Declaración: Tanto los personajes como la historia no me pertenecen, los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto y la historia es del Libro "Como un Volcán" de Jane Porter. Es una adaptación del Libro.

Como un volcán.
Prólogo:
Ahora ella estaba durmiendo con el enemigo. Con los puños apretados y los músculos en tensión, Sasuke observó a Sakura, su mujer, su amante, aceptar la mano de Neji Hyuga para apearse del lujoso automóvil deportivo que acababa de detenerse delante de la puerta principal de la residencia familiar de los Uchiha en el pueblo siciliano de fascinado y asqueado, Sasuke vio cómo Neji rodeaba posesivamente la cintura femenina con el brazo y le rozaba ligeramente el lóbulo de la oreja con los labios, susurrándole algo. Sasuke tragó saliva y sintió el amargo sabor a bilis en la garganta.

«No debería sorprenderle», se dijo para sus adentros. «Las mujeresson tan traicioneras como los hombres».«O incluso más».

Pero Sakura nunca le pareció del tipo de mujer deseosa de burlarse deun hombre. Sakura había sido diferente.¿O no? A Sasuke le ardían las entrañas. Era como si hubiera ingerido un litrode ácido que le estaba corroyendo por dentro.¿Por qué había pensado que ella era diferente? ¿La conocía deverdad? Y al revés, ¿ella lo conocía a él?La puerta de su estudio se abrió. Escuchó unos pasos detrás de él, ydespués una mano delicada se posó en su espalda.

—Ha llegado Ino, su hermana pequeña, que contraía matrimonio ese fin de semana, y estaba preparándose para la celebración en honor de los novios que tendría lugar aquella misma tarde.

—Ha traído a una de sus conquistas con él —continuó Ino, en elmismo tono bajo y furioso

—. ¿Cómo se atreve a hacerte esto? ¿A mamá?¿A todos nosotros? ¿Qué clase de hombre es?

Sasuke curvó los labios mientras seguía mirando por la ventana, perosus ojos no estaban en Neji, sino en Saskura, en los altos tacones de aguja,la blusa de encaje negro, el corte de la elegante falda negra de punto quecubría las piernas más bellas y perfectas que había visto en su vida. Sasuke conocía perfectamente aquellas tres años habían sido suyas, las había separado y saboreado,las había sentido rodeándole la cintura mientras la poseía y la hacía completamente suya. Y la había hecho suya muchas, muchas veces en los últimos dos añosy medio que habían estado juntos.
Sakura había sido la amante ideal, la querida perfecta, hasta querompió el acuerdo que había entre los dos. Y entonces él hizo lo que habían acordado hacer. Irse, continuar con su vida lejos de ella. Ahora parecía que ella también había continuado con la suya. Y lo peor era que la había rehecho con Hyuga, su acérrimo enemigo. Sasuke miró a su hermana Ino, con una expresión que ocultaba más querevelaba.

—¿Qué clase de hombre es? —repitió la pregunta de su hermana—. Ya conocemos la respuesta. Un traidor.—Un cerdo —lo interrumpió Adriana, con rabia.—Y un ladrón —concluyó él, con voz fría. Abajo, Neji y Sakura estaban subiendo los escalones de piedra antigua de la entrada principal.—Lo odio —le dijo Ino, acercándose a su hermano

— Lo odio. Lo odiaré siempre por lo que le hizo. Sasuke se volvió y le tomó la cara entre las manos:

—No merece la pena, cielo.

—Pero tú sí —dijo su hermana, tensándose. Sin poder evitarlo, rompió a llorar.

— Tú eres Sasuke, mi hermano mayor y mi héroe desde siempre.

Por un momento, Sasuke no pudo respirar. Sintió una fuerte presiónen el pecho, los pulmones apretados, y todo a su alrededor se oscureció.No podía ver, ni pensar, ni sentir. En ese momento no había pasado, nifuturo, ni presente. Sólo oscuridad, la oscuridad que se asienta dentro del corazón de los hermano mayor, mi héroe. Las palabras inocentes de su hermanapenetraron la oscuridad que lo envolvía .Poco a poco, la presión del pecho se relajó y sus pulmones se llenaronde aire. La oscuridad desapareció y Sasuke pudo reír.

—Ya no quedan héroes, Ino. Sólo hombres. Ino se echó hacia atrás y lo miró a la cara, con los ojos todavíahúmedos por las lágrimas.

—Te equivocas. Tú eres siciliano. Uno de los grandes —le aseguró la joven. Y con un beso en el mentón, se colgó de su brazo—. Ven, vamos a mi fiesta. Te necesito a mi lado para celebrarlo.