Ya era invierno, ahora no nevaba, pero ahora el camino como los árboles estaba cubierto por el manto blanquecino y aunque no había viento helado, la atmosfera era muy fría.

De pronto Rin tomo a Sesshomaru de la manga y empezó a caminar a pasos veloces sobre el camino arrastrando la nieve a su paso.

— ¡Venga conmigo! ¡Señor Sesshomaru!

Le había pedido anteriormente mientras lo llevaba con ella, quien el demonio no puso ninguna resistencia y tampoco se veía disgustado por su petición.

Mientras que Jaken estaba boquiabierto al notar la osadía que implementaba con su amo.

— ¿Cómo te atreves a tomarte esos privilegios? Ni siquiera yo los tengo —Opino el sirviente en defensa de su amo, entretanto los seguía. Y aunque Sesshomaru nunca se mostró molesto, Jaken estaba celoso de las libertades que tenía Rin aunque no tenía mucho tiempo desde que lo conoció.

— ¿A dónde me llevas? —Pregunto calmadamente el demonio.

Ante esa pregunta a los pocos segundos, se detuvo y soltó su manga.

— Creo que aqui está bien —Se dijo a si misma inspeccionando el lugar. Levantando la mirada y posándola en Sesshomaru le pregunto con una sonrisa: ¿Hacemos un muñeco?

Él se quedó estático y levanto una ceja.

— Por favor, hagámoslo —Le suplico con un brillo en sus ojos mientras se ponía mano a la obra y empezaba a poner montes de nieve encima de la otra.

Él al verla suspiro y comenzó a rodar la nieve.

— Si quieres hacer un muñeco tienes que rodar la nieve así —Le mostro.

— ¡Eres muy bueno! ¡Entonces te dejare la parte principal y yo me encargare de hacer las decoraciones! —Exclamo entusiasmada.

Él exhalo un suspiro a lo recién escuchado. Y después de un rato terminaron mientras veían al muñeco de nieve.

— ¿No es lindo? —Le pregunto Rin a Sesshomaru muy orgullosa por su creación.

— Hmph —Se dedicó a decir mientras se sacudía las manos llenas de nieve.

— Aun no terminamos señor Sesshomaru, aún falta hacer los muñecos de los demás.

— ¿Y este muñeco quien supuestamente es?

— Usted.

Contesto simplemente disponiéndose hacer los otros muñecos, ahora rodando la nieve. Entretanto el demonio miraba el muñeco de forma escéptica, no pudiendo creer que era él, ya que este mismo tenía dibujada una gran sonrisa en lo que se podía llamar cara.

— ¿Estas segura?

— Sí.

Pero esa justificación, no le provoco que mirara con aceptación al muñeco de nieve.

Luego de un rato Rin termino los muñecos de nieve de todos, con ayuda de Jaken y Sesshomaru, quien este ultimo la mayor parte del tiempo se encargó de supervisarlos.

— ¿Por qué querías hacer muñecos de nieves de todos? —Interrogo Sesshomaru cuando se estaban alejando del lugar. Realmente no entendía a los humanos.

— Porque quería crear un recuerdo de todos nosotros —Contesto con timidez y añadió en un susurro—De mi... familia —Termino de decir dudosa.

El ensancho sus ojos al oír eso. Trago saliva y miro para atrás hacia los muñecos de nieve que estaban hecho uno al lado del otro.

— Quisiera crear la mayoría de recuerdos que me fuera posible para que en un futuro me sea más difícil que me olvides.

Siguió hablando esbozando una sonrisa de felicidad como si lo que hablaba no fuera depresivo mientras dirigía sus ojos al frente.

— No te olvidare, no importa si es uno o dos recuerdos que crees —Espeto fríamente.

Ella lo miro con un sonrojo y dibujándose una sonrisa más grande, le agradeció. Él en cambio no la miro y siguió caminando por el camino blanquecino, percatándose de que, un día, Rin se iba a derretir como la nieve.