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*M por temas de adultos*

Un Rey Eterno para el Trono de Heroes

Por Try Another Time

*Aviso: Si no has leído mi otra historia posiblemente no entiendas completamente mis OC o mucho de lo que sucede en esta historia. Así que sabes que hacer.*

En una de las muchas realidades en el océano espiritual, A.S., Aria y Asmodeux veían los resultados de cuatro líneas temporales. En cada una de ellas, la maldad y destrucción habían derrotado al héroe y sus compañeros. Estas eran las líneas de tiempo perdidas; sus resultados eran terrible y al final aquellos que buscaban sus deseos egoístas solo llevaban al mundo a su perdición.


Shirou Emiya, había luchado con todo su ser acompañado de Artoria Pendragon tratando de derrotar a Gilgamesh y Kotomine Kirie. Illya estaba en el proceso de ser usada como contenedor para el falso y corrompido santo grial mientras que Rin yacía mal herida en la casa de los Emiya. Archer había perdido ante Gilgamesh tratando de proteger a Rin y Illya. Sakura no estaba en mejor posición pues el control que Matou Shunten tenia sobre ella gracias a sus gusanos le impidió ayudar a su hermana.

Las cosas solo empeoraban pues Gilgamesh no era un enemigo fácil de derrotar. Sus muchas espadas eran una molestias para el dúo de Shirou y Artoria. Kirie por su parte solo seguía completando el ritual sin saber que un enemigo aun mayor esperaba detrás del grial.

Angra Mainyu esperaba incesantemente para poder ser capaz de ser libre y destruir el mundo tal como deseaba. El demonio creado por la incapacidad humana de enfrentarse a sus propios miedos y demonios había creado la perdición de esta línea temporal.

"Solo un poco mas y seré libre para tomar la forma perfecta y así destruirlo todo." Dijo Angra Mainyu desde las profundidades del santo grial corrompido.

Gilgamesh seguía atacando al par con miles de espadas y otras armas siendo disparadas hacia Shirou y Artoria a gran velocidad. Shirou las evadía y bloqueaba como podía mientras que Artoria estaba siendo llevada a sus límites. Cada arma que bloqueaba era reemplazada por diez más que la herían e impedían acercarse a Gilgamesh.

Shirou estaba al límite, no podía acercarse a Gilgamesh y sus heridas estaban haciéndole más difícil el seguir luchando. Artoria no estaba en mejor condición pues a causa de sus escasas cantidades de mana no era capaz de luchar con toda su fuerza. Pero no podía detenerse ahora, debía impedir que su hermana siguiera siendo usada por otros y que Saber callera en las manos de Gilgamesh.

Sus ideales no valían nada en este momento si no podía salvar a las personas que quería; Rin estaba en estado critico en la casa, Saber seria un juguete de Gilgamesh si no lo derrotaba, Kirie usaría a su hermana como una herramienta para sus objetivos y todavía necesitaba alguna manera de salvar a Sakura de lo que Rin le conto. Maldito Shunten pensó Shirou mientras evadía otras espada lanzadas por Gilgamesh.

De que valía ser un héroe si no podía salvar a sus seres queridos. Aunque le prometió a su padre convertirse en uno, era casi imposible pues él era débil y su padre se negó a enseñarle su magia. Todo lo que tenia hasta ahora era solo las enseñanzas de Saber, Avalon en su cuerpo y su básica magia de protección y refuerce. Archer y sus técnicas habían ayudado un poco a la creación del estilo básico que ahora usaba, pero no era suficiente. Gilgamesh no era alguien que pudiera derrotar solo con esto. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por Gilgamesh y lo que dijo.

"Ya me cansé de este juego. Si no serás mía puedes morir en este instante." Dijo Gilgamesh al sacar a Ea desde su Portal de Babilonia. Sin saberlo, sus pensamientos estaban siendo influenciados por Angra Mainyu quien no dejaría que nadie interfiriera con su objetivo.

Artoria se encontraba arrodillada y mal herida con su espada invisible como única forma de defensa.

Shirou al ver esto supo que el final había llegado. No tenia suficiente mana para permitirle a Saber usar su fantasma noble ni tenia una forma de defenderse de tal ataque. Así que cuando vio que Gilgamesh se dispuso a borrar a Saber del mapa se puso delante de ella. No le importaba sus demandas.

"Shirou vete. ¡Yo soy solo un sirviente en esta guerra, no estoy viva!" Dijo Astoria al ver a su compañero e interés amoroso tratar de protegerla.

"No me importa, tu estas viva en mis ojos. No puedo dejarte desaparecer de mi vida solo por que el te desea. Yo… te quiero Artoria, aun cuando se que no has aceptado tu vida pasada. Te acepto por lo que fuiste y lo que eres ahora, yo te acepto todo lo que eres Artoria Pendragon. Yo quiero protegerte a ti y a todas hasta mi ultimo aliento." Dijo Shirou mientras bloqueaba las espadas que venían hacia ellos con Kanshou y Bakuya.

Artoria no sabia que decir en ese momento. Sabia que le gustaba Shirou, su valentía, determinación, perseverancia, y la forma cariñosa con la que siempre la trato habían hecho que se fijara en él. Pero su deseo por el santo grial para cambiar su pasado siempre tomaba lugar en su mente. Las palabras de Shirou eran ciertas pero el aun así la aceptaba completamente por todo lo que era ella.

Antes de que pudiera responder a esos sentimientos su visión fue nublada por el ataque de Gilgamesh.

"Enûma Eliš." Dijo Gilgamesh antes de disparar su ataque hacia Shirou y Artoria.

Artoria solo pudo ver como Shirou recibió el ataque de frente antes de que una luz roja la cegara y perdiera el conocimiento. "Shirou…" Dijo Artoria al ser absorbida por aquella luz.


Al mismo tiempo en la línea temporal de Ritsuka Fujimura (Gudao)

Gudao estaba de rodillas al lado de Mashu. Detrás de ellos Cu Chulain, Jean Alter, Kiyohime, Medea Lily, y Astolfo yacían inconscientes. Habían luchado contra múltiples desafíos durante esta guerra y los habían superado todos hasta este momento. Frente a ellos una figura flotaba preparando su ataque final el cual acabaría con todo a su paso.

Goetia era el desafío más grande que habían enfrentado. Nada de lo que le lanzaran tenia efecto pues ni siquiera el Enûma Eliš de Gilgamesh, quien había desaparecido con varios de los demás sirvientes que los acompañaban había surtido efecto.

Sus ataques y velocidad eran tan imparables que muy pocos sirvientes eran capaz de llegar a tal velocidad. Pero ahora todo estaba perdido, no tenían mas fuerzas para seguir y sin Solomon para hacerle frente su final estaba cerca.

"Senpai por favor márchate de este lugar. Yo te protegeré." Dijo Mashu al pararse con dificulta y invocar su escudo.

Goetia los miraba con odio y desprecio. "Patéticos humanos no podrán salvarse de esto. Este es su final. Ars Almadel Salomonis." Grito Goetia antes de disparar su fantasma noble hacia ellos.

Mashu al ver el ataque acercarse supo que el momento había llegado. Con lo ultimo de su fuerza grito "Lord Camelot." Su escudo máximo fue invocado haciendo frente al potente ataque final de Goetia. Mashu sabia que tal ataque seria demasiado para ella, así que volteo a mirar a Gudao, pero lo encontró justo detrás de ella.

"No te permitiré que mueras para salvarme mi querida Mashu." Dijo Gudao al agarrar a Mashu y moverla atrás de él. Gudao rápidamente sostuvo el escudo para que el fantasma noble se sostuviera solo un poco más a través de su mana. "Mashu te amo. Aunque se que no eres la única que tiene lugar en mi corazón quiero que recuerdes que siempre te amare tanto como a las demás."

El escudo se rompía rápidamente y Mashu trato de alcanzar a Gudao, pero una luz roja la envolvía haciendo la perder el conocimiento. "Gudao…" Dijo Mashu antes de ser absorbida por aquella luz.

El escudo se rompió dejando que el ataque de Goetia eliminara todo a su paso. Gudao no llego a ver como Mashu había desaparecido.


En la línea temporal de Hakuno Kinishinami

Cuanto años esperaron por la llegada de Velber ya no lo recordaban pues al final había sido inútil el prepararse por tanto tiempo. Archimedes había sucumbido al poder de aquella amenaza interestelar volviéndose uno con ellos. Con el gran conocimiento que les otorgo al volverse uno con ellos logro acabar con cada uno de los sirvientes en la célula lunar. Su objetivo estaba a punto de ser cumplido.

Ahora solo quedaban ellos cuatro, Nero, Tamano, Altera y Hakuno. Todos mal heridos y mirando como la corrompida forma de lo que fue Archimedes los miraba mientras flotaba sobre ellos. Su cuerpo ahora de un color purpura oscuro con marcas doradas y combinando lo que fue Sefar mucho años atrás era la personificación viva de lo que era Velber.

Su poder era capaz de volar sistemas solares enteros, pero decidió mostrarles la perdición pura antes de acabarlos. Uno por uno todos y cada uno de los sirvientes que protegían a la célula lunar habían sido derrotados hasta no dejar nada. Ni siquiera Gilgamesh que uso todo su arsenal pudo derrotarlo mucho menos Nero en su forma Venus. Era en verdad un monstruo listo para destruir todo a su paso.

"Se dieron cuenta es inútil luchar contra el fin de todo. Nada que tengan puede vencerme y ahora terminare con todo esto." Dijo la voz malévola del corrompido Archimedes. Comenzó a cargar lo que ya era conocido como su fantasma noble Katoptron Katho Phlegon, pero este era mucho más grande de lo que habían visto antes.

Hakuno sabia que el final había llegado, pero se dispuso a hacer un último sacrificio inútil tratando de salvar a las chicas que ha amado y acompañado todos estos miles de años. Usando su anillo el cual controlaba todo lo que era la célula lunar dirigió todo le poder restante a una barrera que cubría a los cuerpos mal heridos de las chicas.

Ellas vieron como su amado Hakuno se levantaba con su ultimas fuerzas mientras que una barrera se formaba alrededor de ellas. La primera en hablar fue Nero quien no tenia mas fuerzas para si quiera levantarse al igual que las otras dos.

"Amor mío que estás haciendo?" Dijo Nero con gran dificultad.

"Un ultimo sacrificio por amor, mis amadas." Dijo Hakuno. Sabia que este era su fin pues aun cuando deseara con todo su ser por un milagro este no llegaría.

"Hakuno no lo hagas no puedes abandonarnos." Dijo Tamano al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

"Esto es lo ultimo que puedo hacer para tratar de salvarlas. Célula lunar toda la energía y datos hacia la barrera de las chicas esta es mi orden final." Dijo Hakuno mientras su anillo brillaba.

"Hakuno no lo hagas. Tu fuiste el que me pidió seguir viviendo no puedes sacrificarte solo por tratar de salvarnos." Grito Altera al tratar de levantarse y salir de la barrera, pero le fue imposible.

"Hemos vivido los cuatro juntos por miles de años. Todo fue calma y felicidad, pero no me arrepiento de hacer esto por ustedes tres. Las amo con todo mi ser chicas." Dijo Hakuno al voltear a verlas con una sonrisa y algunas lágrimas.

"Katoptron Katho Phlegon Ultima." Dijo Archimedes disparando su ataque directo a Hakuno.

"Hakuno noooo." Las chicas gritaron antes de ser absorbidas por una luz roja antes de que el ataque las desapareciera también a ellas.

Así fue como Velber destruyo todo lo que fue la célula lunar.

Todas estas fueron las líneas temporales fallidas en las cuales aquellos que debieron enfrentar al mal fallaron por diversa razones. Solo faltaba una última línea alterna para que el trio de dioses comenzara su intervención.


En la línea temporal de Miyu Emiya Beta

Shirou Emiya se acercaba a donde se encontraba su hermana, Miyu. Estaba mal herido después de que Julian Ainsworth la clavara una daga en el vientre. Sabia que no le quedaba mucho tiempo y que Angelina vendría para detener su plan.

Él había fallado en todo en esta vida. Sakura murió tratando de salvarlo, Miyu seria usada nuevamente como Kiritsugu y el trataron de hacer una vez. Error tras error era todo lo que él había cometido en su vida, excepto el querer a Miyu como la quería. Ella era lo ultimo que le quedaba y desearía haber sido mas inteligente, fuerte y decidido para prevenir todo lo que había ocurrido.

Sabia que Julian y Angelina tratarían de seguirla por lo que ya tenia la idea de que podía hacer. Este sería su ultimo sacrificio y la primera cosa que haría bien en su vida.

Después de caminar un poco mas llego hasta el altar donde se encontraba Miyu. Ella lo vio llegar y sus emociones se encontraban en caos en aquel momento.

"Hermano mayor…" Dijo Miyu al verlo. La sangre que teñía su vientre de rojo la asusto.

"Miyu." Dijo Shirou tosiendo un poco de sangre al arrodillarse enfrente de su hermana.

"Estas herido…. Por que viniste. Se la verdad, sé que Kiritsugu y tú me usarían para sus propósitos." Dijo Miyu con lagrimas en sus ojos. Le dolía saber que aquel en quien confiaba por tanto tiempo tan solo la quería usar por sus poderes.

Shirou la vio y solo saco las cartas de los siete sirvientes. "Te falle Miyu. Desde un principio lo hice. Es cierto de que en un principio quise seguir el plan de papa, pero desde que comencé a verte como una hermana dejé ese plan atrás. Decidí vivir por ti cada uno de mis días, pero te falle. No hay un cielo esperándome después de esto, pero me asegurare de que nadie te use y que tengas a alguien capaz de protegerte por toda la eternidad como yo no pude." Dijo Shirou mientras las cartas comenzaba a flotar y rotar encima de Miyu.

"Hermano que haces?" Pregunto Miyu aun con sus emociones en caos. Se alegraba un poco por aquella declaración de su hermano, pero todavía no estaba segura de creer en él.

"Cumplir mi deseo y asegurarme de protegerte con mi ultimo aliento. Santo Grial escucha mi deseo, te pido que envíes a Miyu a un mundo en donde sea protegida de cualquier mal y pueda ser feliz por toda la eternidad." Dijo Shirou haciendo que el santo grial comenzara su trabajo. Una luz roja comenzó a rodear a Miyu mientras las cartas continuaban girando encima de Miyu.

"Hermano porque haces esto…" Miyu fue detenida por un beso en la frente de Shirou.

"Quizás yo te falle, pero estoy seguro de que aquella persona con quien te encuentres en aquel mundo te protegerá mas de lo que yo hice. Se feliz en ese mundo Miyu pues este ya no es el tuyo. Como tu hermano solo te pido que no trates de regresar pues yo ya no estaré." Dijo Shirou al separarse de ella.

"Hermano mayor, Shirou no me dejes sola. No te vallas, por favor." Grito Miyu tratando de salir de aquella luz, pero le era imposible. Las lagrimas brotaban de sus ojos al darse cuenta de que su hermano moriría.

"Recuerda Miyu, te amo hermanita y siempre lo hare." Dijo Shirou antes de darse la vuelta y marcharse fuera de aquella caverna.

"Shirou, Shirou no lo hagas, quédate conmigo por favor. No me dejes." Grito Miyu al verlo marcharse. La luz se hizo más densa y comenzó a absorber a Miyu. Las cartas se hicieron ceniza antes de que Miyu perdiera la conciencia y fuera absorber a Miyu. Lo ultimo que vio Miyu fue la espalda de su hermano desparecer de aquella cueva.

Shirou no volteo en ningún momento y siguió su camino hacia afuera de la cueva. Era hora de enfrentar su futuro. Al llegar afuera se encontró con Angelica usando la carta del arquero mientras sostenía a Ea la espada mas poderosa de Gilgamesh.

"Es hora de que mueras Emiya." Dijo Angelica al levantar su espada y hacer que aquel cilindro rotara a toda velocidad.

"Eso creo, pero me iré con un ultimo ataque." Dijo Shirou al usar todo su mana restante y lo ultimo de su vida para recrear una espada legendaria. Estaba forzando su habilidad a tal nivel que su cabello rojo comenzó a teñirse de blanco. Siguió buscando en lo mas profundo de su habilidad y conexión con el espíritu de EMIYA buscando por aquella espada que marcaba el destino de cada Shirou Emiya, Excalibur.

Sus circuitos mágicos habían llegado a tal limite que sentía como hemorragias internas comenzaba a aparecer en su cuerpo mientras aquella arma comenzaba a tomar forma. Shirou sabia que este era el final de su vida, pero se iría dándolo todo con tal fantasma noble.

"Es inútil Emiya no podrás derrotarme con esa copia barata." Dijo Angelica mientras sentía que Ea estaba casi lista para ser usada.

"Nunca sabes hasta que lo intentes." Dijo Shirou al alzar sus manos juntas junto a la espada de energía dorada que estaba recreando. El daño que le estaba causando era casi imposible de aguantar, pero su perseverancia lo estaba manteniendo de pie para usar aquel ataque.

"Este es el final. Enûma Eliš." Grito Angelica al usar su fantasma noble.

"Excalibur." Grito Shirou al usar su copia del legendario fantasma noble.

Ambos ataques de energía chocaron en el medio de aquel lugar. Por un momento se podría pensar que estaban igualados, pero rápidamente era obvio quien tenia la ventaja al ver como el ataque de Angelica avanzo acercándose a Shirou hasta que lo consumió todo a su paso.

Lo último que pensó Shirou fue en la cara de su querida hermana antes de ser desintegrado por el ataque de Angelica.

Así fue como el ultimo de cuatro héroes cayo en batalla.


Después de haber rescatado a las seis chicas A.S. reinicio las tres primeras líneas temporales antes de que él, Aria y Asmodeux se dirigieran hacia las almas de aquellos héroes caídos.

"Es hora de que aquel que tomara el trono de los héroes nazca." Dijo A.S. mientras dejaba a los seis cuerpos inconscientes dentro de una pequeña subdimensión. Era mas como un vacío blanco con solo ellas flotando en el.

"Esperemos que acepten esto, amor." Dijo Aria.

"Lo harán pues ello lo perdieron todo y solo un camino les permitirá alcanzar sus objetivos." Dijo A.S.

"Tres han de convertirse en uno y uno ha de convertirse en la espada que forjara su unión a ti." Dijo Asmodeux.

El nacimiento del eterno rey de los héroes había comenzado.