Bue, sólo hay cuatro fics en español de este anime y ninguno de mi crack shipp. Después de ver los doce capítulos de Tsukihime sin parar, busqué material de mi OTP en este anime, ósea Ciel x Arcueid, y sólo encontré un doujin en inglés, y dije, ¿por qué no hacer un fic de mi shipp imposible de un anime con un fandom muerto?, esta es la primera vez que escribo demasiado fluff, y como me encantó este emparejamiento, no me forcé en lo absoluto y estoy satisfecha con el resultado, aún si nadie lo va a leer (xd).
Así que bueno, si estuviste en la misma situación que yo, buscando material de este shipp que casi nadie toma en cuenta, te pido que lo disfrutes, porque es feo que no haya mucho de ellas, saludos. :)))
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Suspiros de la luna
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El cielo estaba oscuro, los caminos solitarios y sólo los postes de luz blanca alumbraban las estrechas calles que llevaban al parque donde muchas veces Ciel había visto a Shiki y a Arcueid juntos, tal vez la ponía un poco celosa, pero sabía que no se juntaban a tardes horas para asuntos de ámbito romántico. La diferencia de esta vez, es que no vería a Shiki por ningún lado, pues Arcueid la esperaba a ella. Tuvo que fingir molestia dadas las circunstancias, todos pensaban que se odiaban mutuamente, pero no podía evitar ser diferente cuando ambas estaban solas.
Ciel suspiró y caminó hacia aquella banca en donde la rubia le esperaba sentada con una sonrisa suave y amena, le dedicó una mirada que la hizo sonrojar. Arcueid no pudo evitar reír entre dientes viendo esa faceta de ella.
Cuando tomó asiento, la Shinso miró las estrellas, y Ciel la imitó, esperando comprender que sentía ella en esos momentos.
-Hmm, Elesia... -Arcueid no dejó de ver al cielo, ensimismada en sus propios pensamientos, buscando las palabras correctas para expresarse.
- ¿Sí? -Ciel la observó con detenimiento, casi embelesada, pero sin ignorar la esencia que desprendía, por lo que, en un momento breve, se sintió confundida. -
-Tú... ¿Realmente me quieres? -Oh, por Dios. A Ciel le mataba ese rostro, Arcueid podía tener ochocientos años como la princesa de los Shinso, como una vampira que se negaba a su naturaleza, pero seguía siendo tan... Ciel suspiró otra vez e hizo se sus miradas se conectaran.
-Arcueid, ¿es necesario preguntar eso? -Ciel tomó sus mejillas con ambas manos, cerró los ojos y le dio un beso en los labios, casto, breve y suave.
Ciel abrió sus ojos. Viendo a Arcueid sonrojada, no pudo evitar besar todo su rostro.
-Te quiero demasiado, como no tienes idea. -Arcueid se puso de pie, su rostro estaba iluminado con otra de sus hermosas sonrisas, ofreció su mano a Ciel. - ¿A dónde vamos?
-Vamos a caminar. -Ciel accedió y así fueron alejándose del parque tomadas de la mano. -
-Elesia, yo... quería pedirte perdón. -
- ¿Enserio?, ¿por qué?
-Pues, llegué a matarte, haciendo que nuestra relación no fuese buena y... -Ciel la interrumpió. -
-Cariño, no debes preocuparte por algo que sucedió hace mucho tiempo. Era huésped de Roa, tenías que hacerlo. -Ciel levantó la muñeca de Arcueid y besó su dorso. -Estás perdonada, no podría odiarte por eso. -
La princesa desvió la mirada, su rostro estaba muy rojo.
- ¿Por qué eres tan buena conmigo?
-Ya te lo dije, -Ciel empezó a reírse. -te amo.
Arcueid soltó la mano de Elesia para tapar su rostro. Ciel paró su andar y acorraló a la princesa contra un poste, haciendo que la mirara, sorprendida. -
- ¿C-Ciel? -Otra vez fue interrumpida, pero no por palabras, sino por los labios de la persona que amaba. Ciel agarró la cintura de Arcueid, acercando su cuerpo de manera brusca. Sus manos pasaron a los glúteos de la princesa, apretándolos suavemente, dejó sus labios para repartir besos en su pálido y terso cuello. -Aquí no, por favor. -Soltó ella, con voz entrecortada. -Vayamos a mi departamento. -Ciel suspiró por enésima vez sin dejar el cuello de Arcueid, hasta que esta se apoyó en su pecho, agitada. -
-Entonces vamos. -Dijo Elesia, también agitada, sus mejillas estaban rosadas. Sus labios estaban entreabiertos, pues no dejaba de inhalar y exhalar. -
En el camino a casa de Arcueid, hubo silencio, pero no uno incómodo, ambas estaban ensimismadas, en un mundo en el que sólo ambas existían.
Al llegar al departamento de Arcueid, esta abrió la puerta y dejó pasar primero a Elesia, quien no vestía el traje que con frecuencia utilizaba. Sólo traía unos vaqueros celestes, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negro, había dejado los zapatos en la entrada y colgó su chaqueta en un perchero. Arcueid cerró la puerta, Elesia la esperaba sentada en el borde de su cama.
Ciel se mordió el labio inferior, viendo como la princesa retiraba su falda, cayendo al suelo y provocando un ruido sordo. Arcueid avanzó hacia ella, sentándose sus piernas, rodeó su cuello y besó sus labios. La peliazul se separó un poco para quitarle el suéter blanco a Arcueid, quedando así sólo en ropa interior.
Ciel apoyó su espalda en el cabecero de la cama, todavía con Arcueid encima. Con manos inquietas, jugaba con las curvas de su princesa, provocándole leves escalofríos que la hacían ansiar más del tacto de Elesia. Arcueid abrazó a Ciel y posó su cabeza en uno de sus hombros.
Elesia jugueteó un rato más de esa forma con el cuerpo de Arcueid, pasando sus manos por debajo de su sostén y acariciando sus senos. Ciel podía escuchar los leves gemidos de la princesa mientras presionaba sus pezones.
Ciel acostó a Arcueid, dejando que sus rubios cabellos se esparcieran, se acercó a ella y le volvió a besar, bajando a su cuello, clavícula llegando a su abdomen. Arcueid suspiró, derretida por los labios de Elesia.
-Ven aquí. -Ordenó la princesa a Ciel, quien obedeció, abrazando la cintura de Arcueid y hundiendo su cara entre los pechos de la otra. -
-Hmm, me encantan tus pechos. -
- ¿Es lo único qué te gusta de mí? -Dijo Arcueid en tono caprichoso, sin poder ocultar su sonrisa. -
Ciel levanto su rostro sin dejar la posición en la que estaba. - ¡Claro que no!, me encanta todo de ti. -Arcueid sonrío. -
-Te amo, Elesia. -
-Yo también te amo, princesa. -
Estuvieron así hasta quedar dormidas. A la mañana siguiente, Arcueid despertó tanteando el otro lado de la cama, dándose cuenta de que estaba vacío. Se molestó un poco, pero vio una nota en la mesita de noche y se acercó para leerla.
"Fui a la escuela, te hice el desayuno. -Ciel"
- ¿No pudo siquiera avisarme?
Arcueid miró el reloj de pared. Hace varias horas Elesia se había marchado, así que, luego de tomar una ducha y desayunar, caminaría por ahí e iría por Ciel. -
…
-¿Arcueid?, ¿qué haces aquí?, te dije que no vinieras. -Shiki se acercó a la vampira un poco nervioso, todos les observaban desde las ventanas.
-Tranquilo, no vine por ti. ¿Sabes dónde está Elesia?
-¿Elesia? -Shiki frunció el ceño, confundido. -
-Perdón, quise decir Ciel, ¿sabes dónde está?
-Pues... No lo sé, espera un momento, la voy a buscar. -Arcueid suspiró, ¿no sería su comportamiento un poco sospechoso para Shiki?, decidió no pensar es eso y esperar a Elesia.
- ¿Princesa?, ¿sucede algo?, Shiki dijo que me estabas buscando.
- ¿Por qué te fuiste sin avisarme? -La Shinso hizo un puchero que derritió a Ciel y a todos los que miraban por las ventanas. -
-Mejor vamos a otro lugar, ¿no crees?, todos nos están viendo. -
Arcueid siguió a Ciel hasta la parte trasera del plantel. Elesia se quitó los anteojos y los guardó en su bolsillo, se acercó a Arcueid y ésta la empujó suavemente. -
-Hmm, ¿sucede algo, princesa?
-Te fuiste y me desperté sola. -Arcueid se cruzó de brazos, fingiendo enojo. -
-Oh, cariño, traté de despertarte, pero no pude, te veías muy bien de esa forma. -Arcueid se sonrojó. - ¿Me perdonas?
-Sólo si salimos esta tarde.
- ¡Perfecto! -Ciel sonrió. -Iremos a dónde tú quieras. -Ciel se acercó a Arcueid lentamente. - ¿Puedo besarte?
-Por supuesto que puedes, idiota.
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