Todos los personaje y lugares son de J.K. Rowling yo solo los uso para crear esta historia.

Capitulo 1: Regreso.

Una hermosa mujer de 28 años estaba frente a su espejo, ese día era como aquellos que odiaba tener, uno de esos días donde los recuerdos inundaban su mente, donde el pasado regresaba para atormentarla, en ocasiones creía que la vida se burlaba de ella, al ponerle en su mente esos recuerdos. La joven sonrió con amargura y dijo no más. Adopto su postura comúnmente usada, la de una mujer fría, arreglo su cabellos ahora más corto y oscuro a su habitual castaño claro, observo su ropa apropiada se dijo, suspiro moviendo su varita para desaparecer su espejo, abrió la puerta para poder salir de su oficina. Notando como las miradas se posaban en ella.

Sin duda en este tiempo, 10 años desde que la guerra termino en el mundo mágico, donde muchas personas fueron salvadas, donde peleo a lado de su gran hermano Harry Potter, librando al mundo del terror de Voldemort, si a ella jamás le había dado miedo el nombre de ese mago asqueroso, lamentablemente algunas vidas se había perdido, como la de Ron, por Merlín su amigo, el chico del cual ella había estado enamorada, murió salvándola de una maldición asesina, aun le dolía recordar que la última mirada fue para ella, le rompía aun más el alma, su amigo torpe y glotón demostró su valentía Gryffindor mas que ella lo hacía en esos momentos, al auto haberse exiliado de Londres.

Camino por una puerta donde un mago la reviso, ella sonrió ante el acento Francés aun le costaba acostumbrarse, pero devolvió el gesto, caminaba segura de si misma sabiendo que algunas miradas se posaban en ella, aun mas la del sector masculino. Su andar era seguro, diplomático. En ese tiempo dejo atrás a la niña insegura de Hogwarts, ahora era una mujer que no se dejaba intimidar, hermosa a su manera, ya que estaba consciente que no era una belleza enigmática, pero si estaba segura de su atractivo, un cuerpo bien formado dado por los años y la madurez, además de que su cabello ya no era la jungla que solía ser, claro eso solo lo logro mediante pociones, además de haber estudiado etiqueta.

En ese tiempo de igual forma no había dejado de ser una come libros, ya que en los dos años siguientes de terminar la guerra vivió en Londres, estudio leyes mágicas, y después de bueno en realidad no valía la pena recordar. Consiguió un puesto de mano derecha del jefe del departamento mágica internacional, en ese momento era Kingsley el moreno que formaba parte de la orden del fénix, para su fortuna el mago la había tomado como su mano derecha, dentro del ministerio, cosa que lleno de emoción la castaña el poder trabajar de algo que realmente le gustaba.

Pero no todo era maravillas en el mundo de Hermione, la guerra había dejado mucho destrucción emocional, haciendo que los Weasley perdieran al miembro varón y más joven de la familia, como para todos ese fue un momento duro, para ella y la familia de pelirrojos, estos sumidos en una fuerte depresión incluso su amigo. Para desconcierto de ella misma la joven castaña había tenido refugio en una persona totalmente inesperada, para su mala suerte en el momento en que decidió irse de Londres, recibió más reproches de parte de los pelirrojos que buenos deseos, sobre todo de su gran amiga Ginny, ella fue la primera en molestarse con su amiga, ya que decía que los abandonaba, dejándolos a todos con el dolor de haber perdido a Ron mientras que ella se iba, la castaña ignoro los comentarios, ya que la pelirroja sabia los verdaderos motivos de su partida.

Para su buena fortuna, Harry la apoyo dándole ánimos para su marcha, sabiendo que un día regresaría, solo que ni ellos sabían que la joven no pensaba volver en mucho tiempo, 6 años se había alejado del mundo. Los primero 4 había permanecido en Bulgaria, donde se reencontró con un viejo amigo, ahora desde hacía 2 años estaba en Francia. Ella era representante del ministerio de magia de Londres en el extranjero, en ese instante, iba a una junta con el ministro de magia, cuando llego al recibidos la secretaria del ministro le informo que la esperaban, al abrir la puerta el hombre, de cabellos rubios se puso de pie, y para sorpresa de la castaña una figura sentada delante del escritorio se puso de pie dándole la espalda, ella se acerco y cuando vio al hombre sonrió.

- Señorita Granger,- saludo el ministro Francés.

- Señor Buenos días,- saludo mientras el hombre asentía.

- No necesitan presentaciones,- dijo el hombre al ver que la mujer frente a el quien sonreía al hombre moreno que ahora estaba a un costado de ella, giro su cuerpo y lo observo.

- Hermione,- la saludo.

- Señor Ministro,- el la miro negando, frente a ella estaba, Kingsley, el hombre dos años después de estar en Bulgaria como embajador del ministerio de Londres, lo llamaron de regreso, para ocupar el cargo de ministro dejando a Hermione en su lugar, por ende ambos tenían una linda amistad al igual que con la esposa del hombre ya que ella ayudo a la heroína de guerra para formarse en el área de la política y etiqueta. El hombre beso la mano de Hermione, mientras la ayudaba a sentarse.

- Te preguntaras la razón de la junta, y aun más la presencia del ministro,- la castaña asintió,- hay un asunto de suma importancia que debemos tratar contigo, desde hace 6 meses en coordinación con el ministerio de Londres, Bulgaria y Francés, han elaborado el protocolo, para el torneo de los tres magos que se realizaran en Hogwarts este año.

- Si ¿hay algún problema?,- el ministro negó.

- Todo esta en orden, el asunto es que siempre hay un representante del ministerio sede que debe estar presente en las pruebas, además del año completo dedicarlo a ese trabajo,- ella asintió,- ahí es donde te queremos pedir un favor,- la castaña palideció ya se imaginaba lo que venía,- queremos que tu vayas a Londres y estés como representante del ministerio,- la mujer trago en seco.

- Pero y ¿Claudius?,- cuestiono,- el es jefe de su departamento no puedo ir a quitarle su lugar,- ella tenía que hacer que desistieran ante la posibilidad de estar en aquel lugar. Antes de que el ministro francés continuara el moreno hablo.

- Hermione,- hablo con tranquilidad,- el asunto es que no es tu obligación, es un favor el que te pedimos,- la miro a los ojos,- pero Claudius tuvo que retirarse, ya es de edad avanzada y no podíamos pedirle que se quedara, el nos dio tiempo de decidir quién sería su sucesora, el problema es que el torneo de los tres magos es importante,- la castaña asintió.

- Solo seria por un año,- hablo el ministro Francés,- después de hay podrás ir a Italia ya que en ese lugar te necesitan,- la castaña asintió.

- No me convence dejar de lado mi trabajo,- menciono,- pero no me puedo negar,- no tenía más opción que decir eso.

- Estupendo Hermione,- dijo el moreno,- dentro de dos días te necesitamos en Londres, si no tienes casa, Cassidi estará gustosa de recibirte,- afirmo el hombre, ya que la mujer del ministro le tenía afecto a la joven heroína de guerra.

- Gracias pero le mandare una nota a Harry para que me ayude a conseguir algo,- el hombre asintió,- si es todo me retiro debo preparar todo para mi viaje,- se levanto y se despidió de los hombres, para cuando salió de la oficina iba totalmente molesta, camino hecha una furia hasta su oficina, cuando llego arrojo un florero, no podía estarle pasando eso, porque después de estar tranquilamente viviendo pasaba eso, pero que mas podía hacer, era su trabajo y tenia que cumplir, fue a su escritorio para acomodar el papeleo, hasta que el sonido de la puerta anunciaba la llegada de una persona, ella trato de serenarse y con un movimiento e varita arreglo todo. Cuando la castaña indico que podían pasar, por la puerta entro una hermosa mujer de larga cabellera rojiza, era alta de un excelente porte de la edad de Hermione, vio a su jefa que se masajeaba las sienes ella era de las pocas personas que habían llegado a ver un poco más al fondo de la máscara de frialdad que tenia la heroína de guerra.

- ¿Jefa que le pasa?,- pregunto la mujer de cabello de fuego, con una clara muestra de preocupación en el rostro.

- Cassandra deja de decirme jefa, por Merlín somos amigas,- le respondió la castaña. Cuando Hermione llego a vivir a Francia, la pelirroja la asignaron como su asistente, pero más que eso se había convertido en una gran amiga, además era una excelente persona, a pesar de lo que los demás pensaran, Cassandra conocía muy bien a la castaña.

- Perdón Hermione,- la mujer de cabellos rojos, se sentó frente al escritorio,- pero me resulto extraño que Pierre te llamara, además viendo que no estás feliz, no creo que la visita con el te haya puesto de mal humor,- comento. La bruja más inteligente, solo asintió.

- No la debo pagar contigo,- bajo la mirada, en esos momentos la castaña no podía mantener su mirada y postura rígida no frente a esa bruja que siempre la habita tratado de la mejor manera, ayudándola además que eran unidas, después de que el aquel país no conociera a nadie, ella la había ayudado a acostumbrarse,- pero me pidieron algo que no puedo hacer, lamentablemente es mi deber, sabes que no puedo desobedecer órdenes,- explico demostrando un pesar en el sonido de su voz.

- Y que fue,- la castaña hablo antes de que pudiera ella terminar la formulación de su pregunta.

- Quieren que regrese a Londres,- no había necesidad de más preguntas, un día la castaña un moco melancólica hacia confesado muchas cosas a Cassandra, así que ella estaba atenta al secreto que protegía Hermione.

- Pero el,- la castaña se puso de pie.

- No comprendes, no solo es por él, es por todo me aleje de mi antigua vida, por algo, me he negado a volver a pesar de que he tenido miles de oportunidades, incluso hace dos años, cuando Luna regreso a Londres me dieron la oportunidad, pero preferí Francia,- se cruzo de brazos,- no puedo, son muchos recuerdos, no solo lo que paso, también de la Hermione que he querido enterrar durante este tiempo,- la bruja que cabellos de fuego, se puso de pie, tomo a la castaña por los hombros antes de comenzar a hablar.

- Y no crees que las cosas pueden suceder por algo,- más que una pregunta era una afirmación,- en ocasiones la vida nos da oportunidades que no debemos desaprovechar, Hermione has vivido alejadas de quienes amas por mucho tiempo, a pesar de tus recuerdos y de personas que no quieres ver, en Londres hay gente que te ama, tal vez sea bueno que vayas y estés con ellos ese tiempo, después regresaras y seguirás con tu vida,- después la soltó y sonrió con amargura,- o si lo que tienes se le puede llamar vida,- la castaña rodo los ojos.

- Por Merlín no comenzaras de nuevo cierto,- hizo una pregunta retorica.

- Tu sabes de lo que hablo, es que estas metida en el trabajo las 24 horas al día y la única forma en que salgas es con tus "citas",- esas ultimas lo dijo haciendo comillas,- no quiere decir que seas feliz o simplemente estés convencida con el tipo de vida que llevas,- la castaña se alejo,- se que te cierras cuando hablamos del tema y sabes que no me importa, debes enfrentar el pasado y salir adelante, ya cuando regreses podrás hacer lo que quieras, pero te digo algo,- sonrió con sarcasmo,- de esta no te libras, y de que regresas a Londres lo harás, así que es mejor que aproveches antes de que te vayas para pensar que horas cuando estés hay,- instantes siguientes la puerta se cerró con un fuerte estruendo.

La castaña quedo mirando la puerta cerrada, aun no comprendía como en dos años no se habían matado aun, ella tenía exactamente el mismo carácter que Hermione, mandona y perfeccionista, ahora sabía por lo que pasaban sus amigos cuando ella los ponía a realizar sus tareas en Hogwarts.

Pero en ese momento no estaba para esas burlas la realidad había golpeado su rostro, tenía que ir, a Londres y eso era inevitable, a pesar de negarse tenía que enfrentar un pasado lleno de dolor, solo que en esta ocasión no sería más la niña ingenua, ahora iría la Hermione que ella se había encargado de crear, a la vista de todos. Enfrentaría su pasado y saldría ilesa ante eso.

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En una elegante habitación decorada con colores verdes, elegante con los más increíbles muebles, estaba una cama enorme con los doseles cubriendo a la pareja que dormir plácidamente, cubiertos con sabanas de seda, una hermosa mujer de cabellos rubios dormía con la espalda descubierta, estaba totalmente denuda mientras que las sabanas solo cubrían sus montañas traseras y las largas y bien definidas piernas, por otra parte un joven recostado junto a ella, la miraba con resignación, no comprendía como en todo Londres, ella fuera lo más decente que pudiera tener en su cama, pero que mas podía tener si toda las chicas de sangre pura ya habían pasado por su cama, ahora tenía que conformarse con ella, tomo una sabana para enredarla en su cintura levantándose de la cama, dejando que los rayos que entraban por una ventana filtradas en la habitación iluminaran su bien formado cuerpo.

El joven de cabellos platinados y su característica mirada de ojos mercurio, había dejado de ser ese niño, ahora con 28 años, era un hombre, seguía con su porte que solo la crianza en una familia de sangres pura te puede dar, además de tener un abdomen bien constituido, alto con la espalda ancha sin embargo siendo delgado, le daban un cuerpo por el que muchas jóvenes se morían. Camino por la habitación, observando el lugar con determinación, vio la ropa tirada y sonrió era una salvaje esa mujer, aunque desearía que lo fuera más, pero como ya había pesado antes, no habían mas opciones y se tenía que resignar.

El joven recordó su vida desde la caída de Voldemort, su familia quedo sumida en el desprestigio, pero el con esfuerzo los ayudo a recomponer su vida junto con la de sus Padres, primero después del juicio el paso un año en askaban a pesar de que en los últimos instantes, el había elegido el camino correcto no evito el castigo por llevar la marca, aquí el problema fue que a pesar de que cara raja declarara a favor de su Madre, esta paso 3 años en aquella asquerosa prisión, por otra parte su Padre solo estuvo 5 años, pago para que lo liberaran, a pesar de sus métodos era gratificante para el saber que estaban libres.

El para limpiar su nombre, estudio la tonta carrera de leyes mágicas, solo lo hizo para saber que lagunas había en las leyes para de esa forma ayudar a sus progenitores, además de hacer creer al ministerio su arrepentimiento metiendo a la cárcel a mortifagos, además de aprobar leyes más severas para los sangre pura que antes. Después de algunos años se gano la confianza del ministro, y era el jefe del departamento de leyes mágicas, en realidad no le importaba lo que tuviera que hacer, lo importante para el era salir adelante y seguir teniendo su gloria, cosa que fue difícil de recuperar pero ahora continuaba con ella. Su vida romántica se resumía en camas diferentes, solo contaba con una amante con la cual convivía mas con el promedio, observo a la mujer recostada, cuando en la ventana se escucho un golpeteo, el rubio avanzo hacia la ventana y al hacerlo una lechuza entro, tenía la insignia del ministerio, tomo el pergamino y el ave se fue, comenzó a leer la nota, dejándole saber que lo necesitaban de inmediato, el rodo los ojos pensando que esos inútiles no podían hacer nada sin el, tiro el pergamino y fue por su ropa, mientras se ponía el pantalón en su pecho desnudo sintió unas manos tocarlo y un cuerpo a sus espaldas, el joven negó y continuo. En el momento en que cerraba su camisa, su acompañante lo volteo para cerrarla la camisa ella misma, eso era la ventaja de ella, entendía cuando se debía ir y en qué momento la vería. Antes de que el joven se marchara ella le pregunto.

- ¿Cuándo nos veremos?,- cuestiono la rubia.

- Espera mi nota,- y con eso se dio media vuelta para abandonar el lugar, el joven sabia que se iría después de eso, ella había aceptado las reglas de su juego ahora debía vivir con ellas.

La vida de Draco Malfoy era simple, llena de aventura y pasión con un trabajo que odiaba pero no podía hacer otra cosa, ya que el manejar los negocios de su Padre solo podía significar seguir sus reglas y como no lo haría, prefería quedarse donde estaba, ya que un regreso a la mansión Malfoy no estaba en sus planes.

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Esta historia esta publicada tanto en Potterfics y Wattpad en cualquier otra parte es plagio, gracias por leer