Harry, Hermione, Ron y Ginny estaban en el comedor. La verdad es que se les veía muy felices después de haber derrotado a Lord Voldemort, especialmente a Ron y Hermione, ya que habían descubierto lo que sentían el uno por el otro, y no paraban de mirarse y sonreír. Seguían estando en Hogwarts con todos sus amigos, y todo parecía ir bien. Pero había una persona que estaba destrozada. Se trataba de Draco Malfoy. Después de todo lo que había pasado, se sentía muy solo, él ya no quería ser como su padre, cruel, y malvado, solo deseaba encontrar algo en lo que apoyarse, algo que le diese felicidad, pero no encontraba nadan, ni si quiera los dos amigos que tenía en Slytherin. Sin embargo se le ocurrió preguntarles a Harry Potter y sus amigos, ya que ellos estaban llenos de alegría. Así que se dirigió hacia su mesa y preguntó con timidez:
-Hola ¿Puedo sentarme?
Los cuatro se quedaron observándolo extrañados y desconfiados, y después de intercambiar unas miradas entre ellos, Ron dijo con antipatía y desprecio:
-Claro ¿Para empezar a decir lo pobre que es mi familia, o para llamar sangre sucia a Hermione?
Ron miró a Hermione pensando en la barbaridad que acababa de decir. Esta reprimió las lágrimas que estuvieron a punto de brotar de sus ojos.
-Lo siento, no quería decir que fueras…
-¿Sucia?- interrumpió la chica con disgusto.
-Hermione sabes que no pienso así. Me gustas, y solo quería que este payaso dejase de hablar así de ti- decía mientras señalaba a Draco.
Hermione cambió la cara, sabiendo que lo que decía su enamorado era verdad.
-Ya lo sé- dijo dándole un beso y abrazándole posteriormente.
-Ron, Hermione, yo… - parecía que a Draco no le salían las palabras- lo siento.
-Será mejor que te vayas- dijo Hermione con frialdad y severidad.
Draco estaba esperando a que alguien dijese lo contrario, pero nadie salió en su defensa. Con el corazón cada vez más vacío el joven salió del comedor y se dirigió a su cuarto.
-Parecía sincero- dijo Ginny con un poco de pena.
-¿Sincero? ¡No seas tonta Ginny! Ya deberías saber que en la familia Malfoy son todos mentirosos y despreciables- dijo Hermione con un tono de ira en su voz.
-¡Oye, tranquila! Solo digo que Draco estuvo todo el tiempo rodeado de sus padres, y de Voldemort. Sabemos que nunca quiso matar a Dumbeldore, solo lo intentó indirectamente porque si no lo habrían matado a él. Y últimamente lo veo muy solo por los pasillos, ni si quiera habla con los de Slytherin. Creo que solo se sentía mal por lo que hizo. Además ahora que todo ha acabado ¿Qué otra razón iba a tener para hablar con nosotros?- dijo Ginny tratando de calmar a su amiga.
-Pues no sé- respondía la chica en tono sarcástico- ¿La venganza, burlarse…? Eso le va mucho.
-No quiero discutir- dijo Ginny.
Hermione pensó que tenía razón, no merecía la pena pelearse por una tontería como esa, así que ahí terminó esa conversación.
Esa tarde todo el grupo de amigos, menos Ginny que tenía que ayudar a estudiar a una compañera, se fueron a de excursión a la montaña para un trabajo sobre las criaturas que habitaban en ese lugar.
Caminaron durante horas para ver alguna especie pero no encontraron a ninguna, la única opción era trepar hasta la cima ya que era un terreno demasiado empinado, pero también muy peligroso.
-¿Y si vamos en escoba, o nos aparecemos?- sugirió Harry.
-No, esta es la vieja Montaña Sabia, en ella no se puede usar la magia, ni si quiera se puede montar en escoba. Deberíamos volver, vamos a otro lugar.- dijo Hermione.
-¿Estás de broma? No he venido hasta aquí para nada. Escalaremos- dijo Ron acercándose a la pared.
-No es buena idea, podríamos caernos- previno Harry.
-¡Vamos Harry! No tendrás miedo de un muro, cuando eres tú el que venciste a Voldemort ¿verdad?- dijo Ron.
-¡Claro que no! ¡Vamos!- respondió Potter.
-¡Chicos no seáis infantiles!- dijo Hermione, pero no sirvió de nada, pues los dos jóvenes ya estaban subiendo.
Los dos escalaban velozmente para ver quién llegaba el primero, era como una competición, y los dos estaban disfrutando como dos niños pequeños.
-¡Os vais a matar!- insistió Hermione, pero no servía de nada ellos seguían adelante.
Harry subía intentando poner cuidado en cada paso que daba, pero Ron escalaba a la locura porque solo pensaba en ganar. En un momento dado Ron pisó en una roca cubierta por líquenes verdes, resbaló y se cayó hacia abajo. Hermione lo sujetó diciendo entre lágrimas de miedo:
-¡Ron, no te sueltes por favor no te sueltes!
Harry bajó lo más rápido que pudo. Hermione sujetaba a su enamorado, pero cada vez se le escurrían más los dedos sin poder evitarlo, hasta que Ron cayó a más de seiscientos metros de altura, y para su desgracia abajo había rocas.
-¡Ron!- gritó Hermione.
En aquel momento llegó Harry jadeando y diciendo:
-Vamos.
Los dos descendieron lo más rápido posible. Cuando llegaron abajo encontraron el cuerpo de su amigo tendido en el suelo, y por el charco de sangre que había alrededor de su cabeza se notaba que se había abierto el cráneo. Hermione corrió hacia él, lo cogió diciendo entre sollozos:
-¡Ron! ¡Ron mírame!
Pero el chico no reaccionaba.
-¡No me dejes Ron! ¡No me dejes!- decía con lágrimas de desesperación.
Y al ver que no reaccionaba, se dio cuenta de que había pasado lo peor. Ron estaba muerto.
-¡No!- gritó en un largo alarido de dolor que se llegó a oír en toda la montaña.
Harry se acercó despacio y cuando vio muerto a su amigo se tiró al suelo de rodillas y se quedó un rato allí llorando, pero entonces observó que Hermione estaba temblando entre sollozos y lágrimas agarrada al cuerpo de su amado. Harry comprendió que no podía venirse abajo, por lo menos no ahora, debía de ser fuerte, por Hermione, ella siempre había cuidado de él, pero ahora su amiga lo necesitaba, así que se secó las lágrimas dirigiéndose a la joven, la cogió intentando separarla de Ron, pero ella se aferraba a él gritando en llanto:
-¡No! ¡No! ¡No me separarás de él!
-¡Hermione! – gritó con severidad obligándola a mirarle a los ojos- ¡Está muerto!
La chica dejó de resistirse en ese momento como si le hubiesen clavado una flecha en el corazón, y Harry se la llevó de vuelta Hogwarts.
