Caliente…se siente caliente
¡Ahh! –Soma realmente no sabía lo que estaba haciendo, solamente se dejaba llevar ante los impulsos y sensaciones que aquel atractivo italiano le hacía sentir- ¡De-detente Yukihira!
-No, me gusta y te gusta, ¿Por qué debería dejar de hacerlo? - Le contestó altaneramente el pelirrojo al mayor de los Aldini mientras le seguía lamiendo el lóbulo de la oreja y de a poco empezaba a adentrar sus manos bajo la camisa de Takumi- Además- beso en el cuello-Si realmente te desagradara esto- decía mientras aplicaba una dolorosa mordida que dejaría una vistosa marca al día siguiente-No me estarías intentando desabrochar el pantalón y… hace mucho me habrías detenido Takumi-Terminó de decir Soma para seguidamente darle un largo y profundo beso en la boca a lo que Takumi, ya sin excusas de por medio, no dudó ni un segundo en corresponder ¿Para qué negarlo? El pelirrojo lo traía loco desde hace mucho y no desaprovecharía esta ocasión para degustar su boca, eran chefs, siempre estaban en busca de los mejores sabores y las más exquisitas sensaciones, y hasta ahora lo único que eran capaces d pensar es que el cuerpo del contrario era lo más exquisito que jamás hubieran podido probar, pero, ¿Cómo es que este par de amigos se encontraban en esta más que íntima situación si apenas hace dos días se seguían tratando como unos amigos y rivales cualquiera? Ninguno de los dos sabía a ciencia cierta que los impulso a esta ardiente demostración, solo supieron que los celos de ver al otro con alguien más habían provocado que ahora ambos estuvieran en el departamento del Aldini a punto de tener sexo.
Días antes
Era una mañana común en el dormitorio de la estrella polar, los olores de los deliciosos platillos mañaneros comenzaban a inundar el lugar y poco a poco todos se preparaban para empezar sus rutinas diarias, claro, todos menos un perezoso pelirrojo que seguía babeando la almohada mientras Megumi, Ishiki (con solo del delantal puesto) y Fumio-san contemplaban con una gota en la cabeza como Soma mordía la almohada entre sueños diciendo cosas inaudibles.
- ¿Creen que deberíamos despertarlo? -habló tímidamente Megumi mientras miraba con diversión al chico- Si sigue dormido se le hará tarde para ir a clases- mientras empezaba a preocuparse-Aparte tampoco tendrá tiempo de desayunar y tampoco podrá practicar alguna receta para la clase de Chapelle-sensei.
-Yo creo que deberíamos dejarlo seguir durmiendo- dijo Ishiki- justamente ayer se acostó tarde preparando una nueva receta que daría a conocer hoy Tadokoro-chan, así que por eso no te preocupes.
-Él tiene razón pequeña- agregó Fumio- este chico puede parecer un cabeza hueca, pero en lo que respecta a la cocina es muy dedicado y capaz- dirigiéndole una mirada orgullosa, de esas que una madre dirige a su hijo- Además se merece un debido descanso después de haber pasado a la final en las batallas de otoño, ese tipo Mimasaka realmente fue un verdadero dolor de cabeza- recordando el estrés al que sometió a todos los conocidos de Yukihira debido a lo apostado en el shokugeki- Y pensar que ese chico Aldini no aceptaría devuelta la mezzaluna jajaja- comenzando a reír mientras recordaba la cara de todos cuando el italiano dijo que el mismo recuperaría su mezzaluna en un shokugeki- eso es algo digno de recordar, aunque igual Soma-kun no se ha separado mucho de ese utensilio que digamos- en lo que todos volteaban a ver el estuche que guardaba la mezzaluna en el buró de Yukihira.
-Ese chico es importante para Soma-kun- respondió Ishiki, dirigiéndole una mirada cómplice a Fumio, y mientras tanto Megumi intentaba entender las risitas que se dirigían esos dos- Dígame Fumio-san, ¿Cuánto cree que tarden en darse cuenta? -Decía risueño mientras miraba con corazones en los ojos al bello durmiente que estaba a punto de terminarse la almohada- se verían realmente apetitosos juntos.
-O, no lo sé querido, esos dos pueden ser todo lo buenos que quieran en la cocina, pero en lo referente al ámbito amoroso, son un par de idiotas sin remedio, aunque he de admitir que será algo interesante de ver jaja.
-Disculpe Fumio-san, pero ya me perdí un poco en la plática, ¿A qué se refiere Ishiki-sempai? - Decía Megumi con un gran signo de interrogación.
-Ohh, a nada pequeña, platicas absurdas, ahora a despertar al chico, pues viéndolo mejor, no ocupo holgazanes en mi dormitorio, además de que hoy comparten clase con los hermanos Aldini ¿No? – Decía maliciosa mientras que Ishiki la veía con una gota en la cabeza, no podemos dejar que se pierdan una oportunidad de competir contra ellos, pues la reputación de la estrella polar también entra en juego, así que ¡arriba! Es hora de despertar Yukihira.
Mientras tanto Yukihira intentaba encontrar la cobija que cruelmente le fue arrebatada, estaba soñando que se comía un delicioso estofado preparado por Takumi y de pronto lo único que sintió fue frio, un momento, ¿Por qué soñaba que Takumi le preparaba de comer? Definitivamente las batallas de otoño terminarían por volverlo loco, aunque no le desagradaba del todo la idea del italiano cocinando algo exclusivamente para él, mejor sería dejar esas ideas de lado o su cabeza terminaría aún más confundida respecto al rubio de lo que últimamente estaba soportando, pues por más que quisiera, no podía dejar de pensar en él estos últimos días, y lo que era peor aún, hoy tendría que estar en la misma clase que él, mierda, pues al mal tiempo darle prisa, total, nada podría salir mal, tan solo era un día con Takumi.
