La escena era dulce. En Sweet Apple Acres, estaban celebrando una fiesta en honor al cumpleaños de un pequeño dragón morado con verde. La algarabía era notable y la mesa estaba llena de regalos brillantes envueltos en decorados papeles de fiesta. El cielo despejado gracias al equipo de pegasos para el control del clima, una esencia a rubíes añejos (sus favoritos) gracias a un conjuro de las unicornio y un festín consistente en joyas variadas para el dragón hicieron de ese un memorable día.

-¡Spiiiiike! – gritó una poni rosada de crin esponjosa- No puedo creer que sea tu cumpleaños hoy, ¡qué emoción! ¿Sabes? No pensé que el tiempo pasaría tan rápido, jeje, recuerdo aún cuando Gummy era poco menos del largo de mi pezuña que ¡ups! la ensucié con un poco de pastel, jajaja. ¿Sabías que el pastel de... ¡aaaah! Es pastel de cumpleaños, porque hoy ES tu cumpleaños- Sonrió devotamente a la imagen del dragón que apenado no supo qué hacer.

Los presentes soltaron una carcajada de incomodidad y sólo la unicornio color violeta tomó la palabra.

Ehm… Pinkie Pie, creo que Spike desea ya abrir sus regalos –ella le dirigió la mirada al dragón y como por arte de magia, todos los presentes también le dirigieron una sonriente mirada- ¿no es así, Spike?-

El pequeño dragón, no evitó apenarse aún más y sonrojarse de forma muy notoria. Sus cumpleaños no solían ser tan concurridos, puesto que toda su vida había vivido con Twilight Sparkle hasta que se mudaron a Ponyville. La palabra "cumpleaños" no era más que "el día donde Twilight me regala otro aburrido libro sobre un aburrido tema sacado de su aburrida biblioteca y, con suerte, me daba una deliciosa ensalada de esmeraldas"

-¡Oh! Mi dulce y pequeño Spikey-wikey, eres una dulzurita de melocotón con un par de bellas mejillitas de adoración – dijo la unicornio blanca de crin morado oscuro que se le acercó a Spike para acariciarle una de sus mejillas.

-¡Oye!- Ahora, estaba más que rojo- Deja mis mejillas en paz, Rarity… yo, ¡ya soy todo un adulto!-

Todas no evitaron mirarlo con ternura y hacerle caras y ruidos ante su ataque de adorabilidad. ¡Un bebé que se cree adulto! ¿No hay algo más tierno que eso? Sobre todo Spike, quien solía ser la diana de todas las bromas de chicas que las seis yeguas acostumbraban hacerle.

-Tranquilo, colega. Si sabemos que ya eres tooodo un dragón hecho y derecho, pero… -hizo una pausa para contenerse la risa- creo que ese babero que traes puesto no ayuda en mucho a tu imagen de "adulto dragón"-

Un silencio incómodo reinó el sitio, apenas y los pajarillos parecían escucharse. Dos silenciosos incómodos con intercambio de miradas. Spike miró a todas las ponis, se desabrochó lentamente el babero, lo dejó debajo de la mesa y llegó el tercer silencio incómodo… que no duró mucho y todos empezaron a hacerle cariñitos y demás melosidades femeninas.

-¡Jaja! Spike, ¿y así esperas que te creamos? – dijo la pegaso de crin multicolor como arcoíris- Eres sencillamente una adoración con escamas ambulante. Eres inevitablemente una cosita dulce por naturaleza-

-¡Twiiiilight! – se cubría la cara con ambas garritas y le costó un poco por la pena articular lo siguiente - ¿me…. me po-podrías pasar el primer regalo? – Y señaló una caja al azar-

-Claro que sí, hermanito- y mientras se acercaba al presente que Spike había señalado, él se hundía en sonrojos mientras las demás ponis seguían molestándole con lo tierno que es.

-Fluttershy, creo que este regalo es tuyo, dáselo personalmente a Spike, ¿vale? – Twilight le dijo a la pegaso de crin rosa con piel color papiro que pasó de una sonrisilla de cómplice de bromas a una sonrisa incómoda por la reciente tarea que le habían encargado

-Cla…claro, Twilight- dijo en voz baja la pegaso mientras le llevaba su presente a Spike- En seguida se lo daré- y soltó una sonrisita algo forzada al dragón apenado.

-Pensé en algo especial para ti y… bueno, no sé qué pienses tú y espero que te guste… ¡no pasa nada si no te gusta, Spike! Ehm… toma mi presente.– le cedió la caja adornada con mariposas como detalles y con un listón rojizo claro.- Angel me ayudó a elegirlo-

-Vaya, muchas gracias, Fluttershy- sonrió Spike y como un pequeño salvaje, procedió a abrir la caja sin cuidado-Veamos qué tenemos aq…

Se paralizó totalmente. De la caja salieron cientos de formas negras y horripilantes.

Su mirada se tornó pesada y todos los músculos se le tensaron de golpe.

La respiración aceleró exponencialmente.

Se cayó al suelo y no evitaba retorcerse y gritar del dolor que sentía.

La desesperación se podía sentir con sólo verlo. El pobre reptil volador estaba siendo consumido por esos repentinos seres pequeños-

-¡Déjenme en paz! ¡AHORA!- gritaba mientras se aruñaba con vehemencia las escamas de su cuerpo- Malditos sean todos ustedes, fuera de aquí ¡DÉJENMEEE!-

Una llamarada de fuego verde fue parida como respuesta ante el espontáneo ataque; se empezó a quemar el pasto de Sweet Apple Acres. Las ponis se quedaron estáticas en su lugar, con miradas perdidas mientras el fuego rápidamente las alcanzaba y las empezaba a cubrir. La escena se volvió un infierno en pocos segundos. Todo estaba cubierto en llamas y la locura en Spike floreció macabramente.

-¡NOOOO! Amigas, corran. ¡Sálvense! Pero no… ¡no se queden ahí, maldita sea! Por favor, ¡sálvense ustedes!- gritaba con dolor Spike mientras sus curiosamente más afiladas garras seguían aruñando todo su cuerpo para quitarse a las arañas negras que tenía encima.

Fue inevitable.

El fuego consumió todo y dejó a su paso una estela de humo negro como la noche que cubría el lugar.

Eventualmente Spike fue cubierto también y sencillamente se desmayó por la falta de oxígeno en sus pulmones.

El dolor… era algo más que un mero dolor físico. Era algo más allá de la carne. Era algo más allá de la sangre. Era algo del corazón, y esos males son de lo peor. Spike no evitó romper en lágrimas durante su inconsciencia.

Oscuridad.

Silencio.

Nada.


-¡Lord Spike!- gritó una poni marrón de crin negra sin cutie mark y corriendo se le acercó-¡¿Pero qué ha hecho usted?

Se quedó admirada con la escena del enorme dragón botado temblante sobre muchos libros con lágrimas en los ojos y un curioso artefacto cristalino en una de sus garras. Estaba a punto de acercarse cuando la Princesa Celestia se entró a la habitación de Spike y se quedó estática.

- Spike… -dijo soltando una pequeña lágrima de su ojo derecho- sabía que el profundo pesar te llevaría a algo como esto-