Bueno, este es un fic que se me ocurrió así después de ver una imagen y pensé ¿Porqué no hacerlo? Bueno, pues espero que os guste.
Disclaimer: Hetalia no me pertenece, si no, habría más yaoi.
Advertencias: Puede que a la larga haya algo de sangre, es muy probable. El lenguaje tan hermoso de Romano, algunos personajes saldrán con su versión Nyotalia y por último...Francia.
Margueritte Williams ( Nyocanada )
Lovina Vargas ( Nyoromano )
Alice kickland ( Nyoengland )
Sakura Honda ( Nyojapan )
La prestigiosa y conocida escuela '' World Academy '', un instituto solo para personas de hijos ricos o con unas notas solo de dieces y con suerte entraban. Poco se sabía de esa escuela salvo que era la más prestigiosa del mundo y que unos pocos eran los que tenían la oportunidad de ir a ella. Eran de países diferentes y normalmente iban a clases divididas sin criterio alguno, ni por edad ni por nivel. Los alumnos escogían las materias y entraban en uno club obligatoriamente.
En esta escuela, era normal que los que iban formasen grupos entre ellos y que hubiesen peleas entre los grupos. Los profesores poco hacían por evitarlo, pues todos eran hijos de ricachones y pobre del profesor que se pasase con uno. Uno de los grupos más conocidos y respetados eral el '' Bad touch trio '', formado por Antonio Fernández, un español hijo de un político; Francis Bonnefoy, hijo de un diseñador de ropa francesa y por último Gilbert Beilchmid, el hijo de un empresario alemán muy famoso.
Los tres iban siempre juntos y se conocían desde hacía tiempo. En verdad, Antonio y Francis desde que eran pequeños y Gilbert un año antes de entrar en esa escuela. Eran los mejores amigos que podrían encontrarte en toda tu vida, todo lo hacían juntos. Nadie más se había dignado a acercarse a ellos, pues todos sabían por experiencia que eran unos verdaderos peleadores con muy mala leche.
Los tres se encontraban ahora en el techo de la escuela descansando después de un largo día, era algo habitual que hacían después de un día cansado, comían y se tumbaban en el techo a hablar.
-Antonio, siempre llevas tomates encima, mon amie están obsesionado. -
-Y tú estás obsesionado con el sexo y toquetear a la gente y no me quejo. - Respondió Antonio mientras comía un tomate.
-No, no lo haces, te dejas. Pero no te empanas de cuando lo hago, eres aburrido... -
-Ja ja ja lo siento Francis. -
-Vosotros dos sois imposibles, dejad al impresionante yo comer en paz. -
-Gilbert mon amie, ya te han vuelto a rechazar, seguro. -
-¡Callate francés de mierda! Al impresionante yo es imposible que le rechacen. -
-Ja ja ja apuesto a que a sido la chica esa que persigues siempre, como se llamaba... ha, no me acuerdo Francis ayudame. - Dijo sonriente el español.
-¡Antoine, mon amour! Eres imposible, es Margueritte, mi prima. - Dijo cabreado a su compañero.
-¡Qué yo no intento ligarme a tu prima! -
-Sí lo haces, vas detrás de la chica. Tranquilo, a Francis no le importa. -
-Mientras no le hagas nada malo, no. -
Iban a seguir burlándose de Gilbert pero un ruido les detubo. Miraron detrás suyo y encontraron a una muchacha tirada en el suelo quejándose e insultando al objeto que la había echo caer al suelo. Antonio la reconoció de inmediato y corrió a ayudarla con su típica sonrisa. Ella le miró y se levantó de golpe intentando escapar de allí.
-¡Lovina, cuanto tiempo! - Dijo sonriente.
-Nos hemos visto hace una hora idiota español. - Le susurró mientras disimuladamente caminaba hacía atrás.
-Sí perdón. Oye, porque no te nos unes, nos estamos divirtiendo mucho. -
-Ni soñando idiota, tengo cosas que hacer. -
Lovina poco a poco iba más atrás hasta que choco contra la pared, lo que hizo que la maldiciese Quería irse de allí, no le caían bien los amigos del español y, para que negar lo que es obvio, les tenía algo de miedo. Francis y Gilbert rieron al notar eso y se levantaron a molestarla un poco, como era de costumbre siempre que la veían.
-Oh la la~ ¿Porqué no te vienes conmigo a dar una vuelta, belle? -
-Ni... ni se te ocurra acercarte a mi pervertido. -
-Kesesese~ no seas aburrida, hazle caso, nos vamos a divertir mucho. -
-Chicos dejadla en paz, si no quiere nada. - Dijo Antonio al ver que esta estaba ya detrás de él para intentar esconderse de la mirada de sus dos mejores amigos. Le parecía muy tierna así, pero no podía dejar que la molestasen más.
-E-eso mismo, maldizione. -
Los otros dos sonrieron al ver que su amigo se había puesto serio y se sentaron otra vez donde estaban, sabían de sobras lo que Antonio era capaz de hacer si se cabrea. Este se giró y sonrió a la chica quien se sonrojo levemente y murmuró un gracias para después decidir sentarse con ellos.
Esos dos no se conocían de aquí, eran amigos desde que tenían memoria. Cuando Lovina tenía cinco años sus padres y abuelo murieron misteriosamente y el padre de Antonio, que había echo muchos negocios con el abuelo de la chica y eran grandes amigos, decidió adoptarla a ella y a su hermano menor Feliciano. Aunque ella jamás lo iba a admitir, era muy cercana a Antonio, mucho más de lo que era con su propio hermano y cuando menos se lo esperó se había enamorado. Antonio por su parte, quería mucho a ambos hermanos pero siempre demostró un extraño favoritismo por Lovina más que por Feliciano.
Después de una hora más o menos, Gilbert se fue diciendo que tenía una cosa pendiente y que iba a solucionar ahora mismo. Lovina, extrañamente, se fue cinco minutos después con la excusa de tener que hacer una llamada y que pronto volvía. Efectivamente, en diez minutos estaba de vuelta como si nada y se sentó apoyándose en la pared demasiado callada y mirando el horizonte.
Decir que estaba frustrado era poco. Llevaba corriendo ya varios minutos porque detrás de él habían nueve o diez personas intentando, literalmente, matarlo. Solo había ido al lugar citado porque le había amenazado con que si no iba harían daño a su hermano menor y a su pareja.
Se metió en un callejón que resulto no tener salida, estaba completamente a merced de esos idiotas. Decir que tenía miedo era poco, pero no lo iba a decir, era demasiado impresionante como para demostrarlo. Sonrió al ver que estaba acorralado y que esta vez no tenía escapatoria ninguna. Los otros comenzaron a darle patadas y entre todos lo dejaron en el suelo medio muerto.
-Al menos... el impresionante yo tiene su cabeza bien puesta... - Dijo antes de desmayarse por los golpes y el dolor que tenía encima.
Los hombres sonrieron y mandaron un mensaje a quien les dio la orden. Poco después no había rastro de nada, solo el cuerpo inconsciente de Gilbert tirado en el piso como si nada. La gente pasaba y miraba con horror el cuerpo, pero no se atrevían a acercarse. Alguien llamó a la ambulancia y se lo llevaron corriendo de allí.
Francis, Antonio y Lovina junto a Ludwig, hermano menor de Gilbert, y Feliciano al hospital. Habían recibido la noticia y después de informar al hermano de este corrieron hacía allí. Aun no podían creer que Gilbert estuviese en el hospital por grabes heridas. Antonio y Francis no sabían porque había peleado solo si era más que claro que si peleaban juntos era más fácil.
Llegaron al hospital y después de una larga espera, solo Ludwig y Antonio entraron. El estado del albino era horrible, marcas de golpes, su rostro algo hinchado y cortes echos con navaja por todo el cuerpo. Antonio cerró los ojos y apretó los puños con rabia y salió del cuarto pero Francis, al ver el estado de su amigo, lo detuvo.
-Espera, no hagas ninguna tontería. No sabes quienes han sido. -
-¡Me da igual, merecen morir esos hijos de puta! -
-Tranquilo. Así no consigues nada. -
-Lo siento. - Susurró algo arrepentido el español.
Francis, al ver que su amigo no iba a entrar y que igualmente era más seguro que no lo hiciese decidió entrar el a ver que fue lo que hizo reaccionar así a Antonio, y cuando lo hizo se llevó las manos a la boca del mismo susto para no gritar. Era horrible. Se acercó a Ludwig, que estaba sentado en una silla mirando a la nada, y le abrazó. El menor le miró sorprendido y algo avergonzado pero no se apartó, lo necesitaba.
-Ludwig, tu hermano necesita mucho apoyo. Sabes, me voy con Antonio un momento, vuelvo... Quizás mañana iré a visitarle de nuevo. -
Se fue y cogió a Antonio del brazo llevándoselo para sorpresa de los demás. Feliciano entró para apoyar a su pareja y llevó a Lovina a rastras con él a pesar de que esta se negaba a entrar. Francis salió del hospital con un Antonio muy confundido y con el ceño fruncido.
-Francis... no me digas que... -
-Sí, pensé que estaría mal pero eso... ¡Casi lo matan! -
-Ahora sabes porque me puse así. Entonces... -
-Busquemos por la zona donde nos han dicho que lo encontraron, quizás alguien vio algo o nos puede decir si conocen quienes lo hicieron. -
-Sí, porque además es imposible que una sola persona lo haya echo, incluso si son tres o cuatro Gilbert podría con ellos. -
-Así es mon amie. -
Antonio y Francis se fueron hacía el callejón donde Gilbert había sido atacado, no iban a dejar las cosas tal cual estaban, pensaban vengar a su amigo. Una vez llegaron, Francis se puso a preguntar en los establecimientos y Antonio a la gente que pasaba. Media hora más o menos ya sabían que habían sido más de siete personas, todos eran hombres e iban vestidos iguales, con un traje negro.
Lovina había conseguido escapar de las garras de su hermano, estaban demasiado acaramelados para su gusto y además no le caía nada bien el alemán ese. Miró el móvil y tenía un mensaje. Sonrió al leerlo y decidió llamar al que se lo había enviado para ver que tal les había ido. Parecía que todo bien, no tenía entonces porque estar preocupada. Entró a una tienda y se compró algo para comer, no tenía pensado volver pronto a su escuela. Por el camino vio a Francis y Antonio muy serios y se acercó a ellos.
-Oye bastardo español ¿Ya sabéis entonces lo que necesitáis? -
-Sí, antes de que nuestro amigo se recupere esos tipos estarán en las mismas condiciones. -
Lovina sonrió de lado y se acercó a ellos sentándose en un banco cercano y les ofreció lo que tenía comiendo. Estos extrañados aceptaron y se sentaron con ella.
-Entonces... os deseo suerte. -
Se levanto y sin más se marcho como si nada hacía la escuela, se estaba haciendo tarde y pronto la cerrarían y sería un problema si se quedaba fuera. Cogió de nuevo su móvil, escribió un mensaje y lo envió.
''hay dos tipos que os persiguen, ya sabéis quienes son.''.
Espero que os haya gustado. Si hay algún error de ortografía o algo que no os gusta no dudéis en decirlo, siempre está bien saberlo para mejorar. Creo que me ha salido bien, intentaré actualizar pronto ahora que tengo las vacaciones de verano y lo he aprobado todo.
Supongo que os habréis dado cuenta quien es el malo aquí xD
Bueno, sin más me despido hasta el próximo capítulo.
