Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, sólo la trama es mía.


-Prólogo-

Escuché el sonido de mi despertador y abrí con lentitud un ojo. Al cabo de varios segundos lo cerré y abrí los dos con exasperante parsimonia. Aquel no era más que un simple viernes. Un viernes en mi perfecta vida. Mi aburridamente perfecta vida.

Me levanté sin prisas, observando que aquel día hacía sol. Me alegré al saber que hacía calor, pues sólo faltaba una semana para que terminara el curso. Caminé hasta mi cuarto de baño y me di una ducha rápida. Cuando estuve vestido y peinado, bajé las escaleras y me encontré a mi madre y a mi hermana en la cocina.

-Buenos días. –me saludaron las dos a la vez.

-Hola. –les respondí sentándome en la silla. El día acababa de empezar y ya tenía la sensación de que iba a ser un aburrimiento.

-Tienes mala cara, Jazz. ¿Te encuentras bien? –me preguntó Rosalie poniéndome una mano en la frente para comprobar mi temperatura.

-Estoy bien. –contesté apartándole la mano.

Mi madre me colocó un tazón de leche con cereales y me miró detenidamente.

-No pareces enfermo.

-Es que no lo estoy. Me encuentro perfectamente.

-Claro que se encuentra bien, hoy es viernes. –canturreó mi hermana para fastidiarme.

-¿Y? –le pegunté con una ceja levantada.

-Pues que mañana es sábado, lo que significa que mañana toca fiesta.

-¿La fiesta no es la semana que viene? –pregunté confundido.

-Podemos organizar una nosotros… -comenzó mi hermana emocionada, pero mi madre le paró el carro:

-Rose, cielo, deja las fiestas para otro momento y terminad de desayunar que vais a llegar tarde. Además, tu hermano tiene entreno esta tarde.

Resoplé fastidiado, no me acordaba. Claro que tenía entreno, como cada viernes, lo que significaba que aquella tarde me tocaba volver a casa a pie. Mi hermana soltó una risita y se levantó de la mesa. Cuando terminé mi desayuno hice lo mismo y me dirigí a mi habitación para coger mi mochila y la bolsa de lona en la que llevaba la ropa para el entrenamiento. Bajé las escaleras y me di cuenta de que mi hermana ya se encontraba sentada en el coche, esperándome. Me despedí de mi madre y salí fuera de casa.

-Y luego dicen que las mujeres son las que tardan… -murmuró Rosalie desde el asiento del copiloto. Le dediqué una mirada envenenada y subí al coche. Arranqué y salimos de casa en dirección al instituto.

-¿Por qué tus entrenamientos con las animadoras son los martes y los jueves, y mis entrenamientos de fútbol son los lunes, los miércoles y los viernes? –le pregunté a Rosalie esperanzado porque me diera una respuesta. Es que aquello eran ganas de fastidiar, nunca podíamos volver juntos a casa, lo que significaba que un día u otro alguno de los dos debía volver caminando, o en el mejor de los casos, en autobús, aunque a mi hermana siempre iba a recogerla su novio, por lo que el fastidiado era yo.

-Qué pesado eres, ya te dije hace meses que no lo sé, y qué quieres que te diga, tampoco me importa. –me contestó examinándose con atención una de las uñas de su mano. –Además, ¿por qué últimamente no dejas de quejarte por todo?

-No me quejo, es que me molesta tener que volver a casa caminando.

-Ya, pues no tendría que molestarte a éstas alturas, sólo tendrás que aguantarlo durante una semana más.

Asentí lentamente no muy convencido. Estaba seguro de que el verano sería igual que todos. Con las mismas personas de siempre, haciendo lo mismo de siempre, y sin nada interesante que recordar al empezar de nuevo las clases del próximo curso.

Lleguemos al instituto y mi hermana me dejó solo para irse con Emmett, su novio desde hacía un año y pico. Éramos muy buenos amigos pero no compartíamos ni una clase juntos, así que caminé hacia mi aula con lentitud.

Las dos primeras horas fueron pasables, pero las demás se convirtieron en una tortura. Cuando sonó el agradable timbre que indicaba que ya podíamos irnos del instituto para volver dentro de dos días con renovadas energías –cosa que en mi caso nunca sucedía –, me levanté alegre y me dirigí a la puerta.

-¡Jazz! –una voz cantarina y melosa me llamó, y me di la vuelta para encontrarme con María. – ¿Quieres que hagamos algo este fin de semana? –me preguntó agitando coquetamente sus pestañas.

-Pues… no sé. Ya te lo diré. –esperaba aplacarla con aquella respuesta, pero algo me decía que no tendría suficiente, y no me equivoqué.

-¿Por qué no me lo dices ahora? Podemos ir al cine y después a cenar… –no quería gastarme el dinero para que no me dejara ver la película con sus empalagosos arrumacos. –Además, tenemos que hablar sobre la fiesta que organizo en mi casa la semana que viene, porque vendrás, ¿no?

-Seguramente. –en realidad no tenía pensado ir para verla a ella, sino para acompañar a mi hermana que había estado muy pesada los últimos meses diciéndome que no salía nunca.

-Genial, entonces, ¿me llamarás ésta noche para confirmar lo de mañana? –se despidió plantándome un sonoro beso en los labios y después se alejó sin dejar que abriera mi boca para replicar.

Resoplé fastidiado. Era más pesada que una vaca en brazos, y por mucho que yo le insinuara que se alejara de mí, lo único que conseguía era acercarla más.

Maldije al recordar que aún debía quedarme en el instituto una hora más para entrenar. Nadie sabía la ilusión que eso me hacía, irónicamente hablando.

El entrenamiento de aquel día fue exactamente igual a los demás: Calentamiento, pases, partidillo, relajación y a casa.

Me di una ducha rápida cuando terminemos para quitarme el sudor mientras escuchaba a mis compañeros de equipo alardeando sobre las chicas a las que pensaban ligarse aquel verano. Siempre era todo igual, los mismos fanfarrones de siempre.

Terminé de vestirme, me despedí de los demás y salí del vestuario. Caminé hasta que salí fuera del instituto.

Me encontraba cerca de mi casa, deseando que cayera un platillo volante delante de mí, que ocurriera alguna cosa que me divirtiera, alguna cosa que no fuera igual a todo lo que me rodeaba, y de repente sentí algo estampándose contra mí, haciendo que cayera de espaldas al suelo.


Hola^^

Aqui estoy de nuevo con otra historia, tal y como os prometi hace unos cuantos dias.

Esta sera algo mas larga que la anterior y como podreis comprobar, el argumento no tendra nada que ver con mi anterior historia. Por lo menos no sera tan dramatica ;P

Espero que os haya gustado el prologo, y espero que este fic tenga tan buena acogida como el otro:)

¿Nos leemos en el proximo capitulo? ¡Espero que si!

XOXO