Sepultura – Roots Bloody Roots
La repentina invitación de la familia real de Arendelle a la boda del príncipe Xupal de la nación tropical de Mictec, sorprendió de forma grata a Anna y Olaf y de forma no tan grata a Elsa y Kristoff que estaban acostumbrados a climas más fríos y no tan húmedos. Elsa estaba preparando los galeones para el viaje en su oficina cuando su hermana menor entró a la habitación. Le dijo muy emocionada.
-¡No te parece maravilloso que por fin podamos conocer el trópico!- Dijo Anna chillando- ¡El sol, las blancas playas y el maravilloso verano!
-Anna…-Dijo Elsa levantándose de su silla- Odio los climas cálidos; por lo tanto odio los climas tropicales.
-¡Oh, vamos! A Olaf le encantan y eso que es un muñeco de nieve- Dijo Anna fingiendo estar indignada.
-Olaf es otro caso- Dijo Elsa suspirando- Yo odio el trópico; Insectos tan grandes como mi mano; Altas temperaturas; Sucias plantas venenosas.
-Eres extremadamente negativa hermana- Dijo Anna cruzándose de brazos y negando con la cabeza- ¡Vamos será muy divertido! Somos invitadas de honor y después de la ceremonia vendrá lo grande.
-¿Qué es lo "grande"?- Dijo Elsa volviéndose a sentar.
-¡Explorar las selvas de Mictec!- Chilló Anna con franca emoción- Estuve investigando sobre Mictec y ofrecen servicios de aventuras. Me lo dijo un señor que era el emisario de Mictec.
-Suena peligroso- Dudó Elsa.
-¡Para nada! Tenemos a Kristoff y el servicio es muy seguro- Dijo Anna, defendiéndose.
-Kristoff solo se maneja en montañas, no en selvas- Dijo Elsa.
-Es verdad- Apareció Kristoff en la puerta abierta de la oficina- Las escuché hablando de pasada. Es verdad Anna, podría ser peligroso. Si me dejan expresar mi opinión yo creo que no debería existir ese paseo por las selvas.
-¡Ay, por favor! ¡Porfa, porfa, porfa!- Dijo Anna con unas de sus caras de cachorro a las que Elsa y Kristoff nunca han podido resistir.
-¡Exploraremos las selvas de Mictec!- Sentenció Elsa- ¡Pero será mejor que doblen la maldita seguridad o conocerán por primera vez la nieve!
-¡Genial!- Gritó Anna de emoción y salió de la habitación.
Pasaban los días y el viaje a Mictec se hacía cada vez más cercano. Pasaron unas dos semanas en barco y finalmente llegaron a su destino: El reino de Mictec. El viaje resulto extremadamente tranquilo y sin ningún percance. Elsa y Anna fueron las primeras en bajarse y ser recibidas por un joven de piel morena y un poncho hecho de plumas de pájaros de colores, lo que le daba un aspecto muy alegre.
-Bienvenidas sean, sus majestades- Dijo el joven haciendo una reverencia- Mi nombre es Pakal. Seré su traductor y guía oficial en su visita al Reino de Mictec.
-Le saludo a usted de parte mía y mi hermana, Pakal- Dijo Elsa en las maneras correctas.
-¿Cuándo conoceremos la selva?- Dijo Anna emocionada.
-Tendremos que viajar a Lonko. Lonko está cubierta de selva; habrá tiempo para conocerla- Dijo Pakal con una sonrisa.
-Hace mucho calor aquí- Dijo Elsa. Kristoff entró en escena.
-Mañana será peor, mi lady- Dijo Pakal con una risita al ver el gesto de Elsa al oír las malas noticias- Por ahora vayamos a comer. ¡Mukti sampi odura erdarea!
-¿Qué habrá dicho?- Dijo Kristoff al observar el extraño idioma- ¿Sera uno de sus idiomas tribales?
-¡Kristoff!- Le regaño Elsa- ¡No les llames tribales! No sabemos si se pueden ofender. Somos extranjeros en sus tierras.
-¡Perdón! No sabía- Dijo Kristoff arrepentido- Aunque, siento que va a suceder algo.
-No sucederá nada cariño- Dijo Anna- ¡Vayamos a comer!
Toda la familia siguió a Pakal hacia la caravana que pronto partiría escoltando a las reinas a Lonko. Comieron comida típica de Mictec mientras reían y conversaban con los soldados y guías de la selva.
-¡Y eso fue muy divertido, mue!- Dijo Pakal a uno de sus soldados, que respondió estallando en carcajadas.
-Es tan divertida la gente de este país, Elsa- Dijo Olaf.
-Pero es tan caluroso- Dijo Elsa pidiendo un poco de aire fresco a un soldado que empezó a agitar una hoja de palmera cerca de Elsa, que le agradeció.
-¡Pero es tan divertido!- Dijo Olaf dando un salto.
-Elsa, debemos hablar- Dijo Anna asustada- Elsa, siento que desde la selva nos miran. Miles y miles de ojos.
-¡Ay, Anna! No seas tonta. No hay ningún peligro, aparte estamos cubiertas de soldados- Dijo Elsa tomando otro sorbo de la bebida alcohólica que les ofreció Pakal.
-¡Partiremos al amanecer, mues!- Gritó Pakal- ¡Por ahora a dormir!
Elsa logró convencer a Anna que no iba a suceder nada. Que eran imaginerías suyas y solo suyas. En todo caso, ni uno de los invitados logró pegar ojo en la noche debido al absurdo calor y lo incomodo de las camas. Sumado a aquello los gritos y berridos de los monos y pájaros tropicales, que según Anna, sonaban diez mil veces más agresivos y crueles que los pájaros de Arendelle. Los cuatro coincidieron que Anna tenía razón con lo de las miles de miradas constantes. Finalmente en la mañana el cuarteto se sentía bastante asustado con lo de las miradas. Le comentaron su inquietud a Pakal que les dijo que no había de que preocuparse, que en el caso de que sucediera algo ellos lo tenían controlado. Finalmente el cuarteto partió en la caravana principal por el duro y caluroso camino a Lonko. Efectivamente Pakal no se equivoco en lo mas mínimo en relación al calor, que era setecientas veces más insoportable de lo común.
El camino era bastante largo y los soldados que iban acompañados de pumas entrenados, predijeron que el viaje sería bastante más largo de lo que cualquiera podría haber pensado. Estimaron tres días. El cuarteto cayó devastado ante esta noticia. El calor y el miedo a un incidente se les estaban tornando insoportables. En momentos Elsa, creaba una pequeña brisa helada para calmar un poco a los soldados con la esperanza de que ellos se apuraran más. El cuarteto se durmió motivado por el calor y la tranquilidad tensa del viaje. En un momento Anna soñó con un hombre robusto y de mediana edad que pregonaba un grito de guerra.
"Yo creo en nuestro destino
No necesitamos fingir
Es todo lo que queremos ser
Mírame enloquecer"
Anna despertó de golpe ante este fatídico sueño. Kristoff despertó junto a ella. La observó sudando frio y con la respiración agitada.
-¡Kristoff! ¡Ellos vienen! ¡Nos asesinaran a todos!- Dijo Anna violentamente.
-Anna, cálmate, solo cálmate y explícame que ocurrió- Dijo Kristoff poniendo sus manos en los hombros de Anna.
-Un hombre… Un hombre de este país diciendo, una especie de declaración de guerra abierta- Dijo Anna con la respiración agitad- ¡Me dio miedo Kristoff!
-Tranquila, solo fue un sueño debido al calor- Dijo Kristoff abrazándola fuertemente.
En ese momento Elsa se despertó de la misma forma brusca que Anna. Esta vez fue Anna quien se dirigió a preguntarle lo que le sucedía.
-¡Elsa! ¿Qué soñaste?- Dijo Anna con un tono asustado.
-Soñé que un tribal me decía unas oraciones. Parecían palabras de guerra- Decía Elsa sosteniéndose la cabeza con las manos.
-¿Cuál eran esas palabras de guerra?- Preguntó Anna tratando de averiguar que era aquella extraña situación.
-Decía algo como:
"Yo digo
Crecemos cada día
Haciéndonos más fuertes en todos los sentidos
Los pondremos en su lugar
Donde encontraremos nuestras sangrientas raíces"
-No logró entender todo esto- Dijo Kristoff empezando a asustarse- Saldré afuera a ver que sucede…
En ese momento Kristoff encogió su pupila al escuchar unos tambores tocados a gran velocidad y unos gritos de guerra entonados por unas aterradoras voces. Y de repente una lluvia de flechas cayó sobre ellos de una monstruosa manera asesinando a varios guardias. Kristoff se escondió rápidamente y empujo rápidamente a las hermanas para evitar que alguna de las flechas fuera a llegar a una de las muchachas. Acostados en la carreta cubierta, escuchaban silbar las flechas y los gritos de dolor extremo de hombres. Rezaban cada minuto que estaban escondidos ahí rezando por que los gritos fueran de los atacantes. Así pasaron unos diez minutos y de un momento a otro fue todo silencio. Kristoff tomó la iniciativa de echar una ojeada fuera de la carreta. Lo que observo le hizo vomitar dramáticamente. Montones de cadáveres de los soldados que los protegían ahora yacían muertos, la mayoría con sus cabezas siendo cortadas por tribales. Algunos soldados se arrastraban con los miembros quebrados, solo para después ser rematados por los tribales que reían horriblemente. Kristoff observó con más horror del que su mente pudiera soportar a Pakal rogando por su vida frente a un tribal más grande que el resto. El fuertísimo tribal golpeo con su machete el cuello de Pakal, rebanándole la cabeza y sosteniéndola por sus cabellos negros mientras gritaba a todos en un idioma extraño para Kristoff. Kristoff volvió a entrar en la carreta mientras Anna y Elsa lo miraban con espanto. Kristoff volvió a vomitar mientras Anna se acercaba a preguntarle lo que le había ocurrido.
-¿Kristoff, que viste?- Pregunto Elsa aterrada.
-Montones de cadáveres….Batalla….Pakal siendo decapitado….. ¡Tribales!- Dijo Kristoff susurrando- ¡Cierren la boca y quizás no nos encuentren!
Anna y Elsa asintieron obedeciendo la orden. Pero era tarde. Un tribal entró en la carreta. Seguro uno de ellos habría visto que Kristoff espiaba desde su carreta. Los agarró y los empujo brutalmente fuera de la carreta. Después grito algo en un idioma impronunciable, y a ese llamado llego el tribal que le rebanó la cabeza a Pakal.
-Yo ser "Bunka"de esta patrulla de asalto- Dijo el tribal mayor escupiendo más de lo que hablaba- Mi llevar ante Jefe Max, ante Jefe Igor, ante Jefe Paulo y Jefe Andreas.
Después de dicho esto los tribales los amarraron y los llevaron como rehenes dentro de las brutales y horribles selvas de Mictec. A Elsa y Anna le desagrado de momento instantáneo la selva. Llena de flores repugnantes que emanaban repulsivos olores y peligrosas fragancias. Los arboles parecían tener un monstruo personal cada uno. Kristoff aguantó mejor el doloroso viaje. Estaba más acostumbrado a condiciones duras que las dos princesas. Exploraba todas las posibilidades para poder escapar. Elsa estaba demasiado asustada para usar sus poderes y estos simplemente se bloquearon. Elsa pensó que podría liberar una tormenta de hielo y matar a todos los tribales y escapar. Pero sus manos le dolían demasiado y estaban amarradas muy fuertemente con cuerdas y lianas. Anna simplemente lloraba por los montones de rasguño que tenía en los talones debido a los espinos e insectos.
Finalmente llegaron al campamento de los tribales. El cuarteto miraba con horror las decoraciones de los tribales. Cabezas empaladas, torsos empalados y miembros cubiertos de heridas también empalados. Anna vomitó dramáticamente y Elsa hizo lo mismo. Kristoff ya había vomitado todo, aunque si pudiera haberlo hecho de nuevo, lo haría. Fueron amarrados violentamente a un palo con una calavera en el final. Se acercaron cuatro hombres viejos y decrépitos. Se sentaron en la tierra enfrente de ellos. Todos los tribales hicieron lo mismo, y más de ellos llegaban de todas partes de la aldea para ver el espectáculo. Unos de los ancianos les dirigió la palabra al cuarteto.
-¿Qué hacen ustedes, invaden ustedes tierras nuestras?- Dijo uno de los ancianos con odio en la voz- ¿Por qué venir blanco extranjeros a tierras nuestras?
-Nos invitaron a una boda; la boda real del príncipe Xupal- Dijo Elsa con miedo.
-¡Extranjero miserable!- Gritó uno de los viejos.
-Permitir mi explicar situación vivida aquí- Dijo el viejo mas decrepito y tranquilo- Xupal y Krakakoan ser extranjeros. Hombres blancos venir aquí hace cientos de años y ponerlos como reyes. Yo no poder soportar tener reyes blancos; Yo no soportar que esa sangre cobarde y oportunista gobierne nuestras tierras- Dijo con rabia en la voz.
-Nosotros no presentar ante blancos, hermanos- Dijo uno de los viejos- El primero de la fila ser Igor; el segundo de la fila ser Max; Yo ser Andreas y el ultimo de la fila ser Paulo.
-¡Nosotros no tener que presentar respeto ante blancos!- Dijo el viejo Max
-Deber tener sabiduría Max- Dijo el viejo Andreas.
-¿Qué quieren de nosotros?- Dijo Kristoff con miedo.
-Querer sangre blanca para mística mezcla- Dijo amenazante Paulo.
-¡Pero no les hemos hecho nada!- Dijo Anna con la voz quebrada.
-Su presencia viola la integridad de tierras nuestras- Dijo Igor
-¡Pero déjennos libres y nos retiraremos en barco!- Dijo Elsa desesperada.
-No creer; nosotros creer que ustedes volver con soldados Mictecas- Dijo Max desconfiado.
-¡Lo prometemos!- Dijo Anna asustada.
-Audiencia terminada. ¡Que comience la fiesta!- Dijeron los viejos al mismo tiempo.
En ese momento los tribales empezaron a lanzar barro y otros objetos al cuarteto. Unas mujeres con el torso desnudo empezaron a lanzar una especie de líquido ceremonial al suelo y pies del cuarteto. Los gritos de se volvían insoportablemente altos. Finalmente entonaron un canto brutal y violento.
"Yo creo en nuestro destino
No necesitamos fingir
Es todo lo que queremos ser
Mírame enloquecer"
Yo digo
Crecemos cada día
Haciéndonos más fuertes en todos los sentidos
Los pondremos en su lugar
Donde encontraremos nuestras sangrientas raíces"
Era el mismo canto de guerra que estaba en los sueños de Anna y Elsa. Kristoff sintió miedo al observar cómo se acercaban con paja encendida hacia ellos. Sus gritos de guerra se hacían cada vez más intensos cuando más se acercaban con los pajares en llamas. El cuarteto cerró los ojos y se prepararon a morir. El calor se hacía insoportable. Pero de repente se escucharon unos gritos que venían de los exteriores de la aldea. Elsa se atrevió a abrir los ojos y observó mas esperanzada que nunca que unos hombres en armaduras de plata y bronce se acercaban blandiendo espadas y disparando flechas. Los tribales caían por montones mientras los soldados sacaban rápidamente de las llamas al cuarteto. Habían sido salvados. Después de la escaramuza, el que parecía el capitán, se acercó avergonzado a la reina.
-Su majestad- Se arrodillo el capitán- Las mayores disculpas mías y de su majestad por la horrible situación que han tenido que pasar.
-Me quiero ir- Dijo Elsa cortante- No asistiré a ni un matrimonio, si esa es tu pregunta.
-El príncipe dice que se deben cumplir los deseos de usted, mi lady, ante cualquier costo- Dijo el capitán sacándose el casco- ¿Pero de verdad no prefiere ir a Lonko primero mi lady?
-No- Dijo Elsa cortante- Que se nos suministren ropas nuevas y una caravana segura. He dicho.
-Mi lady, el rey y el príncipe están muy avergonzados por esta situación- Dijo el capitán con vergüenza también- Si ese es su deseo, me veo imposibilitado de negárselo. Créame que estos indios no los molestaran mas.
-Muy bien, ya tuve suficiente de esta selva- Dijo Anna cansada y secándose las lagrimas.
Y así fue. La familia real de Arendelle se fue de Mictec al día siguiente. Jamás olvidaran lo inhumanos y orgullosos que fueron los tribales. El miedo de los cuatro al recordar Mictec siempre perdurara en sus mentes. Sus raíces tribales fueron mucho para ellos.
NDA: ¡Muy bien chicos! Este es mi nuevo fanfic. Serán historias separadas que no seguirán una línea. La particularidad de estas historias es que la temática de cada una será relacionada a una canción metalera. Las historias las construiré de acuerdo a las letras de mis canciones favoritas. Espero que les haya gustado. Dejen reviews por favor. Siempre es motivante leer sus comentarios y su apoyo.
PD: Conspiración Congelada está muerta. No la continuare por motivos de que no me gusta como desarrolle la historia y falta de apoyo. Disfruten este nuevo fanfic ; 3
