Título: Inevitable
Género: Drama
Clasificación
: G / K
Advertencias
: SPOILERS TITÁNICOS DEL FINAL. También hice un ligero cambio en el argumento, nada muy importante.
Palabras: 427
Nota: Ah, hace mucho que no escribía sobre un videojuego. Y más todavía, ¡es la primera vez que escribo sobre la saga Persona! Me considero muy fanática de ella, pero no fue hasta que salió el P3P (y con él Minako y Theodore) que me tenté a escribir sobre ella. Este drabble va para mi querida Haruko, quien lo pidió :3

Como dice arriba, hay spoilers sobre los momentos finales del juego, así que si no jugaron aunque sea al Persona 3 original o desconocen el final, recomiendo que pasen este fic para evitar arruinarles el final. ¡Gracias por leer la nota!


La tensión y la inquietud no solían ser características frecuentes en él.

—¿Puedes oírlas? —preguntó Igor con su usual calma— Estas son las voces de esperanza que desean ayudarte.

Sin embargo, mientras todos aquellos con los que Minako había forjado vínculos gritaban palabras de fuerzas y ánimos, Theodore comenzaba a ponerse algo nervioso. No sabía qué, pero estaba seguro de que algo inminente ocurriría.

Las voces de almas fuertes cesaron. Un nuevo poder, reducido a la forma de una carta, se hizo presente ante sus ojos.

—Lo que ahora tienes entre tus manos es el poder del Universo…

Su certeza e inquietud se acrecentaron al oír que nada estaba dentro del mundo de lo imposible para ella. Eso fue la señal que había estado esperando desde el preciso momento en que el rol de asistir a la joven le había sido designado. No quería decir las palabras que debía decir. Deseaba que ella jamás tuviese que salir de ese bello cuarto aterciopelado, detener su tiempo y con esto parar su hado.

Pero Theodore sabía muy bien que había cosas que eran inevitables.

—Pronto llegaremos a tu destino.

Había puesto su mejor sonrisa complaciente (como lo había hecho desde siempre) al momento de dejar escapar cada una de esas palabras de sus labios.

Pronto Igor la reconoció como una de los más excepcionales huéspedes que jamás había recibido. Esto hizo que el gran y frío portal, que observaba silencioso, se abriese con un metálico aullido, dejando entrar un reluciente blanco. Del otro lado, aguardaba el destino de Minako.

También como parte de su rol asignado y como el caballero que era, Theodore movió su azul y negra figura hasta encontrarse al lado de ella, para ofrecerle su mano enguantada. Tal como lo había hecho durante las veces en las que habían salido a pasear, a conocer ese curioso y exótico mundo donde ella vivía.

Toparon miradas sólo después de que Minako aceptara sonriente la cordial invitación. En sus ojos pudo leerlo todo: su propósito, su determinación, su resolución, su aceptación, su valentía, su miedo, su calma. Pero sobretodo, supo notar la misma certeza que Theo había percibido desde un principio. A continuación ella se puso de pie y él la guió ante el resplandor, apretándole la mano.

Ante la puerta abierta encontraron por última vez sus miradas. Ella entrecerró levemente sus orbes rojizos y le regaló una sonrisa ya no alegre como siempre, sino que cariñosa y sobre todo compasiva.

En esa muda conversación no hizo nada más que reafirmar la certeza de la fatalidad. De lo inevitable.