Comienzo una nueva historia. No será muy largo, dos capítulos o máximo tres. Espero les guste.
Scorpius Malfoy amaba los días en los que podía sentarse tranquilamente en la biblioteca y hacer sus deberes de Historia de la Magia. Aunque la asignatura era la más aburrida entre todas las que impartían en Hogwarts, extrañamente esta le permitía relajarse cada vez que estaba estresado; el hecho de tener que buscar algo en entre los numerosos textos, le ayudaba a olvidarse un poco de los problemas que le agobiaban diariamente. Tal como ese día, en el que tenía que buscar algo sobre la La guerra de los gigantes, "un acontecimiento muy importante para entender nuestro presente" tal como había dicho textualmente, con su voz monótona, el profesor Binns. Pero de interesante no tenía nada, ¿a quién rayos le interesaban saber los motivos? A Scorpius no. Y menos cuando el problema que lo tenía allí, no podía dejarlo atrás leyendo otro de esos fastidiosos libros.
Todo era culpa de Albus. Temprano ese día, ambos habían acordado reunirse después del almuerzo para practicar un poco de Quidditch (ellos eran uno de los mejores jugadores, por no decir los mejores de todo el colegio), pero Albus se disculpó a última hora porque tenía que hacer algo importante y canceló su anhelado plan. Al principio Scorpius no quiso creer que fuese verdad, pensando que Potter solo le estaba jugando una broma… y sintiéndose herido al ser rechazada su oferta, se lo hizo entender. El moreno no estaba bromeando, sin embargo, y le dijo que quizás en otra ocasión practicarían.
"Hay muchos días en que podemos hacer eso." Fue lo que dijo el muchacho antes de perderse rápidamente, mucho antes de que Scorpius le pudiese preguntar algo más.
Entonces ahora estaba allí, sólo en la biblioteca, investigando sobre una guerra que para nada le importaba, sin poder sacarse de la cabeza lo ofendido que se sentía al ser rechazado tan crudamente por Albus.
Ese idiota. Cómo se atreve.
-Alegra ese semblante. He tenido éxito.
Scorpius se sobresaltó un poco y dejó caer uno de los libros en el suelo. Al entornar los ojos en el origen de la sorpresiva voz, que casi le da un infarto, pudo darse cuenta de que se trataba de Jared Bohm, uno de sus más cercanos compañeros en el colegio.
-¿Cómo?
-Ya sé dónde está tú-sabes-quien-Contestó el otro en un tonto confidencial.
Cierto, ahora lo recordaba. Scorpius le había pedido a Jared que vigilara a Albus, "para evitar que se metiese en problemas", algo a lo que el muchacho había accedido sin rechistar.
-¿Y bien? –Preguntó el rubio, ahora olvidándose por completo de lo que estaba haciendo.
Jared sonrió antes de responder.
-Se encuentra cerca del lago… pero no te va a gustar saber con quién está.
-¿Con quién? – Su tono sonando más molesto de lo que debería.
-Está con Ernesth Weston. Y se ven muy contentos.
Scorpius se quedó estático por un momento. Tratando de parecer sereno ante tal revelación. Así que por eso Albus había rechazado su invitación. Debía suponer que había algo que haría que el moreno fuese tan crudo con él, pero descubrir que era por Weston, una alimaña que ni siquiera sabía volar bien una escoba, era un duro golpe para su ego.
-Gracias por la información- Dijo finalmente Malfoy, poniéndose en pie. –Ahora sí me disculpas… tengo que ir al baño.
-Como gustes.
Jared se reclinó en una de las sillas y sonrió de medio lado. Obviamente sabía lo que significaba ir al baño para el rubio atribulado. No hacía falta ser un genio.
Los libros de Historia de la Magia habían quedado esparcidos en la mesa, tras ser olvidados por el muchacho al huir rápidamente. Jared los miró con incredulidad, sorprendido porque Scorpius fuese capaz de manejar tanta información al mismo tiempo.
Definitivamente, los celos son cosa sería. Pensó antes de ponerse a organizar el desorden frente a sus ojos.
Por favor, díganme que piensan. La continuación vendrá más rápido de lo que esperan.
Nos vemos.
