Apresurarse
Sora se recostó entre las sábanas de su cama y las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Hundió la cara en la almohada y dejó que corrieran, llevaba horas resistiéndose y ya no podía más. Estaba decepcionada de ella misma, y esa era la mayor razón de su llanto, pero también lloraba por que había lastimado a una de las personas que más le importaba, y eso no podría perdonárselo nunca. Abrazó la almohada con fuerza hasta que pudo sentir como sus músculos comenzaban a cansarse y le entraba sueño... mucho sueño...
Miyako entró a su casa y se plantó frente a ella, mirándola desafiante. El sol le iluminaba la mitad de la cara, y su expresión era sombría.
- Solo tiene 16- dijo. Sora la miró perpleja, ya que no sabía de que hablaba su amiga- No puedes obligarlo a hacer algo así. ¿No pensaste que tal vez no estaba preparado? Yo hubiera tenido mucho más cuidado.
- Pero Yol
- ¡No me interrumpas!- gritó, levantando los brazos- ¡Sos una egoísta! ¡Solo pensas en vos! Siempre lo fuiste, no se como pudiste engañarme así... como pudiste engañarnos a todos, en serio te creíamos otro tipo de persona... nos decepcionaste, Sora- terminó, esta vez un poco apenada.
Sora la miró sin saber que decir, no estaba segura de que era lo que había llevado a su amiga a actuar de esa manera, aunque de alguna manera lo intuía. Sabía que podía ser, pero... no, él nunca le haría eso. No podría haber salido a hablar así... o sí?... tal vez no lo conocía del todo... aunque hubiera jurado que sí... de todas formas, él siempre había tenido una relación mucho más estrecha con Yolei, así que capaz le decía cosas que no se atrevería a decirle a ella... o tal vez Miyako estaba celosa y...
- Miyako... de que hablamos?- preguntó, temerosa de la respuesta.
- ¡¿DE QUE HABLAMOS?! ¡¿DE QUE HABLAMOS ME PREGUNTAS?! ¡NO! ¡ESA FUE LA GOTA QUE COLMÓ EL VASO! ¡EGOÍSTA! ¡FALSA! – paró para tomar aire y prosiguió, aunque más calmada- Sos mala Sora, sos MALA. En serio, llevas la maldad dentro tuyo... no podes ser así!- estaba comenzando a gritar de nuevo, con lágrimas en los ojos. Sora presentía que le tenía lástima, aunque todavía no supiera la razón- Nunca te hicimos nada, él nunca te hizo nada, siempre estuvimos, fuimos tus amigos... sabes que no me gusta echarle las cosas en cara a la gente, pero... tenes que admitir que tengo razón... todas las veces que estuviste con nosotros, que nos ayudaste, fue por que sabías que alguna vez ibamos a servirte... nos usaste, Sora... – la pelirroja estaba llorando, se sentía tremendamente herida por sus palabras. Creía saber de que hablaba, pero aún no se lo confirmaba.- Pudiste haberlo hablado con nosotros, sabes?- ahora sí, se había calmado del todo y la observaba con una expresión de tremenda lástima en su rostro- Te hubiéramos entendido, y hasta te habríamos ayudado... pero eso solo lo hubieras hecho si fueras una persona con algo de sentimientos, no?- su tono volvía a ser duro- ¿Por qué lloras? No vas a engañarme. No vas a engañarnos más. Ya se acabó todo. Te descubrimos, Sora. Game Over.
- Miyako! ¡Por favor, explicame que pasa!- gritó, agarrando a la morena de los hombros, pero está le corrió los brazos y retrocedió.
- Basta, Sora. No podes usarnos más. Fue bueno mientras duró, pero ya te lo dije... Game Over- Miyako buscó en su espalda y sacó un afilado cuchillo y lo apuntó al corazón de Sora, que estaba paralizada por el miedo y no atinó a moverse. Afortunadamente Taichi llegó y paró a Miyako.
- Tai, yo... – comenzó Sora, pero su mejor amigo la ignoró.
- Yolei, no es necesario... no te ensucies las manos... – estaba abrazando a su amiga, que lloraba nerviosamente-. Ya hiciste suficiente... ya le dejaste en claro lo que es, y que no queremos verla más... vamos.
- Tai!- gritó Sora, pero él no le hizo caso y arrastró a Yolei fuera de la casa. Ella los siguió hasta la puerta y chocó con Takeru.- Tk, yo...
- Eras como una hermana para mí, sabes?- sonreía débilmente- Fuiste muy astuta... aún no quiero reconocerlo, pero... ya está... nos lastimaste a todos... no nos busques más, por favor... ya fue suficiente... – dicho esto giró para irse.
- ¡Tk, esperá!- gritó, abrazándose a su espalda, pero él giró y la empujó, haciendo que cayera junto a un sillón. Acto seguido cerró la puerta, y Sora no supo más.
Despertó junto al sillón, llorando frenéticamente. Se abrazó a si misma y trató de calmarse, pero no podía. Todo era tan irreal... Miyako había querido matarla... ya no le importaba a sus amigos... no, eso si que era una pesadilla... sonrió ante lo irónico de la situación. 'EGOÍSTA! FALSA!'. Las acusaciones de Miyako aún resonaban en su cabeza. ¿Qué había pasado? Repasó mentalmente la escena. "Solo tiene 16". Sí, sin duda... pero no, él no sería capaz... habían discutido esa tarde y todo había terminado mal, pero nunca le haría eso... o sea, no estaban enojados con el otro... decepcionados capaz... pero no, no era para tanto... no podía ser él... 'Eras como una hermana para mí, sabes?" Las palabras de Tk la habían lastimado salvajemente... no, no podía haberles hecho eso... estaban equivocados... todo lo que habían dicho era mentira, ella los quería... eran sus amigos... tenía que ser todo un error... si, estaba segura que tenía que ser un error... se limpió las lágrimas y se levantó, dispuesta a correr al teléfono. Y entonces, las palabras de Takeru resonaron en la casa. "No nos busques más, por favor...". Sintió como las lágrimas volvían a salir. No podía hacerles eso... tenía que respetarlos... miró a su alrededor. Tantos momentos habían pasado en esa habitación... con Miyako, Mimí y Hikari solían reunirse en esos sillones para intercambiar chismes y todas esas cosas sobre chicos... Yamato y Jyou la habían ayudado a elegir los muebles... Koushirou había encontrado ese departamento en Internet... recordó cuando Taichi estaba ayudándole a ordenarlo y se le había caído la biblioteca encima... nunca lo había visto rodeado de tantos libros... y cuando Iori fue a ayudarlo, Daisuke tropezó con él y una caja de revistas cayó sobre los tres... Takeru los había observado desde una esquina y había reído... Ken había ido a visitarla tantas veces... habían pasado tantas cosas solo en esa habitación... y al mirar alrededor, observó el primer suceso extraño. Estaba atrás del sillón. A seis metros de la puerta. No era ahí donde había caído. Y ahora que lo pensaba, Takeru la había empujado como cinco metros. No sabía que tenía tanta fuerza... y Miyako había sacado un cuchillo de su espalda... y cuando se encontró con Takeru, Miyako y Taichi habían desaparecido... era todo demasiado extraño... pero tal vez... había una pequeña posibilidad... corrió a su habitación. "No nos busques más, por favor...". Takeru... paró en la entrada de su pieza... era todo muy raro, pero... su cama estaba deshecha y las sábanas estaban en el suelo, casi llegaban hasta la puerta... ¿cuándo había llegado hasta el living? ¿Cómo había entrado Miyako? ¿Por qué no recordaba nada?... eran demasiadas dudas para su gusto, así que corrió al teléfono. Junto a él había una foto de algunos de sus amigos, y Sora la corrió ya que en ella estaba Takeru. Marcó el número de la morada y luego de hacerlo observó el reloj. Las "3:04 a.m." titilaban. No debía molestar a esa hora… iba a cortar, pero la atendieron.
- Hola?- dijo la voz de una persona que necesitaba sueño. Sora se alegró al descubrir que era su amiga.
- Miyako, hola!- dijo, bastante alegre, aunque luego se arrepintió, ya que ella tal vez estaba enojada.
- ¿Sora? ¡¿Qué sucede?! ¡¿Te pasa algo?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Querés que vaya para allá?!- Sora comenzó a llorar de la felicidad. Había sido todo una mala pesadilla.- ¡Sora! ¡Estás llorando! ¡¿Qué te pasa?! ¡Ya mismo voy para allá!
- No Yolei, está bien... – pero su amiga ya no la escuchaba por que había cortado el teléfono.
Se tiró en la cama sonriendo entre las lágrimas. Habían sido muchas para un día, pero estas eran de felicidad... se sentó en la cama y recordó que el sol daba contra la cara de Miyako. Ahora que estaba tranquila, se daba cuenta de lo tonta que había sido. Había más de un hecho que lo indicaban como una pesadilla. Sin duda se había levantado y había arrastrado la sábana hasta la puerta, y había caído al piso del cansancio. Si... había pasado eso. Pero ahora todo estaba bien... no, aún no. Tenía un problema. 'Solo tiene 16'. Si, un gran problema... pero ella iba a superarlo... y no quería pensar en eso ahora. Tenía un rato antes de que llegara la morada, así que se cambió y se lavó la cara.
Luego comenzó a recorrer el departamento que ocupaba hacia un año, más exactamente desde que había terminado la escuela y había comenzando la universidad. Su madre se había marchado a Kenia con el padre de Jyou por dos años, en un programa de enseñanza a las personas de esa zona. Enseñaba Ikebana, Japonés e Ingles. Y su padre vivía viajando, así que le buscaron un dpto. que le quedara cerca de su universidad, donde estudiaba diseño. Ya tenía 18 años y sentía como el mundo comenzaba a abrirse ante sus ojos y todo estaba bien... entonces se había apresurado y... ya estaba entrando en terreno peligroso así que cambió de tema. Tenía un novio y punto.
Su departamento era bastante espacioso, contaba de dos dormitorios, un baño, una cocina, una sala de estudio y un extenso living, aunque en realidad todas las habitaciones eran grandes. En su mayoría estaba compuesto de muebles de cuero blanco, pero había sabido pintar las paredes de maneras exquisitas, haciendo que toda la casa cobrara vida, además de que siempre había lindos arreglos florales. Estaba haciendo la cama cuando sintió el timbre y corrió a atender.
- Espero que esto sea realmente importante- dijo un muy dormido Takeru por saludo mientras entraba a la casa, seguido por otro demasiado dormido Iori que ni siquiera saludó y detrás de él una muy preocupada Miyako, que entró haciendo preguntas y gritando. Sora cerró la puerta y observó a sus tres amigos.- Que pasa?
Sintió como las lágrimas volvían a asomarse y corrió a abrazar a los tres, dejándolos aún más extrañados.
- Oye Sora... – continuó Takeru, soltándose- Vas a contarnos que es lo que pasa? Por que yo no voy a permitir que Yolei me despierte a las 3:11 de la mañana por nada...!
- Si... voy a contarles todo...
- Pero antes- comenzó Takeru, con un brillo extraño en los ojos- podríamos preparar café?- terminó, haciendo que Sora y Miyako cayeran al piso al mejor estilo animé. Iori estaba demasiado dormido para notar alguna diferencia.
Miyako la acompañó a preparar el café y la acribilló a preguntas, pero Sora estaba demasiado feliz para aunque sea tratar de contestar. Consternada por el silencio de su amiga, soltó un bufido y se dedicó a ayudarla. Cargaron el café en un termo, agarraron un par de tazas y fueron al living. Iori y Takeru dormían cada uno en un extremo del sillón. Cuando Sora apoyó el termo Takeru abrió los ojos y se apresuró a servirse. Iori dormía.
- Dejémoslo dormir- dijo Miyako.- Tuvo su campeonato de Kendo y aún debe estar cansado...
- ¡Su campeonato de kendo!- saltó Sora- ¡Oh, no! ¡¿Cómo pude haberlo olvidado así?! ¡Oh, Dios!- se la veía realmente consternada. Miyako sonrió antes de contestar.
- Está bien, Sora. Iori supuso que estabas muy ocupada con la Universidad.
- Y lo estaba, realmente... ¿cómo le fue?
- Ganó- dijo Tk, quien ya había terminado su café y estaba con su humor de siempre.- Primer lugar... no es que nos llame la atención, verdad?- las chicas sonrieron, ya que tenía razón. En los últimos años Iori había entrado a docenas de campeonatos y los había ganado todos, o había sacado el segundo lugar. Su técnica había mejorado notablemente, y si su abuelo estaría vivo habría estado realmente orgulloso. Pero había muerto hacia dos años.
Sora terminó su café y apoyó la taza vacía sobre la mesita ratona. Miró a sus amigos y ellos le dijeron todo con la mirada, así que comenzó por contarles su sueño.
- ... y entonces me empujaste y caí ahí- señaló el lugar.- Cerraste la puerta y yo desperté llorando histéricamente, sin saber que era sueño y que era realidad.
- Mmh... feo... ¿y cómo te diste cuenta de que era una pesadilla?- preguntó Miyako, revolviendo con una cuchara su segunda taza de café.
Acto seguido Sora explicó todo su razonamiento. Miyako y Takeru se miraron y luego se sumieron en sus pensamientos.
- Crees que... hay algo que te haya inducido a soñar eso?- preguntó Tk, mirando seriamente a su amiga- ¿Algo que te atormenta, o algo que hiciste?
- Bueno, sí... – respondió después de una pausa. Sin duda ellos no sabían nada y le extrañó que él no les hubiera contado, aunque tal vez era mejor así, ya que después de su sueño no se sentía muy segura de nada.
- Tiene que ver con... ?- preguntó Yolei.
- Sí... y no- contestó, despistándolos aún más.- Bueno, fue así- dijo, dispuesta a contarles todo de una vez.- Ayer me llamó mientras estaba en la Uni por que quería que vayamos a comer, ya que andaba por acá.
- Si, pasó por casa y me dijo que iba a verte- recordó Miyako.
- Bueno, fuimos a comer y luego me invitó a que vengamos a mi casa- sus amigos sonrieron-. Llegamos, nos sentamos en ese sillón- indicó el que ocupaban Tk y Cody- y charlamos un rato. Sobre todo, sobre la universidad, la escuela, lo poco que nos veíamos, que si te quiero, que si, por qué, sobre los precios en los supermercados y luego sobre lo linda que me iba a ver en la micro bikini que me regalaron Yamato y Taichi.- Sus amigos comenzaron a reír, recordando el pequeño objeto fucsia que le habían regalado par su cumpleaños, ocurrido un mes atrás, y que aún esperaban que ella usara. Sora se sonrojó.- Bueno, sigamos. Me enojé y él me besó, entonces... – miró a sus amigos. Estaba entrando en terreno peligroso. Sabía que el tema no era nuevo para Miyako, pero Hikari se mostraba reservada sobre ciertos temas y no sabía hasta donde había llegado con Tk. Afortunadamente Iori dormía, por que sabía que le hubiera sido imposible continuar frente al niño de 14 años. Decidió que iba a tantear el terreno-... me acostó en el sillón, quedando sobre mí... – Takeru y Miyako seguían el relato como si estuviera contado que había ido a comprar caramelos. Eso le dio fuerzas para continuar. - ... y yo comencé a desabrocharle la camisa. Seguimos besándonos y luego bajé a su cuello. – los presentes cruzaron una mirada nerviosa que ella no notó, ya que estaba muy ensimismada en su propio relato.- No me dijo nada así que pensé que podía seguir y metí una mano en su pantalón- Takeru se apresuró a saltar de ahí y correr a otro-, pero entonces me empujó y saltó como si se hubiera quemado. Lo miré y me dijo algo de que no podía ser así, que no tenía en cuenta sus sentimientos, que eso iba a cambiar nuestra relación y era algo que teníamos que hablarlo- las lágrimas resbalaban por sus mejillas-, que yo no había pensado en que él todavía era virgen, por que claro, yo ya había estado con Yamato, y me echó en cara nuestros dos años como pareja, y él estuvo año y medio con vos y no le dije nada- dijo, mirando a Yolei-. Se enojó, me dijo que no quería verme más hasta que hubiera pensado y se fue. – Se largó a llorar desconsoladamente y sus amigos corrieron a consolarla. – No sé que es peor!- dijo, entre las lágrimas- Estoy decepcionada conmigo mismo por haberme dejado llevar, y también estoy mal por él, por que sé que se habrá sentido muy mal. No sé como pude haber actuado así, como no pensé! En ese momento me pareció tan normal que... no sé... creo que me apresuré un poco... – sus amigos la abrazaron e hicieron silencio.
- Va a volver- dijo Iori, asombrando a todos los presentes, ya que lo creían dormido. Sora se sonrojó al pensar en todo lo que había dicho frente al pequeño, pero sus palabras la reconfortaron.
- Seguro?- preguntó, levemente esperanzada.
- Si- esta vez la que habló fue Miyako- Tal vez no hoy, pero se va a dar cuenta de lo que pasó y va a volver.
- Si, Sora. Nosotros lo conocemos bien- dijo Tk sonriendo.- Y estoy segura que vos ya lo pensaste. – Si, era cierto. Había tenido en cuenta esa posibilidad, pero estaba demasiado mal para ver las cosas con claridad. Escucharlo de otras voces lo hacía parecer mucho más real.
- Tienen razón- dijo al fin, recuperando su sonrisa.- Va a volver.
- BINGO!- gritó Yolei. Habían conseguido alegrar a su amiga.- Bueno, ahora... – dijo después de una pausa- Son las 5 y, la verdad que yo no avisé nada en casa... – recién en ese momento cayeron en cuenta de la hora.
- Yo tampoco... me arrancó de la cama... - dijo Tk.
- Yo dejé una nota... ¿por qué no nos vamos?- dijo Iori.
- Sí, no?
- Sí...
- Vas a estar bien, Sora?- preguntó Miyako
- Sí. No se preocupen. Muchas gracias, no saben cuanto me ayudaron.
Sora los observó marcharse y pensó en todo lo que había pasado. Sus amigos seguían ahí. Y sí, volvería...
Continuará...
Notas: Empecé otra historia!!! Quieren saber la pareja? Bueno, más de uno la habrá adivinado... solo aviso que es una extraña y que me encanta... mucho... y si, tuve que poner algo de Sorato... lo siento, puede conmigo! reviews y gracias x leer!
Ag28/01/05 1:41 a.m.
28/01/05 09:37 p.m.
