¡Saludos fans de la banda más famosa de Japón! Ambientado en la misma linea que "Mi vida con VOCALOID", les traigo la "Balada rosa turquesa", donde veremos como era la relación de Miku y Luka antes y después de volverse pareja. Sin más, espero le guste.
Truenos
Era nuestra tercera o cuarta noche en el departamento VOCALOID. Master por fin logró acomodar todos los muebles mientras que nosotros ensayábamos para nuestra primera presentación. No negare que aún estaba nerviosa por dormir en una casa ajena, aunque este es ahora mi hogar, pero estar lejos de mis padres y tíos era una experiencia aun aterradora.
Afuera llovía con fuerza, como de vez en cuando ocurre cada año; sin embargo, al vivir en un piso elevado es una experiencia aún más escalofriante porque te sientes más cerca de las nubes, lo único con que golpean las gotas de agua es con las ventanas de tu habitación y los rayos se aprecian más cercanos. Por lo mismo, yo no podía dormir. Estaba acostada en el centro de mi cama, con las sabanas hasta la cabeza y los ojos abiertos en la oscuridad, abrazaba el gatito de felpa que Luka me regaló cuando pasamos a segundo año de preparatoria.
Entonces el cielo se iluminó por un segundo, un destello azul inundó todo y el cielo retumbó con un espantoso trueno. Temblé asustada y abracé con más fuerza el pequeño muñeco de felpa. Es curioso, cuando lo estrujé en mis manos pude sentir que el aroma de Luka llegaba hasta mí, ese aroma a su cabello sedoso lavado con shampoo de jazmín.
De pronto escuché unos pasos que se alejaron de mi puerta. Me levanté de inmediato y me asomé al pasillo en silencio. Vi a Len arrastrando una almohada y llamar a la puerta de Master. De seguro se asustó con el rayo y ahora no podría dormir. Suspiré y cerré la puerta. Antes de volver a acostarme volví a escuchar pasos frente a mi habitación. Por mera curiosidad me asomé de nuevo y vi como Rin se había unido a su hermano. Ambos llamaban a Master con desesperación, golpeando cada vez con más fuerza. Al final Master les abrió, mirándolos con una cara de zombie recién resucitado y tambaleándose por el sueño.
—¡Master! —lloraron los Kagamine—. ¿Podemos dormir contigo? Traemos nuestras cosas, no importa si dormimos en el piso —le rogaron. Eso fue lindo, ellos aún son un par de niños. Bueno, yo solo me hacia la valiente; estaba asustada y por dentro pedía a gritos que alguien me abrazara. Pero para una chica de mi edad, eso sería muy vergonzoso.
Cuando vi que entraron casi a la fuerza, cerré la puerta y me dirigí de nuevo a mi cama. Pero apenas estaba a medio camino cuando alguien llamó a mi puerta. Con tanto movimiento, el sueño se me había espantado, así que fui a abrir.
—¿Luka? —dije al verla frente a mí, con su pijama negro y cargando con el conejo de felpa que le regale en agradecimiento por el gato.
—Miku —tartamudeó—. ¿Puedo pasar?
¡Me quería morir por la ternura! Siempre vi a Luka como una chica madura y fuerte, sin miedo de nada. Y que se apareciera de pronto en mi puerta, con miedo por la intensa lluvia, solo me hacía querer abrazarla. Sin dudarlo, la deje entrar.
Estábamos las dos acostadas en mi cama, mirando el techo sin decirnos nada. Los muñecos aun nos acompañaban y Luka estaba sonrojada. Se giró hacia mí y tomo mi mano.
—Por nada del mundo le digas a nadie sobre esto, ¿entendido?
—Tranquila Luka —le dije sonriéndole—, nadie sabrá que Megurine Luka es en verdad una conejita asustadiza.
—¡Miku!
Se puso aún más roja y yo solo atine a abrazarla. Afuera, la lluvia y los rayos continuaron, pero ya no sentía más miedo. Sin darnos cuenta, en algún momento de la noche nos quedamos dormidas.
