Aclaración: Esta hermosa historia no me pertenece, yo no la escribí, el nombre de la autora es bishounen Lovah y pueden ver su perfil en este enlace: u/180059/bishounen-lovah
HISTORIA DE HIKARU
Por bishounen Lovah
Capítulo 1
Una joven mujer de cabello rojo golpeó el cristal para la gran irritación de la enfermera en el interior del cuarto de niños del hospital. Hikaru se limitó a sonreír tímidamente a la otra mujer que llegó a atender al recién nacido que fue despertado por su insistente golpeteo.
"En serio, Hikaru, ¿no puedes leer el cartel?" le dijo Umi con expresión de exasperación. "Dice 'No Tocar'. No puedo imaginar cómo te las arreglaste para graduarte de la escuela secundaria con esas habilidades de lecturas tan escasas."
"Si lo vi, pero no puedo evitarlo. Todos esos bebés son tan lindos."
"Hablando de bebés, ¿has visto la que estamos buscando?" Fuu se asomó por la ventana.
Habían pasado cinco años desde que volvieron a Tokio de sus aventuras memorables en Céfiro. Ellas siguieron con sus vidas, lograron permanecer como las mejores amigas a pesar de vivir lejos unas de otras e ir a diferentes escuelas. En cierto modo, se necesitaban mutuamente con el fin de no dejarse llevar por la tristeza. En apariencia, eran felices niñas normales, pero en el fondo llevaban el dolor de tener que abandonar a sus amigos y seres queridos en aquella tierra mística.
Pero no podían hacer nada al respecto. Intentaron volver a Céfiro al menos un centenar de veces, pero parecía que el portal se cerró de forma permanente. De algún Modo sacaron fuerzas la una de la otra.
Después de graduarse, decidieron ir a la misma universidad y alquilar un apartamento para vivir las tres juntas. No era completamente felices, pero lo llevaban lo mejor que podían.
Ninguno de sus familiares menciono algo sobre sus sutiles cambios en comparación con su primer regreso a casa. Aquello se debía a lo bien que estaban fingiendo.
Pero se podría decir que algo bueno se trajo aquella aventura (además de su floreciente amistad).
Dado que las tres eran las mejores amigas, a sus familias tenían que conocerse en un momento u otro. Fue entonces cuando la hermana de Fuu y el segundo hermano de Hikaru se enamoraron el uno al otro. Hace un año se casaron y ahora Kuu acababa de tener una bebe.
"Sugoi! Nunca pensé que tantos niños podrían nacer a la vez!", Hikaru se emocionaba en la medida que fueron caminando buscando a la bebe de kuu. "Imagina que todos estos bebés nacieron esta misma semana. Y la próxima habrá un nuevo grupo de ellos."
"Gracias por la breve lección sobre el crecimiento de la población. No es de extrañar que no pueda caminar por las calles de Tokio sin ser golpeada o arrastrada." Umi respondió secamente. "Hikaru, imagina esto. En diez años a partir de ahora... Hikaru? HIKARU?"
La joven de pelo azul giró su cabeza de lado a lado con las manos en la cintura. La rubia con gafas detrás de ella soltó una risita suave antes de tocar a su amiga en el hombro y señalarle la ausencia de Hikaru.
"Mou! Te juro que esa mujer tiene la capacidad de atención de un niño en edad preescolar," Umi dejó escapar un par de exasperados suspiros.
"Estoy segura de que ella y nuestra nueva sobrina se llevaran muy bien."
"Lo bueno es que al menos Kaoru tendrá una tía sensata como tú para cuidarla."
"No sólo eso. También cuenta con otra tía que cuidara a su tía Lucy."
"Oh no, ni lo pienses. No me arrastraras en su líos."
"Oh, vamos. Admítelo. Te gusta la idea de convertirse en tía Umi, sin mencionar torcerle la oreja de Hikaru cuando se ponga demasiado hiperactiva."
Umi no tenía que responder a eso. Fuu tenía razón. Al principio se había sentido dejada de lado cuando Kuu y Masaru se casaron. Hikaru y Fuu eran ahora tenían una relación entre sí. Pero nada había cambiado, para su alivio. Y ahora que la bebe había llegado, estaban dispuestas a compartir con sus responsabilidades, y todo.
Puede que no sean hermanas de sangre, pero eran definitivamente hermanas de corazón.
Los dos se giraron a la izquierda y vieron a Hikaru mirando la ventana de la última sala neonatal. No estaba golpeando el vidrio, para su alivio. En lugar de eso tenía su mano y la frente sobre el cristal. Pronto se unieron a ella, sabiendo muy bien qué, o mejor dicho a quien, miraba embelesada.
"Shidou Kaoru, supongo," dijo Umi.
"¿No es linda?" Hikaru susurró con asombro mientras observaba el bostezo de la pequeña envuelta en una manta rosa.
"Mira lo pequeña que es," Fuu hablo con voz dulce.
"Tsk tsk. Pobre niña. De todas las cosas que podía heredar de Hikaru, tuvo que ser su estatura."
"Nani!" Hikaru saco la cara pegada al cristal con un pop. "¿Quién eres tú para burlarte de mi estatura?"
Desde su regreso, los atributos físicos de Hikaru se habían desarrollado. Sus curvas, que eran casi inexistentes antes, eran, uh, curvas... casi voluptuosas, pero no tan voluptuosas como Caldina o las de Alcione.
Los rasgos infantiles de su rostro se habían convertido en los de una mujer madura. Y su altura, bueno, ella era ahora la más alta entre los tres... dos centímetros más alta que Umi y tres de Fuu.
Pero incluso ahora que se veía como toda una mujer, Umi todavía bromeó con ella y Fuu rara vez hacia algo para detenerla. Probablemente era porque todavía se comportaba como una niña. Era un hábito del cual no podía deshacerse. Con sus amigas sufriendo por las pérdidas de sus seres queridos, opto por ser el payaso del grupo, debía estar siempre feliz por el bien de sus amigas... y el suyo también.
Hikaru estaba a punto de replicar a Umi, pero vio que ella ya estaba filmando Kaoru con su videocámara. "Oh, mira, está despertando! tiene los ojos verdes. Parece que tiene más de tu familia, Fuu."
"En realidad, no. Creo que tiene la nariz y la boca de Masaru," respondió Fuu.
"Por no hablar de su estatura", agregó Umi viendo se reojo a hikaru.
"¿Quieres parar con eso de la estatura ya, Umi?" se quejó Hikaru.
Se quedaron durante quince minutos más, alternativamente diciendo lo linda que la bebé era. Cuando Kaoru se volvió a dormir, decidieron mostrar la cinta a su familia en la habitación de Kuu.
Estaban a punto de doblar la esquina que conducía a las habitaciones de los pacientes cuando Hikaru se detuvo.
"Ustedes adelántense. Quiero buscar algo primero."
Antes de las otras dos mujeres podían protestar, la pelirroja ya había salió corriendo en la dirección opuesta, donde se ubican los ascensores.
"¿A dónde vas?" Fuu se preguntó en voz alta.
"Lo sabremos muy pronto," Umi se encogió de hombros.
Veinte minutos más tarde ~_ ~
Hikaru salió de la tienda de regalos en la planta baja del hospital. Tenía este impulso divertido de comprar algo para la bebé.
Sus padres ya habían llenado la habitación de la bebé en su casa con varios juguetes de peluche y el que Hikaru compró probablemente no a ser una acepción. Se alegraba de seguir sus instintos, dentro de la bolsa de papel llevaba un lindo animal de peluche, que sospechosamente tenía un gran parecido a Mokona.
Al principio pensó que muy raro, pero el pequeño muñeco resaltaba entre los raros peluches de Pokemon y Digimon. Al menos el juguete 'Mokona' se veía menos raro entre los demás, ya que sólo parecía un conejo blanco con sobrepeso.
Mokona, pensó con nostalgia. El creador fue sólo una de las muchas cosas que echaba de menos en Céfiro. Pensó que el anhelo disminuiría con el tiempo, pero parecía que lo contrario ocurría.
Echaba de menos el hermoso paisaje que Céfiro tenía que ofrecer, la gente amable que lo ocupan, así como las que Vivian en los demás países. Echaba de menos a Mokona esponjoso buscando calor en sus brazos e incluso el "puu 'que a Umi le parecía tan molesto.
Pero por encima de todo, echaba de menos a la única persona que realmente le había llegado a interesar. Lamentó dejarlo, pero sabía que nunca podría vivir una vida tranquila en Céfiro, pues sin duda perdería sus mejores amigos y su familia aquí en la tierra.
Era un callejón sin salida.
Dondequiera que ella eligiera, terminaría perdiendo a alguien. Al principio, ella albergaba la esperanza de ser capaz de ir a Céfiro para visitas cortas. Pero como no podían transportarse, tuvo que admitir la derrota.
Ella no podía tener los dos mundos. Todo lo que podía hacer ahora era seguir adelante con su vida y atesorar los recuerdos de su amor perdido.
Un grito repentino y agudo la sacó de su ensimismamiento. Mirando alrededor del pasillo, lo primero que notó fue que estaba en el piso equivocado. Estaba demasiado preocupada para darse cuenta a dónde iba.
estaba a punto de dar marcha atrás cuando la puerta de la derecha se abrió y el llanto de una niña se oía claramente por encima de las voces tranquilizadoras a los adultos.
"Vamos, cariño. No grites así. Vas a despertar a los pacientes." La enfermera le imploro a la niña que sujetaba el picaporte de la puerta como si su vida dependiese de ello.
"Volveremos mañana, lo prometo. Pero ahora tenemos que ir a casa y dejarlo descansar." La otra mujer intentó hacerle palanca a las manos de la niña.
"No, no me quiero ir, quiero esperar a que 'niichan se despierte!"
"Silencio". La voz de la mujer salió de advertencia. La chica sólo gritó más fuerte.
Hikaru no podía dejar de interferir. Tenía una debilidad por los niños. Además, esta chica le recordaba mucho a la niña que una vez encontró junto a Lantis, la que le dio las flores.
Se agachó frente al rostro de la niña. Su brusco movimiento hizo que la niña dejara de llorar y por mera curiosidad mirara a Hikaru. "Hola."
La niña sólo continuó mirando la cara sonriente de Hikaru. Siete hipo después, tomó la palabra. "No puedo hablar con extraños"
"Y es muy amable de tu parte para hacer lo que te dicen. Mi nombre es Hikaru. Ahora ya me conoces. ¿Cómo te llamas?"
"Mira." Los ojos de Hikaru se abrieron con sorpresa por la coincidencia. Esta chica no sólo se parecía a la niña de Céfiro, también tenía el mismo nombre. Se dio una sacudida mental en un intento de deshacerse de la conmoción.
"Mira. Es un nombre bonito. Yo tenía una amiga que tenía el mismo nombre."
"¿Qué pasó con ella?"
"Nos alejamos. Ella vive en un lugar muy lejano."
"¿La extrañas?"
"Por supuesto. Cada minuto de cada día."
"ves! Por eso no quiero dejar a 'niichan! Le echaré de menos demasiado!"
Hikaru no pudo evitar sudar frio, sobre todo ahora que la mujer mayor la estaba mirando, haciendo que las cosas empeoren. "No hay necesidad de que grites de esa manera, chibi-chan. Verás a tu hermano otra vez mañana. Déjelo reposar por un tiempo y pronto lo veras despierto y sano."
"¿Va a estar despierto mañana?"
La enfermera detrás de la niña sacudió la cabeza con tristeza, Hikaru pensó que el hermano en cuestión no estaba en buenas condiciones.
Hikaru dio a la niña de su gentil sonrisa. "Ya veremos. Déjalo dormir por un tiempo para ganar fuerza."
"Oh, está bien," Mira suspiró de acuerdo. "Vas a estar aquí mañana también, ¿verdad? Quiero que conozcas a 'niichan."
"Muy bien. Vendré por la mañana."
"Yay!" La niña se soltó de la puerta y se lanzo abrazando a Hikaru, lo que la hizo aterrizara sobre sus nalgas. "Te gustará niichan. Es muy guapo. "
"Pero, ¿le gustare yo?"
"Por supuesto. Le gustan todas las chicas guapas."
"Ahh, entonces de seguro le fascinare"
Mira rió y no protestó cuando la mujer mayor se la llevó. "Adiós, Hikaru-neechan."
"adiós!" Hikaru no paró de decir adiós hasta que la niña se perdió de vista. Ella tomó la mano que la enfermera le extendía y se levantó del suelo.
"Gracias por su ayuda, Hikaru-san. Esa niña es realmente obstinada."
"No hay de qué. Mis amigas me dicen que tengo habilidad para razonar con los niños, creo que es porque soy como una de ellos. Sólo espero que su hermano pueda despertar mañana."
"Sí. Sería una pena que un joven tan guapo se quedara en estado de coma durante Dios sabe cuánto tiempo." La enfermera dio un paso a un lado para dejar que Hikaru le diera un vistazo al paciente.
Lo que vio casi la hizo desmayarse. Casi, pero no del todo. En cambio, dejó caer la bolsa de papel y se tapó la boca con ambas manos para no gritar.
Allí quien yacía casi sin vida en la cama, era su único y verdadero amor, su amado Lantis.
NOTAS:
REPITO! Esta historia no es mía, aunque debo decir que es mi favorita, su maravillosa autora es bishounen Lovah como parte de la trilogía de las tres guerreras mágicas, yo solo estoy actuando como traductora.
Espero que les guste tanto como a mí.
