Sailor Moon (Fan Fic)
Título: "Sailor Neptuno"
Capítulo 1: Michiru abre los ojos
Esta historia comenzó años atrás, en una de las estaciones de verano en Tokio (Japón).
La ciudad callada vio un amanecer más y poco a poco las personas empezaron a despertar. Un cálido y hermoso día daba inicio.
Un día como cualquier otro, con la misma rutina de siempre. Las tiendas abrían temprano, la gente iba a trabajar, el tránsito se movilizaba por las calles, y los estudiantes acudían a las escuelas. Todo el mundo había despertado, excepto por alguien muy peculiar que aun dormía.
En un pequeño y humilde vecindario, y en una casa en particular, vivía una jovencita de 15 años que no podía despegarse de su cama.
Para ésta adolescente, todo estaba oscuro porque todavía tenía los ojos pegados. Además, siempre mantenía las persianas y las cortinas cerradas, para que no entrara ni un solo rayo de sol a su habitación a molestarla en su letargo. Pero de todas formas, podía oírse el trino de los pájaros afuera, y aparte de eso, algo más. Escuchaba entre sueños un ruido constante que la fastidiaba todas las mañanas. El ruido se asemejaba a un tamborileo lejano, conforme la chica se iba despertando, el ruido parecía ser el de unos golpes seguidos en la madera. Efectivamente alguien estaba a punto de tirar a bajo su puerta de lo fuerte que eran los golpes.
- ¡¡¡Michiru!!! … ¡¡Despierta ya por el amor de Dios!! … ¡¡Es tardísimo!! … ¡¡Tienes que ir a la escuela, levántate!! - (Una mujer hacía un escándalo afuera de su cuarto)
Michiru daba vueltas en su cama y se cubría la cabeza con la almohada para no escuchar a su madre.
- ¡¡¡Michiru!!! - (Volvió a insistir)
- ¡Yaaaa! (Gritó ella desde dentro) ¡Déjame dormir un poco más, por favor mamá! -
- No hija (le contestó con el oído pegado a la puerta) levántate ahora mismo o entraré y te arrojaré a la calle con todo y cama, ¡¡como la última vez!! -
Michiru rezongaba y hacía sonidos de queja.
-"¡Haaay mamaaa!" (Se tapó con las sabanas) todavía es temprano. –
-¡En tu país!, ¡Alístate para la escuela rápido! … (no recibió contestación) ¡¿Oíste?! … ¡¿Oíste jovencita?! -
Ella si la oía pero estaba tratando de volverse a dormir.
- ¡¡Ha no, eso si que no señorita, no me vas a ignorar, te obligaré a ir a la escuela!! -
- ¡Tú y qué ejercito! -
- ¡¡Michiru!! -
Todas las mañanas era la misma historia, Michiru nunca se quería levantar para irse a la escuela. Prefería quedarse en su confortable cama perdida en sus pensamientos, soñando despierta, siempre soñando. Seguro que al rato su madre se cansaría de golpear la puerta.
- ¡¡Abre la puerta ya!! – (Seguía golpeando)
Y cuando se cansara de golpear la puerta bajaría a la cocina a prepararle el desayuno, como todos los días.
- ¡¡Haaaa!! ¡¡Abreeee!! – (Jalaba la perilla haciendo fuerza con las piernas)
Si, ella eventualmente se levantaría,… "eventualmente".
Su mamá pateó la puerta en señal de retirada y así como lo pensó Michiru, bajó a la cocina a prepararle el desayuno.
Michiru se quedó en la oscuridad de su recámara mirando el techo con los ojos entreabiertos. Su ventilador giraba y giraba lentamente, "muy despacio", "muy lento". No tardó en adormilarse de nuevo y cerrar los ojos, acomodándose tranquilamente para volver a dormirse. Pero eso no sucedería, todos confabulaban contra ella.
… Súbitamente su ventana se abrió de par en par, la cortina flameó y las persianas chocaron contra la pared dejando pasar un fuerte viento.
Michiru abrió los ojos y se sentó en la cama, interceptó con su mano los rayos del sol que le venían a la cara y se levantó.
- ¿Otra vez? - (Se acercó a la ventana)
Este suceso ya había pasado antes. Y al acercarse a la ventana, el viento cálido siempre jugaba con sus cabellos dorados y le acariciaba el rostro.
Así es, años atrás, en ese tiempo, Michiru tenía el cabello rubio, lacio, con mechones sobre la frente, pero su cabello como siempre se extendía hasta los hombros. Y no solo eso, también tenía ojos verdes y no azules. Pero ese no era su verdadero aspecto, aunque ella lo ignoraba.
En la cocina su madre hacía un desastre con el desayuno mientras se quejaba de su hija.
- ¡Niña perezosa!, ¡holgazana!, siempre hace lo mismo, "nunca aprende", ¡"solo es una niña mimada de mamá"! ¡¿Qué clase de madre…?!... ¡¡hhuuuyyy!! – (Refunfuñó mientras colocaba una tostada en la punta de la mesa).
Casi al instante Michiru bajó las escaleras con su uniforme ya puesto y su mochila. Bajó corriendo y se dirigió a la puerta de salida, pero no sin antes haber cazado la tostada que su madre se mató haciendo y que había puesto en la mesa para ella.
- ¡Bueno ya me voy adiós! – (Se despidió abriendo la puerta)
- ¡Michiru! – (La detuvo su madre)
Ella la miró con la tostada en su boca.
- Si ya se mamá, "no debo correr como niño, debo caminar como una dama". – (Repitió la lección que su madre le había dado con tono de cansancio)
- ¡Olvídate de eso Michiru, y no hables con la boca llena! ¡¡Anda, corre, corre como el viento, corre por tu vida porque si llegas tarde te voy a matar!! -
Michiru observó con ojos grandes a su madre y rió alegre.
Salió a correr a toda velocidad. Afuera, el vecino, el repartidor de diario, y hasta el perro sabían que debían quitarse de su camino porque ella no conocía los frenos cuando comenzaba a correr.
Camino a la escuela, había otra persona que también iba llegando tarde y corría lo más rápido que le daba el cuerpo.
- ¡Hay noooo, voy a llegar tarde otra vez! ¡¿Pero cómo se me pudo atrasar el reloj?! ¬¬ Debo comprarme uno nuevo, esa excusa le daré a la maestra. nnu – (Serena iba construyendo su coartada mientras corría)
Ni se dio cuenta que tras de ella venía un yet desenfrenado que la pasó por mucho dejándola atrás.
- ¡Huy no puede ser, si yo corriera como esa chica nunca llegaría tarde! T.T -
El timbre de la escuela sonó, Michiru llegó a tiempo sin ninguna gota de sudor. Pero Serena llego tarde toda aventada y muerta del cansancio.
¡Ánimo Michiru, ánimo Serena, hoy es el último día de clases!
