Hola a todos.
Ha pasado bastante tiempo desde que he publicado. Sin embargo, la Universidad me ha mantenido ocupada con trabajos.
Se que ahora mismo debería traerles el nuevo capítulo de Señoritas Misteriosas, pero tenía desde hace muchísimo tiempo esta idea en mente. Debo admitir que adore esta pareja en Lost Canvas, en el original no interactuan para nada. Pero en esta entrega, ambos personajes son más cercanos. Y no pude evitar emparejarlos.
Pero no se preocupen, Señoritas Misteriosas se publicara después de este primer capitulo de Amantes Nocturnos, esto quiere decir que por cada capítulo que publique de mis otros Fic´s, publicaré uno nuevo de este. Ya que este Fic solo tendrá cuatro capítulos.
Y ya explicado todo... ¡Disfruten de este Fic!
Saint Seiya The Lost Canvas es propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi.
Un Día de Miradas
El sol iluminaba el día, atravesando con sus cálidos rayos las ventanas del castillo del Rey del Inframundo, Hades. En uno de los pasillos del elegante y gran hogar del dios, caminaba una hermosa mujer de largos y sedosos cabellos azabaches como la noche y orbes violetas oscuros, usando un vestido oscuro con una abertura dejando expuesta una de sus esbeltas piernas, cuyo muslo estaba rodeado por una liga de oscuro metal con forma de serpiente.
Aquella hermosa dama llamada Pandora, caminaba en dirección al balcón. Para encontrarse con los Dioses Gemelos, Hypnos y Thanatos. Ambos similares, pero tan diferentes. Uno representaba la luna, misteriosa y que provocaba temor con su don para arrebatar en un segundo la vida. Y el otro el sol, tranquilo y sereno como los días de primavera, pero en los momentos en que se llevaba a cabo sus malévolos planes, uno podía caer en los intensos rayos que pueden quemar como el fuego del mismo Inframundo*1
Ambos con su omnipotente presencia y poderosos cosmos, provocaban inseguridad y terror en la líder de los Espectros. Aunque uno de ellos, le daba más confianza y algo más, pero no identificaba que era.
Diviso la puerta abierta y al Espectro que siempre iba en su compañía, quien al ver como la fémina se iba acercando. Se arrodillo en suelo, en forma de reverencia. Y con una de sus manos, le dirigió la entrada.
-El Señor Hypnos la espera – Menciono con respeto Cheshire. Pero ella frunció el ceño, ¿Por qué mencionaba solamente al Dios del Sueño?
Pero todas sus dudas fueron aclaradas cuando llego a su destino. En la mesa, sentado mientras bebía una taza de té, con elegancia digna de la aristocracia y llena de seriedad, se encontraba el dios de cabellera rubia. Pandora se encontraba confundida, pero solo se limitó a arrodillarse. El vestido tocando el suelo y su cabeza gacha.
-Señor Hypnos, ¿A que debo el honor? – Pregunto. El Dios dejo la taza suavemente sobre el platillo y le dirigió su miraba ambarina a ella. Entrelazando sus manos sobre la mesa.
-Vine a mandar a llamar porque me gustaría saber la situación de nuestro Señor Hades y del ejercito – Explico con los ojos cerrados.
-Entiendo. Sin embargo, me gustaría saber el por qué el Señor Thanatos no se encuentra presente – Interrogo con inseguridad y timidez, teniendo cuidado con lo que decía y así evitar la ira de los Dioses.
-Simplemente no estaba interesado. Sabes que mi hermano no es de tener discreción y de ser astuto, y de no tener cuidado con las situaciones que pueden ocurrir – Explico abriendo su mirada para admirar el hermoso color celeste del cielo junto con las blancas nubes que se movían con lentitud.
-Ya entiendo.
-Sin embargo, en esta ocasión me gustaría que te acercaras más a mí – Aquella petición dejo sorprendida a la azabache, quien levanto la cabeza con mirada confundida.
-¿A qué se refiere con cerca, Señor? – Los orbes amarillos volvieron a dirigir su atención en ella.
-Quiero decir que estés en frente mío. Que pueda verte mejor mientras me hablas – Pandora no sabía que pensar o decir, era extraño que se le pidiera tal cosa. Ella siempre se mantenía atrás del Dios del Sueño, mientras permanecía hincada. Pero decidió tomarlo como una orden, ya que si su Señor le decía aquello, ella simplemente tenía que obedecer.
Se levantó con lentitud, ya que sus piernas temblaban debido a los nervios que tenía. Y camino con temor hacia la mesa, pero no en frente como se lo había pedido el Sueño, sino a un lado del mueble de madera. Rogando para que no se enojara por no haber seguido el mandado al pie de la letra. Hypnos había cerrado los ojos, esperando para que su súbdita siguiera la orden, pero los abrió en cuanto dejo de escuchar los pasos de la mujer de cabello negro. Noto la inquietud que emanaba de su figura y su mirada violeta mirando hacia abajo. Dejo escapar una pequeña risa, llamando su atención – No deberías ponerte nerviosa, querida Pandora – Ella se sorprendió por la tierna forma en que la había llamado – No voy a comerte ni nada por el estilo. Ni tampoco voy a enojarme o a lastimarte. Eso solo se lo dejo a Thanatos – Le recordó con una sonrisa amable, pero para ella tenía un deje sádico – Y a diferencia de mi hermano, yo confió totalmente en ti a pesar de tus errores. Así que no debes temerme, ¿Sí? – En esta ocasión si sintió que la sonrisa que le estaba dedicando era de confianza y amistosa.
-Sí, Señor Hypnos – Respondió ella, mirándolo a sus ojos. Aquellos luceros amarillos que siempre había considerado hermosos como unas piedras ámbares.
Muchos consideraban que de entre los Dioses Gemelos, Thanatos era el más guapo. Pero ella pensaba que Hypnos era más atractivo. Su melena desordenada rubia le recordaba a la de los leones, sus ojos ambarinos hacían que se perdiera en ellos cuando los veía, o por lo menos las pocas oportunidad que tenía que hacerlo. Su rostro, de facciones masculinas y finas, le parecían una obra de arte aunque no fuera el verdadero, después de todo esa apariencia, era la humana, pero era un cuerpo alto y delgado, pero meso mórfico. La túnica se apegaba por lo menos a su torso, resaltando sus pectorales y brazos. Estaba segura que su tez blanca como el marfil era tersa y suave. ¿Y qué decir de su voz? Profunda y aterciopelada, hacía que su cuerpo sufriera un escalofrío, pero una que le causara frio. Sino, pla-.
-¿Sucede algo? ¿Tengo algo en mi rostro? ¿O me ensucie la ropa? – Aquella voz que le hacía sentir tan bien la hizo llamar a la realidad. "¡Ay, no!", pensó ella con los nervios a flor de piel. La había descubierto observándolo de forma detallada. Su reacción provoco que de nuevo el dios riera - ¿Cheshire te comió la lengua?*2
-¿Eh? ¿Cheshire me comió la len-. –Cuando entendió mejor lo que quiso decir su señor, ella se ruborizo por no entenderlo al principio. El Sueño se rio de su vergüenza. Sin embargo aquel sonido la hizo sentirse en el paraíso. Al igual que encontró agradable aquella faceta desconocida de Hypnos, de alguien bromista y traviesa.
-Lo siento, perdón – Dijo entre risas – Se me dio por molestarte un poco - Carraspeo deteniendo la carcajada – Bueno, volvamos al tema principal – Volvió a tener su expresión seria. Pandora se sintió triste cuando volvió a dirigirle aquel rostro grave, pero se dijo a si misma que no estaba en momentos de reír.
-Bueno, vera el Señor Hades todavía empieza a acostumbrarse al cuerpo humano que tomo en… - Pero Hypnos dejo de escucharla, su hermosa voz. Su fina y suave voz. Pero entonces empezó a analizar aquella figura femenina, que desde que la conoció cuando era una niña y el desarrollo físico que tuvo mientras crecía. Empezando por el tono de aquella voz, antes era más aguda e infantil. Después su rostro, que en un principio era como una muñeca de porcelana y ahora con la belleza de una sirena. Su largo y sedoso cabello negro llegando a sus muslos, y entonces no pudo evitar mirar la pierna que tenía expuesta, esbelta y larga. Y con ello, puso atención en su cuerpo. En el pasado era plana, delgada y menuda, pero con el paso de los años, sus pechos empezaron a crecer hasta ser grandes y redondos, las curvas estaban perfectamente donde debían estar y su estatura era alta, por lo menos ella llegaba a los hombros de su cuerpo humano. Los Dioses habían sido tan generosos con ella con lo que se refería a belleza. Si antes podía considerarla una bonita niña, ahora la consideraba una mujer muy preciosa. Con una belleza seductora y sensual. Y entonces un pensamiento cruzo su mente en cuanto admiro la blanca piel: "¿Cómo será tocar y acariciar su tez nívea?" – Pero al menos, Radamanthys se encargó de castigarlo como se debía – Termino de decir Pandora, pero cuando se percató de como la miraba el Dios Sueño, ella lo miro con curiosidad - ¿Señor Hypnos? – Su voz lo saco de sus indecentes pensamientos - ¿Todo bien? – Pregunto la líder de los espectros.
-Sí, todo bien – Decía tratando de parecer calmado, pero en realidad estaba nervioso, deseando que ella no se haya percatado de que no la escuchaba – Y es bueno que Radamanthys lo haya castigado, se lo merecía – Cerro los ojos y bebió un poco más de té para tratar de relajar la tensión.
-De acuerdo – Respondió no muy convencida. Pero su rostro impasible volvió a adornar su rostro – Y sin más que decirle al respecto, me gustaría retirarme – Pidió casi en un susurro.
-Sí, adelante – Ella inclino la cabeza y camino hacia dentro del castillo – Pandora – La voz del Dios la detuvo, ella se dio media vuelta.
-¿Sí, Señor? – Pregunto nerviosa y curiosa por lo que le iba a decir el Dios rubio. Pero en vez de eso, él le sonrió con amabilidad, provocando que la mujer de cabellos negros se ruborizara y su corazón latiera por aquel dulce gesto.
-Como siempre, buen trabajo – Aquel halago hizo que un sentimiento que no pudo identificar ella invadiera su cuerpo, tal vez dicha. Aquello provoco que sonriera sin pensarlo.
-Muchas gracias, Señor Hypnos – Agradeció con timidez y ella se dio la vuelta sin dejar de sonreír.
Pandora estaba sentada en un cómodo sofá de terciopelo rojo. Con las piernas cruzadas y mirando a Radamanthys mientras le informaba de lo que ha sucedido con el ejército y de la situación del Santuario de Athena. Con una de mejillas posada con suavidad sobre los nudillos y su codo sobre uno de los brazos y con mirada desinteresada.
Pero de repente todos sus pensamientos volvieron a la conversación que había tenido con Hypnos, sobre todo aquel dulce halago que le había dedicado. Muy poquísimas veces los Dioses felicitaban su trabajo, y cuando no los cumplía o no los llevaba a cabo a la perfección llegaba el castigo. Aunque si ella lo pensaba bien, el Señor Hypnos jamás la castigaba por sus errores. La reprendía, pero nunca le ha aplicado en su vida mano dura.
Recordó cuando ella era todavía una niña, y aquellos dos dioses habían aparecido ante ella, matando todo signo de vida, como las sirvientas que la consolaban cuando su madre había fallecido. Y toda la felicidad y de colores vivos que siempre había sido rodeada en su tierna infancia, se convirtió en una vida de sangre y de una pintura muerta. Pero todo con tal de servir y proteger a su hermano, Hades.
Aquel día había sentido un profundo terror, en especial cuando ella había levantado la mirada hacia arriba y se había encontrado con esas dos figuras flotantes que eran parecidas. En ese momento pensaba que estaba en presencia de seres monstruosos con figuras de humanos y que al igual que su madre y sirvientas iban a asesinarla.
Debía admitir que los primeros días en su nueva vida había empezado, lloraba en silencio durante las noches, debido a que extrañaba aquellos días en que vivía rodeada de amor y cariño de parte de sus padres y la repulsión de verse rodeada por sangre. Pero ya se había acostumbrado a todo aquello cuando había pasado un mes.
Y durante toda su adolescencia, dirigía a los espectros mientras esperaban con impaciencia el despertar de su señor y se preparaban para la guerra santa. Siempre bajo las ordenes de los Dioses Gemelos, en especial de parte de Hypnos. Quien parecía ser siempre quien tenía un plan en mente y las estrategias que había que llevar a cabo.
Y se percató que desde que comenzó con su rol de la líder del ejército de espectros, siempre había seguido las órdenes del Dios del Sueño. Recordó cuando un día trato de usar el poder de su lanza, pero no había resultado nada, eran aquellos días en que trataba de usar su cosmos y cuando trato de intentarlo varias veces se había dado por vencida y detrás suyo había aparecido el dios rubio quien la miraba con el ceño fruncido, como si estuviera enojado con su fracaso. Ella en ese momento había esperado una reprimenda o peor, un castigo. Pero en vez de eso, le ordeno que tomara de nuevo su arma, ella se había sorprendido, aunque después le dio un pequeño regaño para que obedeciera. Y entonces la ayudo a poder usarlo. Aun recordaba aquel día.
"Cierra tus ojos y concéntrate. Muy bien, ahora debes llamar el cosmos que está en tu interior. ¿Lo sientes? ¿Sientes que una energía se emana de tu pecho? Perfecto, ahora increméntalo, que ese poder en tu interior rodee tu cuerpo, cúbrete, hazte una con el cosmos. Y ahora, que tu poder se concentre en la lanza, báñala con tu poder. Y por último…
Aquellas últimas palabras las había dicho cuando la tomo de sus hombros con suavidad y se las susurro en su oreja derecha.
… Deja que se libere"
Y del arma salieron unos rayos que casi destrozaron en el lugar donde estaba. Y cuando ella se dio cuenta de que lo había logrado, salto de alegría mientras gritaba muchas veces: "¡Lo conseguí!" Y cuando quería mostrarle su emoción al dios rubio, este había desaparecido, pero tampoco le había importado mucho. Ella sabía a la perfección que Hypnos no era de sentimientos cálidos y tiernos. Pero ella susurro en voz baja junto con una suave sonrisa.
"Muchísimas gracias, Señor Hypnos"
Para ella, Hypnos es como un padre. Uno serio y estricto, pero también comprensivo. Sin embargo, también ante sus ojos, era un hombre atractivo y sexy. No pudo evitar ruborizarse ante ese último pensamiento. "¡No, no y no! ¡No puedo pensar aquellas cosas del Señor Hypnos! Él es mi amo y yo su subordinada. ¡Pandora, quítate aquellos pensamientos de la cabeza!".
Sin embargo, en el momento en que cerro sus ojos para concentrarse en lo que le decía Radamanthys. Ella pudo ver una imagen del Dios, con su perfecto torso desnudo que le resbalaban gotas de sudor, con sus ojos oscurecidos de deseo y una sonrisa pícara, jadeando mientras le hacia el…
-¡Señorita Pandora! – La voz del Wyvern la sacaron de aquel erótico pensamiento y abriendo los ojos, sentía su cara demasiado caliente y jadeaba de manera forzosa - ¿Se encuentra bien? – Pregunto el juez preocupado.
-Sí – Respondió llevándose una mano al rostro – Solo me siento un poco exhausta – Se levantó del sofá con lentitud – Iré a mis aposentos – Camino hacia la puerta.
-¿Quiere que la acompañe a su habitación, mi señorita? – Se levantó del suelo dispuesto a ayudar a su líder.
-No te preocupes, puedo ir sola – Detuvo su andar cuando llego al lado del juez y le ordeno – Diles a los demás espectros que me encuentro indispuesta por el resto de hoy.
-Entendido – Asintió con la cabeza el espectro.
Y Pandora se fue finalmente a su habitación, todavía con aquella imagen en su mente.
Hypnos y Thanatos se encontraban en su castillo personal, jugando al ajedrez. El Dios rubio hizo un movimiento, y ahora era el turno de su gemelo, quien pensaba en cómo hacer su jugada. Y en su espera, el inconscientemente pensó en la mujer de cabello azabache, Pandora.
Y en el extraño deseo de tocar su piel. Hypnos no negaba que el también sentía el deseo carnal, la lujuria y la pasión. Pero, ¿Sentirlo con su propia subordinada?, "Claramente imposible", se dijo a sí mismo en sus pensamientos. Aunque hay sentimientos que si ha sentido por ella, que jamás pensó que se harían presente en su corazón.
Y entonces lo recordó, la primera vez en que había aparecido ante ella junto con Thanatos. Cuando se encontró a una niña, temblando de miedo y con ojos llenos de lágrimas. No era la primera reencarnación de Pandora que reaccionaba del mismo modo, es más aquello siempre le causaba placer. Pero con esta elegida para cuidar del alma del señor Hades, sintió una sensación de querer calmarla, limpiar su rostro de las lágrimas y abrazarla mientras le susurra a su pequeño oído con una voz suave y cariñosa: "Todo está bien, no te haremos daños". Sin embargo, no lo hizo, no hubiera sido lo correcto y arruinaría su imagen de frialdad y seriedad. En aquel instante tuvo que apretar sus puños para evitar a hacer aquella acción. Aun así, por primera vez en su eterna vida alguien le causaba un instinto de protección y consuelo.
Después recordó cuando ella trataba de usar su cosmos y lanza, al ver su cara de resignación, había sentido pena. Él quiso mostrarse amable y sonreírle mientras la ayudaba a usar su poder y más acariciarle su cabeza. Pero justo cuando faltaba tan solo un centímetro de tocar su larga y lacia melena azabache se detuvo, y cerro la mano en un instante, y se alejó con cuidado, para de nuevo usar esa mascara de grave expresión y de voz firme y recta. Sin embargo, sus ojos cerrados y tan concentrada, le daban una imagen tan tierna que no fue capaz esta vez de controlarse. El anhelaba en ese momento abrazarla, pero solo se limitó a tomar sus pequeños hombros. Y al sentir su tacto, sintió una corriente eléctrica, no era su cosmos. Era algo más, una sensación de estrecharla entre sus brazos mientras la besaba. Así que cuando ella libero su poder, se alejó de inmediato para evitar una locura.
Sin embargo, se escondió entre las sombras mientras la observaba saltar de orgullo y emoción. Y al escuchar de sus labios – que hace un momento había anhelado sellar con los suyos – el agradecimiento que era dirigido para él, no pudo evitar sonreír con ternura.
Volviendo al presente, Hypnos había vuelto a mover una de sus piezas. Pensando que tal vez lo que sentía por ella, era un sentimiento paterno. Que la veía como su hija.
"Un momento", pensó abriendo los ojos por sorpresa y su cuerpo se tensó. ¿Si el en verdad la veía como una hija, entonces… por qué él deseo en aquel momento de haberla besado? "Más bien, besar a una niña me haría un pederasta. Y peor, pensarlo". Una gota de sudor recorrió su rostro. ¿Por qué estaba transpirando? ¿Por qué se sentía culpable y nervioso? ¿Y por qué a la vez se sentía que no debía tener arrepentimiento? "Por desear a Pandora cuando era una niña. Si debe ser eso. Y ahora que es adulta no me arrepiento de desearla" Sonrío.
Pero la sonrisa desapareció y la incomodidad se apodero de él.
El deseaba a Pandora. Deseaba a su subordinada.
"No, no y no". Negó el rubio, pálido por los nervios que sentía. "Yo no puedo desear a Pandora. No a mi subordinada. Cualquier mujer, pero no ella. Por Hades, no a su hermana". Cerró los ojos con fuerza. Ya estaba cometiendo un pecado por desear a la hermana mayor de su señor. "Concéntrate, concéntrate. Tienes que estar centrado en el juego con Thanatos. No pienses en Pandora".
Sin embargo, una imagen de la hermosa dama de cabellos negros apareció en su mente. Pero de ella desnuda, con sus hermosos pechos expuestos y sus rosados pezones erectados, sus ojos nublados de deseo. Sus mejillas sonrojadas y el sudor recorriendo cada centímetro de su pálida y tersa piel.
"¡Hypnos!", sentía que su voz, aguda y gimiendo resonaba en sus oídos. Y en ese momento sentía que su cuerpo se tensaba y el calor aumentaba. Sentía que la ropa era un estorbo.
La voz de su subordinada volvió a llamarlo. Hasta que…
-¡Hypnos! – El dios rubio sobresalto en su silla. Y sus ojos totalmente abiertos miraron a su gemelo, quien estaba con el ceño fruncido.
-¿Qué sucede? – Pregunto un poco aturdido.
-Dije Jaque mate.
-Ah, ya – Respondió dejando escapar un suspiro, sintió que todo su cuerpo había liberado fuerza.
-¿Te sucede algo? – Pregunto el dios de la muerte con curiosidad.
-No, no es nada – Miro hacia otro lado, tratando de mostrarse sereno – Lo dejamos hasta aquí – Thanatos lo miro levantando una ceja, usualmente Hypnos le gustaba jugar una segunda ronda. Pero se levantó de su asiento.
-De acuerdo. Tal vez lo dejemos para más tarde o mañana – Thanatos abandono el lugar tele transportándose.
Hypnos cerró los ojos, mientras respiraba hondo. Tratando de que el dolor que sentía en su entrepierna, desapareciera.
Y así, dos seres. Deseándose en secreto tuvieron un día de miradas dirigidas al otro, llenas de intensidad y anhelo. Pero… ¿Qué les puede pasar en la noche, donde la brisa puede golpear sus pieles?
Próximo Capitulo: "Noche de Abrazos"
*1 Tal vez la comparación del Sol y la Luna no tiene mucho sentido, pero me inspire en la página wiki de Saint Seiya, en el que los Dioses Gemelos son comparados de esa forma. Lo del Sol, lo pensé como en aquella típica travesura de niños que cuando utilizan una lupa creando un rayo solar que usan para matar a las hormigas. Aunque por los menos yo no he hecho eso nunca en mi infancia XD (¿Alguien sí?)
*2 Creo que ya todos notaron que la pregunta viene de "¿El gato te comió la lengua?". Obviamente y como todos saben, Cheshire es un espectro que representa y posee las cualidades de un felino.
¿Qué les ha parecido este nuevo Fic? ¿Creen que el ship Hypnos x Pandora es una buena combinación o es de lo más raro? (Aunque muchos me dicen que mis shippeos son muy inusuales)
Bueno, eso es todo por ahora.
Hasta luego.
