona que se creen mucho.

-No te preocupes mamá yo recuerdo tus palabras que son mi lema "todos somos diferentes pero deberíamos tratarnos iguales", con el mismo respeto sin importar condición"-. Respondí mi madre es una gran terapeuta.

Mi madre tomo una maleta y yo otra al ingresar de nuevo a mi casa.

Sé que por ese comentario encajo perfectamente como una niña rica, plástica y superficial ya que mi padre es un notable escritor y mi madre es una reconocida psicóloga, pero no ellos no son asi, no soy asi y nunca seré así, no me gusta comprar el cariño y afecto de alguien, ni menospreciar a nadie.

-¿Cariño tienes hambre?- Mi madre me saco de mis pensamiento.

-Sí, mucha y demasiado cansancio-. Respondí la pila esta por morir.

Ella me guió hasta la cocina y me tomo mi tiempo en sentarme torpemente en las sillas altas del mesón mientras mi madre se acerca a mí con un plato con sopa. -Ven come algo y así podrás ir a dormir sin el estómago vacío-. Dijo asentí en forma de respuesta, la cocina luce más amplia, han cambiado y agregado un par de cosas pero casi es igual a como la recuerdo.

Olvido todo mi alrededor, mi ojos comienzan a cerrar por lo cual me dediqué a comer rápido para poder subir, darme un baño y dormir.

-Termine, gracias mamá, iré a recostarme -. Avise queriendo dirigirme a mi habitación.

-Descansa y no te preocupes por las maletas ya la subirá tu padre-. Afirmo, sé que quiere preguntar un montón de cosas pero se detiene al verme cansada.

Y así me siento, agotada. No he dormido mucho en estos días por el tema de mi regreso, lo pense mucho y no sabía si hacia bien en volver pero quería.

Cuando estoy por llegar a las escaleras la puerta de la entrada que está al frente, se abrió.

-MILA!-. Grito realmente fuerte Sofía -Regresaste hermanita-. Me abrazo -¿Ya no te iras de nuevo verdad?-. Pregunto con los ojos un tanto llorosos.

-NO! nunca más nos apartaremos-. Dije algo fuerte, debo controlarme o sino terminare apretandola como mi padre en el aeropuerto -Que grande estas Sofí?-. Agregué, sólo han sido tres meses que no la veía, es mucho para mi.

-¡Sii! ¡Te quedaras con nosotros!- Volvió a gritar -Tengo que enseñarte tantas cosas-. Dijo como una mujer mayor mientras agarra mi mano.

-Hoy no hija, Camila necesita descansar, debes estar exhausta-. Intervino papá -Además mañana empiezan las clases a sí que es mejor que vayas a dormir-. Me dijo -Ven sofí vamos a comer algo-. Exclamo, Sofí acepto sonriéndome mientras es guiada por mi padre así la cocina.

-Mila, estarás mañana aquí en nuestra casa verdad?-. La pregunta de Sofía me hace sentir que debí volver mucho antes.

Yo asenti segura y ella sonrió con muchas más ganas.

Retome mi camino en busca de mi habitación, en busca de un baño y por supuesto de mi cama. Si mal no recuerdo mi cuarto es el de la derecha, debí preguntarle a mi mamá.

Entre a la habitación dudosa mientras lo recorro con la mira, está más grande todo remodelado pero si es mi cuarto aunque tiene un color diferente, lo único que encontré familiar era mi estantería llena de libros me gustaba leer, demasiado diría.

-Algo nuevo- exclame observando bien, en el centro a lado de la puerta del baño esta un modular no tan grande contenía un televisor exageradamente enorme para el pequeño modular y otros artefactos electrónicos, que ahora mismo no me llamanla atención.

Lo que me llama la atención es mi ventana, ha cambiado, ahora tengo donde sentarme y perfectamente puedo ver el pequeño parque donde jugaba de niña.

Observo por unos minutos la calle que va oscureciendo a medida que avanzaba el reloj.

Mis ojos vuelven a picar y giro mi vista cansa de ver la calle para retomar mi idea de ducharme porque en verdad lo necesito.

Cuando pretendía buscar ropa recordé que mis maletas están abajo -Genial no quiero volver a bajar-. Manifesté - Supongo que en los cajones encontrare algo-. Hable para mí, rebusco y lo único encontré es ropa cuando tenía 14 y sé que me quedara algo pequeña.

Estoy rendida

Sin importar cogí lo primero que vi y me dirigí a baño.

Treinta minutos después, por fin relajada salí de la ducha, intente secarme el cabello pero sentí los párpados pesados al sentarme en la cama, se siente muy cómoda y deje caer todo mi cuerpo, dejando pasar a mi sueño profundo.

Narra Lauren

-Lauren llegaste ven necesito hablar contigo-. Gritoo mi madre desde su despacho.

-Hola mami-. Conteste como una niña buena, puedo intuir lo se viene.

-Hija mañana empieza las clases-. Asentí mirando atenta, era el típico discurso de "Por favor este año no te metas en problemas".

-Este año no quiero problema-. Ahi esta -Lauren no chicos ni chicas en casa-. Sentencio.

Yo sonreí asiendo, hace un año que ella y yo superamos el problema de mi sexualidad.

Suspiro pesadamente mientras ella continua hablando de mi comportamiento y no sé qué más. Si me niego, esto sería interminable por lo cual me dedico a asentir, igual haré lo que a me plazca después, no es que haya alguna diferencia.

-Sé que hemos estado alejadas todo este tiempo-. Tres año exactamente, pienso -Y lo lamento, no quiero perderte a ti también-. Diferente -Hija me duele ver como traes un chico diferente cada día o sales con una chica por un mes y al siguiente estas con otra, juegues con los sentimientos de las personas y agregas a los becados de tu escuela por sus bajos recursos, sé que tratamos de superar esto de diferentes formas pero lo que tú estás haciendo no es el lado correcto de olvidar-. Ok, esto es demasiado. Este no es el discurso que siempre me da -Se acabaron los lujos Lauren ha pasado mucho tiempo y es hora de que hablemos...-. Exclamo con la voz algo quebrada.

-Mi lado no es el correcto- Interrumpí rápidamente no quería confrontar lo que se venía, no quiero volver a recordar, estamos bien como estamos -Madre no fui yo quien se centró en su trabajo donde pasas siempre y el poco tiempo que estas aquí en casa pasas metida en estas cuatro paredes, fuiste tú quien me dejo a un lado-. Agregué, no me gusta hablarle así, después de todo mi madre, es lo único que tengo, pero tenía que hacer algo antes de que tocara aquel tema. Nunca quiso tocar el tema, ¿Porque ahora quiere tocar el tema?

-Puedes retirarte-. Dijo con una mirada de desilusión que se reflejaba en mí pues lo miro igual y ella se da cuenta.

-Lo lamento cuando quise hablar..-.

-Ve a dormir Lauren-. Interrumpió.

No agrego nada, solo supe salir de esa habitación y correr hasta mi cuarto.

Esto solo empeora mi mal día, malo por que mis tontas amigas me dejaron plantada, habíamos quedado en almorzar y pasar el resto del día juntas ya que era el último día, antes de clases pero les dio por hacer día de san Valentín a todas, dejandome de lado.

Enojada, cogí mi móvil y unos audífonos solo quería escuchar música y olvidarme de lo que dijo mi madre y de lo que dije yo, de todo.

Nunca hablamos del tema hicimos como que si no paso. Es gracias a ella quien soy. Es gracias a Clara Jáuregui quien es una excelente, importante y reconocida doctora, a mis 17 años estoy acostumbrada a tener todo lo que quiero unos lentes, un vestido, un carro, compro todo lo que me gusta, soy la reina de la escuela, por llamarlo así. Oh que diablos! soy la reina de la escuela.

El afecto es lo único que yo no compro no es necesario, todas, todos quieren ser como yo o estar conmigo, para mí un no solo es válido si es pronunciado de mis labios, es que solo mírenme, tengo una dotada belleza, consigo a quien me interesa y lo dejo cuando ya deja de interesarme. Fácil.

Clara no tiene razón al decir que juego con las sentimientos de los demás, Yo sí creo en el amor aunque aún no me enamorado, los niños, las niñas, me aburren con facilidad, la relación más larga que he tenido así dos meses, creo que tal vez no nací para amar.

Pero olvidando eso.

¿Porque mi mama quería topar el tema? Esa pregunta retumbaba en mi mente, nunca hablamos de ello. Nunco se preocupo por preguntar o mencionar algo .

De pronto unas imágenes estan cubriendo mi memoria, los pensamientos van creciendo inundando mis ojos yo solo quiero olvidar -Deje que mis lágrimas me cubrieran por un largo tiempo no más-. Exclame limpiando las pocas lágrimas que han logrado salir de mis hermosos ojos.

Quiero olvidar, como he venido haciendo todo este tiempo por lo que me distraje cantando todo lo que escucho en mi teléfono, no sé cómo voló el tiempo pero al ver mi reloj eran la una y media de la mañana, es hora de dormir. Me acomode mejor en la cama y dejé que el sueño me invada.