A mi no me pertenece DGM o cualquiera de los personajes, solo las ideas de elaboración.

Prologó:

-No solo bebemos la sangre de humano por diversión…si no que buscamos la más deliciosa de todas…y solo existe en este mundo una sola persona portadora de ella-

-Dialogos-

-Flash Back-



Era como una guerra, ese pequeño mundo. Todas las noches, lo único que se podía ver era una luna roja y lagos de sangre. Sí, era un pequeño pueblo donde las más grandes bestias habitaban y lo único que deseaban era tomar la sangre de la gente. Siempre, todas las noches la gente debía ser cuidadosa, no debía de dormir a causa del miedo de ser atrapados, no debían de dejar a sus familiares morir.

Eso era en los siglos antiguos, en los tiempos en la cual la tierra era un lugar devastador. Pero el tiempo avanza y las cosas cambian, ¿no es así? Se podría decir que los años iban transcurriendo y todo eso había finalizado y que por fin la paz había llegado a su planeta. Para ser un inicio puede darse a entender como una linda historia llena de felicidad, pero en realidad no es así. Cuando crees tanto en algo que tus esperanzas regresan y decides seguir tu vida sin preocupaciones, ¿pero que harías si todo volviera a pasar? ¿Si la guerra entre bestias y humanos diera inicio otra vez? ¿Serías capaz de seguir adelante como en un principio y no morir en la desesperación? Una vez, las bestias llegaron a formar un pacto con los humanos, uno de hermandad en el cual nadie mataría a nadie; pero esto solo duro un limite de dos años y medio. Para poder comenzar bien esto, regresemos la historia pocos mese antes de que todo este caos fuera nuevamente desatado…

Iban saliendo de clases, hablando y sonriendo plácidamente como todos los días, diciendo cosas incoherentes que les hacia gracia.

-¿Enserio?- rió un poco –Jamás llegue a imaginar a Komui-san de esa forma.

-Sí, fue muy gracioso al igual que algo embarazoso- realizo un puchero con un leve sonrojo.

-Alégrate Lenalee, al final de cuentas eso demuestra que tú hermano te tiene mucho cariño.

-No es eso, si no que últimamente ha estado muy sobre-protector.

-¿Y eso? ¿Otra vez hay un chico que te esta acosando?- pregunto exaltado mostrando preocupación. La chica rió.

-No, claro que no Allen-kun. Esta vez es diferente, muy diferente.

Aunque no sabía a que iba la platica, una pequeña preocupación no dejaba de rondar su cuerpo, sabía o más bien algo le decía que el tenía que ver en algo; y no sabía del porque.

-Te has fijado- hizo una pausa mirando el cielo deteniéndose por un momento –Que en las ultimas noches siempre se aparece una bella luna roja.

El chico sonrió.

-Sí, la he notado y concuerdo contigo. Es realmente hermosa- miro al cielo igual que ella –¿Pero eso que tiene que ver con la sobre-protección de Komui-san?

-Realmente no sabría decirte- suspiro bajando la mirada –El ha estado comportándose algo extraño…

-¿Cómo?- la platica se le hacia cada vez más interesante que deseaba saber más y más sobre sus problemas.

-Dice que esa luna solo trae desgracias, que ella convoca las creaturas de la noche- el chico abrió por completo los ojos al escuchar a su amiga decir eso –Y… ¡No lo soporto! Cada vez que lo dice ni siquiera yo le llego a entender.

-Debes ser paciente, el luego te lo explicara todo.

-¿Y tu Allen-kun, sabes algo al respecto?

-No.

-Ya veo, lamento la pregunta.

Siguieron caminando hasta llegar a una calle de cuatro esquinas. Allí se detuvieron, bajo la luz de un faro.

-Bien, creo que de aquí en adelante me voy sola- le sonrió la chica.

-H'mm…Suerte y trata de no desesperarte mucho con lo de tu hermano.

-Es más fácil decirlo que hacerlo- hizo un puchero –pero haré lo mejor que pueda.

-Esa es la Lenalee que conozco.

-Allen-kun, recuerda que sea como sea que me comporte yo siempre seré la Lenalee de siempre.

-De eso estoy muy seguro- le brindo una sonrisa.

-Gracias, Allen-kun.

-Bueno, igual me debo de ir. Nos vemos mañana, Lenalee- se dio media vuelta, comenzando su camino lejos de ella.

-Adiós Allen-kun- movió su mano en lo alto, despidiéndose de este.

Al verlo desaparecer en la distancia, esta bajo su mano y la poso por un momento sobre su pecho, soltando un pequeña suspiro. Miro hacia el cielo, dándose cuenta de que ya estaba oscureciendo y la luna roja comenzaba nuevamente a aparecer. Se quedo allí por un momento admirándola, pero después recordó que su hermano la mataría si no llegaba a tiempo a casa. Se dio media vuelta, marchándose hacia su casa.

En la dirección en la cual se había ido el chico con anterioridad, había aparecido una pequeña bruma, mostrando dos sombras detrás de esta. Una de ellas sonreirá, mirando como la chica se marchaba.

-Ella si que es una buena presa- dijo una de las sombras.

-¿Enserio es todo esto necesario? ¿No puede ser otra persona?- cuestiono algo preocupado, recibiendo una mirada de gracia por parte de la otra persona.

-No es que yo quiera a esa pequeña mocosa, pero el general nos dijo que la capturáramos.

-¿No sabes porque esta tan interesado en ella?

-Según él, ella es la poseedora de una de las sangres más deliciosas que sería capaz de satisfacer el hambre de un vampiro por meses- aclaro.

-Pero…- antes de que digiera alguna otra palabra su compañero le interrumpió.

-Si no lo mal recuerdo, tu siempre estas junto con ella, tu sobre todos los demás sabes como es el olor de su sangre, sobre todo su sabor- el chico abrió por completo los ojos, asustándose un poco. Sí, lo recordaba, el conocía a la perfección el aroma de su sangre ya que él…una vez fue capaz incluso de probarla.

-Flash Back-

Estaban en un restaurant, el y la chica. Ella trabaja como mesera de medio tiempo y ese día ella había invitado a comer a su joven amigo ya que se lo había prometido desde hace ya largo tiempo. Estaban dentro de la cocina, ella preparándole algo ya que quería hacerle algo especial. En esos momentos, no había nadie dentro, ese día la mayoría de los trabajadores habían salido antes de tiempo y a ella le tocaba quedarse hasta que el último cliente se fuera y ese era su amigo.

-Lenalee, no te esfuerces mucho, cualquier cosa esta bien- dijo, tratando de no complicarle la vida a su amiga. Esta le miro por un momento, antes de regresarla a la estufa.

-Estoy bien, aparte que recuerda que te prometí hacerte algo rico.

-Pero…- le interrumpió.

-Ya casi término, solo aguanta un poco más- el chico solo suspiro, rindiéndose ante los mandatos de su amiga.

Sí, ya casi terminaba, solo le faltaba el pequeño toque final antes de llevarle el plato al chico.

-Allí tienes- se lo puso en la mesa, sin antes darle una de sus miles dulces sonrisas.

-Ahhh- se había asombrado ante el platillo –Muchas gracias, Lenalee.

-Me alegra que te haya gustado.

-Gracias por la comida- anunció, antes de tomar el primer bocado.

La chica sonreía mientras lo veía comer, pensaba que todo estaba bien, hasta cierto momento que recordó que no le había servido nada de tomar.

-Lo siento, ahorita te sirvo alguna bebida- se dio vuelta, tomando un vaso de cristal y abriendo el refrigerador en busca de un liquido que fuera del agrado del chico.

-Así esta bien, no debes de…- quedo callado. La chica, al querer tomar una cosa tiro la otra. El vaso había caído al piso, rompiéndose en miles de fragmentos.

-¿te encuentras bien, Lenalee?- pregunto sintiéndose algo preocupado. Esta asintió, poniéndose de cuclillas para poder recoger cada pedazo.

-No te vayas a cortar, déjame ayudarte- se paró de su asiento, hiendo hacía con ella.

-Esta bien Allen-kun, tu termina tu comida- miro a verle, olvidándose que sus manos estaban recogiendo los vidrios y al final cortándose. Hizo una pequeña mueca, pero no hubo mucho dolor del todo.

-¿Lenalee…?- se agacho a su altura, mirando al suelo que se estaba llenando de pequeñas gotas de sangre que salían de su dedo.

-Esta bien, no es nada grave- le sonrió, queriendo meter su dedo a su boca para poder succionar su sangre. Para su sorpresa, el chico tomo su muñeca, impidiendo que esta prosiguiera.

-¿Allen-kun?- se sintió extrañada. Este se acerco lentamente a ella, abriendo su boca para el poder succionar la sangre de la menor. La chica no podía ver la mirada de este ya que estaba siendo cubierta por su pelo. El chico ya tenía en boca el dedo de la chica, lamiéndolo con la lengua quitando cada rastro de sangre que le quedase. La chica no pudo evitar sonrojarse ante el tacto.

No podía pensar, solo hacia lo que sus instintos le decían. El sabor de esa sangre, su aroma…eran como una pequeña droga para el que la disfrutaba a lo máximo. Mordió un poco su dedo, sacándole más sangre para poder disfrutar. Era tan exquisita…

-¿Allen-kun?- volvió a llamarle ya algo preocupada por su actitud. Este al escuchar su voz salió por completo de sus pensamientos, regresando a la realidad. Miro a la chica algo asustada y allí el se fijo que tenía su dedo en boca con algo de sangre chorreando todavía. Se percato del pecado que estaba cometiendo en esos momentos.

-L-lo siento mucho- soltó su mano, volteando la mirada para evitar verla a esta a los ojos.

-No importa, aun así…gracias- un sonrojo más grande apareció en ella. Este no pudo evitar querer mirarla nuevamente, asombrándose más…

-Fin de Flash Back-

Bajo la mirada, apretando los puños al recordar todo.

-Vez Allen, entonces será mejor comenzar con la misión, no quiero que el General nos grite.

-Entiendo, Lavi.

-…….-

Había llegado a su casa y lo primero que hizo fue acomodar sus libros en un estante junto a un sofá. Miro alrededor de su casa en busca de algún desastre para poder acomodarlo, todo estaba en perfecto estado.

-Nii-san, estoy en casa- anunció, buscando por el en alguna habitación.

-¿Nii-san?- murmullo algo preocupada al no recibir respuesta de este.

-…- seguía sin haber respuesta del antes susodicho. La angustia estaba dominando su cuerpo al igual que la preocupación. Trataba de recordar si su hermano tenía alguna actividad o pendiente durante la noche para tratar de calmar su angustia y no morir de ello. Su mente estaba en blanco, no recordaba exactamente nada.

Siguió caminando abriendo las puertas de cada habitación. Había buscado en todas, la única que faltaba era la de ella.

-¡…!- se escucho un ruido proveniente de su alcoba. Imagino por un momento que su hermano estaría haciendo experimentos raros en su cuarto así que solo pudo sonreír, sintiéndose más calmada.

-Nii-san, ¿Cuántas veces te he dicho que no hagas cosas raras aquí dentro?- abrió la puerta, para el final llevarse una aterradora sorpresa. Quedo por completo petrificada…ni siquiera se quería imaginar que fue lo que sucedió allí dentro.

Sus paredes violetas resaltaban unas machas color rojo, al igual que su cama, piso y otras partes…todo estaba manchado de ese color.

-¿Nii-san? ¡NII-SAN!- grito en busca de respuesta, solo una risa se pudo escuchar.

-Tardaste mucho en llegar- dijo una voz masculina. Esta frente a ella, sentado sobre su cama con el cuerpo de su hermano en brazos y con la boca llena de sangre. La chica llevo una de sus manos a su boca, tratando de no vomitar por la asquerosa escena.

-¿K-komui nii-san?- no creía lo que sus ojos violetas veían. El chico de melena roja que estaba frente a ella sonrió en malicia.

-¿Tienes miedo verdad? Eso es normal de un humano- comenzó a hablar -Sabes, te ves más linda así que cuando sonríes.

-¿Humano? ¿No se supone que tu también eres un humano?- cuestiono asustada, dando pequeños pasos para atrás queriendo retroceder.

-¿Si soy humano?- soltó una pequeña risa –Soy mucho mejor que eso- le miro con sus ojos jade asustándola un poco más –Yo soy un vampiro.

¿Vampiro? Ella misma se decía que eso era imposible, que los vampiros se habían extinto hace ya varios siglos atrás, cuando la guerra entre humanos y demonios había finalizado. Así que..esto era una completa mentira, ¿no? Trataba de engañarse mentalmente, diciéndose que esto era solo una terrible pesadilla y que pronto despertaría.

-No es un sueño, esto es la realidad- dijo, como si fuera capaz de leer sus pensamientos. La chica se asusto, queriendo sin razón comenzar a llorar. No, si había razón para llorar. Al ver ese terrible monstruo sostener el cuerpo de su hermano que ya hacia muerto, al ver a su hermano en ese estado le provocaba llorar de esa forma y sentir de esa forma.

-No...- una lágrima salió de su ojo izquierdo, provocando una gran sonrisa sobre el rostro del extraño.

-Lamento que tu realidad sea así de cruel, pero no hay nada que puedas hacer ya…- dijo, parándose de la cama y aventando el cadáver al suelo.

-A-aléjate… ¡ALEJATE!- grito, saliendo corriendo del lugar. Este sonrió más.

-No se te será tan fácil huir de tu realidad.

Ella vivía por el bosque, en una caballa un poco alejada del pueblo. Mientras ella corría entre el bosque, los lobos comenzaban a aullar, los pájaros que ya hacía allí salían volando como si huyeran de algo. Ella deseaba ser como ellos por un momento, quería huir de ese lugar. Deseaba vivir.

Miro por un momento hacia atrás distrayéndose, queriendo ver si el chico no le perseguía. Estaba tan oscuro que ni ella podía ver nada. Seguía corriendo de esa forma, no mirando hacia al frente. Su camino se detuvo al chocar contra algo, asustándola por completo.

-¡NOO!- grito, golpeando a lo que estaba frente a ella. Esto lo sostuvo de las muñecas, deteniendo su ataque y haciéndola mirar al frente, haciéndola sentir mejor.

-¡Allen-kun!- al apenas verlo lo abrazo. Llorando sobre su pecho tratando de desahogar su pequeño dolor.

-Lenalee, ¿estas bien?- el sabía a la perfección lo que estaba pasando, solo disimulaba y jugaba con sus sentimientos por un momento.

-Ayúdame por favor, hay alguien que me persigue…el dice que es un vampiro- ante el estado de la chica, el joven no pudo evitar sonreír. Ella noto su sonrisa, haciéndola sentir un mal presentimiento. –Allen-kun, ¿Por qué sonríes?- cuestiono, tratando de alejarse de este. El no la dejo ir, seguía sosteniendo sus muñecas pero esta vez con un poco más de fuerza, lastimándola.

-Suéltame, Allen-kun- lloró, forcejeando para salirse del agarre. Este la soltó de las muñecas, esta vez tomándola por la cintura y apegándola más a su cuerpo. El posiciono su cabeza sobre el hombro derecho de la chica, aspirando el aroma de su cuello.

La chica sintió como su amigo olía su cuello al igual que su respiración, ante ello no pudo evitar estremecerse un poco y sonrojarse por igual.

-¿A-allen kun?- murmuro. No tenía muchas fuerzas para poder gritar más, pero sus ojos seguían derramando lágrimas.

-Espero que me perdones, Lenalee- su voz sonaba culpable, eso sorprendió a la chica.

-¿De que…?- no pudo terminar de hablar por culpa del contacto. El chico había lamido su cuello, como si saboreara algún dulce.

-¿Allen?- dijo, antes de sentir gran dolor en su cuerpo haciéndola sentir más débil que antes. El chico, había clavado sus colmillos sobre el cuello de la chica, succionando su deliciosa sangre con delicadeza. La chica, con las pocas fuerzas que le quedaban, volteó a verlo y se quedo asombrada. El también estaba llorando como ella, como si estuviera arrepentido de algo.

-Te disculpo, Allen-kun- fueron sus últimas palabras, antes de caer desmayada en los brazos del peli blanco. Abrió los ojos al escuchar sus últimas palabras, haciéndole sentir más culpable que antes. Saco sus colmillos de su cuello, retirando con su lengua los dos pequeños ríos que salían por su cuenta del cuello de ella. La abrazo con fuerza, llorando por sus actos.

-Allen, no creo que el General este feliz por lo que acabas de hacer.

-…- no respondió, solo seguía abrazándola. El chico que se encontraba recargado contra un árbol solo pudo suspirar.

-Como sea, creo que ya es hora de irnos- miro al cielo, admirando más y más la luna roja que estaba frente a ellos.

Se podría decir, que durante estas noches es cuando los cazadores de la noche salen por su alimento, cuando la luna represente la sangre de los inocentes que iban muriendo. Esta noche le toco a ellos dos, pero quien sabe si más personas sufrieran de ese mismo destino. La gente sigue olvidándose de las verdades, se olvidaban que los mitos siempre eran verdaderos…


Gracias por leer y espero tener el proximo episodio listo antes del vienres. No espero comentarios, solo con sentir la satisfacción de que la historia haya sido de su agrado. De antemano quiciera decir que los vampiros de esta historia no son a los que realmente existen, sus actitudes y demás cosas fueron inventadas por mí.