Amareto
Por Dione Ishida
Notas de la autora: ¡Hola a todos! Quisiera decirles que este fic es el primero que pulico en Fanfiction en mucho tiempo pero no por ello el primero que hago. Ojalá que les guste y de antemano gracias por leerlo. Que lo disfruten
Capítulo 1.- Nombre: First Love (Hikaru Utada) Estrofas: Todas son de mi autoría.
Disclaimer: Digimon y todos sus personajes pertenecen a Toei Animation y este fic es hecho sin fin lucrativo. Yo sólo adecuo los personajes a la historia.
Capítulo 1: First Love
"Detrás de una mirada llena de alegría puede esconderse mi lamento más grande, sólo para fingir algo que fui y que ahora no sé si podré volver a ser..."
Tokyo, una ciudad que nunca duerme... con todos sus habitantes yendo de un lugar a otro con tan ajetreadas vidas; el bullicio le otorga identidad a tan característica metrópoli y aquel día de otoño no era la excepción. Con el ocaso en su plenitud, ella caminaba por las calles, pero a diferencia de los demás, lo hacía sin rumbo fijo; despacio, para aclarar sus pensamientos…
"Erróneamente, pretendía borrar su rostro de mis pensamientos al cerrar mis ojos. No deseaba sufrir más al verlo…"
Su cabello castaño brillaba con los rayos del sol resaltando aún más sus ojos color miel que detrás de ellos, se escondía una pequeña niña que no quería volver a ser herida...
"Acto egoísta de mi parte y no obstante, buscaba la manera de volver a su lado… hiriéndome lentamente a mí misma. A veces tenía la impresión de haber olvidado el tono y la intensidad de su voz."
A pesar del tiempo que se había alejado para convertirse en lo que siempre había deseado, la desesperanza imperaba su vida. Para ella, su realidad había sido destrozada el día anterior a su futura promesa. Las palabras ya no podrían alcanzarlo.
"Habían transcurrido 4 años desde que la calidez de nuestras miradas se había extinto. Deseaba contemplar una vez más su semblante al dormir y que al despertar, disipara mis temores con una sonrisa o un beso. Ahora a mi lado sólo se hallaba la soledad."
De repente, su caminata se detuvo al encontrarse frente a un parque, en el que muchos niños corrían despreocupados y en medio de aquella tranquilidad, su mirada se posó sobre 2 niños que jugaban animadamente en una caja de arena. Sonrió con melancolía, aquella era una escena que traía instantáneamente a la vida sus memorias, invocando el dulce recuerdo de su infancia… remontándose al inicio de toda felicidad y pureza.
& Flashback &
La pequeña niña de ojos color miel corría muy animada a través de los arbustos, hasta toparse con una enorme caja de arena… según su visión de niña; al acercarse, observó a algunos chicos dentro y uno de ellos le sostuvo la mirada durante unos segundos, girándose después para proseguir con su juego. Sin darle mucha importancia, su atención se posó en un columpio que estaba frente a la caja y al cual decidió acercarse inmediatamente. Estando frente a él y lista para comenzar su juego cuando su mano tocó la cadena, un par de niños salieron para interrumpirla.
- No puedes acercarte al columpio, no tienes derecho -dijo el más grande de todos.
- ¿Y por qué no? - preguntó extrañada y al mismo tiempo, decidida.
- Porque eres una niña, por eso.
- Ahora vete y no molestes –secundó su compañero.
La castaña, en lugar de llorar, apretó sus pequeños puños y respondió a la altanería de los niños con seguridad y disgusto.
- El columpio es de todos y yo quiero jugar.
Nuevamente, el líder de aquellos niños volvió a hablar, pero esta vez, se acercó más y bruscamente le expresó:
- Te dije que te fueras
Ella se sonrojó del coraje que le provocaba aquella situación, pero curiosamente, una voz interrumpió aquella escena.
- Y ella ya te dijo que quiere jugar, así que déjala.
Todos dieron un giro para ver quién estaba a sus espaldas y la niña reconoció inmediatamente a ese pequeño niño rubio, pues segundos antes, sus miradas se habían cruzado en la caja de arena.
- ¿Tú quién eres? –dijo apartándose de la niña para centrar su "valentía" en el pequeño que acaba de llegar
- Eso no te importa, deja de molestarla –contestó fríamente.
- ¿Por qué habría de hacerlo? -dijo otro de los chicos cruzándose de brazos.
- Porque eres cobarde y estúpido, no puedes molestar a un niño y te desquitas con ella. Si no es así, demuéstramelo.
La actitud desafiante de aquel chico sorprendió por completo a la niña.
- ¿Ah sí? –respondió con aparente burla- Lamentarás habernos retado…
- No lo creo -dijo confiadamente él.
Una vez que comenzaron a acercarse al pequeño, éste rápidamente se metió las manos a los bolsillos y sacó dos puñitos de arena que soltó rápidamente en las caras de los niños. Ellos, comenzaron a gritar y a correr para alejarse. Por último, el rubio le hizo una zancadilla al supuesto líder, que lloró inmediatamente al lastimarse la rodilla y corrió tan rápido como sus pies le eran capaces de responder.
Él sonrió con satisfacción, un tanto vengativa para tratarse de un niño. Al quedarse los pequeños, ella volteó hacia al rubio.
- Muchas gracias por ayudarme –dijo con una gran sonrisa a lo que él sólo respondió sonrojándose ligeramente- Me llamo Ho… Mimi –corrigió al instante- ¿Y tú?
Bastó que el rubio dirigiera una mirada a Mimi para que ella se quedara impactada con sus hermosos ojos azul zafiro.
- Ten cuidado con esos niños, son malos –así, se dio la media vuelta y comenzó a alejarse de Mimi.
- De nuevo, muchas gracias -gritó ella cuando él ya había desaparecido.
"Desde aquel momento, supe que no era como los demás... había algo en aquel rubio que me inquietaba, algo que me era difícil describir. Y a partir de ese día, le pedí a mamá que me llevara al parque con más frecuencia, con la esperanza de encontrarme al niño de andar misterioso, con la certeza de llegar a descubrir el por qué de su mirada tan melancólica y al mismo tiempo protectora. Hasta que cierto día, mi deseo se cumplió: volví a verlo jugando nuevamente en la caja de arena. Al observarlo, no lo dudé ni por un instante y me acerqué entusiasmada a él"
- Hola –saludé sentándome junto y asegurándome que mamá estaba lejos de ahí. Él no respondió y sólo se limitó a verme- El otro día te marchaste sin haberme dicho tu nombre… - seguía callado y yo comenzaba a dudar si realmente me escuchaba o se acordaba de mí, así que cambié el tema- ¿Por qué estás solo¿Acaso nadie quiere jugar contigo?
Supongo que ese comentario no fue el más acertado, pues volteó a verme enfadado
- Soy yo el que no quiere jugar con nadie –respondió bruscamente-
- ¿Por qué? –pregunté desconcertada-
- Porque no necesito a nadie, porque me siento bien estando solo.
- Bien, pues a mí también me gusta estar sola pero si te hago compañía, tal vez podremos construir castillos de arena…
- Creo que no entendiste, quiero estar SOLO.
- Y creo que tú tampoco entendiste, yo quiero jugar contigo.
- ¿Por qué? –dijo frunciendo el ceño.
- Porque no quiero verte alejado de todos.
- No necesito de tu lástima… -dijo muy irritado y algo agresivo. Yo me callé inmediatamente porque no quería hacerlo enojar aún más.
- No es lástima lo que siento -expliqué con sinceridad- tan sólo quiero jugar contigo… creo que puedes ser divertido.
Permanecimos un par de segundos en silencio mientras yo estrechaba los bordes de mi vestido algo nerviosa. No sabía si retirarme o seguir compartiendo el silencio junto a él, aunque pude notar un cierto remordimiento en su actitud. Aquello no pude comprobarlo puesto que habló enseguida.
- Yamato, me llamo Yamato –dijo evidentemente más tranquilo.
- Y yo Mimi -sonreí ampliamente por su respuesta relajando mis manos y soltando el pliegue del vestido.
- Eso ya lo sabía... –respondió esbozando una pequeña sonrisa.
"A partir de ese instante, él se convirtió en mi compañero de juegos y mi mejor amigo… con quien solía compartir la mayor parte de mi tiempo y aunque no lo supiera, de mis sentimientos. Durante 4 años aproximadamente su presencia fue indiscutible en mi vida y las risas imperaban en nuestra amistad.
Era la primera vez, a mi corta edad, que había compartido un lazo tan especial y por demás, sincero.
A pesar de la diferencia de carácteres, me había convertido en su confidente y a quien dedicaba sus escasas sonrisas. Pude darme cuenta de que nunca había sido un chico malo… tan sólo reservado e introvertido, sin embargo contaba con un gran sentido protector para aquellos a quienes amaba.
Sin embargo, nuestra amistad no pudo durar más tiempo, ya que sin razón aparente tuvo que partir de la ciudad. Ni siquiera tuvimos una oportunidad de despedirnos, de aclarar algo que había quedado inconcluso. Y yo, en lugar de dar por olvidada nuestra amistad, guardé fervientemente la ilusión de volver a mirar su sonrisa, de conversar, de observar su semblante, de reír a su lado…
Él podía ser mi amigo, no obstante había dejado una huella profunda en mí, que el tiempo difícilmente borraría.
Sentada sola en el parque, no imaginaba que en cuestión de años, yo también abandonaría mi ciudad natal… llevándome sólo el recuerdo del olor a césped y mis vivencias junto al pequeño rubio.
Nuestros caminos se habían separado e hice la firme promesa de que al encontrarlo, no lo dejaría ir. Su mirada había traído una nueva luz a mi vida y sin enterarme, me convertí en su rescate… como pude saber años más tarde.
No fue sino hasta nuestra adolescencia que volvimos a encontrarnos, de una manera muy peculiar."
& Fin del Flashback &
Notas de la autora: Realmente espero que les haya gustado, este pequeño cap introduce a lo que se tratará el fic. Mimi conoce a Matt desde pequeña y por cierta razón, se separan por muchos años. Todo esto lo recuerda mientras camina muchos años después.
Esperaré a ver el recibimiento que le dan al fic y en basea ello, publicaré el segundo cap. Realmente estoy ansiosa por recibir los reviews. Recuerda que las críticas ayudan a mejorar a la persona, así que te agradeceré infinitamente si me dejas un review: si te gustó o no, tus comentarios, o lo que piensas acerca de él. Gracias de antemano.
Dione Ishida
