Disclaimer: Los personajes de D-Gray Man no me pertenecen, son propiedad de Katsura Hoshino. Todos aquellos que no conozcan son de mi propiedad. Esto es sólo por diversión y no lucro de ninguna manera con esto.
Prólogo
¿Cuándo fue la última vez que vi el Sol? Siempre me repetía esa misma pregunta en voz baja al observar los tejados de las casas a la distancia.
Todos los días al amanecer tenía la costumbre de salir del templo y me sentaba en las pequeñas escaleras que estaban ubicadas a la salida para contemplar las bellas estructuras arquitectónicas que tenían las minkas en Shirakawa. Quizás suene como un pasatiempo aburrido pero el observar es una de las pocas libertades que se me otorgaba.
No recuerdo que día es hoy ni qué mes es, estoy totalmente aislada de conocimientos tan básicos sobre una vida normal. De lo que sí estoy segura, es que aun estamos en invierno gracias a la nieve que se estaba acumulando sobre los tejados de las casas.
¿Cómo fue que llegue a estar en esta situación? ¿Cómo fue que nuestras vidas se apartaron tanto de una realidad ordinaria?
Desde niña juntaba mis manos en oración y las comparaba con la forma de las minkas y de alguna forma se me hacía divertido e irónico, cosa que ya no me causa la misma impresión. Posteriormente realizaba mis elongaciones básicas y meditaciones para poder tener completo autocontrol y limpieza en mis rutinas de la danza que tanto amaba practicar y dar a conocer a las personas desdichadas de la Villa, Nihon Buyo.
Nihon Buyo es una danza con movimientos lentos y contenidos, mi padre fue el que me enseñó este baile que se heredó de generación en generación en mí familia. Es bastante estricto conmigo, me exigía una limpieza extrema en cada movimiento y expresión al ritmo de la nagauta. Mi vida entera a girado en torno a esta herencia y responsabilidad que ha sido puesta en mis manos como un lazo irrompible.
Hoy es un día muy especial, no hace mucho que cumplí 18 años de edad, por lo tanto será mi primera danza frente a una audiencia no tan grande desde que tengo 18, mi madre fue la que me dio esta maravillosa noticia con una sonrisa en su rostro. Aunque no supe cuando los cumplí y si bien no se hizo ningún tipo de ritual a mi nombre, estaba consiente que cumplí la mayoría de edad y eso era suficiente para mí.
Al acercarse el anochecer el frío de la temporada recorría cada parte de mi cuerpo junto con una gran ansiedad mezclada con mis nervios, sabía que era hora de prepararme para entrar a escena y hacer lo que más amaba.
Yo recurría habitualmente a las manos de mi madre, Hiroko Daishi, para que me ayudara a colocarme mi kimono y por supuesto, a ayudarme con mi peinado. Aunque ya soy oficialmente toda una mujer, el peinado para aplicar mi danza era lo más difícil de hacer y mi madre siempre era de gran ayuda en estos tipos de situaciones.
—Aún recuerdo cuando eras solo una niña y siempre te enredabas el cabello con los palillos—me dice mi madre mientras peinaba mi lacio y largo cabello, es tan negro como una noche de invierno.
—Eso es porque siempre he tenido el cabello muy largo, madre—le respondí con una sonrisa llena de nostalgia. Ella, mientras tanto, batallaba con mi cabello y me daba leves tirones para desenredarlo.
Desde que tengo memoria nunca han pasado navaja sobre mi cabello, se podría decir que es el gran tesoro de mi madre y nunca permitió que me lo cortara. No es como si me molestara tenerlo de esta manera pero para peinarme es realmente tedioso. Por ello usualmente cuando camino por el templo lo llevo totalmente suelto y eso provoca que se enrede mucho más que cuando está amarrado.
—Estas lista, Tsumi—dijo mi madre al terminar de colocar los palillos que sostenían increíblemente todo mi cabello con una ubicación correcta y firme.
—Gracias mamá—sonreí y me levanté de la silla en la cual me había posado para que mi madre me peinara.
Me encontraba solo a minutos de mi aparición en el escenario que mi padre anexó con mucho esfuerzo en este templo. Aún recuerdo que este lugar no era así, comencé a meditar eso mientras me delineaba los ojos con un fuerte color rojo y pintaba mis labios del mismo tono.
Este Templo ha sido heredado por generaciones a los primogénitos de mi familia y era un lugar con propósitos religiosos, por lo tanto eran muy recurrentes las visitas de personas llenas de desesperanza en busca de respuestas a plegarias que nunca fueron oídas.
Cada día puedo escuchar lamentos y el olor a muerte llega a mí con el viento, como si me diera una gran advertencia. No era nada nuevo para mí, se había convertido en una rutina más. Desde hace unos años Japón ha sido casi totalmente poblado por un gran porcentaje de extraños demonios que nunca antes había visto.
Muchas veces me pregunto cómo es que esas criaturas no pueden entrar a la villa donde vivo, lo único que he visto es como rodean el lugar por los aires, como vigilantes a todo lo que pasaba aquí. Sin embargo, un día al anochecer pude escuchar una conversación entre mis padres en donde con gran preocupación discutían en un tono de voz casi inaudible el hecho probable de que estos seres se camuflaban entre nosotros. Realmente no se que significaba aquello puesto que, a mi parecer, su deformidad y extravagancia no podría ser disimulada por ningún motivo. Mi mente divagó de muchas maneras para encontrarle sentido pero no había manera de que algo como eso pasara.
Este templo dejó de ser frecuentado por los habitantes de la villa a causa de esos monstruos, tenían mucho miedo de esos seres y poco a poco este templo fue perdiendo vida hasta convertirse en lo que hoy era. Es por ello, que ahora es usado como un distractor para la gente desde hace unos años atrás. Si yo puedo ser capaz de entregar alegría y un poco de esperanza a estas personas con mi danza entonces eso es suficiente para mí.
Con paso firme, pero a la vez delicado, me acerqué al escenario sosteniendo mi abanico, siempre con la precaución de no tropezar con mi kimono. Volteé levemente para visualizar a las personas que habían venido y con un suspiro, que intente disimular, me puse en posición frente a la audiencia para comenzar mi danza.
Cuando la nagauta comenzó a resonar en toda la habitación, yo comencé a mover mi cuerpo levemente de un lado a otro. Sentía como si mi mente estuviera en un lugar totalmente diferente en el que estaba, esto me llenaba de paz y la serenidad podía notarse en mi expresión facial.
Movía mis brazos con firmeza y daba leves golpes con el abanico sobre uno de ellos. Estiraba mi brazo con el que lo sujetaba hacia el lado derecho y caminaba hacia este como si mis ojos quisieran alcanzarle. No lograba mirar directamente a la pequeña multitud que me estaba observando pero de alguna forma la paz que sentía comenzaba a desaparecer debido a unos murmullos que lograba percibir.
Retrocedí hacia la izquierda y al abrir el abanico lo coloque en alto apuntando hacia el suelo y luego lo comencé a mover de una mano a otra con suavidad al ritmo de la melodía que me acompañaba.
De pronto un gran estrépito recorrió mi cuerpo por un momento, me hizo mirar rápidamente hacia el público el cual estaba siendo acorralado contra las paredes por unas sombras totalmente deformadas que de pronto se hicieron solidas. Sin saber que estaba ocurriendo intente mantener mi compostura y controlar mi mente pensando que lo que ocurría no podría ser algo real, pero al intentar continuar con mi rutina los gritos de agonía aumentaron de una forma desgarradora. Cuando comencé a darme cuenta de que lo que estaba delante de mis ojos era real ya era demasiado tarde. La muerte había llegado.
Hola a todos! Mi nombre es Tsumoishi, esta es mi primera vez escribiendo un fanfic, antes de esto solo me dedicaba al dibujo tradicional y digital.
Espero les guste esta historia que iré relatando poco a poco sobre mi OC ,para el Anime D Gray Man, Tsumi Ashida Daishi. Acepto criticas constructivas, por favor ahorrence los malos comentarios/ofensas, solo lo hago por diversión y amor a mis creaciones igual que ustedes.
