Gui: Continuación (o algo así) de Nada es lo que parece. Sigue siendo un reto, pero esta vez me lo impongo a mi misma. He encontrado una lista de veintitres palbras a las que he añadido dos. Creo que lo escribí un día en una habitación en la que me aburría. En principio, esto es un fic de Scorpius y la family en su época Hogwarts (rememorando infancias). Así que ha disfrutar. Dedicado especialmente a los lectores de Nada es lo que parece. Sin vosotros, este fic no existiría. Un saludo enorme a Cookie, porque sí :)

Disclaimer: Ni yo soy Rowling, ni Rowling es una diosa, las cartas sobre la mesa, ¿eh?


Mira tu reflejo en el espejo

Marea
o buscar a tus padres en ti

Scorpius Hyperion Malfoy es un niño rubio. Si preguntas a los que conocen a su familia, te dirán que es igual que su padre. Si preguntas a los que le conocen a él, te dirán que es igual que su madre. Tiene el físico de Draco Malfoy: pelo rubio platino, piel blanca y noble, venas azules, ojos grises, pestañas que dan grima de lo blancas que son, nariz aguileña, ni alto ni bajo, bien alimentado y sin engordar. Tiene diez años. Todas y cada una de sus expresiones son el reflejo de Astoria Greengrass: la mirada calmada y calculadora, su forma de sentarse erguido, sus diferentes caras raras cuando se aburre, el sonido de un estornudo, la mirada enfadada de una amenaza, el carácter afirmado, la sonrisa franca.

Pero para él, todas esas descripciones son algo extraño que dice su elfo doméstico, que al parecer es muy dado a reconocer rasgos familiares de padres en hijos. Cuando Scorpius se acerca al espejo de cuerpo entero de su habitación y se mira en él, lo ve. Ve el pelo rubio, los ojos grises, la mirada calculadora, la sonrisa franca. Los ve, todos y cada uno de los rasgos que le hacen ser únicamente el hijo de Draco y Astoria Malfoy.

Está claro, por lo menos en este aspecto.

No, si es que realmente el problema son ellos. Esos dos que se hacen llamar sus progenitores. Cuando los mira, Scorpius se pregunta cómo demonios ha conseguido nacer él en ese ambiente de pincharse el uno al otro hasta caer muerto del sueño en la cama para empezar mañana un nuevo día.

Son esos días en los que piensa que realmente, él no es más que una ilusión óptica, un juego con el que se divierte el destino. Que Astoria ya habría matado a Draco a golpes en el ego, que Draco ya habría mandado ejecutar a Astoria con su pleno poder ministerial. Que, de una u otra forma, él no ha nacido ahí: es imposible.

Pero sin embargo es cierto: él es hijo de esos dos energúmenos que se dicen adultos. Y como hijo suyo que es, le toca escucharles, hacerles caso, respetar sus decisiones, aguantarles, pensar que son idiotas, formarse una opinión de la vida en pareja, y sobrevivir, día tras día, a la marea de ... eso que le lleva hacia la desesperación. Lo bueno (lo mejor de todo) es que mañana es once de noviembre de 2016. Y como buena fecha que es, siendo que él ha nacido ese mismo día en 2005, cumple once años. Y los once años es el hecho seguro: en septiembre, se larga de ahí como que se llama Scorpius. Va a ir a Hogwarts, como que ayer rompió un jarrón sin tocarlo. Y va a huír de la casa de los locos, para volver solo de vez en cuando.

Piensa, y yo creo que tiene mucha razón, que viéndoles menos a menudo va a conseguir sobrellevarlos a los dos. Porque a esos dos, no hay quien les aguante. Quizás el elfo, pero es que esa criatura es muy rara.


Bueno, el niño se presenta. Ya tenemos al protagonista, y sabemos lo que eran los padres. Que comience el fic :) ¿reviews?

Gui
SdlN