Quinn caminaba rumbo a su casa como típico domingo, luego de haber hecho las compras de la semana. Esta semana, sería un poco fuerte, la gira promocional de su primer disco finalmente terminaría, y debería viajar a su último destino "New York", para su concierto de cierre de gira.
La vida de los artistas es bastante inestable a veces, son pocas las oportunidades que tienen tiempo para dedicarse a sí mismos. Por suerte, había podido regresar a LA, antes de terminar su gira para un poco de descanso.
Las bolsas de las compras, complican un poco el abrir la puerta de su apartamento, pero luego de un par de maniobras logra abrirla con éxito.
"¡Finalmente llegaste!", una joven de cabellos largos y oscuros salto de la oscuridad del fondo del apartamento, ocasionando que Quinn brincara del susto.
"¡Dios mío!", Quinn exclamó, "¿me quieres matar de un infarto?"
"Lo siento, no era mi intención", dijo la joven dulcemente, "sabes muy bien que eso es lo último que quiero", caminando hacia Quinn, tomando las bolsas de sus manos y colocándolas en una mesa cercana ellas. Volviéndose nuevamente, a tomar con su mano derecha el rostro de la rubia.
"¿Me extrañaste?", preguntó la joven con un puchero, abrazando a la cantante.
"Leah, deberías dejar de aparecerte de esa forma en mis…"
"¿Leah? ¿Por qué sigues llamándome así?", interrumpió la joven, mientras dejaba besos en el cuello de la rubia.
"Dado que te niegas a decirme tu nombre, llegue a la conclusión de que tenías cara de Leah", Quinn dijo con un tono de recelo, "además tengo que llamarte de alguna forma, ¿no? ", mientras la joven desabotonaba su camisa, a lo que Quinn no parecía oponerse.
"Amor, yo no tengo cara de Leah, pero luego de lo que voy a hacerte, te aseguro podrás llamarme como quieras", miró la joven directamente a los ojos de la cantante, procediendo a desabotonar su pantalón, Quinn sintió como su corazón se aceleraba y exhaló fuertemente.
Abriendo sus ojos repentinamente, la rubia, se hallaba en su cama en el hotel de NY, con su respiración y pulso bastante acelerados.
"Era tan real. No pudo haber sido… ¿otro sueño?".
Desde unos meses atrás, Quinn había estado soñando con esta joven. Al principio los tenía esporádicamente, y resultaban ser sueños bastante inocentes, donde la joven estaba presente pero no tenían ningún tipo de interacción. Luego, a medida que fueron pasando los meses, los sueños se tornaron más seguidos y un poco más intensos.
Quinn no tenía la menor idea de quién era esta joven, jamás en su vida la había visto. Hasta donde sabía, era una proyección de su subconsciente, simplemente una chica en sus sueños o como dijo el mismo Puck alguna vez que hablaron al respecto, tal vez era "la chica de sus sueños."
Era un día común en la vida de Rachel, nada diferente, la misma rutina, la misma vida… aburrida.
En algún momento de su vida, cuando estaba en secundaria, deseo tanto tener una vida llena de fama, donde fuese valorada por su voz espectacular. Cantar era todo lo que alguna vez había deseado, pero no tuvo tanta suerte, poco antes de graduarse, sus padres tuvieron un terrible accidente dejándola sola en el mundo, y debido a que era adoptada no tenía más familia, así que tuvo que dedicarse a trabajar para sobrevivir, por supuesto, sus padres Hiram y Leroy, le habían dejado todo sus bienes, pero no era mucho y eventualmente tuvo que buscar un trabajo que le proporcionara una entrada.
Llego a su trabajo como siempre 30 min antes, suficiente tiempo para desayunar antes de comenzar su labor diaria. Rachel siempre había sido bastante perfeccionista, y trataba de destacarse en lo que hacía. Trabajaba en el departamento de administración de un supermercado. Su trabajo era básicamente estar 8 horas frente a una computadora, algo muy diferente a los escenarios llenos de gente que alguna vez, imagino en su futuro cuando era más joven.
Santana había asistido al colegio con Rachel, pero en aquel entonces, nunca habían sido muy amigas. Sin embargo, actualmente, era una de sus compañeras de trabajo y definitivamente una de las personas con la que más había hecho amistad Rachel en su vida. Al principio, era un poco intimidante, pero detrás de toda esa imagen ruda, amenazante y llena de comentarios sarcásticos, había una persona interesante. Después de todo tenían varias cosas en común, y una de las más resaltantes, es que ambas eran fanáticas de la nueva sensación del momento Quinn Fabray.
Por supuesto, la diferencia es que Santana solo quería, "saltar sobre los huesos de Fabray" como lo dijo, más de una vez. Mientras que Rachel, la admiraba; su voz, su música… aunque bueno, debía admitir que la rubia era el paquete completo, era bellísima.
"Berry, ¿adivina qué haremos este fin de semana?", Santana preguntó, sentándose en el escritorio de Rachel.
"San, en realidad no se cuales sean tus planes, pero como te dije el fin de semana pasado, no tengo ningún plan o intención en tener algún encuentro… sexual o de naturaleza similar contigo, porque a pesar de que me pareces una mujer bastante atractiva, creo que no serias la persona indicada para mantener un tipo de relación conmigo, por las exigencias que yo implico, que se por hechos, jamás lograrías satisfacer", contestó Rachel.
A lo que Santana en principio, solo pudo reaccionar volteando sus ojos.
"Primero, ¡Ew Berry! Segundo, en caso tal, créeme cuando te digo, que si se trata de satisfacer, Santana sabe de eso", continuó Santana con picardía y guiñando un ojo, "tercero… primero y segundo son suficientes".
"¿Entonces, que haremos este fin de semana, según tu San?", preguntó este vez Rachel frunciendo el ceño.
"Ya arruinaste toda la emoción del momento con tu comentario, lo que te iba a decir es que vamos a New York, al concierto de cierre de gira de… ¡QUINN FABRAY!"
"¿Qué? ¿En serio? Por favor, dime que no es otra de tus bromas como el día que me dijiste que el musical Spring Awakening venía a hacer una presentación especial en el centro comercial cerca del local y cuando fui a comprar las entradas, nadie tenía idea de que estaba hablando y me tomó aproximadamente dos horas el darme cuenta que era una mala broma de tu parte", reprochó Rachel tratando de no parecer tan tonta al escuchar como le había creído en primer lugar.
"Berry debes admitir que fue bastante astuto de mi parte, además era 1 de abril, ¿cómo no te imaginaste?", Santana contuvo su risa. "De cualquier manera, no, no es una broma, conseguí las entradas por internet y pensé que si iba a haber una oportunidad para tener sexo con esa mujer, esta sería la mejor ocasión. Así que, decidí comprar las entradas, y como no quería aguantar luego tus lloriqueos por no haberte invitado, compre dos, además necesitamos un carro para ir y pues tú tienes carro", Santana trató de sonar desinteresada.
"Oh… ahhh! Santanaaaaaa!", saltó Rachel abrazando a la latina.
"Berry, enfríate por favor, ¿pensé que quedamos que ningún encuentro sexual, ¿ni nada por el estilo?"
Ignorando el comentario de Santana, Rachel la mira directamente a los ojos, "¿Te das cuenta de lo que esto significa San? La veremos en vivo y con suerte podríamos conocerla y…"
"Yo podría saltar sobre sus huesos, finalmente", dijo con picardía.
Rachel sacudió su cabeza a la imagen de lo que había dicho su amiga, "bueno creo que deberíamos hacer un itinerario de otras actividades que podremos hacer en New York, puesto que, imagino estaremos el fin de semana…"
Santana interrumpió a Rachel en el acto, "ni si quiera lo pienses Berry, de ninguna manera me llevaras algún musical de esos que tanto hablas."
Rachel parecía decepcionada con la declaración de Santana, sin embargo, pensó que una vez allá, valdría la pena intentar proponer la idea nuevamente. Así que, simplemente, ignoró de nuevo el comentario de Santana. Lo importante era que asistirían al concierto de Quinn Fabray, lo cual ya era suficientemente asombroso, cualquier otra cosa, sería un bono extra.
"Así que, ¿Soñaste nuevamente con ella?", preguntó Puck, con una mirada intrigante.
"Sí, cada vez son más reales Puck, juro que esta vez pensé por un momento que era verdad, estaba en L.A., llegando a mi apartamento y allí estaba ella…"
"¿Desnuda?"
"¡Puckerman!", exclamó Quinn.
"Entonces… ¿No estaba desnuda?"
"¡No estás ayudando!"
"Solo quiero hacerme bien la idea, para así poder ayudarte", dijo Puck, guiñando un ojo.
"No sé ni siquiera porque siempre te cuento, si al final nunca sirves de ayuda"
"Si quieres que te sea sincero, creo que sé porque sigues teniendo estos sueños, y la razón por la cual son cada vez más seguidos", Puck intento sonar desinteresado.
Quinn lo miró arqueando una de sus cejas.
"¿Por qué?", preguntó, sabiendo en el fondo que no le gustaría la respuesta.
"Eso es claramente una señal de frustración… sexual"
"Cállate Puck, no quiero escucharlo, ¿sí?"
"¡Hey, pues fuiste tú la que me preguntaste!"
"Bueno ya no quiero saberlo."
Puck parecía algo decepcionado a la reacción de Quinn, en realidad, el no tenía idea de que podrían significar estos sueños, pero el apreciaba el hecho de que Quinn confiara lo suficiente en él para contarle, después de todo más que su manager, el era también su amigo, el mejor.
"Voy a ensayar, no puedo creer que ya la gira por el país esté por terminar, pareciera que fue ayer cuando me monte en un escenario por primera vez…", Quinn se quedó pensativa por un momento, luego sacudió su cabeza y continuó, "jamás me imagine que sería tan solitario el camino a la cima."
"Pero tú no estás sola…", comenzó a decir Puck.
"Lo sé, lo sé… Pero sabes a lo que me refiero", interrumpió Quinn en afirmación, más que interrogación.
Y Puck solo pudo asentir a las palabras de Quinn siguiéndola con la mirada como se dirigía al estudio de ensayo.
