¡Hola! Sé que esta no es la clase de historias a las que os tengo acostumbrados. Y sé también que he pasado más de dos años sin postear nada. Os pido disculpas, para quien sea que me lea. Pero ahora os traigo algo diferente. Algo que realmente me hace mucha ilusión y que no solo está escrito por mi. Se trata de un rol. Un rol escrito entre mi mejor amiga y yo basado en un universo alternativo, una especie de crossover entre Sobrenatural y Crónicas Vampíricas.

Sus protagonistas son Dean Winchester y un personaje original ambientado en la serie de Julie Plec: una vampira rubia que según avance la historia, seréis testigos de como trastoca y da un giro de ciento ochenta grados a la vida del cazador, Autumn. Sé que el capítulo es largo, y os explico por qué. Está dividido en secciones. Es decir, las diferentes escenas se detallan y retratan desde el punto de vista de uno y otro protagonista. No os aburro más y os dejo con el primer capítulo de este fanfic que SÍ prometo continuar.

Podeis dejar una review contándome qué os parece. Se agradece cualquier tipo de comentario constructivo. Muchas gracias :)

El personaje de Dean Winchester pertenece a la cadena televisiva "The CW Network" y a los creadores.

Pero la historia es original y totalmente inventada por nosotras, aunque tomando referencias e ideas de ambas series de televisión - AutumnVBlonde y Dean_Winches_


EL HILO ROJO

"Oh, her eyes, her eyes
Make the stars look like they're not shining
Her hair, her hair
Falls perfectly without her trying
She's so beautiful..."

1

"Cómo desplumar a unos idiotas..."

Dean:

Dean viajaba solo en su Chevrolet Impala, dedicándose como él decía "a seguir el negocio familiar". Que, básicamente, consistía en cazar seres sobrenaturales e intentar que este mundo fuera algo más seguro para la gente que no conoce la existencia de "ciertos seres". La última caza se había basado en un fantasma vengativo que se dedicaba a manipular a mujeres que habían sido engañadas por sus parejas para conseguir así matar a su marido.

Echaba de menos a Sam, su hermano. Sobre todo porque él era el inteligente de los dos y el que se dedicaba a la investigación, mientras que Dean prefería más la acción en sí. El cara a cara con ese ser no había sido complicado del todo, solo hubo de conseguir el diario de esa joven y quemarlo con sal. No había podido salvar a la última familia que había sido acosada por este espíritu. Por lo que decidió que, a la vez que celebraba haber parado a ese espíritu, ahogaría las penas por no haber podido salvarlos a todos. Y así se encontraba, en un antro de mala muerte con una sonrisa en la cara de "todo va bien" cuando en realidad no era así. Con una bandeja de nachos y una buena hamburguesa acompañado de una cerveza bien fría.

Autumn:

Cuando tienes toda la eternidad por delante no te dicen lo que implica "toda la eternidad". Y es que de primeras suena prometedor. Pero cuando llevas más de ochocientos años sobre la tierra, o incluso más, tantos que has perdido la cuenta, comienzas a ser verdaderamente consciente de lo que implica ese concepto. Y por ese entonces, Autumn pensaba que estaba desperdiciando su inmortalidad. Sí. Había viajado. Había visto muchas cosas, había sido testigo de varios hechos importantes pero actualmente... Se aburría. Soberanamente. Así que por dar algo más de alegría a su aburrida semana, dejémoslo ahí, decidió aparcar su coche en medio de un pueblo cualquiera y caminar hasta dar con algún lugar que llamase su atención. Y al final, ocurrió... Un antro de mala muerte, a juzgar por lo que se veía desde fuera, donde ponían música rock y se oían más las jarras rotas que el propio volumen de la música, apareció ante sus ojos. Seguro que entrar allí seria un experimento más que interesante. Así que caminó hasta la puerta y entró con pasos firmes y seguros hasta acomodarse en la barra pidiendo un botellín de cerveza.

Dean:

Se encontraba ensimismado en esa maravillosa hamburguesa que tenía ante él cuando escuchó como una joven se sentaba a su lado y pedía una cerveza. Dirigió una mirada de reojo, con la boca llena tras haberle asestado un buen bocado a la hamburguesa, hacia ella y una vez hubo tragado, dio un trago a su cerveza sin perder de vista a la joven rubia Mientras que con una servilleta se limpió la comisura de sus labios así como también sus manos. Se pasó la mano por el pelo para repeinarlo, como solía hacer, mirando al espejo que tenía enfrente, donde había algunas botellas y unas fotos de los jugadores locales. Ladeó la cabeza y la miró directamente con una media sonrisa y una ceja alzada. Se frotó un momento las manos preparándose para comenzar su "cortejo"

-¿Cómo una señorita como tú está en un lugar como éste? - preguntó mirando a su alrededor, extendiendo las manos ligeramente tratando de abarcar el concepto de aquel establecimiento. Y, a su vez, le dedicó una de sus sonrisas encantadoras. De esas que llamaban la atención entre las féminas y en especial, o eso esperaba, de ella. Y se mantuvo a la espera de que, como en otras ocasiones, surtiese el efecto que deseaba.

Autumn:

Tamborileaba sus dedos contra el vidrio de la botella una vez se la pusieron delante, deleitándose con el suave tintineo que causan sus uñas sobre la superficie.

Su mirada estaba fija en las fotos que había frente a ella, justo entre las botellas de alcohol y la caja registradora. Pasó su mirada entre las fotos hasta dar con el estandarte del equipo de fútbol local y alzó ligeramente las cejas antes de dar un trago a su botellín. Fue en ese momento cuando sintió que el tipo sentado a su lado se había girado hacia ella y le estaba hablando. Así que dejó su botellín sobre el posa vasos que ella misma se había encargado de coger, de una pila que nadie más parecía usar en aquel lugar, y se ladeó ligeramente hacia él.

"Menuda frase para empezar a ligar", pensó.

Pero lo pasó por alto ya que el tío era guapo. Se encogió ligeramente de hombros.

-No tenía ningún sitio mejor al que ir. Me gustan las emociones fuertes, ya ves...- dijo, esbozando una sonrisa en sus labios e iluminando su mirada ligeramente- ¿Y tú? ¿Vienes por el ambiente?- preguntó haciendo un suave movimiento con su cabeza señalando a unos tipos jugando al billar que realmente estaban montando un gran escándalo.

Dean:

Alzó las cejas ante la primera respuesta de ella sin borrar esa media sonrisa suya tan característica que le daba ese toque de tontorrón y chulo a la vez. Pensó brevemente una buena respuesta que darle, ya que si por algo se caracterizaba Dean Winchester era por esa confianza suya que le hacía pensar que cualquier mujer a la que le entrase acabaría entre sus brazos, o mejor dicho entre las sabanas del motel en el que se hospedase. Una confianza en si mismo que le caracterizaba bastante bien. Tras unos segundo de espera, los cuales dedicó a analizar bien a la joven que estaba a su lado, en dejar que sus ojos verdes se clavasen en los de ella y descendiesen hasta sus labios, esos labios carnosos que tan apetecibles le parecían al cazador... Para finalmente volver a ascender.

-Una chica de emociones. ¡Vaya! Eres de las mías -dijo algo socarrón con un pequeño movimiento de cabeza y un guiño – En mi defensa diré… que la comida de aquí es bastante buena – señaló la bandeja que había frente a él con los restos de la hamburguesa y algunos nachos que habían sobrevivido- Dean Winchester... Es un placer... -dijo jovialmente extendiendo su mano hacia ella, que se presentó como "Autumn". Sin más. Ningún apellido.

Y, como si lo siguiente que fuese a decir fuese un secreto entre ambos, dijo.

-¿Quieres ver algo realmente divertido? – preguntó y se inclinó hacia ella observando a los jóvenes que no hacían otra cosa que vociferar y levantar dolor de cabeza al resto de personas que estaban con ellos.

Dio un último sorbo a su cerveza, acabando con el contenido del botellín y pidiendo una nueva.

-Rony, una de estas – le señalo levantando el botellín ya vacío en la mano.

El camarero que parecía que le conocía de otras veces, le trajo una y en una mezcla de diversión y preocupación mientras ponía la cerveza frente a él, dijo algo como:

-No quiero problemas –

A lo que Dean, mostrando una expresión en su rostro más segura de lo que en realidad estaba, respondió.

-No te preocupes , nada de problemas –

Dando unas pequeñas palmadas sobre la barra del bar y con gran entusiasmo, volvió a dirigirse a Autumn.

-Observa cómo desplumar a unos idiotas –

Y con las mismas, se levantó e inició ese ya recurrente truco suyo para conseguir algo de dinero rápido. Se acercó hasta el billar contoneándose como sólo una persona borracha lo haría y poniendo esa voz pastosa tan característica de la gente ebria, se dirigió a los jóvenes.

-¿Jugamos al billar o qué?

Los seis o siete chavales que estaban allí se miraron entre ellos y comenzaron con las burlas y las risas. Hasta que el que parecía que llevaba la voz cantante, habló primero –Amigo, creo que no estás en condiciones para jugar... Anda, deja de hacer el ridículo y lárgate de aquí – dijo el que parecía el cabecilla con una voz de gallito que, a percepción de Dean, no pegaba realmente con él, y el resto de sus colegas comenzaron a reírse siguiéndole la broma y comentando la jugada.

Dean, sabiendo que terminaría por lograr lo que quería, volvió a dirigirse a ellos sin no antes, sacar un pequeño fajo de dólares y poniéndolo sobre el borde de la mesa de billar y sin cambiar su tono de voz, les pinchó.

-Venga, ¿tenéis miedo de que os deje sin blanca?-

¡BINGO! Una frase muy recurrida pero que podría con cualquier gallito, y que dio el resultado esperado. El juego comenzó, y se dejó ganar las dos primeras partidas pero en la tercera se jugó todo el dinero. Y el tipo aquel, con toda la seguridad de que volvería a ganar, volvió a picar en el truco de Dean.

Pero esa partida era la de Dean y, tal y cómo cabría esperar, se llevó todo el dinero.

Autumn:

Ladeó una sonrisa divertida cuando le vio tambalearse como si de un borracho más se tratara mientras se acercaba a la mesa de billar. La vampira se giró totalmente en su taburete y sostuvo el botellín de cerveza en sus manos mientras observaba comenzar el espectáculo. Fue testigo de cómo Dean picaba a esos idiotas que caían directos en su juego. Por que sí, Autumn había vivido lo bastante y era lo suficientemente lista como para saber que estaba sobre actuando para timarlos. Un truco más que divertido. Y del que ella disfrutaba en primera fila. Esperó pacientemente por la primera partida en que Dean perdió. A posta, por supuesto. Ella sacudió la cabeza con una sonrisa divertida, pero impaciente por ver como continuaría el juego al que estaba jugando el hombre, y no era precisamente al billar. En la segunda partida, Dean volvió a caer y Autumn contuvo una sonrisa antes de morderse el labio inferior. Acabó su botellín de cerveza y pidió otro, que le fue repuesto inmediatamente. Y fue entonces cuando llegó el momento estrella. Dean se jugaba todo su dinero. Ese enorme fajo de billetes atados con una goma que había dejado en uno de los extremos de la mesa. Los muy idiotas ya tan confiados picaron completamente y se jugaron una cantidad de dinero que no se jugarían si supieran lo que él estaba a punto de hacerles. Y como era de esperar... Dean ganó la partida en medio de sus narices. Y la vampira liberó una especia de risa en voz baja, risa que compartió con el tal Rony.

-Siempre está igual... Me dejará sin clientela- dijo Rony, el camarero, con una sonrisa divertida mientras sacudía la cabeza y, acto seguido, volvía a sus quehaceres.

Autumn dio un trago a su botellin y decidió que era su momento. Aprovechó la tensión entre todos ellos y se acercó con paso seguro hasta ellos.

-Muy bien jugado, guapo...- dijo posando una mano en el hombro de un afanoso Dean que, ahora hacia cuenta de sus ganancias. Dejó el botellín sobre la madera de la mesa y le hizo una seña a uno de esos tíos para que colocase correctamente las bolas en el centro de la mesa- ...pero creo que voy a enseñarte cómo se hace.

Cogió uno de los tacos y se colocó entre Dean y la mesa antes de inclinarse de una manera más que descarada, dejando que su trasero rozase la entrepierna del cazador y sin ponerle remedio. Colocó el taco en posición y de un toque certero a la bola blanca, y empleando su precisión vampírica, logró golpear esta haciendo que golpease las demás provocando que no solo una sino dos, tres y cuatro de las bolas lisas entrasen en sus respectivos agujeros.

-Ha sido fácil...- dijo pasándole el taco a Dean ante la mirada atónita de los otros idiotas. Le guiñó un ojo al guapo cazador de ojos verdes que, había dejado de contar su dinero y ahora la miraba algo boquiabierto. Tras su actuación, la rubia cogió su botellín para dar un trago a la cerveza, expectante.

Dean:

Levantó levemente la mirada del fajo de dinero que tenia entre las manos, y el que estaba contando con una más que divertida sonrisa, cuando notó la mano de Autumn sobre su hombro, Su mirada penetró la contraria, ante la idea de poder jugar contra ella y ya de paso hacer alguno de sus trucos de flirteo. Por lo que, con un pequeño movimiento de cabeza afirmando así, le dijo:

-Adelante, cielo

En un principio pensaba dejarse ganar por ella con tal de mantenerla contenta y no perder esa oportunidad de oro de poder pasar una buena noche acompañado en el hostal. Lo que no se imaginaba nuestro amigo Dean era que esa mujer no era una mujer normal, ni mucho menos, y que su experiencia con el billar superaba con creces la suya, por muchas veces que hubiese jugado en su vida, y que no haría falta que se dejase ganar para que esa preciosa mujer se llevase de calle aquella partida.

Su expresión cambió por completo cuando el trasero de la joven rozó su entrepierna y, sorprendido por esa acción no pudo evitar abrir los ojos de par en par y soltar un apenas audible "ups".

Una sonrisa picarona se apoderó de su rostro con ganas de divertirse más con el juego que ambos parecían haber iniciado que con el del billar.

Cuando Autumn terminó su jugada y le pasó el taco, él respondió:

-También lo suelo llamar suerte, cielo- cogió el taco y respondió al guiño de ella. Aprovechando su cercanía se inclinó sobre la mujer, quedando a escasos milímetros de su rostro, y con la mano libre cogió la cerveza que estaba apoyada en la mesa. Se la acercó a los labios para darle un trago sin apartar su mirada de la contraria. Volvió a dejar la cerveza donde estaba y pasó su lengua por sus labios.

Colocó su mano libre en la cintura de ella cuando se dirigía a la mesa para poder jugar y, de manera premeditada, se acercó un poco a ella para susurrarle.

-Observa a un profesional, preciosa – Un tono socarrón, a conciencia para remarcar lo seguro que estaba de aquella partida. Dicho eso, se colocó en posición y cuando la corona del taco ya estaba también situada en el lugar perfecto para efectuar un golpe limpio, él levantó su mirada en busca de la de ella, para regalarle una sonrisa justo cuando golpeó la bola sin mirar haciendo que su jugada empatase con la de Autumn.

Autumn:

Al parecer, el cazador no iba a echarse atrás y, en vez de aplaudirle y reírle la gracia como hubieran hecho muchos otros, prefirió entrar en el juego y competir con ella por ver quien era mejor sobre el tapete de la mesa de billar. Ladeó una sonrisa cuando la mano del cazador se posó sobre su cintura y le dejó paso para que pudiera acomodarse contra la mesa. Le observó colocarse en posición, una posición perfecta desde luego. No esperaba menos después de haber visto como había desplumado a esa pandilla de gilipollas que ahora observaban atónitos la extraña partida que comenzaba a disputarse entre ambos. Observó al cazador con curiosidad, ladeando ligeramente su cabeza mirando la posición de la bola blanca a la que él iba a golpear como decía el reglamento del juego. La verdad era que, tras la tirada de la vampira, aquella era una tirada muy difícil ya que todas las bolas rayadas, siendo estas las que por norma le tocaban a él si Autumn había elegido las lisas, estaban dispersas. Así que ella se hallaba preguntándose si, efectivamente el cazador lograría llevar a cabo una hazaña parecida. Su atención se desvió hacia la de Dean que había ladeado la cabeza hacia ella, y justo en el mismo instante, golpeó la bola blanca, efectivamente, logrando que, cuatro de las bolas que a él le correspondían, se colasen en sus respectivos agujeros sobre el tapete.

Ahora se disputaban dos bolas cada uno, si ninguno colaba la bola negra, claro, dándole así el titulo de ganador al otro. Arrugó un momento la nariz y de una manera sutil se colocó frente a él, situada entre la mesa y el cuerpo del hombre, y por un momento se planteó cómo sería hacérselo con él sobre esa mesa de billar. Pero descartó esa idea, ya que le distraía del juego. Así que, cogió el taco de manos del cazador y girándose hacia la mesa situó la bola blanca evaluando sus opciones. Debía conseguir un zigzag perfecto para evadir la bola negra y poder colar al menos una de las dos. Así que, haciendo gala de su gran precisión vampírica, golpeó la bola blanca, que golpeó la bola número dos de color azul y a su vez, esta golpeó la bola número cuatro, de color verde que, cayó en uno de los agujeros. Una bola menos. La blanca, la negra, el dos y las dos bolas rayadas de Dean coronaban el tapete.

-Esto está muy reñido, señor Winchester- sonrió socarrona cediéndole la vara de madera y sin olvidar un ligero roce contra la mano del cazador. Un roce claramente a posta y deliberado.

Dean:

La cercanía y el hecho de que esa joven estuviese entre su cuerpo y la mesa de billar le hacía plantearse ciertas ideas algo pervertidas, lo que provocó que su mirada se iluminase, y la tonalidad ya verdosa de los ojos del cazador tomase un verde algo más claro. Una sonrisa divertida a juego con esa mirada suya, se asomó en sus labios.
Se apartó unos pasos para dejarle espacio y pudiese ejecutar su tirada sin inconveniente. Y así, de paso poder también echarle un buen repaso al cuerpo de ella, ver como se estiraba sobre la mesa y observar el largo de sus piernas, la firmeza de sus muslos... Sacudió rápidamente la cabeza para sacar todas esas ideas de ella y poder centrase.

Parecía que era su noche y que la suerte le acompañaba. ¿Qué más podía pedir? Había conseguido terminar un trabajo con éxito apañándoselas sin su hermano, había gozado de una cena estupenda y el destino le ponía delante a una bella joven con quien poder compartir una partida a uno de sus juegos preferidos. Sin olvidarnos que antes de esa partida, había timado a una panda de estúpidos llevándose consigo su dinero. Vamos, que esa noche para él era redonda y si conseguía que ella terminase en su cama, sería ponerle la guinda al pastel.
Pero no adelantemos acontecimientos y centrémonos en ese momento.

De nuevo era su turno y la duda de qué hacer en ese momento era acuciante:

Si dejarla ganar o intentar que esa tirada acabase con la partida.

Dean, con esa seguridad suya de conocer a las mujeres a la perfección y de entender lo que siempre deseaban (aunque no fuese así), le dedicó una media sonrisa y con un toque de diversión en su tono de voz, habló

-Sí, parece que esto está bastante reñido... -

Ladeó ligeramente la cabeza cuando cogió el taco y notó los dedos de ella rozar las suyos. Su mirada pasó fugazmente de los ojos contrarios al taco y de nuevo a los de ella. Tragó saliva para así poder conseguir retomar de nuevo el habla, con la diferencia de que su tonalidad era algo más ronca que antes.

- Debo reconocer que eres la única persona que ha sido capaz de igualarme jugando... Tienes todos mis respetos gane quien gane... - dicho lo cual rodeó la mesa en dirección a la bola blanca sin no antes, claro está, coger la cerveza y darle un buen trago. Rodó el taco entre sus manos cuando ya estaba en posición y ladeó la cabeza de un lado a otro haciendo crujir su cuello, sacudió los hombros y al fin se inclinó sobre la mesa. Como ya había planeado de antemano, metió una de las bolas que golpeó a la negra, que se internó en el agujero paralelo, haciendo así que la partida fuese para ella. Fingió que la jugada no había salido como esperaba, soltando una maldición en voz alta.

-Has ganado...

Autumn:

Le concedió todo el espacio que necesitaba, apartándose unos pasos de la mesa, para así observar esta por completo y poder visualizar mejor la jugada que estuviese a punto de realizar. Cogió su botellín de cerveza y jugueteó con este entre sus dedos antes de darle un trago lento, concentrada en una actividad contemplativa con respecto a la mesa y al hombre. Le vio crujirse el cuello y sacudir los hombros como si de aquella acción dependiera su vida y necesitase por ello toda la concentración y tranquilidad del mundo. Y la vampira, una vez que volvió a dejar su botellín sobre una de esas mesas altas, esbozó una sonrisa divertida y rodó sus ojos ante el mero espectáculo que era el propio cazador. La verdad era que ella sabía quién era él. No había muchos "Winchester" y, ella había tenido tiempo para estudiarlos a los tres. Al fallecido John Winchester, al que conociera años atrás y al que había ayudado en más de un caso cuando sus hijos no eran más que unos niños, a Sam y al propio Dean. Jamás se olvidaría de John Winchester y del día en que parecieron firmar una tregua entre los dos...

Y, aunque se lo estaba pasando realmente bien con Dean, sabía que más tarde o más temprano, y en cuanto supiese quien era ella (o más bien qué), la mataría. O al menos lo intentaría. Observó la jugada de Dean y no pudo evitar rodar los ojos de nuevo. Pues la vampira sabía con completa exactitud que se había dejado vencer. Había perdido completa y deliberadamente. ¿Con qué propósito? Estaba claro. Pero ella se hizo la sueca.

-Vaya... menos mal que no nos hemos apostado nada...-dijo, dedicándole una sonrisa mientras se acercaba a él y extendía su mano de manera completamente deportiva.

-Bien jugado, aún así. Eres un rival excelente.- y se acercó casi a su oído para decir- Aunque te hayas dejado ganar...- y con las mismas, se separó de él enseñándole la mejor de sus sonrisas.

Dean:

Dean había perdido esa partida con el único propósito de ganar algo mas importante, o lo que el consideraba que tenía mayor valor: Una noche acompañado por esa joven que hacia apenas una hora había conocido en ese local y que, desde el primer momento en que sus ojos verdes se fijaron en ella, había despertado su propósito de terminar aquella noche entre sus piernas. No era nada caballeroso, eso era algo que se sabía de el, si se le conocía bien. Amaba a las mujeres para un buen rato y hacia demasiado tiempo atrás, que descartó el hecho de tener una vida normal y poder compartirla con una pareja. Eso era algo que no era para él, pero una noche de pasión no se lo podría negar nadie. A Autumn no se le había pasado por alto que Dean se había dejado ganar, y que esa jugada estaba más que planeada. Y a él tampoco le importaba ya que siempre tenia un as escondido bajo la manga (como se suele decir) y haría lo que fuese necesario para encandilarle y conseguir lo que deseaba. En cierto modo, él se consideraba el "don Juan de una noche".

Tras esa maldición y ese gesto de fastidio dejó el taco sobre la mesa con un desprecio fingido. En cuanto ella se acerco a él, sus labios se curvaron en una sonrisa y esas mínimas marcas que se dibujaban en el lateral del contorno de sus ojos aparecieron junto a esta.

-Menos mal... Si nos hubiésemos jugado algo, ahora seria yo el palurdo. Y no es mi intención perder mi fama de buen jugador...-

Respondió al ofrecimiento de su mano y con una pequeña inclinación de su cuerpo, como si de un caballero se tratase, estrechó la mano de la mujer con delicadeza. La cercanía de ella al decirle aquello tan cerca de su oído, provocó un reacción automática en su cuerpo y sin percatarse de ello, mordió su propio labio inferior y puso los ojos en blanco. Mas en cuanto vio cómo ella se separaba de él, reaccionó de inmediato para atrapar con una de sus manos la de ella y volver a pegarla a él. Mientras, con la otra bien colocada en el final de la espalda femenina la aprisionó contra su cuerpo. Inclinó su cabeza para estar más cerca de ella, descendiendo con su mirada desde la contraria hasta sus labios, pareciendo sus rasgos perfectos, una pequeña obra de arte. Sus labios carnosos parecían haber sido creados para ser besados. Y esa idea solo consiguió que sus ganas de tenerla entre sus brazos creciesen aún más. Por lo que cerró un momento los ojos y respiró hondo, volviendo en unos pocos segundos a abrirlos y dejar que sus pupilas se clavasen en las contrarias, correspondiendo a la encantadora sonrisa de ella.

Carraspeó un momento antes de hablar

-Quizás sea así... O simplemente es culpa tuya que me haya descentrado y la jugada no haya salido como yo quería... De todas formas, ¿tienes aguante bebiendo?- preguntó travieso -Porque en ese campo no hay quién me gane, preciosa.

Autumn:

Se dejó atraer por él y en medio de ese tirón en su brazo y la manera en que fue aprisionada contra el cuerpo del cazador, posó sus manos contra el pecho de él alzando la mirada hacia esos ojos verdes que inmediatamente le hicieron esbozar una sonrisa. Pero no una sonrisa socarrona de cuando sabe que va ganando en algún juego de azar, o una sonrisa seductora de esas que se lanzan cuando una quiere encandilar a algún memo... No. Qué va. Era una de esas sonrisas reales. Reales de verdad. Una que solo había sido vista por Jinx hacía mucho tiempo.

Se sentía extrañamente cómoda con él. ¿Era raro aquello? Puede. Pero Autumn no se separó. Es más... Arqueó su espalda ligeramente, pegando su pecho contra el cuerpo de él.

-Oh...- dijo, alzando ligeramente sus cejas- Aunque es un halago maravilloso, he de admitir... Creo que no es eso lo que ha sucedido. Aunque si te hace más feliz pensar eso... - se encogió de hombros- Allá tú-

Tras eso volvió a dedicarle una de sus sonrisas, esta vez, algo más controlada y no tan sincera, ya que había sido consciente de su desliz anterior... Pero cuando él propuso echar unos tragos, la mujer miró de soslayo la barra del bar y luego a él con un brillo divertido en sus ojos. Eso sí que iba a ser entretenido.

-Pues... La verdad es que te sorprenderá descubrir cuánto aguante puedo llegar a tener...- dijo mientras asentía ligeramente- Acepto tu oferta...- aún manteniéndose todavía pegada al cuerpo de él.

Pero, para hacer aquello más interesante se separa lentamente del cazador y con un guiño pícaro, apartó las manos del pecho de él y terminó por girarse para caminar hacia la barra del bar, contoneándose sutil pero deliberadamente. Cuando llegó, pidió ya la primera ronda de chupitos de tequila, esperando por él.

-¿Vienes?- preguntó alzando las cejas cuando se giró de nuevo hacia Dean antes de dedicarle una sonrisilla y hacer un movimiento con la cabeza.

Dean:

Se consideraba el rey de las provocaciones, pero esa joven era una autentica reina de la seducción. Un par de guiños y unas sonrisas suyas casi provocaban que se le cayese la baba. Por suerte, sabia muy bien como disimularlo. Respondió a su guiño con una sonrisa más que divertida...

No se conocían pero él ya daba por ganado ese nuevo juego que ambos habían iniciado. Esperó en la posición en la que se encontraba para observar con detenimiento los movimientos de Autumn: el vaivén de sus caderas, de su trasero y sus largas piernas; junto a la melena rubia que caía en una perfecta cascada sobre la espalda de ella.

Se mordió el labio inferior de forma inconsciente a la par que su mano se alzaba para acariciar su barbilla y daba unos golpecitos con el dedo sobre esta. Estaba convencido de que la tenía en el bote y ¡menuda mujer se podría llevar con él aquella noche!

Con esa idea en la cabeza sonrió victorioso a la par que su brazo iniciaba un conocido movimiento de victoria. Cuando escuchó la voz femenina se irguió y, llevó esa misma mano a su pelo para despeinarlo de manera disimulada.

Le regaló una sonrisa inocente y con un asentimiento de cabeza respondió.

-Voy-

Dicho esto, comenzó a andar hasta donde estaba ella con la idea de demostrarle de qué pasta estaba hecho ese Winchester. Al llegar a la barra, tamborileó con las manos sobre el borde de la barra y se giró hacia ella recostándose sobre la superficie.

-Vamos a ver cuánto aguantas, preciosa... Espero no tener que llevarte en brazos hasta tu casa... Podría ser un psicópata en potencia...

Intentaba bromear, ser el chico simpático y gracioso, aunque no se le daba demasiado bien y por lo general metía más la pata que otra cosa. Su frase fue interrumpida por el camarero que, con una expresión divertida por el espectáculo que ambos habían dado, les servía un par de chupitos de tequila. Cuando fue a apartarse y a dejar la botella de licor en su correspondiente estante, Dean fue más hábil e, irguiéndose sobre la barra que separaba a ambos hombres, le arrebató de la mano la botella con una sonrisa y un guiño.

-Ya la cuido yo, no te preocupes...-

Sus últimas palabras fueron acompañadas de unas palmaditas en el hombro del camarero. Dean dejó la botella entre medias de Autumn y él y dejó unos billetes para pagar la botella. Acto seguido, posando sus iris verdes en los contrarios, cogió el vaso de chupito y, elevándolo como si brindase por ellos, lo llevó a sus labios para dar buena cuenta del líquido que contenía el vaso.

No dio tiempo a más y ya servia otra ronda.

- Autumn... ¿Qué me cuentas sobre ti? Aparte de que eres una gran jugadora al billar...

Autumn:

Se mordió el labio inferior con una expresión divertida en el rostro al ver cómo Dean se hacía con la botella. Y se permitió esos segundos en los que él interactuaba con el camarero para observarle con tranquilidad. La verdad era que aquel era un tipo guapo y se veía que tenía encanto para tratar con las personas. Se mantuvo en silencio mientras él volvía a acomodarse sobre la barra. Y para cuando este llevó una de sus manos al vaso de chupito, ella hizo lo propio para comenzar aquella competición que él tenía más que perdida. Por que cuando se trataba de beber, la vampira tenía la batalla ganada de antemano. Así que, se bebió el chupito a la vez que él y lo dejó en la mesa para que rellenase ambos vasos.

-Hmmm... Sobre mí...- dijo, con un tono de voz algo pensativo mientras ladeaba la cabeza y mira hacia un punto perdido en el fondo de la barra mientras pensaba una respuesta.

-No hay mucho que contar, a decir verdad... No tengo familia... Murieron hace ya mucho tiempo. Y tampoco tengo un hogar... Por eso me dedico a viajar de acá para allá. Me gusta conocer mundo...- dijo, encogiéndose de hombros- Soy una chica muy simple. Me gusta beber, jugar al billar, divertirme...- le guiñó un ojo, y cuando ambos chupitos estuvieron de nuevo llenos se llevó el suyo a los labios y se lo bebió de un trago notando la sensación del líquido por su garganta, aunque siendo vampiro, la sensación del alcohol en su organismo era más que distinta a la de un humano corriente. Lo metabolizaba y eliminaba mucho más deprisa que cualquier mortal.

-¿Y de ti...?- alzó las cejas dejando el chupito sobre la mesa- ¿Qué puedes contarme?- preguntó interesada, más de lo que había estado por alguien desde que conociera a Jinx hacía ya demasiado tiempo.

Dean:

La joven comenzó a contar algo de su historia, de los motivos que quizás les habían juntado en ese pequeño antro. Dos personas demasiado parecidas, más de lo que ambos hubiesen imaginado y a la vez eran, por así decirlo, enemigos. Pero que Autumn fuese un vampiro, uno de los seres que él cazaba, era un dato desconocido para Dean. Por lo que, durante el tiempo en el que Autumn estuvo hablando, él se mantuvo serio, apoyado sobre la barra con el antebrazo y el codo. Escuchando con atención y en algunos momentos claves, como cuando ella le guiñó el ojo, él respondía con una media sonrisa que era más un atisbo de sonrisa que una sonrisa en si. Y en el momento en el que ella bebía también él lo hacía, tampoco dejaba que sus vasos de chupito se mantuviesen vacíos más de un minuto. La historia que ella había contado le resultaba bastante conocida. Sí, a él le quedaba un hermano pero un hermano del que no sabía nada desde hacía tiempo, con quien ya no mantenía demasiado contacto y quizás por el momento estaba bien así, o simplemente se había acostumbrado a estar solo. Antes de responder y hacer una breve presentación de quién era, volvió a vaciar el chupito y a rellenarlo, le dio buena cuenta en el mismo momento. Se observo a si mismo en el espejo que ambos tenían en frente, al otro lado de la barra. Contempló al cazador que le devolvía la mirada, mientras pensaba en que podría contarle... ¿Quién eres para el mundo? ¿Un cazador sin méritos reconocidos?... Se respondió a si mismo primero: Un joven que seguía los pasos de un padre que falleció por él, por salvar su vida. Haciendo un pacto con el mismo demonio, al fin y al cabo era eso, un demonio. Un maldito demonio que fue el encargado de que su vida fuese la que era. Si no hubiese aparecido para verter su sangre sobre Sam o no hubiese matado a su madre... Ese fue el desencadenante de todo aquello, pero ya había pasado demasiado tiempo y ya se habían encargado de vengarse de él.

Y aún así seguía en activo, pateando a seres que no deberían existir. Y, ¿por qué? Una pregunta que aparecía en su mente muy a menudo. Y su respuesta era siempre la misma; el mundo necesitaba a hombres como él para que éste fuese un lugar mejor. Por lo que ese era el motivo que le había llevado hasta ese lugar. Donde estaba conociendo a Autumn y entonces una sonrisa sincera apareció en su rostro y se giró hacía ella.

-Me dedico al negocio familiar... Intento que todo lo que mi padre consiguió, antes de fallecer...- bebió un nuevo chupito (sirviendo en todo momento a Autumn cada vez que su vaso estaba vacío) - se mantenga... ¿Habías dicho que viajas? - cambió de golpe el tema de conversación ya que no podía contarle nada -... ahora tengo curiosidad por saber dónde has estado...

Unos chupitos más tarde y una conversación de la que Dean apenas ya era consciente, simplemente la realidad no concordaba con lo que él pensaba que pasaba, seguía pensando que se mantenía como el Don Juan que se consideraba, aunque en realidad ya apenas coordinaba y no se le entendía demasiado bien. E inclusive una de las veces se le cayó el liquido del chupito por encima. Cuando acabaron con la botella de tequila, Dean decidió que era el momento perfecto para invitar a Autumn a su hostal. Se levantó de la silla y tendió su mano a ella para indicarle si quería ir con él.

Autumn:

La vampira no podía evitar mirarle con curiosidad a medida que él hablaba. Parecía un tío interesante. Y, desde el punto de vista de Autumn, lo envolvía un aura de auténtico misterio. Misterio por el que la vampira se sentía atraída como las moscas a la miel. Hubiera sentido curiosidad acerca de ese "negocio familiar" al que él se refería de no haber conocido a John años atrás... Pero inmediatamente él cambió el tema de conversación y volvió a interesarse por la rubia. La mujer no pudo evitar ladear la cabeza con curiosidad y preguntarse acerca de por qué quería cambiar de tema tan rápidamente. Pero siendo como era ella, ya lo descubriría más adelante... Le gustaba la gente misteriosa... Le dotaba de una curiosidad extrema, y no había nada que le gustase más a Autumn que una aventura. Ya fuera la de huir de cazadores, o simplemente desentrañar el enmarañado halo de misterio de un tío guapo en un bar.

-¿Por donde he viajado...?- respondió antes de dar un trago al chupito, uno de los últimos, y quedarse pensativa durante unos segundos- Me he recorrido todo el país, creo yo...- dijo, riendo con suavidad. Una risa musical, muy típica en ella- Y hace algunos años viajaba por Europa...- se encogió de hombros- No me gusta estar quieta en el mismo sitio durante mucho tiempo... No me siento atada a ningún lugar en especial...

Pero no se supo cómo, Dean fue capaz de cargarse ese aura de misterio y casi casi la atracción que Autumn había comenzado a desarrollar por él, ya que en un momento dado y a medida que la botella de tequila se iba vaciando la coordinación de Dean había comenzado a fallarle y hasta se había derramado un chupito de tequila por encima, lo que, de una manera rara a Autumn le hizo reír agachando la cabeza y tapándose el rostro con una mano, antes de mirarle divertida. Una vez que la botella se terminó, Dean se bajó del taburete y se tambaleó ligeramente a lo que la mujer se bajó rápidamente y aceptó la mano que le tendía aparte de echarle un brazo por la cintura y pasarse el brazo de él por los hombros.

-Anda, vamos caballero andante...- rió suavemente mientras se despedía del camarero con un asentimiento de cabeza- Espero que recuerdes donde duermes...- dijo ella mientras salían del bar. Pero al parecer lo recordaba, así que no había problema y no tendría que dejarle roncando en un banco. Puede que al fin y al cabo no estuviera tan borracho como pensaba, y quizás podría hacer más entretenida aquella noche después de todo. Caminaron un par de manzanas y al parecer el motel donde él se alojaba estaba justo allí, de hecho... él pareció alegrarse mucho de ver su coche. Un Chevrolet Impala de 1967. Un modelo antiguo por lo que la muchacha pudo apreciar. Un coche que ella ya conocía de sobra...

Entraron en la habitación y, la muchacha situó a Dean de espaldas contra la cama antes de dedicarle su sonrisa más seductora mientras se quitaba la chaqueta con cierta impaciencia. La misma que él parecía demostrar mientras se quitaba también la suya. La rubia se puso de puntillas acercándose a los labios de él pero sin llegar a rozarlos. Solo le dedicó una sonrisa arrebatadora, una de sus sonrisas más seductoras desde su punto de vista nada modesto, y lo empujó contra la cama, haciéndole caer de espaldas sobre esta.

-Bueno, señor Winchester...- dijo, mientras se agachaba para bajar la cremallera de una de sus botas- Prepárate para una noche de...

Pero cuando se irguió de nuevo... Dean Winchester roncaba sobre la cama... Autumn le miró estupefacta.

-¿En serio?- rodó los ojos con cierta frustración y volvió a subir la cremallera de la bota antes de agacharse a recoger su chaqueta. Se la echó al hombro y, gracias a su fuerza vampírica fue capaz de colocar a Dean en una postura algo más digna que en la que se había quedado. Incluso lo arropó.

-Hubiera sido genial, Winchester...- dijo, con una sonrisa en el rostro antes de sacudir la cabeza y atravesar la sala hasta llegar a la puerta de la habitación. Apagó la luz y salió de allí pensando que jamás volvería a ver a aquel hombre... Pero muy pronto se daría cuenta de lo equivocada que había estado. Ya que no sería la última vez que le viera.

[*Para los entendidos en billar... Sé que no se juega así, estrictamente hablando... pero había que aligerar la escena. De otra forma nos hubiera quedado una escena innecesariamente larga.]