Bla bla bla bla bla ya saben nada de esto me pertenece lo hago sin fines de lucro, etc, etc, etc...

Commentario: Vuelvo a mi vida de los fics tratando de superar los traumas que me ocasiono todo TODO lo post-DH xDD Asi que mejor lo ignoro. Supongo que esta no será una historia muy dulce al principio, asi que comienzo con este pequeño capitulo...


-Maldita Sea!- lo vio gritar y descargar los puños contra la pared. Ron lo sujeto por los hombros y la mirada de ira se desvaneció para ser ocupada por otra de desesperación, pidiendo auxilio. No podía más, su valentía se desvaneció. Por estupido estaba apunto de ser eliminado al principio de lo que debía de ser su victoria. Y no solo eso, sus amigos estaban con el. Esperando… esperando una lucha de la cual seguramente ninguno de los tres saldría vivo.

Ronald sabia que no debía decir nada, lo abrazó y la muchacha se unió a su abrazo.

-Estamos atrapados- le oyó decir. Un terrible escalofrió los recorrió a los tres. Y en un arrebato sintió la necesidad de hundir su rostro en su cabello y capturar esa esencia, tenerla fresca en su recuerdo. Tal vez seria la última vez que podría hacerlo. Ella siempre respetaba las reglas, claro con algunas excepciones, por que no existe la regla sin una excepción ¿no? Y estas últimas las había conocido con Harry y Ron.

Y como si el miedo fuese un detonante, algo en su interior explotó y se hallaba ante un viejo reglamento recién encontrado, uno que ella misma había escrito, pero que le era insoportable seguir, ya no dormía, en sus sueños o mejor dicho pesadillas, solo había una pregunta que deseaba hacer, la excepción a la regla de ocultar, de mentir: mostrar la verdad. Disimular se había vuelto un tormento, un mortal tormento que la estaba acabando, no físicamente sino emocionalmente.

No se atrevió a ponerle fin a todo eso, no, le gustaba tenerlo cerca, aunque para el no significara nada esos roces, no significaba nada cuando se acostaba en su regazo y ella solamente jugaba con su cabello color azabache mientras lo veía dormir. No, no había tenido la valentía de arriesgar esos pequeños pero importantes privilegios que tenia. Y en estos momentos se maldecía por que un beso aunque robado hubiese bastado y por darse cuenta ahora que definitivamente no era el momento para divagar sobre sobre reglas.

-Pero no es culpa tuya- la voz de Ron la saco de sus pensamientos.

-Pero estamos bien ¿no?- Ella también se levantó siguiendo el ejemplo de Ron. -Tienes el Horcrux, y saldrás bien de todo esto- le ofreció su mano. Mientras escuchaban los gritos y crujir la puerta que pronto cedería. -Solo debemos recuperar las varitas del modo muggle ¿no?- bromeó pero su voz se quebró

-Debes prometernos, que seguirás sin nosotros Harry- tragando saliva el pelirrojo continuo. Su voz, bromista, cordial, desapareció y otra se apoderó de el. Hermione sorprendida y con la vista nublada lo tomó de la mano, y apretó a ambos muchachos -o sin alguno de nosotros, por sobre todo saldrás de esta… y encontrarás los otros…-

Instintivamente el trío se volteo hacia la puerta, que entre bruma cedía Y como si todo se detuviera el tiempo vieron al mortifago de cabellos platinados, precisamente el que deseaban encontrar. Un instante que solo fue eso. Por que antes de que la barrera que representaba la puerta cediera los tres se lanzaron sobre él.

En tan sólo un instante una de las varitas se deslizaba por el suelo, las manos de los tres muchachos que se unían preparándose para escapar, una de ellas sangra. Un brazo la atrapaba por la cintura, un jalón lo suficientemente fuerte como para separarla, siente como las manos se desvanecen entre las suyas, dejándola peleando sola en brazos del mortifago, un mortifago rabioso. Ríos de lagrimas de desesperación y miedo invaden su rostro.