Yuri.

Parte I.

"Mi nombre es Yuri Plisetsky, tengo 18 años y voy al último año de la escuela secundaria. Quise hacer este libro con el fin que tú conozcas mi vida sexual, como empezó y todas las dificultades que tuve que atravesar para lograr ser feliz. No espero que me entiendas ni tampoco que me taches como una puta, pues yo mismo lo hice en algún momento. Pero es descarnada la historia cuando comienzas a amar y no puedes gritarlo al mundo.
Nunca me gustaron las niñas, aunque me he llevado bien con algunas de ellas, nunca me sentí sexualmente atraído por ellas. Eran como muñecas que uno quería ver actuar, simplemente a lo lejos, sin tocar. En cambio, los hombres encendían en mi esa alarma tan rumiante que me quemaba.
Todo comienza a mis quince años, cuando por fin comienzo a sentir placer sexual con un docente, y puede que termine de una manera que no te imaginas, simplemente sígueme, escúchame, luego podrás sacar las conclusiones que desees. Pero puedo decirte algo, sus nombres los llevo en la piel y no fueron solamente sexo, aprendí a amar a cada uno de ellos por lo valioso que son, por lo agobiante y excitante que era estar a sus pies, sentirme vivo con ellos dentro de mí. Mi abuelo sigue odiando este libro, porque piensa que solamente quedaré como el desesperado engendro adolescente que buscaba romper familias, parejas, o simplemente dejarse llevar por el amor más primitivo. Pero yo veo este libro como el comienzo de mi vida sexual y como el tormento que tuve que sufrir al estar con personas mayores a mí.
Gracias por leer, los espero dentro de mi libro
"

−Yuri Plisetsky.

Yuri Plisetsky es un alumno de la escuela secundaria n°1 de Moscú, vive rodeado de extranjeros la mayor parte del día, pues su lugar de nacimiento era así, muy visitado y turístico, pero también una cuna para aquellos que desean oportunidades. Yuri es rubio, de hermosos ojos verdes, cuerpo delicado, piel blanca y mirada furiosa, una muñeca en viva imagen, su belleza era digna de envidia en las más hermosas mujeres.
La personalidad de Plisetsky no era para nada delicada, más bien daba muchísimo miedo por su falta de tacto y su forma de ser chocante, definitivamente no es alguien que quisieras encontrarte a las tres de la mañana en la calle, a pesar de su fino aspecto. Su tía abuela Lilia le había enseñado ballet desde muy pequeño, por lo que su cuerpo era increíblemente flexible. Su abuelo Nikolai, y su tío abuelo Yakov le habían enseñado patinaje artístico, deporte que hacía más como hobbie. Él vivía en la ciudad, cerca de un parque donde había un pequeño estanque que se congelaba en invierno, lo que daba a Yuri la posibilidad de patinar cerca de casa y sin gastar dinero.

Con quince años, Plisetsky sin duda era una persona llena de matices y colores, solamente tenía un amigo de la niñez, el japonés Yuuri Katsuki (15 años), un muchacho retraído y muy poco comunicativo, realmente no entendía cómo es que llegaron a ser amigos en primer lugar. Yuuri era todo lo que Yuri podía odiar, era inteligente, tímido, reservado, hablaba poco y lo necesarios, no era como él en lo absoluto, que si se enojaba gritaba y tiraba todo lo que estuviera cerca de él, no.

Por otro lado, se encontraba su docente titular y profesor de matemáticas, él daba clases en la escuela donde Yuri estudiaba con su mejor amigo, se llamaba Victor Nikiforov (30 años). Yuri le tenía aprecio a Victor, pues era de las pocas personas que podía confiar, siempre abierto a sus estudiantes. Victor era casado, su mujer también era docente de psicología en la escuela, pero mucho no se hablaban en el lugar de trabajo ni él parecía amarla, más bien se notaba que podía ser un matrimonio por conveniencia. Ambos tenían una pequeña hija de dos años.

Otro de los maestros los cuales Yuri apreciaba era su docente de historia, un hombre calmado, serio y muy amigable si se le conocía, Otabek Altin (22 años). Otabek era de Kazajistan, aunque hablaba muy bien el idioma ruso. El tenía un grupo de debate terminada las clases, donde hablaba sobre las cuestiones socio-políticas y económicas de su país y también de Rusia. Era una persona bastante reservada y nada se sabía de él más solo lo justo y necesario. A Yuri le encantaba estar en la clase de Otabek porque no solamente aprendía, sino también tenía una mirada nueva del mundo por los ojos de un ser que había vivido situaciones conflictivas graves.

Y por último una persona que no le agradaba mucho a Yuri, pero no podía evitar pensar que tenía mucho carisma y sobre todo con las mujeres. Jean Jacques Leroy (25 años) era un joven habilidoso, profesor de gimnasia y muy buen deportista, era excelente en casi todos los deportes, alto, guapo y siempre con una sonrisa. Jean o mejor apodado "JJ" era sin lugar a dudas el profesor ideal para las mujeres, sobre todo cuando se sacaba la camisa y mostraba su cuerpo tonificado y sus tatuajes. A Yurio le molestaba su egocentrismo, siempre queriendo llamar la atención y sobre todo, siempre queriéndole llamar la atención a él. ¿Qué parte de "no me caes simpático pero estoy en tu clase porque me obligan" es la que ese señor no comprende? Aun así a veces se quedaba después de clases en los vestuarios y lo veía sacarse la ropa. Yuri le había tomado placer a realizar esa acción porque a pesar que el profesor era un cerdo, tenía un cuerpo increíble.

...

Yuri se levantó esa mañana transpirando, había tenido un sueño por demás confuso y se sentía quemando por dentro. Tener quince años no era fácil ni para él ni para nadie, realmente Katsuki lo disimulaba muchísimo mejor que él. Se levantó y sintió su ropa interior mojada, pero no había tenido un "accidente" pues las colchas estaban intactas, cuando se quitó los bóxer se dio cuenta que en realidad el húmedo era él, además de tener su miembro despierto. Su abuelo le había comentado una vez que le iban a suceder cosas así y cuando le ocurra ya estaría listo para las "revistas". Fue al placard donde se encontraban dichas revistas y tomó una, había una mujer desnuda en la tapa, pero a Yuri le dio asco y la arrojó hacia otro lado del cuarto. Se encerró en el baño y se miró, luego observó su miembro parado. ¡Un baño de agua fría!
Entró a la ducha, el agua estaba helada y se empapo con ella, pero aun así el miembro no se relajaba. Decidió probablemente como último recurso tocarlo, lo jalaría un poco a ver que se sentía y cuando apenas rozó su dedo con la cabeza, todo su cuerpo se erizó y mordió sus labios. Decidió entonces hacerlo, se masturbó con los ojos cerrados y en su mente sólo imágenes de hombres, entre ellos personas que conocía desde hace tiempo, amigos del colegio, maestros, el doctor que lo atendió por anginas. No le sorprendía ello, siempre pensó que los muchachos eran más apuesto que las chicas, pero nunca lo dijo por miedo al rechazo y difamación.

Salió una vez que llegó al orgasmo y se aseó para ponerse su ropa e ir al colegio, como solía pasar, saludo a su abuelo con un abrazo y beso, este le entregó un paquete con Piroshky y le dijo que habían de fresas y carne, aunque debía adivinar porque su abuelo jamás recordaba que forma tenía cada uno para diferenciarlo.

Camina entonces con el paquete de piroshky, a la casa de su amigo mientras pensaba en si hablar con él de aquello que le atormentaba, no era la primera vez que soñaba o imaginaba a hombres desnudo, pero si era la primera vez que se endurecía pensando eso, se masturbaba con esas imágenes y le dolía pensarlo. ¿Yuuri me aceptará si le digo que me gustan los hombres? se preguntaba a sí mismo, pero luego negaba con la cabeza. ¡Es Yuuri! Por supuesto.

−¡Yuri! −exclamó Katsuki saludando a Yuri, el cual venía caminando por las calles, este cierra la puerta de su casa y va directamente con su amigo−. ¿Preparado para un nuevo día de clases? ¿Qué es eso? ¿Piroshky?

−Mi abuelo siempre me hace, ¿quieres? Algunos son de fruta y otros de carne, pero mi abuelo se olvidó que es cada uno, no le hizo marcas, ¿quieres arriesgarte?

−No, mejor que sea durante el almuerzo −comentó y continuó caminando, con una sonrisa.

−¿Pasó algo bueno?

−Mi hermana se casa −tiró, haciendo que Yuri se desconcentre−. Al fin alguien la quiso tal cual es y se va a casar en mayo.

−Wooo, eso es rápido, me alegro por ella.

−Ella te llamaba Yurio cuando eras pequeño.

−Para no confundirse −gruño−. ¿Quién nos puede confundir siendo yo ruso y tu japonés?

−Nuestros nombres son parecidos −murmuró entre dientes, Yuri suspira−. ¿Sucede algo, Yuri?

−Sí, creo que sí... −vuelve a suspirar−. Creo que algo malo me está pasando.

−¿Hm? ¿De qué hablas? −preguntó sorprendido, Yuri respira hondo, intentando calmarse para poder explicar pero era difícil.

−¿Te acuerdas cuando estabas enamorado de Yuko? Antes que ella se casara y embarazara de ese gordo −gruñó Yuri, pues él tuvo que sufrir todo el llanto de su amigo.

−Hm, gracias por recordármelo, creí que lo había superado −simula estar lagrimeando.

−Ya, ya... −vuelve a suspirar−. Creo que me pasa algo parecido a lo que te pasaba con Yuko.

−¿En serio? ¿Con quién? ¿Mila?

−¿Hm? ¿Esa vieja bruja? ¡Claro que no! −exclama enojado, Yuuri piensa nuevamente.

−No hay muchas chicas a las que no suelas espantar, Yuri, así que sé más especifico.

−Hmmm... −piensa en como decírselo a ese cabeza hueca−. Este a ver...hm...bien me gustan... los...los hombres.

−¿Los hombres? −preguntó sorprendido−. ¿Eso quiere decir que eres gay, Yuri?

−Algo así.

−¿Y cómo te diste cuenta? −preguntó tomando el paquete de Piroshky y sacando uno, Yuri sabía que cuando su amigo pasaba por una situación de estrés, se comía todo y eso no era la excepción al parecer.

−Bueno −intentar explicar eso no era fácil−. Verás, no me enloquecen las mujeres, no me atraen, no me gustan. Sé apreciar que hay chicas lindas en el mundo, pero sexualmente no me atraen en lo más mínimo.

−Oh −susurró−. Y dime, Yuri, ¿le dijiste a alguien aparte de mi? −preguntó, Yuri negó con la cabeza−. ¿Vas a decírselo a alguien?

−Tal vez a Lilia o a mi abuelo, no sé como vaya a reacción, mi abuelo es una persona mayor, otra generación, los gays no son aceptados aquí.

−Bueno Yuri, si te sirve de algo, yo te apoyaré en lo que sea −sonríe, Yurio le revuelve la sonrisa y lo abraza suavemente, por algo Yuuri era su mejor amigo.

−Prométeme que mantendrás todo esto en secreto, no quiero que todo el mundo se entere que soy gay.

−No te preocupes, es secreto.

−¡Oh, Yuuuriiis! −ambos chicos se sobresaltaron al escuchar tan fuerte la voz y al darse vuelta vieron al profesor de gimnasia con su jearsey roja de Canadá, pues era canadiense, y sus dientes perfectos. ¿Hace cuanto que estaba ahí?

−Oh, profesor Leroy, casi nos mata del susto −Yuuri parecía tener más aprecio al profesor Leroy de lo que tenía Yuri, por lo tanto lo saludó amablemente.

−No hay problema, ¿piensan entrar? −los ojos celestes miraron a Yuri intensamente.

−Seguro −susurró levantando los hombros.

−Entonces adelante −hizo una señal para que pasaran, los chicos no se dieron cuenta que JJ tenía una sonrisa diferente ese día−. Así que un alumno gay, esto es interesante al fin.

Continuará.

Bueno, este fic es un todos x yuri, tiene obviamente relación adulto x adolescente a borbotones, también adulterio, sexo de todo tipo, chantaje, etc. Espero que les guste leerlo como a mi escribirlo. Las relaciones iran de acuerdo a la personalidad de cada personaje, no veo por ejemplo a Otabek tirándose a Yurio en un comienzo ni tampoco a JJ delicado, asi que sepan entender pero todas las parejas tendrán su turno, hasta Yuri con Yuuri, aunque será leve.

Gracias.