Hola mi gente bonita, he vuelto, bueno no tanto. Casi, esta historia la tenia hace bastante (como 2 años). Estuve haciendo una encuesta en mi perfil para ver si querian que la terminara (porque nunca la termine), así que nunca termine la encuesta pero hace unos días abrí el documento y empece a corregirlo y me dije: ¿Porque no publicarlo? Así que aquí estoy, a pesar de que dije que lo había corregido, no esperen mucho de mi, este capitulo es muy corto, y si no me equivoco, los que siguen también lo serán, aunque no tanto como este.

Esto empezó como una historia muy larga, de toda la vida de Remus Lupin (uno de mis personajes favoritos), pero en realidad se convirtio en una historia con 4 partes por las muchas lagunas que dejo Rowling en este personaje.

Así que la historia comienza con los inicios, lo primero de Remus Lupin como hombre lobo. Espero que lo disfruten mucho!

Disclaimer: No me pertenecen ninguno de los personajes de esta maravillosa saga :(


Era un hermoso día de primavera, era Marzo. Una pareja volvía feliz del hospital San Mungo para magos con un precioso y pequeño niño en brazos. Era tan pequeño y tan perfecto: Con su pequeñita nariz respingada, su hermosa pelusa rubia casi blanca, hasta las pequeñas manitos que agarraban los dedos de su madre era demasiado diminutos para ser reales. Ese niñito era nada más y nada menos que Remus John Lupin y desde ese día la peor maldición de todas lo perseguía.

Once años después

Era un día como cualquier otro de verano, Remus, un niño con el pelo castaño, ojos tristes color ocre, solitario y sin amigos, salió a caminar por el bosque que estaba a unos kilómetros de Gran Hangleton, el pueblo donde vivía. Estaba harto de esperar que le llegara esa famosa carta del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Años y años de escuchar todo sobre esa escuela, y ya llevaba una semana esperando a que la lechuza trajera la carta.

Su madre, hija de unos respetables aurores casada con John Lupin, un muggle muy respetado, con el que se fugó durante la escuela de medimagia, estaba muy orgullosa de su hijo cunado Remus a los 8 años mostró sus primeros signos de magia durante el berrinche de no querer bañarse (lo cual hizo grandes estragos al baño) no dudo que, como ella, Remus pertenecía a su mundo.

Eran un poco más de las cuatro, ya se había adentrado bastante en el bosque. Era raro pero le agradaba mucho estar allí, siempre le gustaba estar solo para pensar. La visión de los árboles era como de cuento de hadas, bañados con una luz anaranjada del crepúsculo. El clima era perfecto, la temperatura media y las cálidas brisas de verano que le despeinaban el pelo.

-Mamá me mata si llego despeinado a casa- pensó Remus. Se estaba haciendo tarde, ya se estaba poniendo oscuro. Remus estaba cada vez más nervioso no estaba seguro si sabia volver a su casa. Esta vez había ido muy lejos, se había adentrado demasiado en el bosque, pero una cosa esta clara, Remus nunca fue un cobarde, lo que haría ahora seria calmarse, dar media vuelta y volver por el camino por donde había ido...

Pero el bosque se sumergía cada vez más en una horrible oscuridad. Bueno, a veces Remus sí se asustaba.

-¿Hacia dónde voy? - se preguntaba Remus, corriendo más y más rápido sin dirección alguna con la extraña sensación de que alguien lo seguía. Ya no podía seguir corriendo, necesitaba tomar un poco de aire, su respiración estaba acelerada, nunca había corrido tanto en su vida. Remus paró a tomar un poco de aire.

La vista se le estaba acostumbrando a la oscuridad, aunque lo único que veía era la borrosa silueta de los árboles. No había nadie, ni nada, ni una señal para saber por dónde volver. Remus ansiaba ver algo más que esas aterradoras siluetas, necesitaba luz. Levantó la vista, y allí estaba, entre las copas de los árboles, la más hermosa y horripilante luna llena, en un cielo totalmente despejado. A Remus nunca le había agradado la luna llena desde que su padre le contó que el mas terrible de los hombres lobos mataba y convertía a millones de personas en solo los tres días que se transformaba (el día anterior, el mismo día y el siguiente de luna llena).

Definitivamente, Remus no estaba nada asustado, bueno sí un poco asustado. Sin saber cuándo ni por qué comenzó a correr de nuevo, agudizando todos sus sentidos. Podía oler un particular aroma putrefacto, repugnante y nauseabundo como sangre y carne podrida, pero no veía nada. Algo rompía las ramas de los árboles a su alrededor, podía sentir en el suelo que pisaba la vibración de unos pasos, que no caminaban, corrían. Lo estaban persiguiendo. Estaba por rendirse cuando una luz le cegó la vista por unos segundos.

-Estoy cerca- susurró Remus con el poco aire que le quedaba, sin dejar de correr. Estaba a unos metros de la salida del bosque cuando, dos inmensas patas lo empujaron por la espalda. Lo último que sintió antes de desmayarse fue una puntada en su cuello y luego un calor insoportable, insufrible y luego, en un instante, todo se volvió oscuro.


Si llegaste hasta aca, te agradezco y me encantaria que me dejaras una opinión, un poco de amor u odio, alguna critica constructiva lo que quieran. Muchas gracias! Besos! ^-^

Y muchisimas gracias a mi Beta Odisea, que corrigió este capitulo para que quedara mucho mejor! :D