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.- Without a Limit-.
"Quiero dedicar con mucho cariño este fic a:
xilema95, Tary Nagisa, Vegen Isennawa, Theo Goldsmith, Betsy17, kaneFantasy, lucy-chan97 o luchytwinsakura, Somo-somo, saki-uzumaki, vergil ansem, Diana Albatou, oO-freak-Oo, korime y Edainwen.
Quienes me apoyaron hasta el final con sus comentarios. ¡Gracias por seguir leyéndome!
¡Para ustedes, chicks!!"
Capítulo I: "Lo…otro…"
La noche transcurría tranquilamente, Yagami Light se entretenía observando una fuente desde la mesa de las bebidas, con una copa en la mano. Sus padres lo habían invitado sorpresivamente una semana atrás a su renovación de votos, que llevaban planeando ya según ellos un buen tiempo. La TREMS le concedió el permiso, así que ahí estaba.
"No puedo creer que me dieran permiso de venir", pensaba molesto el japonés, "podría seguir trabajando en mi investigación, esto no hace más que demorarme…"
Fue entonces cuando notó una mirada sobre él. De hecho la había notado de vez en cuando toda la noche, pero ahora parecía no apartarse nunca. Yagami estaba acostumbrado ya a ese tipo de avistamientos por parte de la gente, pues era alguien muy atractivo aún pasados sus treinta años, sin embargo comenzaba a incomodarle ya que según creía, la persona que lo estaba observando no se había movido de donde estaba en toda la noche. Así que decidió fijarse para asegurarse de que no era ningún loco demente de por ahí. Light se volteó sutilmente y tomando de su copa reparó efectivamente en aquellos ojos que tanto lo veían. Para su desgracia, aquella persona no sólo era otro hombre, sino que además parecía ser justamente un loco demente de por ahí.
Para mayor sorpresa del castaño, el otro hombre comenzó a caminar en su dirección al ver que él también lo había visto.
"Maldición, no debí mirarle tanto tiempo" se lamenta el japonés volviéndose otra vez hacia la fuente.
- Creo que no nos hemos conocido todavía – escucha detrás de él una voz parca, fría… y algo más que el castaño no supo identificar.
- ¿Todavía? No sé de qué me estás hablando – responde el japonés aún sin girar.
- Ah, pero te diste por aludido automáticamente. Eso demuestra que sí quería que te hablara.
"¡¿…?!"
- Mi nombre es Ryuga Hideki, pero puedes decirme Ryuuzaki.
- Sí, claro. Escucha, Ryuuzaki, no sé exactamente por qué te acercaste a mí ahora, pero no tengo intenciones de conocer a nadie esta noche.
El japonés se aleja sin mirarlo y camina lo más rápido que puede hasta llegar al otro extremo de la habitación por entre los demás invitados.
"Estuvo cerca…"
Más tarde, cuando Yagami planeaba irse de la fiesta pasando desapercibido, Soichiro lo sorprendió por la espalda cuando se ponía su abrigo.
- Hijo, ¿ya te vas? – pregunta el jefe Yagami de buen humor.
- Hum… sí, es que tengo trabajo mañana temprano y…
Ahí recién, el japonés advierte que su padre no estaba sólo. A su lado, se mantenía de pie el pelinegro que había conocido anteriormente, Ryuga Hideki.
- Ah, bueno. Quería presentarte a alguien antes de que te fueras – prosigue su padre al notar que su hijo ya se había fijado en el detective – Light, este es Ryuga Hideki, el sobrino del fallecido fundador de la famosa Wammy's House, allá en Winchester.
- ¿Qué? ¿El sobrino?
- Mucho gusto – el pelinegro alarga la mano con expresión neutra. El castaño la estrecha confundido.
- M-mucho gusto.
- Creo que podrías ayudarle en un proyecto que tiene, Light. Los dejo para que se conozcan mejor.
Soichiro se retira habiendo cumplido su papel esa noche.
- ¿Un proyecto? – pregunta Light algo incómodo.
- Sí, bueno. ¿Prefieres ir a mi casa o lo hacemos en la tuya?
- ¿Ha-hacer qué?
- Mi proyecto. No creo que demore mucho, y realmente me gustaría hacerlo en el menor tiempo posible, si no te importa.
- ¿Esta misma noche?
- ¿Y por qué no? Ya te ibas de todas formas.
El pelinegro saca su abrigo del perchero y sale hasta una limusina que lo esperaba al final de las gradas. El japonés lo sigue ligeramente preocupado.
- Es un poco tarde, no creo que…
- Puedes dormir en mi casa. O yo puedo dormir en la tuya, no hay problema. Tu padre me dijo que no tienes horarios fijos, y es por eso que puedes ayudarme. Sube.
- … - el castaño no sabía que otra excusa ponerle. Normalmente era experto en zafarse de esas situaciones, pero ahora el pelinegro llevaba cierto control que… ¿le gustaba? No, no era eso.
Se sube a la limusina y esta parte sin esperar más.
- De acuerdo, pero será en tu casa – indica Light con la esperanza de que al menos Ryuuzaki viviera en la Wammy's House. Así ambos podrían hacer su trabajo.
Viajan unos minutos. Las calles parecían desiertas.
- Ah, quiero disculparme por mi comportamiento anterior – comienza Light mostrando una cara más humana, hasta casi sonriendo.
- No te preocupes, lo entiendo a la perfección.
- ¿Ah sí?
- Claro. Te sentías intimidado por mí.
Aquella respuesta le dio al japonés como un balde de agua fría por parte del pelinegro.
"¿Intimidado? ¿Yo, por él?"
- No me sentía intimidado.
- Yo creo que sí.
Otra sorpresa más. Light observa fijamente al hombre que estaba sentado en su delante, observando por la ventana con un pulgar en los labios, y las rodillas pegada al pecho. No sabía por qué, pero aquella pose no le sorprendía.
- Tú no me intimidas, Ryuuzaki.
En ese instante, el pelinegro gira sus ojos hasta él. Ambos se miran directamente, sin decir nada, desafiantes.
- Entonces es lo otro – expresa de pronto el pelinegro.
- ¿Qué otro? – se extraña el japonés.
- Lo… otro…
Lentamente, el pelinegro baja los pies al piso de la limusina, y se inclina con gran equilibrio sobre su compañero. Light se sobresalta, pero no logra moverse a tiempo. Un brazo del pelinegro se apoya a la altura de su cabeza, encerrándolo contra la ventana, mientras que acercaba sus rostros con extrema precisión.
- ¿Sientes algo, Yagami Light?
Sus respiraciones se entremezclaban ante la cercanía, sus narices se rozaban con el ronronear del motor. El castaño no quería admitirlo, pero estaba comenzando a transpirar. Sus manos aprietan con fuerza el borde del asiento. Sabía que si hablaba para responder, el pelinegro podría aprovechar para algo más, y en definitiva, Light no quería el algo más.
Luego de algunos segundos más, el pelinegro cede y regresa con la misma lentitud a su lugar.
- Sí, bueno…
El japonés todavía no reaccionaba de lo ocurrido. Seguía viendo los ojos oscuros del otro demasiado cerca. Seguía oliendo su aroma demasiado cerca. Seguía sintiendo incluso el leve roce de sus rodillas…
- Vuelve a hacer eso, y te mataré, Ryuuzaki – sentencia entonces comenzando a relajarse un poco.
El pelinegro sonríe divertido con el pulgar en los labios.
"No te preocupes Light, la noche es aún joven".
Notas de Sume-chan: Volví!! Y bueno, les gustó el capi?? Háganme saber!!
En fin, no quería dejarles otros cuatro días sin capi. Ahora continúo con mis trabajos.
Pronto nos leeremos!! ;D
Es un placer entretenerlos!!
