VanMoony, reportándose:

Esto nació por mi maldito trauma/obsesión/amor por crepúsculo. Decidí empezar este fic con esta introducción que debería ser más bien un final. Pero creo que así como empecé esta muy bien.

Solo para aclarar, y no tener luego quejas de "Esto es un plagio, robas la idea y matas la originalidad, blah, blah, blah, me aburren" este fic es basado en Crepúsculo y sus demás continuaciones. No voy a agarrar el libro y empezar a transcribirlo. Eso si me da una flojera inmensa…por más que me lo pueda leer en un día, no haré eso. Así que absténganse de comentarios de esos.

Por lo demás, espero les guste y se entretengan. Mandan su hermosos reviews n.n…


Prefacio

Ahí estaba, acostada sobre blancas sabanas de seda, las cuales debían costar aun mas que mi cama junto con su juego de cobijas. Bueno, mi antigua cama. Porque a estas alturas, jamás volvería a acostarme en esa cama. Ni siquiera volverá a pisar la casa donde alguna vez viví. No era una casa envidiable, de hecho me sorprendía que mi padre la hubiera mantenido de pie durante tanto tiempo y sin ninguna ayuda femenina, talvez si no hubiera llegado hace dos años y medio, la casa no hubiera tenido ese notable cambio. Rayos, me he puesto nostálgica de nuevo. Lily Evans, prometiste que te dejarías llevar en esta noche tan importante y que olvidarías ese triste asunto. Recuérdate una vez más el cambio radical en tu existencia que acabas de elegir.

-¿Estas nerviosa?-Me pregunta, con su voz aterciopelada y melódica. Niego lentamente con la cabeza, jamás separando mi mirada verde con la dorada de sus ojos-No te haré daño…no lo haré.

Tonto, no tienes que decírmelo. James Potter, tu jamás me harías daño, ni aunque quisieras podrías hacerlo. Eres mas haya del amor de mi vida. Como creo una vez le dije: "Quiero que seas mas haya de mi vida. Mi eternidad". Era algo que yo en verdad sentía y anhelaba, pero el siempre ponía ese rostro severo en su piel dura y blanca. No le gustaba cuando hablaba de la eternidad y nuestra vida juntos en ella. Si el hubiera podido controlar el destino y todo lo que conlleva, este hermoso y frágil momento jamás estuviera pasando. Estaríamos en aquella cama vieja de mi antiguo hogar, hablando de cosas sin importancia o mis mil preguntas como si fuera un chismógrafo, me tendría abrazada y besándome el cabello, y haciendo lo que mas le gustaba hacer, y lo que yo considero un sado-amor, oliendo mi aroma. Pero, para mi suerte, sus planes exactamente planeados y fríamente contemplados no salieron de acuerdo a su plan. Por eso estamos aquí.

No me había percatado de que este cuarto es excesivamente blanco. Las sabanas, las paredes con el fino papel tapiz, las cortinas, y claro, el fino y caro vestido de novia que James me había quitado y ahora estaba en el suelo (maldito vestido, hasta ahí se ve hermoso y elegante). Pero lo más blanco y puro, era la piel de James contrastando con la mía. Me perdí de nuevo en el dorado de sus ojos, era algo que no podía evitar, eran hermosos y profundos, era como si mi reflejo nadara ahí. Pero no nada mas me perdía en esos ojos, si no en todo James. El era hermoso. Yo nunca había creído en que los ángeles fueran seres hermosos y bellos, por el simple hecho que no me podía imaginar tanta belleza…pero lo tenía que conocer y enamorarme, para poder creer en los ángeles. James era mi ángel.

Se inclino para besarme. Sus labios fríos como si acabara de chupar un hielo los sentí suave y protector. Con un sabor a miedo. James me había besado de tantas formas, y este era el más cauteloso que me había dado. Eran aun más pasivos que los besos que me daba cuando éramos novios. Cuando el me ponía mis manos en mi regazo para no dejar que me colgara de el, y cuando empezaba a sentir que yo correspondía el beso mas ansiosa y el me separaba. "Pórtate bien, Lily", era lo que siempre me repetía, con esa sonrisa de lado burlándose del rubor de mis mejillas, que hasta ahora comprendía era todo un estimulo para el.

-Lily, eres hermosa-Me dijo, con ese delicioso aliento dentro de mi boca-. Más hermosa de lo que siempre creí.

Mis mejillas se encendieron. De poder hacerlo, lo hubiera golpeado por hacerme sentir aun mas avergonzada. ¿Por qué tenia que decirme eso precisamente después de haber hecho el amor? Sonaba tanto a aquellos libros de romance que mi madre leía y siempre me burle por el exceso de palabras embarazosas. Pero saliendo de los labios de James, no sonaba a una novela romántica. Pero no me podía creer que en verdad me lo estuviera diciendo. Yo no era hermosa, jamás me considere así. El se rió de mi rostro enrojecido y acaricio mis mejillas con el pulgar de su dedo. De ser otro el momento, me hubiera dicho que para sus ojos, yo era lo mas hermoso y maravilloso del mundo. El constantemente solía regañarme porque decía que tenía una forma exagerada e inusual de verlo, pero su atracción por mi era aun más exagerada. Era ridícula.

-Eres tan frágil-Acaricio con la yema de sus dedos mi cuello. Surcando mis hombros desnudos hasta llegar más abajo. Nunca dejo de acariciar. Jamás me aparto la vista de los ojos-.Tenia tanto miedo, de lastimarte…de romperte.

-Pero no paso. Yo sabia que no ibas a hacerme daño, James. Aunque ahora, ya no tendrás de que preocuparte-saque mi mano de la sabana y acaricie su cabello negro y rebelde. Su rostro se puso serio.

-¿Sabes lo que viene ahora verdad? Hemos cumplido los dos las partes del contrato y es hora del porque.

Se rió. El me había propuesto matrimonio y tras discusiones largas e increíbles persuasiones había aceptado, pero con mi condición. Que hiciéramos el amor cuando yo aun seguía siendo frágil. Estaba pidiendo a prueba el límite de James. Esa platica la tuvimos en los primeros días de nuestra relación. Su antinatural fuerza podía atravesarme el cráneo con solo no medir ni un poco su fuerza, como el bien supo explicarme. Pero yo quería que esta Lily Evans, la frágil y débil, experimentara esa sensación. Al final, el acepto…con todo el dolor y miedo que le causaba. Pero ahora, que estábamos cuerpo a cuerpo en esa cama, el se sentía inmensamente feliz, tanto como yo. Aunque creo que yo lo estoy más.

-Si, lo se. Hazlo de una vez-Conteste a su pregunta.

-No te haré daño. Te lo prometo.

¿Cuántas veces ya me lo había dicho esa noche, ó mas bien, desde que nos conocimos? Había aprendido que todas esas veces, no me las decía a mi…si no a el. Para convencerse a si mismo de que nada malo pasaría.

-Lo se-Aun así le respondía-. Hazlo...no tengo miedo.

-Eso me queda claro, creo que es lo que me pone mas nervioso, Lily. Tú y tu falta de sentido al miedo.

-James, calla y hazlo de una vez. Por favor.

Mi voz sonó suplicante. ¡Rayos! Yo estaba impaciente. Quería que esto acabara. Sentía que cada segundo era envejecer, y el seguía tan joven. Tanto como cuando nos conocimos. El me vio serio. El dorado suave de esa noche se mezclo con algún tinte rojo.

-De acuerdo.

El rostro suave se iba transformando a uno más salvaje. Los colmillos, perfectos y aperlados brillaron como el filo de una navaja. Salio un sonido gutural del pecho de James. Eso solo me indico que estaba listo. Cerré los ojos y puse de lado mi rostro, dejando libre la curvatura de mi cuello. Sentí el frió de sus labios primero, rozando mi garganta con una delicadeza salvaje. Pegue un pequeño grito cuando los colmillos atravesaron mi piel y succionaban la sangre de la yugular. Sentí…nada. Y al mismo tiempo todo.

El vampiro había mordido a la humana para llevársela a una noche eterna.


Xau Xau.

MuFFiNs&KiSSeS.