Prologo
Sus movimientos eran rápidos, demasiados para un simple humano, claro, él no lo era. Cada vez que el me miraba, me dedicaba una sonrisa pícara para luego volver a lo suyo. A veces no soportaba ver lo que hacía, así que volteaba a ver a otra parte, pero los gritos de dolor y las fuertes suplicas eran imposibles de no oír.
-¡NO PORFAVOR! ¡TEN PIE..AGH!- otro grito de dolor se escucho sonoramente por el callejón por donde él siempre atrapaba a sus víctimas. Me tapé los oídos para no escuchar mas esos gritos que cada vez me desesperaban más. Cuanto sentí que una mano se posaba en mi hombro. Ni siquiera volta a ver quién era porque sabía de quien se trataba. Agarre su mano con delicadeza sonriendo con ternura, simplemente no me podía enojar con él.
-Tranquila, ya paso, puedes abrir los ojos- al oír su voz, abrí mis ojos y lo vi a él, sin ninguna gota de sangre en su vestimenta, pero sus ojos eran rojos – Lo siento, no debería hacer que pasaras por esto, pero… me es inevitable hacer esto, y preferiría que alguien más muera que tu princesa, porque eres mi princesita ¿Lo sabes? Lo sé suena algo.. empalagoso, pero tu mereces este tipo de trato – me sonrió con cariño y yo le correspondí de la misma manera.
-Tranquilo, no pasa nada, algún día me acostumbrare a tu adicción o más bien estilo de vida supongo, aunque creo que es algo imposible, pero, yo soportaría cualquier cosa con tal de estar contigo , confía en mí – le sonreí .
-¿Cómo alguien tan dulce como tú se enamoro de alguien tan diabólico como yo?- preguntó con tristeza, le acaricie la mejilla tratando de reconfortarlo, el agarro mi mano y la acariciaba suavemente como si de la tela más fina de tratase.
-Simplemente es amor, y cualquiera lo puede sentir, créeme- le aseguré, el me agarro la cabeza y la atrajo a su pecho para después besar mi cabeza.
- Lo sé, solo quería oírlo de ti- sonrío arrogante abrazándome fuertemente pero sin lastimarme.
-Típico de ti- murmure por lo bajo pero sabía que me escucharía.
-Así es linda, vete acostumbrando – solté una pequeña risa – No le veo lo gracioso pero me alegro que no te hayas enojado, que bueno que vallamos progresando – volteé a ver su rostro y ahora sus ojos eran azules eléctricos, eran MIS ojos y de nadie más - ¿Te gusta lo que ves?- preguntó picarón y yo asentí lo cual provoco que el soltara una sonora carcajada – Me lo imaginaba-dijo arrogante, le di un leve golpe en sus costillas pero él se volvió a reír, al parecer de mí – Hay preciosa, sabes que eso no me afecta – yo infle un poco los cachetes enojada y el de nuevo se rio de mí, típico de él.
- Cállate estúpido arrogante – escupí enojada abrazándolo fuertemente, el me correspondió –Prométeme que nunca caerás en la oscuridad porque, si así eres realmente imagínate cuando llegues a tu estado original, yo te amaría de todas maneras pero… ¿Sentirías lo mismo después de convertirte completamente en ese ser?- le pregunté al final con los ojos cristalinos esperando su respuesta. El se quedo en silencio por un buen rato lo cual me puso más alterada de lo que estaba, voltee a verlo y vi sus ojos azules clavados en mi.
-Lo único que te puedo prometer es que te amare por siempre – dijo seriamente pero sonriéndome con amor.
