Prólogo.
Bueno, siempre quise hacer esto, meter a mi versión de metaverso en algún lugar donde la gente pudiera leerlo, aquí les presento la primer historia de las que planeó hacer sobre él, me inspire en un par de fics para hacer este pero tomaran un rumbo diferente
Y ya saben, se aceptan críticas y comentarios, disculpas por los errores atribuibles a la disgrafia que tengo y al auto corrector.
Y Naruto y sus personajes son obra de Kishimoto sensei.
10 de octubre, el festival que conmemoraba el quinto aniversario de la derrota del Zorro de nueve colas está en su apogeo; un pequeño niño ojiazul rubio de cinco años caminaba con los ojos anegados en lágrimas dándole la espalda al lugar.
El pequeño Naruto se enfiló al mirador del monumento hokage, ya no aguantaba la situación y se dirigía al monumento dispuesto a terminar su sufrimiento.
"¿Porque me tratan todos así?¿Que hice mal?" eran las preguntas que el infante tenía en la cabeza.
Naruto llegó al monumento de los kages y contempló el paisaje nocturno, en el mirador se podía apreciar la alegría de los asistentes al festival del cual nunca podía participar, desde que recordaba, ese era el peor día de los que sufría maltrato, siempre el día de su cumpleaños sin falta un grupo intentaba lincharlo, afortunadamente siempre los mismos ANBU llegaban a impedirlo.
Pero el pequeño ya había tenido suficiente, así que saltó la valla del mirador, se subió irónicamente a la cabeza del cuarto Hokage, cerró los ojos, se dio la vuelta y se arrojó al vacío.
Naruto no supo qué ocurrió pero al abrir los ojos estaba nuevamente sobre el monumento recostado en la banca más apartada del mirador, a lado de él un hombre de cabello largo miraba hacia el horizonte de manera abstraída, el hombre usaba ropa tradicional china y lentes de marco dorado y lentes muy gruesas.
-¿Por qué alguien tan pequeño tomó una decisión tan drástica?-preguntó el hombre que había salvado al niño.
-¿Usted me salvó?- preguntó Naruto y al recibir un asentimiento del hombre se llenó de ira- !PARA QUE ME SALVÓ, TODOS EN ESTE ESTÚPIDO PUEBLO ME ODIAN! Lloró el niño desconsoladamente.
-Se que la gente te odia, sin embargo no toda la gente lo hace, el lugar que encontraste hace poco donde no te hecharon, el que vende Ramen, la ANBU que te salvó ayer y que se quedó a leerte un cuento para que durmieras y la niña que en el invierno pasado salvaste de los abusivo ¿también ellos te odian?- Preguntó el hombre; el niño trató de pensarlo y no, negó con la cabeza- estoy seguro que ellos iban a extrañarte, esa gente habría llorado tu pérdida.
Naruto dejó de llorar tan amargamente, quería aferrarse a la ligera esperanza de saber que en el mundo quizá si existía alguien que no lo odiara.
-¿Usted sabe por que los demás me odian?- quiso saber el niño.
El hombre exhaló de manera cansada, por supuesto que sabía el motivo, pero reflexionaba si era buena idea decirle, tras meditarlo un par de segundos tomó una decisión.
-Te la mostraré.
El desconocido tocó con su mano la cabeza del Uzumaki y sin que supiera cómo, fue transportado a una tétrica alcantarilla que goteaba rítmicamente.
El niño estaba aterrado y se encaramó a la pierna del hombre el cual logró dirigirse a una enorme puerta de madera con un gran sello en ella.
-!Kurama, sal de tu escondite que tienes visitas!- llamó el hombre hacia el interior de la puerta.
Naruto sintió un terrible instinto asesino del lugar y poco a poco vio como un gigantesco zorro naranja avanzaba hacia ellos.
-¿Quien eres tu y como entraste aquí?-Preguntó el zorro enojado.
-Creo que tu padre te habló de mi, soy Hatori; el Centinela de este mundo.
Kurama se aterró al oír aquello y cambio su actitud de golpe, pues Naruto sintió que el instinto asesino cambio a un enorme pánico.
-Lamento el haberlo hecho enfadar capitán Hatori, nunca creí verle en persona su excelencia.
-Como sea, cuéntale al niño todo sobre el día en que nació.
Kurama desde su prisión sacó una de sus colas y tocó la frente del niño, al instante los recuerdos de la noche de su nacimiento le llegaron, él como un enmascarado liberó al kyubi, la identidad de sus padres, su sacrificio y palabras a su hijo.
Naruto lloraba a moco tendido, si fue amado y gracias al gran amor de sus padres era que estaba vivo, ahora sabía que la gente lo creía el kyubi y que le odiaban porque creían que les arrebató al más amado de los hokages.
En ese momento el niño tomó una decisión, él también sería Hokage, no por el reconocimiento del título, sino por que con el cargo, protegería a todo el pueblo, por muy ingratos que fueron con él, la gente que le quería sufriría sin alguien que los protegiera.
Naruto observó a Hatori y vio que el azabache le sonreía, el Centinela se acercó al niño y colocó su mano en la cabeza.
-Mientras exista vida habrá esperanza, recuerda eso, guía a la aldea con ese ejemplo y no dejes que los demás mellen tu espíritu al juzgarte sin conocerte entendido- el niño le asintió enfáticamente, el hombre volteo a ver a Kurama- y a ti más te vale que ayudes al niño en todo lo que necesite o si no…..
-Como lo ordene capitán- asintió asustado el zorro.
-Bueno, aquí nos separamos…. Ah una última cosa, no te enamores de las pelirrosas, las oji perlas si son fieles y los pelirrojos son parientes.
Hatori se desvaneció lentamente, y el niño también lo hizo.
Naruto despertó en su casa y vio a la joven ANBU dormida en una silla junto a su cama, el niño recordó que se arrojó del monumento y que una roca lo golpeó en la cabeza, así que supuso que la mujer llegó a tiempo para salvarlo, recordaba vagamente un sueño, y sentía dicha en su corazón por primera vez, pues entre sueños la ANBU que usaba una máscara de gato lo regañaba por no comer vegetales y por ser tan travieso, supo que era amado por alguna razón desconocida pero eso no importaba, al fin comprendió que aunque la mayoría de la aldea lo odiaba, la gente del puesto de ramen, la panadería donde vendían los rollos de canela y esa mujer no lo odiaban, al igual que la niña que salvó el invierno anterior, Hinata.
El gennin sonrió aliviado y fue a recostarse una vez más a su cama y antes de dormirse una frase resonó en su cabeza "Mientras haya vida hay esperanza"
Treinta años después el festival estaba a todo su esplendor y Naruto y su familia caminaba y se divertía en el festival, ahora lo que celebraba no era la derrota del Kyubi, si no el cumpleaños del amado séptimo Hokage.
Mientras caminaban por el lugar fugazmente el kage creyó ver una figura que se le hacía familiar, un hombre que usaba un conjunto tradicional chino de pantalón negro y camisa blanca, lentes dorados y cabello largo y azabache y entonces sonrió recordando el día en el que Yugao su hermana mayor adoptiva y sensei del equipo 7 quien fuera su antecesora como hokage le salvara la vida el día que pensó suicidarse.
"Las cosas salieron bien aunque con algunos cambios" pensó Hatori alejándose del lugar "que Yugao fuera mejor sensei que Kakashi me hace pensar que debería intervenir más seguido en ese equipo, y lo que sea de cada quien fue una magnífica hokage"
El hombre salió de la aldea y se dirigió a su salida cuando un zumbido en su oído lo alertó de algo importante.
-!Que en esa realidad Minato y Kushina hicieron eso¡- gritó sorprendido el azabache.
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En el dojo del complejo Uzumaki un niño rubio de ocho años agonizaba con graves heridas en su cuerpo, trataba de arrastrarse fuera del dojo, y fuera del lugar, sólo así tendría una oportunidad de sobrevivir, no le daría a Menma y a Naruko la satisfacción de morir.
Logró su meta y salió del lugar sólo para encontrar las calles vacías y sin ningún alma alrededor. Eso lo acabo de quebrar, iba a morir como vivió, en la más absoluta soledad, sus padres amaban más a sus hermanos, de los trillizos, a él nunca lo quisieron y que mayor prueba de ello fue que al acabar la violenta pelea entre él y los dos jinchuriki, sus padres cargaron a cada uno de sus hermanos en brazos para llevarlos al hospital y a él lo dejaron abandonado.
La muerte comenzaba a cerrarle los párpados cuando vio un destello azul cobalto frente a el y al disiparse un hombre que usaba un conjunto chino, de pantalón negro, camisa blanca y lentes dorados, conmovido por las circunstancias del evento se acercó a el y le dijo.
-Tranquilo pequeñito, te llevaré a que te curen y después veremos qué haré contigo.
Hatori cargo al niño en sus brazos y desapareció en un destello azul cobalto.
Y listo, el prólogo está hecho; Hattori es un personaje que en mis historias al menos de momento jugará un papel importante, a su debido tiempo le veremos tanto en "Soul of ninja" como en "Las hijas de la noche" pues este centinela se encarga de vigilar el Narutoverse entre otros universos más, así que ya saben, el capitán Hattori será un personaje que verán seguido en mis historias.
