Me removía inquieta en mi habitación. Mire el reloj y vi que faltan diez minutos. Resople. Me levente y mire si mi ropa estaba bien. No me importaba donde me queria llevar pero la idea de estar con el hacia mi corazón llenarse de emoción.

El timbre de la puerta sonó. Y mi corazón se disparo. Baje las escaleras corriendo. Tome el pestillo de la puerta y inspire hondo.

-Hola-logre articular al quedar embobada viendolo.

-Hola-respondió en voz suave con una sonrisa ladeada.

Los nervios se abian disipado. ahora era mi estomago el que se encogía al verlo.

-Veniste temprano-dije distraídamente.

-Hubiera venido antes, pero pensé que no estarías lista-me tomo de la mano y me saco.

Sonreí como tonta. El me miro antes de que entráramos a su coche.

Sus ojos verdes emeraldas brillaban haciendo mi corazón derretirse. Cada ves que lo tenia cerca era como escuchar música celestial. El era todo un sueño. Su cabello hoy relucía rebelde haciéndolo ver endemoniadamente sexy.

Abrió la puerta del coche y el olor me invadió me senti tan afurtunada con el.

-Que haces?-pregunte inquieta cuando me vendo los ojos.

-Es una sorpresa-murmuro cerca de mi oido haciéndome temblar.

Sentí su mano en mi mentón y luego sus dulces labios hacían amagos en mi boca. Se aparto demasiado pronto para mi gusto, pero sonreí tanto que hasta sentí una tirantez en la piel de mi cara.

-Creo que ahora me gustan las sorpresa- rei nerviosa nuevamente.

El puso música suave para el trayecto y se limito a tomar mi mano. Mi piel ardía donde hacia contacto con la suya. Cuando sentí que el auto se estaciono lleve mi mano a la venda. Sus dedos atraparon mi mano sujetándola para darle un beso.

-Aun no Bella-dijo y yo torcí el gesto haciéndolo reír. El sonido de su risa me recordó al de unas campanas.

Me abrió la puerta y me condujo por un sitio irregular. Me sujeto firmemente de la cadera. Hasta que paramos.

-Listo-dijo colocándose detrás mio.

Me quito la venda y abrí mis ojos. Vi que estabamos en un prado. Pero lo importante eran las flores de todos los colores posibles que formaban un corazón. Mis ojos se humedecieron.

-Te gusta?-pregunto abrazándome por la espalda.

-Me encanta-musite.

-Ese corazón es tuyo al igual que el mio-se limito a decirme antes de besarme el cuello haciéndome perder la concentración en el hermoso prado.

Me di vuelta y atrape sus rebeldes cabellos entre mis dedos. Mi corazón se ensanchaba en mi pecho de una manera tan asfixiante que me hizo llorar. El limpio mis lagrimas con la punta de sus dedos. Su lengua trazo el contorno de mis labios con destreza haciéndome gemir. Sentía mis piernas temblar y no sabia por cuanto tiempo soportarían mi peso.

-Me alegro que te guste-susurro apartándose para ver mi cara.

Sonreí quedándome ida viendo sus ojos. Se miraban tan brillantes como nunca antes. Me perdí como niña en su profunda mirada, nose por cuanto tiempo pero no me aburri. Grabe a fuego en mi memoria este momento. Perfecto sin palabras solo nuestras emociones hacían que tuviéramos la mas bella conversación jamas. La perfección de este momento me hizo llorar. Este era el mejor momento de mi vida.

Había solo una palabra capaz de describir lo que sentía y era amor. Solo al estar cerca de Edward me hacia caer rendida. Me dejaba sin aliento con una de sus miradas. Con un simple roce me hacia estremecerme. Con su voz me hipnotiaba. Y con sus palabras hacia mi corazón ensancharse.