Cuándo Gray vio la ola que se aproximaba a él supo automáticamente (e inconscientemente) que iba a temer a su invocador aún más que a Erza. Tras la ola vio a una chica de pelo azul que se aproximaba ante el con cara de haber roto todos los platos de un restaurante delante del cocinero.

-Lo siento Gray-sama, de veras que lo siento, lo siento mucho-

-Vale, vale tranquila, molesta tu pesadez-Juvia se dio la vuelta tremendamente abochornada, corrió a refugiarse a su habitación.

Gray se quedó con ese nombre en la cabeza, hasta que se dió de que se había dejado un muñeco de trapo, lo cogió y se lo llevó a su habitación.

-Te dejaste tu muñeco-Se dispuso a cerrar la puerta y marcharse.

-Espera Gray-sama, le gustaría quedar conmigo mañana en el jardín-tenía marcas rojas bajo los ojos, había estado llorando.

-Ok-Juvia se retiró, Gray estaba confundido, ¿Era una cita?