Hola, esta es la segunda historia de largo aliento que me animo a publicar. Esta vez se trata de vampiros con un toque de romance, humor y suspenso. Nuevamente el prota es Nath; qué puedo decir, hay algo en él que me inspira a escribir... Pues bueno, les dejo la primera parte de la historia, espero les llame la atención y la disfruten, subiré el primer capítulo en breve.
Cómo convertirse en vampiro y no morir en el intento
Sinopsis: Nathaniel vive la vida más predecible del mundo. Decidido a probar a sus padres que vale, hará hasta lo imposible por cumplir con sus expectativas, aunque eso implique dejar de lado sus propios sueños. Pero qué sucederá cuando su apacible rutina sea interrumpida porque: ¡Ha sido convertido accidentalmente en un vampiro! Si tener una mala calificación era ya de por si un motivo para revaluar las cosas, ¿qué hará Nath para esconder los colmillos que le salen cada dos por tres?, sin mencionar que empezará a sentirse cada vez más atraído por una misteriosa y un tanto torpe vampira, que parece esconderle algo importante acerca de su pasado. Y todo eso mientras intenta sobrevivir a un grupo de caza vampiros fanáticos que han jurado acabar hasta con el último chupa sangre. Definitivamente sus padres no van a estar nada complacidos…
Prólogo
En estos días nadie cree en nada ni en nadie. Si alguien le cuenta a su mejor amigo que ha visto una chica rubia con ojos azules que se vuelven de un rojo brillante cuando saca a relucir sus flamantes colmillos blancos, terminaría siendo objeto de burlas o, peor aún, sentado en el diván de un psicólogo. Ahora los de mi especie casi nunca recurren a la hipnosis, las personas simplemente se niegan a creer lo que han visto, todo es más fácil. Por cierto, si todavía quedan dudas, aclaro que soy una vampira. Así es, nací vampira y moriré vampira (si es que podemos morir algún día o tengo la mala suerte de toparme con un cazador). No es gran cosa en realidad, la mayoría de nosotros no lastimamos a nuestros donadores de sangre, preferimos tomar lo que necesitamos y ya. Incluso ahora es posible abastecernos con las reservas de sangre de lo hospitales. A cambio, solemos dar enormes sumas de dinero para beneficencia y tal. Es otra cosa que adoro de ser un vampiro, el dinero no es problema, vivimos lo suficiente como para obtener todo el que queramos. El único problema es que cada cierto tiempo, casi siempre algunas decenas de años, nos aburrimos y buscamos la forma de cambiar nuestra rutina. Y ya que al cabo de mi décimo año dándole la vuelta al mundo aún no me había quitado el hastío, decidí aceptar la propuesta que me llegó en una carta por correo (la mayoría de los vampiros preferimos los medios de comunicación tradicionales):
Querida Rui:
¿Cómo esta París en estos días? Espero que lo estés pasando bien. Sé que consideras una locura que me haya inscrito a una escuela secundaria en una pequeña ciudad que casi no figura en el mapa. Y entiendo que las aulas te aburren hasta la muerte (no literalmente, claro está). Pero pienso que es mi deber informarte que he encontrado algo que te interesará mucho y que debes ver cuanto antes (créeme, no te arrepentirás). Y con la esperanza de que no lo considerarás una impertinencia, reservé a tu nombre un boleto para un avión que sale mañana mismo de Francia. De verdad deseo que muy pronto nos encontremos en el Instituto Sweet Amoris.
Con el mayor cariño, tu primo Lysandro
