Hola, primero que nada este es mi primer fanfic asique espero les guste. Empezar a escribir esta historia para todas las cosas que yo quisiera agregar a mis animes favoritos o que me haya gustado que haya pasado de otra forma.


CAPITULO 1. EL COMIENZO DE TODO


SAGA 1: AAO


Hace miles de años el mundo sufrió un colapso ¿Cómo lo sabía? En realidad solo lo estaba soñando.

Era un mundo oscuro lleno de caos, donde había varias personas dispersas que al verme se acercaban formando una fila y se inclinaban al verme…


De repente mi mente se despejo y se empezó a infiltrar en mi sueño, recordé que debía despedirme de Hotaru, como si fuera poco el tiempo el que pasamos juntas y ahora se marchaba. Me levante olvidándome del horrible sueño y corriendo al armario solo para combinar una blusa de tirantes blanca, con una falda naranja y medias blancas hasta la rodilla, con unas botas de color café.

Me despedí de mi abuelo y fui a la reunión que organizo la comunidad para despedir a "La genio del pueblo, Hotaru Imai", en simples palabras mi mejor amiga. De camino a su casa me di cuenta de la gente que había enviado la academia que se encontraban en dos limusinas, un poco alejados de la gente, un chófer en cada una, y dos personas más por cada limusina.

Hotaru estaba despidiéndose aún, cuando al pasar al lado de la primera limusina me percate de un niño dentro, parecía de mi edad y tenía las manos sujetas con una fina cuerda, nuestras miradas se encontraron, tenía unos ojos verdes muy bonitos.

-Mikan! - Hotaru me había visto, corrí a sus brazos.


En ese momento vi a la baka de Mikan que se encontraba frente a la primera limusina, cada una de estas tenía un responsable del colegio y otra persona encargada de la seguridad y claro de que no escaparas. La llame ¿para que se acercaba la tonta? Así solamente llamaba la atención de las personas de la academia.

-Baka ya es tarde como siempre. El tiempo es corto si tienes algo que decir dímelo ahora- Mikan solo se me quedaba viendo mientras sollozaba intentando encontrar las palabras, cuando alguien bajo de la primer limusina, un tipo alto y rubio de ojos azules que nos miraba a Mikan y a mi…no específicamente a Mikan, instintivamente empuje a Mikan fuera de la visión de ese tipo – Vete a tu casa, baka.

- Hotaru, promételo vendrás a visitarme. – Dijo Mikan sollozando aún más, sin pararse de donde quedaba oculta.

Me subí a la limusina y la voltee a ver desde el asiento. – Pórtate bien Mikan, nos volveremos a ver. Lo prometo. – Y cerré la puerta de la limusina. Me di cuenta que en la limosina de en frente, seguían en la banqueta, ahora eran 2 personas las que se encontraban fuera de la limosina.

-Hola Hotaru chan, soy tu nuevo profesor de clase Narumi- El rubio en frente de mi parecía muy raro.

-Ey sensei. ¿Por qué no nos vamos? ¿Qué esperamos?- Parecía confundido por mis preguntas

-Muy pronto nos iremos. Deberías despedirte bien – Se a qué se refería, a la baka de Mikan que seguía en el suelo, cuando la mire puso su cara de determinación, se paró y grito

- ¡Siempre seremos amigas, Hotaru!

El jaleo pareció terminar en la limosina de en frente y en ese momento vi cómo nos alejábamos del pueblo y a su vez de Mikan que seguía sollozando, pero ya no se veía patética como cuando estaba en el suelo, ahora sonreía mientras me despedía con la mano.

- Siempre, lo prometo – Murmure mientras miraba al frente y me despedía de todo lo conocido para empezar una nueva vida


Han pasado dos semanas desde que Hotaru se fue, desde entonces no he recibido ni una carta suya simplemente parece que desapareció. En la escuela no nos dicen nada, sus padres se mudaron hace poco y el pueblo que tanto la admiraba parece haberse olvidado de ella en tan poco tiempo. Como si nunca hubiera existido pero yo no la olvidare definitivamente.

Suspiro mientras termino de cepillarme el cabello y cierro el sobre de la carta diaria que le escribí, mañana temprano pasare a dejarla antes de ir al colegio, pero la luz se baja y termina apagándose, como esta casa ya es vieja, no me sorprende a pertenecido a generaciones y generaciones de mi familia, mi abuelito me lo contó. Guardo la carta en un bolsillo de mi pijama y recorro mi cuarto con una mano en la pared hasta dar con la puerta, al llegar a las escaleras escucho un ruido.

-Tonta ve con más cuidado, haces mucho ruido – Una voz de un chico, me pego más a la pared. ¡Alguien está dentro de la casa!

-Si esta casa no fuera tan confusa y tuviera tantos pasillos, sería más fácil, no es mi culpa – Es la voz de una chica, no suenan muy mayores, ¡Ladrones! tengo que llegar con mi abuelito y salir de aquí.

Sigo por el pasillo y entro a mi cuarto que se encuentra en el tercer piso, la única forma de llegar al cuarto de mi abuelito es por las escaleras pues se encuentra en el segundo piso. Me desespero, pensado en que lograre hacer en esta situación y decido que la única forma será utilizar la ventana del baño de mi cuarto, donde debajo se encuentra un balcón, si salto poder llegar al segundo piso y solo tendré que recorrer el pasillo para el cuarto de mi abuelito.

Me encierro en el baño e intento subir al borde, es más alto de lo que imaginaba, logro quedar sentada en el borde y salto cerrando los ojos, me arrepiento al instante mis rodillas reciben el impacto y las palmas de las manos tampoco les va tan bien, espero no haber hecho tanto ruido, corro a la puerta del balcón y la encuentro ¡Cerrada! Ahora no sé qué hacer, saltar del balcón de nuevo sería una locura, decido que si rompo el vidrio haré mucho ruido pero si entro a la primera solo tendré que correr el pasillo y sacar a mi abuelo y estaremos a salvo.

Entonces tomo el suéter de mi pijama lo envuelvo lo más apretado en mi mano y suelto un puñetazo al vidrio, esperando no hacer tanto ruido


Estamos en el tercer piso en el segundo cuarto a la izquierda, justo como nos indicaron, pero no encontramos ninguna chica, la descripción era precisa una niña de 10 años con ojos de color avellana verdosos, largo cabello castaño quebrado, la AAO la quería y nuestra misión era llevárnosla.

En realidad esta misión solo era para mí pero Haiiro chan al escuchar la descripción se empeñó en venir, usualmente no hacemos misiones juntos (Sé que no le agrado), pero ella misma se ofreció.


FLASHBACK

Algunos chicos y yo estábamos en la amplia zona de entrenamiento del primer piso, cuando Mihara entro, parecía su rutina normal donde elegía a algún desafortunado para entrenar o a otros cuantos para misiones, todos se dieron cuenta de su presencia pero todos fingieron no verlo para no ser sus víctimas, para mi mala suerte el chico con el que practicaba me derrumbo y atraje la atención de Mihara que puso una mano sobre mi hombro.

-Hijiri Eiichi, pareces no estar en forma. ¿Debería darte una misión? – Lo dijo con un tono despreocupado, como un padre protector, pero no me atreví a mirar sus ojos, sabría lo que vería.

-Sí, Mihara sensei será un honor ayudarlo – Sabía que era hipocresía tratarlo como si lo venerará, pero también sabía que malo era contradecirlo y que mi actitud de fiel sirviente me quitaría problemas que los más jóvenes no sabían evitar, era lo mejor.

Por fin me atreví a mirarlo, el parecía contento, me entrego un folder amarillo, al abrirlo vi toda la información, Mikan Sakura mi objetivo, mi misión traerla a la AAO.

-Mikan Sakura, la localización y demás detalles vienen en el sobre y no será problema, no tiene un Alice problemático. – Estaba a punto de dar media vuelta, cuando la vi Ume Haiiro, nunca habíamos hablado pero es de esas personas que no pasan desapercibidas.

-Mihara sama, quisiera ayudar con esta misión – Con lo cual hizo una ligera inclinación, me sorprendió verla ofrecerse para una misión, ella no hace nada sin un interés en mente, obviamente Mihara pensó lo mismo, pero simplemente deposito el sobre en sus manos con una seca respuesta.

-Como gustes.

Después de eso no supe interpretar si yo también debía ir y preguntarle a Mihara no tenía sentido, y Ume actuó como si no fuera necesario, pero decidí acompañarla.

Al llegar a la casa, ella fue directo hacia la caja de fusibles y la "toco" con su Alice, si tocaba a una persona la envenenaba, pero si era una cosa la oxidaba, corroía o la rompía, que esa era su intención, mientras forcé la puerta y la vi esperar detrás de mí, cuando la puerta se abrió ella me tendió la mano. Curiosidad y desconfianza me inundaron, pero ella solo me miro seria y sin expresión como siempre y dijo:

-Te hare invisible. Nos conviene mejor entrar y salir sin problemas ¿O no? – Su segundo Alice la invisibilidad, tome su mano y entramos, muy pronto encontramos al abuelo de la chica, se encontraba en la cocina al parecer buscando algo con que alumbrar, Ume soltó mi mano pero seguí invisible, se dirigió directamente al viejo para dejarlo inconsciente pero la detuve y me acerque a él.

Toque su hombro y le susurre – En cuanto vea a su nieta sujétela y grite, no la suelte – El viejo se quedó mirando a la nada. Y agregue –Mientras duerma. – En el instante el cayo en el suelo sin hacer ruido. Voltee y vi a Ume mirándome, no supe descifrar si era confusión o enojo lo que veía en su rostro – Pensé que no querías problemas y así es más fácil. – Ella negó con la cabeza y empezó a subir las escaleras olvidándose de no hacer ruido, la alcance hasta las escaleras que daban al tercer piso.

-Tonta ve con más cuidado, haces mucho ruido – Su reacción hizo que lo dijera más fuerte de lo que pretendía, era inexplicable lo que pretendía, se ofrecía para la misión, luego me ayudaba, pero cuando intentaba ayudar yo, se enojaba y estoy seguro que si pudiera ver su rostro en la oscuridad estaría aún más enojada

-Si esta casa no fuera tan confusa y tuviera tantos pasillos, sería más fácil, no es mi culpa – Me replico en tono de reproche, como una niña pequeña, fue la primera vez que sentí emoción en su voz y entonces recordé que en realidad Ume era más chica que yo, su voz me lo confirmaba.

-Está bien solo busquemos a la chica – Y subí lo que faltaba de las escaleras dejándola atrás, cuando entre en el cuarto seguía siendo invisible y pensé que sería más fácil, así esta chica que debía de raptar no gritaría o lloraría, solo quedaría inconsciente sin que se diera cuenta, ya sería el problema de otro aguantar sus lágrimas, pero no había nadie.

-¿Qué tal si huyo? – No note el momento en el que entro Ume, maldecía en mi interior por subestimar una misión tan fácil e incluso por no escuchar a Ume.- Verifica este piso yo iré al de abajo – Ella se desesperaba con facilidad, diciendo esto salió del cuarto, empecé a revisar los armarios, hasta que encontré un baño que disimulaba su puerta por un espejo, entre y lo primero que escuche fue un vidrio romperse en el piso de abajo, me asome por la ventana y la vi, una pequeña que rompía el vidrio, subí al borde de la ventana y salte, fue fácil y ella ni noto que estaba detrás, definitivamente era Mikan Sakura el cabello castaño, quebrado y largo lo confirmaba parecía muy concentrada intentando abrir la puerta por el espacio que había roto del vidrio.

-Pequeña ¿Necesitas ayuda? – Ella se quedó congelada y volteo, me miraba fijamente con miedo, me reí al pensar cuando yo estuve en su lugar, era muy pequeña, pero al menos yo no la maltrataría como me hicieron a mí, solo utilizaría mi Alice y ella iría conmigo por las buenas – Vamos, toma mi mano y solo sígueme. – Le tendí mi mano, pero ella siguió en la misma posición.

De repente, vi como en su cara se formaba la toma de una decisión. La decisión de huir. Grito y me pateo en la espinilla, yo solo pude tirarme al suelo y sorprenderme, mi Alice no le hizo nada.

Deje la sorpresa a un lado, y la seguí, en el pasillo estaba la pequeña y Ume la estaba "tocando" pero ella seguía en pie y bien, el Alice de Ume no la afectaba, ella solo la retenía con su fuerza, hasta que Ume capto que me dirigía hacia ellas y pareció amplificar su Alice, alcance a llegar para atrapar a la pequeña en mis brazos antes de que esta cayera ¿Qué pensaba Ume? Si no la tratábamos podría morir.

-Vámonos ya tenemos a la chica – y bajo las escaleras con una sonrisa ¿Por haber envenenado a una niña de 10 años?

Al principio no sabía que pensar de ella, pero definitivamente era muy tenebrosa, y al parecer su único motivo de acompañarme era lastimar a alguien indefenso.

Tome a la chica en brazos y me disculpe con ella por estar a punto de arruinar su vida.